Vous êtes sur la page 1sur 38
2 -APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPLA Mientras que estas dos primeras aproximaciones (Ia inicial y la hisrérica) conciben Ia psicorerapia como proceso genérico, mds all de las particulatidades o la concepcién que de ésta tienen los distintos modelos, en la aproximacién cedrica se explicitan rales modelos. ‘Hemos agrupado la gran diversidad de visiones acerca de la psicote- rapia en cinco modelos: el psicodinémico, el humanistico-existencial, el conductual, el cognitivo y el sistémico. En cada uno de estos apartados, se presenta la psicoterapia desde la perspectiva particular del modelo que la propone. En la aproximacién metodolégica abordamos la problematica de {a investigacidn en psicoterapia. Si ya hemos enfacizado la compleji- dad de la psicoterapia como proceso, su estudio empitico Ia incte~ ‘menta exponencialmente. Por ello dedicamos un apartado a describir las estrategias utilizadas para su estudio, y otro para exponer los resultados més relevantes. Las particulatidades del estudio cualitati- ‘vo del proceso terapéutico las hemos considerado en un tercer aparca- do, y en un cuarto hemos abordado la relevancia clinica de la investi- gacién psicoterapéutica, ara concluir estas aproximaciones a Ja psicoterapia hemos opta- do por plantear el reto de la integracién que nos formula este panora- ‘ma tan rico pero tan marcadamente diverso. El movimiento para la integracidn aglutina en estos momentos los esfuerzos de psicotera~ peutas ¢ investigadores de todas las orientaciones en pro de un avan- ce del conocimiento. Se trata de aunar los esfuerzos y la experiencia acumulada desde los distintos enfoques para articular una compren- sign més amplia del proceso psicoterapéurico en detrimento de la ‘«lucha entre escuelas». Y esto lo entendemos como un componente fundamental de nuestra visi6n cientifica de la psicoterapia. En efecto, el hilo conductor que gufa estas aproximaciones sucesivas es Ia idea de que si bien la separacién de la psicologia cientifica ha sido una caracteristica del pasado, el encuentro con ella se presenta como el fururo de fa psicoterapia. Por tiltimo, conviene indicar que con la palabra «aproximacio- nes» que figura en el titulo de este libro hemos querido referirnos no sélo al planteamiento metodolégico que hemos seguido al escribirlo, sino también al carécter tentativo del producto final. La psicoterapia una ciencia joven que esté suftiendo un desarrollo vertiginoso. Los csfuerzos por sistematizar el drea de los tratamientos psicolégicos son necesarios, pero no por ello dejan de tener un caricter tentativo. Pyaus,6 4 hahs MAT (2ol>) * Aoramamactoue. AW PR Andre CAPITULO 1 ae (52 ‘LA APROXIMACION INICIAL En este capitulo vamos a centrar la atencién en los elementos csenciales de toda psicorerapia, a saber, el cliente, el psicoterapeuta, la relacién terapéutica y el proceso terapéutico. Esta aproximaciée inicial intenca delimicar dichos elementos de un modo genérico, es decic, no especifico a un modelo psicoterapéutico concreto. Se trata, por tanto, de una primera aproximacién a un fenémeno complejo, y ‘que los diferentes modelos se han encargado de matizar. Pero antes, de pasar a describir cada uno de los elementos de la psicoterapia, conviene introducir un comentario acerca del problema de su defini- cin, 1.1. El problema de la definicién de Ia psicoterapia Hace ya mas de treinta afios, el prestigioso psicslogo dlinico P. Mech! (1960) describfa la psicorerapia como «el arte de aplicar una ciencia que todavia no existe». Esta paraddjica definicién de Mech! servia para poner de manifiesto un estado de cosas tanto como una aspiracién legitima. Desde entonces, el érea de los tratamientos psi- colégicos se ha desarrollado considerablemente, sin que ello haya requerido un consenso manifiesto en como a una definicién explicita del grea. No obscante, la buisqueda de una definicién sistemtica de la psicorerapia ha preocupado y sigue preocupando a los investiga- dores. Prueba de ello es el proyecto iniciado por la Fundacién Milton Erickson, que llevaba el significativo titulo de «Qué es psicotera- 2» (Zeig y Munion, 1990). En este proyecto se preguntaba a un oral de 81 aucores, considerados psicoterapeucas ejemplares por sus “4 [APROXIMACIONES A LA FSICOTERAPIA contribuciones al drea, preguntas como las siguientes: Cémo define la psicoterapia? sCuiiles son sus objetivos? ¢Cudles son las premisas bsicas y los supuestos subyacentes de su enfoque para facilitar el cambio? en muchos ambiences. 1A APROXIMACION HISTORICA 7 4. Consolidacién de la orientacién humanista durante los afios sesenta, con cierto incremento al inicio de los ochenta que parece ir decayendo al finalizar la década, 5. Papel moderadlo, pero constante, de la tendencia conductis- ta. 6. Evolucién constante, pero mas moderada, de la orientacién siscémica. “Tanto los datos presentados como las conclusiones que de ellos se deducen no pueden contemplatse sin tener en cuenta al menos dos consideraciones. La primera es que son datos referidos @ los EE.UU. . Por tanto, sélo relativamente generalizables a nuestro medio, La segunda consiste en sefialar que estas encuestas incluyen tinicamente 2 psicélogos clinicos. Como hemos dicho anteriormente, la psicotera~ pia, aun sieado en si misma una profesién, es practicada por otros profesionales ademas de los psic6logos clinicos: psiquiatras, counse lors, asesoresreligiosos y matrimonials, asistentes sociales, enfeeme- ros de psiquiatcia."” Todo ello de acuerdo con las regulaciones de cada pais."* Para comprender esta pluralidad actual es necesario tener pre~ sentes las repercusiones de la investigacién comparativa de resulta dos, porque ciercamente la situacin del érea serfa muy diferente sila investigacién hubiera mostrado de un modo inequivoco que el enfo- que terapéutico «oo» es superior a codos los demés. 15. En lo reference a los EE-UU., tenemos indicios para pensar que los datos preseneados muestran un sexo norable en relaciin con et modelo siseémico y el Ihumanista, pracicados con mucha més frecuencia de lo que aparece en estas encucs= 1, En efeco, una buena parce de los rerapeurn familiares sistémicos y los humanis- 125 no son pricdlogos clieicos sino asesores mattimoniaes, psiquiatra, asistences sociales, ete. No «5 extranio que ello sea asf, dado que la fundamencacién y ef Aesartollo de escos modelos han ocursido, en gran medida, al margen de la psicologia ‘cadémica, como se expone més adelante 16, A modo de ejemplo, en los EE.UU. pueden realizar psicoterapia wodas ‘estas profesiones, pero las entidades aseguradoras slo reconocen plenamente a psics= logos y psiquiacras. En Inglaterra, después de la reforma de los servicios pablicos de salud, hay un creciente mimero de enfermeros psiquidercos que realizan psicorera pla, Asimismo, la ejercen aquellos con otras ticulaciones més especticas como la le scerapeuca arcsicom (ard sherapist), desvinculadas en gran medida de la carrera de psicaloga 16 -APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPIA — Las repercusiones de la investigacion de resultados Como hemos visto, hacia Ia mitad del siglo, H.J. Fysenck (1952) desafié a la psicoterapia a demostrar su eficacia, afirmando ‘que en él tratamiento de los trastornos neursticos ésta no era superior a la remisiGn espontiinea. El desafio lanzadlo por Eysenck se convirti6; ‘en un porente estimulo para la investigacién sobre los efectos de 1a psicoterapia. Tanto las insticuciones pablicas como las privadas, que financian los costes de los tratamientos psicol6gicos en los BE,UU., asignaron fondos para la investigacidn psicoterapéutica diferencial."” Después de dos décadas de investigaciones y agrias polémicas, a principios de los afios ochenta se llegé a un consenso entre los investi- gadores en el sentido de que la psicoterapia, entendida en términos ‘genéricos, habia probado empfricamente ser més eficaz que la ausen- cia de tratamiento (como deserjbimos en 4.2). El consenso establecido se basa en que la psicoterapia, en sentido _genérico, es superior al no tratamiento. Sin embargo, el interés de la investigacién recae, en realidad, en la posibilidad de determinar em- piricamente qué forma de tratamiento es la mis eficaz. Pero a pesat de la cantidad de financiacién que este campo ha recibido, no ha sido posible declarar un «vencedor». El dato recurrente es que los resulta- dos de distintas terapias son equivalentes. Luborsky ef a/. (1975) han recogiddo la cita de Alicia en ef pats de las maravillas, que wtiliz6 Frank (1961) para resumir esta situacidn diciendo «todos han gana~ do y todos van a recibir un premio». (Quiere esto decir que, a pesar de su manifiesta variedad, todos los enfoques terapéuticos son equi valentes?" 17 Todo este interés por la investigacidn en psicorerapia sc ha plasmado em lt sociedad SPR (Soviety for Prychotherapy Research), que desde 1969 viene congrenan~ ‘To anualmence a los investigadores interesados, y donde se han debarido fas cuestio~ thes mas candlentes de cida momento en esee campo. La SPR ha jugado, a su vee, un papel importante en Ia formacidn complementaria de investigadores, la inspiracin ioinuacwon lisehos y métodoe de invesigacién,y el fomenra ce proyectos colabora ‘You donde participan varios centros de investigacién de forma coordinade 1s. Stiles er al (1986) califican esta situacion de paraddjica: fas distinras psicxcerapias producen resultados similares aunque uilicen procestimiencos pricticos Uistineos, lo cual parece implicar que, haga lo que haga el verapeuea, el resultado Final es cl mismo. Esta conclusién no puede ser aceprada ficilmence, ni edeica. ni personalmente, por los terapeuras que han pasado muchos aflos refinando sus téeni- (is especializadas. Como dicen Rachman y Wilson (1980): LA APROXIMACION HISTORICA n Fsea es una cuestién muy importante para el desarrollo de la psicoterapia y la trataremos con mayor profundidad més adelance en ‘nuestra aproximacién metodolégica, pero, aun asf, vale la pena in- ‘coducir aqui unos comentarios. Por una parte, las metéforas pueden ser muy tities y, como ésta, pueden convertirse en Iugares comunes, pero también pueden ser equivocas. Dods, el pajaro del cuento de Alicia, sostiene que todos han ganado en la carrera porque (a) cada tuno tenia diferentes lineas de partida, (b) cada uno tenia su propia trayectoria y (c) cada uno tenfa su propia linea de llegada. Y, a juzgar por la proliferacién de la anarquia que parece dominar el campo de Ja psicoterapia actual, la metéfora resulta ilustrativa, Por otta parte, no hay que olvidar que es una falacia sostener que del hecho de que dos tratamientos no puedan diferenciarse se sigue que son equivalentes. Como Stiles ef al. (1986) han puesto de mani- fiesco, Ia fatea de diferencias puede tener tres significados diferentes, que también se han estudiado: 1. Que los resultados no pueden distinguirse. Este significado apunta a un problema mecodoldgico, es decir, que las esera- tegias de investigacién utilizadas no han sido lo suficiente- ‘mente perfeccionadas como para captat las diferencias exis- tences. En la parte final sobre la «aproximacidn metodolégi- ca» exponemos tales escrategias, sus pros y contras, y vemos ue, a pesar de los desarrollos recientes, los problemas meto- dolégicos actuales no permiten dar una respuesta a las cues- tiones planteadas por el problema de la eficacia. 2, El comportamiento de los representantes de distintas psico- terapias no puede distinguirse. Stiles e¢ a. (1986) conclu- yen que se ha demostrado repetidamente que la tesis de la ‘equivalencia de contenido de las terapias es falsa, Las dife- rencias de contenido son tan grandes y estén tan sistemdti- camente relacionadas con la teoria que no parece razonable Sil argumenco de disribucidn indiscriminada de premios se impone ... acabaremos por dar el mismo consejo a codo ef mundo: «Sea cual sea la naturaleza de su problema bisquese cualquier forma de psicoterapias. Fsto es absurdo. Dudamos de ‘que los mismos defensores del arguimento del pijaro Dodé den este conse, Si tempiezan a hacerlo, ellos mismos(y la profesién en su toealidad) se ganardn répida- mente el desprecio de sus probables clientes (pég. 257). 78 [APROXIMACIONES & LA PSICOTERAPIA atribuir ef éxico comtin al solapamiento de las récnicas de Jos terapeuras. Realmente, hay diferentes ingredientes en las diferentes psicoterapias, aunque atin estd por demostrar si ‘on ingredientes activos 0 accesorios. 3. Que las distintas psicoterapias utilizan principios comunes de cambio psicol6gico. Los defensores de esta afirmacién se aglutinan en torno a la investigacién de los factores comu- nies, una linea de trabajo que se encuadra dentro del movi~ miento integrador que se comenta en las préximas lineas (y en el apartado de modelos eclécticos ¢ integradores). “Teniendo en cuenta estos tres significados y sus posibles implica~ ciones, podemos sefalar tentativamente las repercusiones mis rele~ vantes de los resultados de la investigacién sobre la eficacia de la psicocerapia, En primer lugar, se observa un crecimiento de la con Ciencia de que ef modelo terapéutico que cada uno defiende no es efinitivo, ni en su conceprualizacién ni en su resultado, sino limiea~ do. Ello implica también un cambio de actitud respecto a los demas ‘modelos, tendente a fomentar el respeto y a estar abierto a orras formulaciones como posible fuente de aprendizaje. Se desvanecen asi, paulatinamente, los intentos de convertir (o exterminar) a los partidatios de otras orientaciones. Por orto lado, junto a los cradicionales estudios sobre la eficacia (que siguen recibiendo ef grueso de la financiacién), parece imponer~ se la idea de que es nccesacio lograr una comprensién mds profunda de los mecanismos de cambio, Se observa asi una apertura hacia nuevos planteamicnros en Ia investigaci6n (p.¢j., el estudio del pro- ceso terapéutico, véase 4.3, 0 el estudio del efecto de las variables de personalidad en el proceso de cambio) en deerimento del viejo esque ma de la comparacién de traramientos. Finalmente, hay que destacar como resultado no previsto de esca situuci6n el desarrollo del movimiento integrador.” Este movimien- to, articulado en tore a SEPI (Society for the Exploration of Psychot- hevapy Integration), constituye un marco de didlogo y estudio que refleja de forma catacteristica los dos puntos anteriores; es decir, fomenta un clima de respeto y didlogo, y promueve nuevas Iineas de 19, Bseaterceea consecuencia no es aiena al auge de ls planteamientos ecléti- cos, comentado anteriormente a partic de los dacos de las encueseas. [LA APROXIMACION HISTORICA 7” investigacidn. La aparicidn de este nuevo marco permite acceder a un. nivel de elaboracidn tedrica y empitica que va mds alld de Ia investi- ‘gacidn intra-escuelas que ha canalizado el desarrollo de la psicotera- pia durance décadas. — ~ La tendencia hacia el eclecticismo y la integraciin . La opcidn ecléctica, como muestran los datos mencionados al inicio de este capitulo, parece ser la opcién més utlizada en la practi~ ca.” Edlecticismo, etimolégicamente, significa seleccién de lo mejor de at oe yalo a de la historia ha conseguido mayor aceptacién en momentos de crisis ideolégica “epticism« el periodo helénico romano). eas net ‘Aunque los modelos eclécticos permiten la apertura y la flexibili- dad, favorecen igualmente una seleccién indiscriminada de elemen- tos de la més diversa procedencia, lo que puede dar lugar a una mezcolanza incoherente de conceptos y técnicas. Por tanto, no hay que suponer que adoprar un enfoque ecléctico conlleve una mejora auromdica en la accuaciGa del cerapeuta. En realidad, existen vatios tipos de posturas o enfoques eclécticos de valor muy desigual en cuanto a su contribucién al avance de la psicocerapia como cient También son varios los aucotes que han emprendido la tarea de distinguir entre las diversas formas de eclecticismo (Neimeyer, 1992; Norcross, 1986; Villegas, 1990b), aporcaciones que nosotros hhemos utilizado para sealizar el siguiente intento de sistematizacién 1. Belecticismo intuitivo 0 atebrico. Se nutee wsoicamente de los procedimientos especificos de las distintas eécnicas, con in- dependencia de su marco conceptual. Incurre en el coleccio- nismo de técnicas y conceptos a veces contrapuestos. Sus partidarios suelen ser poco amantes de la teorizacién y esco- ‘gen las técnicas a emplear en base a su atraccién subjetiva 0 a la vivencia y creatividad del momento, Es muy frecuente cn la prictica civic, aunque pot motives teéricos y cientifi- cos presenta evidentes problemas. 20, wo dexedrine od pre ns, Swi 1980) ona qe UE des 43 ean ara sitter, Paral nmin opt erg son bn dap Fete eed span sees gett om cars 80 -APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPIA 2. Eclecticismo téenico, Consiste en la seleccién de vécnicas y procedimientos de origenes diversos de acuerdo con criterios sistemaiticos (pragmsticos tesricos), sin necesidad de acep- tar el marco de referencia o teoria de donde proceden. Fue sugetido por A. Lazarus, cuya propuesta, el multimodalis- ‘mo, es un ¢jemplo tipico de esta opcién (Lazarus, 1981). A menudo acaba precisando de una guia racional o teoria que sea lo suficientemente amplia, potente y flexible como para abarcar de forma coherente elementos dispares 3. Eclecticismo sintético. Dentro del movimiento integrador se conoce también como «integraciGn te6rican puesto que tra~ ta de incegear concepeos procedentes de distintas teorias, Villegas (1990b) lo llama integracionismo y distingue entre integracién asimilativa (reformulacién de los concepeos de tuna teorfa en términos de otra) ¢ integracién acomodativa (articulacién de elementos tedricos compatibles) De hecho, estas dos tiltimas formas de eclecticismo forman par- te, junto con la linea de los faccores comunes, del movimiento inte- grador en psicoterapia. Por un lado, es cierto que el interés por integrar distintas pers- pectivas psicorerapéuricas ¢s antiguo, cemontindose a los clésicos trabajos de French (1933) y Dollard y Miller (1950), y tradicional mente ha estado centrado en rorno al psicoandlisis y la cerapia de conducta. Pero, por otto lado, también es cierto que las dimensiones que ha adquirido el movimiento actual para la integracién de las, psicoterapias son muy notables. Como un exponente de este auge, algunas de las revistas principales del étea han dedicado ntimeros ‘monogréficos al tema de la integracién; por ejemplo, Behavior The- rapy, Cognitive Therapy and Research, British Journal of Clinical Psychology, y el British Journal of Guidance and Connselling. Ade- mas, en la actualidad exiscen dos revistas dedicadas exclusivamente & este tema: el Journal of Eclectic and Integrative Psychotherapy y el Journal of Psychotherapy Integration (Srgano oficial de SEPI). La “cuestidn de la integeacién de las psicorerapias también ha tenido eco cen los organismos oficiales, particularmente en el seno del NIMH (National Institute of Mental Health), que es el principal organismo de provisién de fondos para la investigacién en salud mental en los EE.UU. Después de dedicar una conferencia al tema, este organismo A APROXIMACION HISTORICA 81 hizo un conjunto de recomendaciones para la investigacién en psico- terapia a las que nos referiremos mds adelante (Goldfried, 1991). En 1983 el movimiento integrador en psicoterapia se doté de ‘una estructura formal con la creacién de una sociedad internacional dedicada a estos fines, la SEPI, y en 1990 se consticuyé en nuestro pais la Sociedad Espanola para la Integracién en Psicorerapia (SEIP), ‘confederada con la primera. En el capitulo 5 abordamos las principa- les respuestas al reto que la cuesti6n de Ia integracién supone para todo el campo de la psicorerapia. — La tendencia ereciente hacia la terapia breve En los afios de predominio del psicoandlisis, la psicocerapia era tun proceso lento de muchas sesiones semanales durante varios aos. ‘Atin en informes relativamente recientes (p. ¢j. Kemnberg, et al. 1972) se habla de un cotal de 840 sesiones, aproximadamente. Sin dda, este planteamiento sélo es asumible por determinadas capas de la poblacién. Con la aparicién del resto de modelos terapéuticos se ha ido consolidando la tendencia, cada vez més acentuada, hacia el acortamiento del proceso cerapéutico. Por ejemplo, los enfoques sis- cémicos de terapia familiar no sobrepasan las veinte sesiones (Gur- man, Kniskern y Pinsof, 1986). Este ntimero queda por debajo del limice de las veinticinco sesiones, que es criterio generalmente admi- tido para considerar un tratamiento como breve (Koss y Butcher, 1986). Algunos modelos cognitivos (p.ej., Beck et al., 1979) tam- bién defienden Ia corta duracién de sus tratamientos, en torno al limice de las veinticinco sesiones. La modificacién de conducta puede resultar también breve. Por ejemplo, Wolpe (1952) informa de setenta casos Cuya duracién oscilé entre 4 y 125 sesiones. Algunos rocedimientas especificos, como la implosién, se conciben también como formatos breves. Como describimos més adelante, dentro del modelo psicodindmico se han dado también intentos importantes de teduccién del tiempo de tratamiento (psicoterapias dinémicas bre- ves). En su revisidn, Koss y Butcher (1986) clasifican las terapias breves en cuatro grupos: psicodinémicas, cognitivo-conductuales, in- tervenciones en crisis, y otras. En Ia actualidad, Garfield y Bergin (1986) concluyen que «es obvio que la mayor parte de la psicotera~ pia que se ofrece al puiblico en general es relacivamente breve, tan efectiva como el psicoandlisis, y menos costosa» (pag. 12). 82 [APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPIA En este sentido, resulta importante recoger aqui algunos datos disponibles sobte la duracién de la psicoterapia, Garfield (1986), tras revisar varios estudios, informa del hecho de que dos tercios de los pacientes tratados terminan el tratamiento antes de la décima sesidn. En servicios psicolégicos que atienden a clientes de clase social baja el 75 % de los casos acude sélo para una sesidn, el 15 % para dos y sélo el 10 % para tres 0 més. Estos datos responden més @ una teeminacién prematura del tratamiento que a un planteamiento bre- ve de la rerapia Teniendo en cuenta estos datos," la tendencia creciente de las psicoterapias hacia Ja brevedad supone un sano ejercicio de ajuste a la realidad de la motivacién o disponibilidad de los clientes. Pero existe otra razén atin mis poderosa en favor de las terapias breves: los eseudios sobre efectividad terapéutica. Al comparar distintos trata- mientos, la variable relaciva a la duracién de Ia psicocerapia no produce efectos diferenciales, por lo que resultan ran efectivas las terapias de larga duracién como las reves.” Si las terapias de larga duracién no han demostrado set mds efectivas que las breves, las segundas resulcan preferibles por varios motivos. En primer lugar, en el plano de a politica de salud mental cen centros puiblicos no seria coherente gastat el dinero del contribu- yyente en traramientos largos cuando enfoques mas breves pueden resultar al menos tan efectivos. En el ambito privado la cuestiGn afecta al cliente de forma més directa, con lo que también resulta un problema ético proponer un tratamiento de larga duracién Por otro lado, hay que recordar que la psicoterapia no es un fin en sf misma, sino que su finalidad es promover un buen funciona~ miento del cliente en su medio natural. Cuantas mis sesiones dure luna psicoterapia mds se lo aparea de su medio, y més importante 21, Asin més concundentes son los hallazgos de Howard er al. (1986), quie~ rics analizando los diros de estudios basados en més de 2.400 clientes encontraron ee a las B seziones, aprorimadamente, el 30% ele ls clientes habian meiorado Sensiblemente. A las 26 sesiones habian mejorado ya el 75 %, lo cual es un dato también muy inceresance si considerarnes que el porcentaje estima de mejoria coral se sinia en el 85 %. 22. Asimismo, en Ia revision de 60 estudios que investigan especficamente cesta cuestion de la duraciéa del tratamiento se confirma rambién la equivalencia de resuleados entre las terapias breves y las de larga duracién (Johnson y Gelso, 1980). 1A APROXIMACION HISTORICA 8 deviene el rerapenta dentro de su red social. El riempo que pasa en la ‘consulta 0 servicio psicol6gico lo resca de su tiempo libre que, de otro modo, seria disponible para su mundo social, familiar y personal. El dinero que destina Se resta de su capacidad para hacer decerminadas actividades porencialmence también terapéuticas. Asimismo, la per~ sona del terapeuta deviene un ser poderosamente importante en Ia vida del cliente, incluso en comparacién con (y quizas ea competen- cia con) ocros vinculos familiares o afectivos. Por supuesto, algunos ‘modelos han reivindicado el interés de ral intensidad para el vinculo terapeuta-cliente, pero no se ha probado su mayor eficacia en la préc- tica. ~ Unas notas acerca del estado actual de la psicoterapia en Espaia Uno de los hechos fundamentales de la década de los ochenta en ‘nuestro pais ha sido su integracién en las estructuras de la Europa comunitaria. Como parte de esta andadura comtin, la década de los noventa va a ser testigo de la libre circulacién de profesionales entre los paises europeos. Ello conlleva un esfuerzo de coordinacién de riterios también en lo referente a la profesién de psicélogo y espe~ cialmente la de psicoterapeura La asociacién holandesa de psicoterapeutas ha protagonizado el principal esfuerzo aglutinador frente a una realidad muy dispersa acerca del estatuto del psicoterapeuta en los distintos paises euro- ppeos. El fruro mis concreto de este esfuerzo es la fundacién de la EAP (European Association for Psychotherapy) (Avila, 1991). En nuestro pais, la profesién de psicorerapeura no esté reconoci- da Jegalmente como tal, en parte por la falta de titulacién universita~ ria especifica. El eseudio universitario de la psicorerapia se desarrolla en las carreras de psicologia y psiquiatria, pero en la préctica hay otros profesionales no ticulados que eseén ejerciendo. Nada de esto es ajeno al hecho de la juvenctud de la propia psicologia como carrera uuniversitaria en Espafia, ni a la corta vida de los colegios de psicslo- 0s. Pero la equiparacién europea nos ha puesto en la situacién de tener que actualizar nuestro estatuto profesional, y ttes entidades promororas (Colegio Oficial de Psicélogos, Sociedad Espaftola de Ysiquiaeeia y Asociacién Espafiola de Neuropsiquiatria) han unido sus esfuerzos para crear un marco asociativo comin y especifico del 4 -APROXIMACIONES A LA PSICOTERAPLA psicoterapeuta, que permita la integracién con la EAP a partic de las, asociaciones ya existentes. Estos esfuerzos de coordinacién han dado lugar a la FEAP (Federaci6n Espafiola de Asociaciones de Psicorera- peutas), entidad que aglutina a la casi totalidad de asociaciones de psicoterapeutas, establece un proceso comtin de acreditacién de psi- coterapeutas, ¢ instaura un registro de psicoterapeutas acreditados, todo ello de acuerdo con los baremos que se acuerdan en la EAP. En Ia tabla 9 s¢ resumen estos criterios. Tabla 9. Criterios de acreditacién que se consideran en la EAP y la FEAP 1. Titulacién de rango universitario, La licenciacura en psicologia (con la cspecialidad de psicologia clinica) y a licenciatura * .-sicina y cirupla (con la especialidad de psiquiaeria) se consideran adewuades. 2. Un minimo de tes anos 2 tiempo parcial, en el perfodo de posgrado universicario, dedicados a la formacién tedrica, cénica y linia en psicotera- pia y a la adguisicién de las habilidades bésicas del psicoterapeuta, mediante ‘cursos y seminars, con un minimo coral de 600 horas. Incluicd ~si no ha focmado parte de la formacién universiaria de acceso al menos 50 horas de conocimientos fundamencales de las diferentes modalidades y ociencaciones en psicoterapia. 3. Un minimo de dos aftos de préctica profesional supervisada, iniciada tras al menos tn afto de formacién cedeiea. Al menos incluiré el racamiento de dos casos y un minimo coral de 100 sesiones de tratamiento. La supecvi- sién de la pectica profesional habeé de realizarse con psicoterapeutas expertos acreditados como tales por las respectivas asociaciones de psicorerapeutas. 4, Un minimo de seis meses de actividades précticas en entoros publicos © privados de salud mencal, en los cuales el psicorerapeuta en formacion pueda tener experiencia direcra de Ia clinica psicopacoldgica, permitiéndole tomar contacto directo con las diferentes formas de manifestacién de los trascornos mencales,y los distintos profesionales que intervienen en la salud ‘mental 5. Las secciones ...elaborarin crierios sobre la cealizacién por los candi datos 2 psicorerapeueas de psicoterapia personal u ot10s procedimientos que _garanticen la capacitacion personal del terapeuta El hecho de que los criterios de acrediracién partan de las licen- ciaturas de psicologia 0 medicina y requieran una importante forma- cidn adicional reérica y préctica supone el reconocimiento de la psico- LA APROXIMACION HISTORICA a terapia como una profesién compleja que requiere una formacién muy especifica. Ello supone un cambio radical con respecto @ la sicuacién previa en la que, en base a la legalidad vigente, el mero hecho de poseer una de estas dos licenciaturas permitia el libre ejerci- ‘cio. Aunque la consticuciéa de la FEAP no cambia auromdticamente Ja legislacién, sf supone una importante definicién escaruraria hecha por el propio colectivo de psicoterapeutas, que supone un avance en Ja regulacién de esta profesién en nuestro pais. ‘A su ver, el establecimiento de estos criterios hace explicita y patente una situacién anteriormente poco clara, es decir, el hecho de que Ia formacién universicaria de primer y segundo ciclo no es sufi- ciente para un ejescicio responsable de la psicoterapia, y que la profe- sidn requiere de una formacién que debe regularse de alguna forma. La eseructura federativa de la FEAP otorga a sus asociaciones miem- bro la aucoridad para reconocer la adecuada formacién de sus psico- erapeutas afiliados (en base a los criterios minimos de In FEAP). Pero la cuestién de quién debe llevar a cabo realmente esta forma- idm no esta concretada. En la préctica parece que cada asociacién ‘establece sus propios centros de formacién y préctica, mientras que la tuniversidad queda un poco relegada en esta tarea. Esta estructura hace que todo dependa en iiltima inscancia de la asociacién a la que el psicorerapeuca se afilie oe ee 2 2 . aoe ee ee . ee ne fiek Rem ee roi ae BAe menes fd) relate vari "thiiere! egal "oe = PREM SLAM Sea ea te eee RE = accents - er soe ee : - seme OR, : ee peg SOMES i" Ral te MP ay WR te DP Modi : Ee ne ee heme E oo we ey A esr . ees ae er er oe - => Be nee Ih istmncmtiaamerinn Bigot oe - ee eee ee ee)

Vous aimerez peut-être aussi