Y cuando an era un muchacho, ya os evitaba A vosotros, corruptos. Mi piadoso corazn, Que es incorruptible, ntimamente amable se adhiri Al sol, al ter y a todos los mensajeros De la gran, largamente presentida Naturaleza; Porque bien he sentido en mi temor Que el libre amor de los dioses del corazn Discutir queris para servicio comn. Y que yo lo ejecut como vosotros. Marchaos. No puedo ver al hombre frente a m Que a lo divino trata como una industria, Su rostro es falso, fro y muerto, Como sus dioses son. Qu os sorprende? Iros ahora! Fragmento del libro Empdocles del poeta alemn Hlderin, quien despreciaba a los curas catlicos. En l, el poeta lanza a la cara de un cura su desprecio antes que fuera arrojado al volcn Etna, a la muerte.