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LITO sociedad 31 e Gincat Scale La Criminologia Critica y la construccion del delito: Entre la dispersién epistemoldgica y los compromisos politicos Damian Zaitch & Ramiro Sagarduy * (U.B.A. Sociologia) (Univ. de Rosario, Derécho) *Participan actualmente en Barcelona en el Common Study Programme on Criminal Justice and Critical Criminology, dirigido por el Prof. Roberto Bergalli. Este trabajo ha sido elaborado en dicho marea durante una estadia en Londres con el Prof. Jook Young Introduccién. El problema de las definiciones pa- rece ser muy relevante en la tradicién de la Criminologia Critica. Como todo otro movitniento critico ha tenido que afrontarun doble desafio: 1) reconstruir, en el nivel del Saber, los conceptos, explicaciones, diseursos e ideas més basicas sobre sus distintos objetos de estudio: instituciones, conductas, con- diciones materiales, la totalidad de la organizacién social, relaciones socia- les, actos desviados, ete. Esto produjo nuevas teorias y posiciones intelectua- les. Pero al mismo tiempo, 2) refundar, en el nivel politico del Poder, nuevas précticas, tacticas, estrategias, movi- mientos y compromisos tendientes a cambiar la realidad que denunciaba. Ambos niveles fueron por supuesto interdependientes: sostener ciertas de- finiciones implicé determinadas estra- an aoe in ana * nn aa pt La Criminologia Critica y la construccién del delito 39 sociedad, y en las necesidades de una organizacién, lo tinico consistente es el énfasis en alguna idea ambigua de con- flicto.” (Taylor, Walton y Young, 1973). Asi comenzaron las primeras acusa- ciones de “idealismo” (el acto desviado no es sélo el resultado de una etiqueta sino que hay una base material detras de él) y de “determinismo” (la reaccién produce el delito, en el que la accién es mera y simplemente un producto de los intereses dominantes 0 de una sociedad desigual). Pero fue en realidad en 1975 con “Criminologia Critica” de los mis- mos autores, especialmente en el arti- culo “Criminologia de la Clase Obrera” de Jock Young cuando la critica se volvié mas fuerte y senté las bases de lo que mas tarde se conoceria como enfo- que realista de izquierda, algunas de cuyas ideas sobre el delito desarrolla- das durante los afios ochenta ya esta- ban presentes en este trabajo. Romanticismo, voyeurismo, guardia- nes del zoolégico de la desviacién, vi- sién moralista y liberal “de clase me- dia”, idealismo, perspectiva “post-re- volucién”, ete., todos términos para con- frontar a los teéricos de la nueva des- viacidn. As{, el delito no era una mera etiqueta sino el producto de la brutalizacién, el individualismo com- petitivo, algo determinado; no una acti- vidad de gente viviendo en el ocio sino en el mundo de trabajo; no algo sélo mistificado por las estadisticas y la ideo- logia, sino reflejando necesidades rea- les, miedos justificados, contradiccio- nes histéricas; no una auténtica expre- sién de pluralismo sino un acto que dafhaba directamente intereses mds o menos consensuados (vida, propiedad, etc.}; no un ataque contra los poderosos sino unaactividaden gran medida intra clase ensu objetivo, impacto y distribu- cién. La oposicién radical a la definicién legal de delito (Sechwendinger, 1970), fue desafiada con una férmula que se- ria un leit-motivde la definicién realis- ta de delito: “De cualquier forma, acep- tamos tanto las categorias legales tal come aparecen, como también accede- mos a negar el estudio del fenémeno criminal desde Ia perspectiva de los intereses de clase y los principios socia- listas.” (Young, 1975). La misma direccién fue tomada por el grupo radical de Berkeley después que la Escuela de Criminologia fuera cerrada en 1975, cambiando sus anti- guas posiciones hacia puntos de vista mAs realistas, como podemos ver en los primeros nimeros de Crime and Social dustice: en 1977, los Schwen-dinger habian modificado sus posiciones, sos- teniendo una definicién proletaria de delito como conducta dafiosa a los inte- reses objetivos de la clase trabajadora, Estos intereses noeran solamente agre- didos -por ejemplo- por la guerra imperialista: “la violacién, las agresio- nes, el maltrato de nifios y mujeres y el homicidio, no sélo causan gran sufri- miento personal a las victimas... sino que también socavan Ia solidaridad co- lectiva”, afirma Tony Platt en 1978 en su famoso articulo “El delito callejero. Una visién desde la izquierda.” No es por supuesto nuestra inten- intent te a “ en ana at fo Shee La Criminologia Critica y la construccién del delito AT iluminista entre derecho y moral. Una definicién garantista del delito implica, en la visién de Ferrajoli, tres niveles de garantias: 1) las garantias del delincuente ante la arbitrariedad del estado, 2) las garantias de las victi- mas (que deben satisfacerse) ante el daiio causado porel delincuente y, 3) las garantias del delincuente frente a la venganza privada de la sociedad en general y de la vietima en particular. Otra caracteristiea muy importante en la definicidn garantista de delito es que s6lo puede ser una accidn que pro- duzea un dafio. Asi, el sistema penal no puede estigmatizar cuestiones morales de intima eleccién. Mads atin, el derecho penal como sistema formalizado permi- te a cada uno el derecho a su propia perversidad (excluyendo el ejercicio de “eondena moral”). ¢) Bentham, Hume, Marx y Becearia: Ferrajoli y la Cabeza del Rey. Es dificil describir brevemente el sustrato tedrico y epistemolégico del garantismo penal de Ferrajoli, pero Tesumamos algunas ideas que handado vuelta en sus argumentos y definicio- nes. La distincién entre derecho y moral como dos momentos y niveles diferen- tes de legitimacién (externa e interna) le permite apoyarse en fuentes y co- rrientes filosdéficas muy diferentes. En el nivel extrajuridico (legitimacién ex- terna) encontramos la influencia del pensamiento marxista de la Nueva Iz- quierda (modelo conflictivo, intereses enfrentados, la opeién por la defensa del “nds débil”y la decision moral sobre cudles bienes deben ser protegidos en primer lugar); ciertos elementos de las teorias subculturales y de la anomia como explicaciones complementarias de los factores superestructurales de la criminalidad, y también, en un nivel més metodolégico, algunas caracteris- ticas del positivismo popperiano (falseabilidad de estructuras ligicas), y del racionalismo empirico (la teoria de Hume acerca de la brecha entre propo- siciones prescriptivas y asertivas). En el nivel juridico degitimacién interna) se enraiza en la misma tradi- cin iluminista: el Jegalismo liberal do Beccaria y el utilitarismo penal de Bentham como permanentes referen- cias contra, por un lado, el Antiguo Régimen Absolutista, la arbitrariedad estatal, la desproporcionalidad, la falta de garantias, los delitos y las penas indeterminadas; y por el otro, la poste- rior resurreceién del Leviatén en la forma de la inflacién penal positivista, la patologizacion, el tratamiento forza- do, ete. Como supuestos epistemolégicos podemos distinguir algunos elementos familiares e ideas derivadas de aque- las teoria Materialismo: no slo explicito en los conceptos y definiciones elaboradas en los viejos tiempos, sino bastante visible en autores como Bergalli o Pavarini. El delito no tiene ontologia, pero su realidad como un problema social especifico esta relacionada con el “referente material” (i.e. necesidades « nn tb in op

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