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WEÑAGKVN EPE AFCHI KVYEN
TRVRI
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TROZO
PEDAZO
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CACHO
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MENSAJE
Taller Sayenco.
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Y heme aquí sentada
Escribiendo
Escuchando el murmullo de las hojas
La risa templada del viento
Tratando de ver lo que sólo aquí se encuentra
En esta banca
Bajo este árbol
Quizás sea verdad
Que en este lugar no existan palabras
No porque no puedan, claro está
Sino porque se han disuelto en el agua
En la tierra y en las nubes
Se han tornado invisibles
Ausentes para el ojo
Que en este bello cielo sólo ve el cielo mismo
Pero siguen aquí
Resonando, vibrando
Salvajes como en sus inicios
Puedo recordarlo, el día en que preguntaste
“Dónde están tus palabras”
Y quizás no estaban
Quizás se habían vuelto hojas marchitas al viento
Habían volado lejos
Buscando quien sabe qué y quién sabe dónde
Tal vez están ahora conmigo
Bajo este mismo árbol
Y puede que sean aquellas
Que descansan sobre el agua fresca
Aquellas que ya no se pronuncian
Y es verdad, este es un sitio extraño
Un sitio ausente
Uno de esos que sólo duran minutos o incluso segundos
Uno de esos que sólo te das cuenta que se han ido
Cuando los ves despedirse
Serenos
Entre las ruedas de un auto
O la conciencia del tiempo
Paulina Contreras
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A GABRIELA MISTRAL
Angeline Milk
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BRINDIS
PARA QUÉ
NOS VAMOS
A ENGAÑAR
TODO SIRVE
(para el convento – decía el fraile
y se llevaba a una monja)
Eres sensible,
eres inteligente
y eres hermosa
y además sabes que alguien
te quiere.
Y todavía
te encaras con la vida,
la miras a sus ojos
y exclamas sin reserva:
–"No te conozco".
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Miguelángel Zorrilla
Miguelángel Zorrilla.
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Si de mi mano estéril
germinaran caricias o cadenas,
si de mi boca inválida
-pobre labio sin nombre,
crisálida de olvido,
velo de niebla-,
si de esta boca herida,
surgieran una vez
paloma,
vena
o llanto,
y de mi mano
-garra de angustia,
puño destituido-
renacieran esquejes sin espina...
Venezia Lesseps
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Alya se eleva
A mi hija
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y aquel amor entero me azota en el costado.
Tú escalera,
tú caracol sobre la flor del cardo
tú esa mordedura de mi ombligo que duele de inocencia.
Yo no tengo más pan para tu boca,
no tengo más racimos que esculpan la ceniza,
tan sólo puedo darte
la frágil estructura que se arquea para besarte el nombre
o inclinar la pobreza de mis vértebras.
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ELIKURA CHIHUAILAF
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CRUJIR DE OTOÑO
Octavio Fernández.
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PASEANDO
El pasado gemebundo,
casquivano y esquivo,
sin compasión,
penetra hasta el último confín
de la porfiada memoria.
Lucy Sepúlveda.
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EL CESTO DE LOS CORAZONES
¡Cuánto silencio!
¡Cuántos corazones!
Ahora,
de nuevo,
en ese hueco rojo y caliente
lleno de vacío,
está creciendo otro corazón.
Como en tus vacíos.
Ya verás cómo crece para la próxima estación.
Pero esta vez hay que quererlo mucho
para que no se aleje.
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AFGANISTÁN
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que propagó su llanto milenario.
El enemigo es fuerte,
desprecia las heridas de los pueblos vencidos
y odia su lengua bárbara
“la lengua que ha de hablarse en los infiernos”
pensaron,
aunque en ella escribieran
para expresar su amor y sus poemas.
Julián Borao
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La pregunta del zorro
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campante en mis terrenos?”; este con mirada temerosa responde, “una
pregunta me aqueja y no me deja dormir, así que con el fin de aclarar mi mente
salí de paseo entre estos bellos paisajes” el lobo con aires de sabiduría le dice
“¿y cual sería la pregunta que tanto te inquieta?” “pues yo me pregunto,
¿porque poesía?”, la severa mirada del animal se tornó sutilmente cariñosa y
un cálido silencio los rodeó derritiendo la tensión del momento “pues es poesía,
porque cada noche le declaro mi amor a la luna y le oro por que cuide a mi
familia, porque hablo al viento cada día y disfruto en las tardes del tibio sol que
acaricia mis sentidos, porque ahora te veo y me pareces curioso, es por eso
que la vida es poesía, porque vivir es sentir y el sentir es poesía, la más bella y
pura poesía, una prueba firme de nuestra existencia”, el zorro le agradece y se
marcha al fin con la mente tranquila y muy contento, pues se da cuenta por
primera vez que en su corazón un poeta le susurra versos y letras tirándole
flores a su paso ya sean verdes o marchitas, este le acompaña de invierno a
verano y de lunes a domingo.
Paulina Contreras.
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COMPAÑERA DE VIAJE
Miguelángel Zorrilla.
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A la caída de la tarde,
tendido el día,
nos mira el pájaro
desde ese cordel del tiempo
que llega hasta la noche.
Septiembre 2001
¿Amo poco?
Amo todo.
como una tonta.
Octubre 2001
EN LA ANTIPRISA
Miro la tarde
como a una tarde encontrada.
Atrás queda la mañana y sus tareas,
las conversaciones, los actos, los gestos.
Estoy en el descenso del día,
cuando las palabras, todas las palabras
van cayendo
del regazo de las horas al recuerdo
y se alumbra el espacio que
queda en mi memoria.
Para este espacio,
para este ahora de esta tarde
estoy aquí con mi silencio
junto a mí,
feliz.
Mayo 2003
Txaro Sierra
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Negación
He decidido
que tengo el poder de ordenar a mi antojo
los fragmentos rotos de mi historia.
Los que nadie sabe
- y callo -
Los que son secretos
(miento).
Porque tengo el derecho y la obligación
de apartar el dolor e inventar la dicha.
Cristales rotos.
Crisantemos.
Cuchicheos.
Cucarachas.
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cómo te desando, amor?
cómo deshilvano tu nudo?
Cristina Cambareri
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ACERCA DE L
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Sentimiento muerto
Bárbara Mora.
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Panguipulli
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TE RECETO UN POEMA
Paulina Contreras
Persecución
Angeline Milk
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LIRAS PARA TI . Tus ojos color tierra
Luciérnagas de sierra,
contraluz de galerna.
Y tu cuerpo... y tu boca :
sabiéndonos queridos
Y el corazón herido,
No existe soledad,
Ya no existe la edad
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CHILE
Ce Edwinski
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Ojos mapuches.
Nicol Calfunao
Mapuche Nge
O kallfüko
Trarilonko kullin
Chew tn pay antü
Huilili feimuna aydi
Taty tregül
Feichi mapu mew
Mapuche nge
Diake mahuide
Newen kütral
Lodkewentu
Petu mongeleingin
Inchin tañi piukemew
Odkan amumka
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Si tú no estás
Tabita Sepúlveda
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Mis tardes de primavera
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MADRE GABRIELA
Andrea Laurel
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