En forma cotidiana nos encontramos en los medios radiales, gráficos,o
audiovisuales o en la vida misma con las más variadas, crueles y creativas formas de VENGANZA. La venganza es una condición natural o aprehendida?. Cuando mi segundo hijo cumplió 2 años su hermano mayor le dio un golpe que le provocó un llanto cual si le hubieran atravesado con un hierro candente. Su dolor y su indignación eran inconsolables a pesar de los arrumacos de la madre y míos. En esos actos instintivos de padres nuevos le dije “devolvésela”. Fue suficiente que lograra devolver a su hermano un pequeño golpe con la poca fuerza que tenía a sus dos años para que todo su dolor cesara y a los pocos minutos estuviera nuevamente jugando a su lado. En ese momento me puse a pensar que había actuado en su interior para provocar ese cambio. A partir de ese hecho estuvo dando vueltas sobre mi cabeza esta idea que hoy vierto en esta plancha. En latín la llamaban vindicatio, compuesta del elemento vis, vim, que significa fuerza, más dico, dícere, dictum, que significa decir, recurrir a, imponer la fuerza. Creo que todos nacemos con un instinto de venganza. Si me hacen una broma se la devuelvo, si me cargan, cargo, si me insultan, insulto, si me pegan, pego. Si matan a algún ser querido quiero que mueran y si violan me regocija que sean violados en la cárcel. De alguna forma eso nos compensa. Somos capaces de escapar a este instinto natural?. Quienes declaman contra la venganza pensarían igual si un hijo fuera objeto de vejamenes o muerte? Cuando vemos a las víctimas o a sus deudos mostrando su disconformidad por las sentencia dictada por la justicia. Estaban reclamando justicia, o venganza?. En las sociedades primitivas no existían dudas sobre la aplicación de la venganza como el castigo más apropiado. Todavía hay sociedades que castigan el robo con el corte de la mano, la infidelidad con el apedreo y la muerte con la muerte. La evolución del ser humano siempre ha intentado desde la racionalidad cambiar este concepto intentando recuperar al victimario para reinsertarlo en la sociedad, aunque esto no convenza a la víctima. Atento a la cantidad de abogados que padecemos en esta Logia, hubo un concepto que me interesó profundizar para el debate y es que LA JUSTICIA, en su más amplio concepto es también una forma de venganza, asegurando el respeto de los derechos tanto de las victimas como de los supuestos victimarios. En griego se llaman prácticamente igual: (díke) se llama la justicia, y (ekdíke) se llama la venganza. Pero La justicia se trata de una venganza que persigue detener la sucesión interminable de venganzas). De lo que se trata, desde siempre, es de controlar la espiral provocación-respuesta en manos del más fuerte, de manera que provenga de quien provenga la provocación, sólo el Estado está legitimado para ejercer la venganza, es decir para vim dícere, para decretar el uso de la fuerza contra quien ha usado la fuerza. Es, por tanto, oficio de la justicia el de canalizar la venganza. Aún en la batalla, aquellos a quienes la fortuna ha convertido en vencedores, si no exterminaron a sus enemigos en la guerra ya no deben hacerlo luego. La sed de venganza que quede, ha de saciarla a partir de ahora la justicia. Hay que buscar las cabezas de turco, los chivos expiatorios y organizar con ellos la ceremonia de la venganza, con toda su parafernalia, y cuanto más larga mejor, para dar tiempo a que entretanto se apaguen las llamas, de manera que se salde la operación con el menor número de víctimas posible. Se trata de apagar el fuego, no de avivarlo. Parece que eso es precisamente lo que pretendió la justicia desde que se inventó. Y apagar el fuego requiere por una parte disuadir a los pirómanos, y por otra no irritarlos. Esto no quita que aún en la administración de justicia se considere a la venganza como un acto humano posible, tanto es así que si el vengador reacciona en caliente, por impulso, por pasión o arrebato los jueces le dictarán penas leves o lo absolverán por cualquiera de los eximentes que le puedan aplicar.
Es nuestro deber luchar contra el instinto, ponernos a prueba diariamente
practicando la tolerancia y el perdón. Permitir que la justicia actue y dicte el castigo acorde a la falta cometida y no a nuestra necesidad de venganza e intentar garantizar desde nuestra función pública el acceso a esta justicia, especialmente de los más desprotegidos evitando que el poder o el dinero sean elementos que permitan evadir la justicia. Dijo el poeta italiano Pietro Metastasio Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.
Esa es una de la aristas mas difíciles de pulir cuando empuñamos el
martillo y el cincel ya que la palabra mesurada y racional de los tiempos de calma se enfrentará inexorablemente con el instinto cuando las circunstancias lo motiven.
Cierro mi exposición con dos frases de Sir Francis Bacon que llamaron mi atención
Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra
antes de la llegada de los españoles al nuevo mundo florecieron en mesoamérica civilizaciones que lograron grandes avances en la agricultura y conformaron majestuosas ciudades y establecieron una clara estratificac