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Anexo n° 4 Observación Salón Internacional de Cirugía

plástica
CUERPOS Y CARAS - 2006
PRIMER SALÓN INTERNACIONAL DE CIRUGÍA ESTÉTICA RECONSTRUCTIVA
Y COSMETOLOGÍA

Jueves 16 de Noviembre
Me cuesta un montón conseguir una invitación para la inauguración y entradas para los
días restantes, pero las consigo en el último momento. Es en Espacio Riesco, un sitio
enorme especialmente diseñado para albergar eventos, fiestas, ferias, muestras, showroom,
y todo tipo de programas de marketing o celebración de empresas. Llego y además del
Salón de Cirugía, hay una fiesta de un banco internacional y el Salón Inmobiliario.

No alcanzo a llegar a la hora de apertura (19:00 hrs.) así que no sé si hubo discursos de
parte de los organizadores o las autoridades, pero al entrar al recinto destinado a Cuerpos y
Caras, no parece que los haya habido. No hay nada parecido a un lugar donde la gente
pudo reunirse en torno a un orador, no hay podium, ni micrófono.
Llego una hora más tarde que la hora de citación y parece que está comenzando. No hay
mucha gente y el cóctel recién aparece. Las cámaras de TV (no sé qué canal ni programa)
siguen a alguien, reconozco al Presidente del Colegio Médico, pero no alcanzo a escuchar
qué dice.
El Salón es en un subterráneo. Es un piso grande con varios stands. La ambientación es
algo fría, los stands están hechos con aluminio y con separadores blancos, tienen muebles
de oficina y mostradores. Hay algunos que tienen pantallas donde muestran videos “antes-
después”, uno de los videos se titula “De la cabeza a los pies”. Los videos siempre
muestran a la niña llorando en la primera consulta o mientras es entrevistada. No alcanzo a
escuchar el diálogo, pero sé de qué se trata. Quizás los programas de televisión sobre
cirugías ya impusieron un género del “Make-Over”. La protagonista de la transformación,
antes de que suceda, llora expresando su tristeza, frustración o enojo con respecto a su
apariencia y habla de los problemas que le ha traído. Me pregunto si eso será para darle
legitimidad moral. Nunca he visto un programa en que salga alguien diciendo “soy
hermosa y soy feliz, pero quiero ser más hermosa”. Es el sufrimiento psicológico y las
consecuencias sociales las que legitiman una cirugía estética.

Hay stands de varias clínicas, de marcas de máquinas para tratamientos cosméticos, marcas
de cremas y productos cosméticos, y marcas de implantes de silicona. Hay un stand de una
fundación para el tratamiento del cáncer y uno de promoción de un condominio exclusivo
en las afueras de Santiago que tiene palmeritas pequeñas (supongo que para regalar a los
interesados). Este último elemento junto a algunos aspectos de la decoración, por ejemplo
varios sillones Wasily conocidos por su elevado costo, me hacen pensar en el lujo. Un
stand es algo diferente, es el stand de un centro de kinesiología. Tiene una alfombra de
algodón, cojines en el suelo y un florero de madera con ramas. Es más cálido. Me sugiere la
estética del new age, del crecimiento personal, de las terapias alternativas, de la psicología
humanista o transpersonal. Miro que entre los servicios que ofrecen dice “tratamientos
anti-estrés”. Eso me hace sentido.

Hay otras cámaras de TV y reconozco que pertenecen a dos programas: “Alfombra Roja” y
“SQP”, programas de espectáculos y farándula. No sé si haya habido modelos o actrices
famosas pero cuando llego no las hay (más tarde llega Patricia Maldonado, una mujer que
no se destaca por su belleza, y las cámaras la enfocan y la entrevistan). Eso me llama la
atención, pues supongo que sería una estrategia de marketing efectiva en el sentido de
atraer a la prensa y la televisión y por añadidura a los clientes. La persona que me regaló
las entradas me dijo que la publicidad no había sido suficiente por lo que temía una
convocatoria limitada. Durante los tres días que asisto me parece que así es, no hay mucha
gente y las personas no se ven particularmente animadas.

La cosa funciona más o menos así, los clientes deben acercarse a los stands y preguntar.
Allí reciben la atención de promotoras, representantes, vendedores o personal técnico
(según el stand) que puede responder preguntas y entregar información. Los promotores
regalan muestras de las cremas y folletos informativos, aunque la mayoría son más bien
pasivos y abúlicos, no se acercan ni invitan a los clientes a informarse. El único lugar
distinto es un stand donde te muestran los implantes mamarios, te invitan a probarte uno y
te hacen una cotización.

Salgo al hall de acceso a mirar a la gente mientras me tomo una copa. La mayoría de los
asistentes son de las empresas auspiciadoras y del propio Salón. Deduzco que casi no hay
clientes ya que los que veo tienen credencial colgada al cuello. Me asomo al Salón por
unos segundos y veo que en el Stand de una clínica, una mujer –que parece enfermera por
su uniforme- le muestra las tetas inclinando el escote hacia delante a otra mujer más joven,
cuyo atuendo indica que es promotora de esa misma clínica. Me da un poco de risa. Pienso
que la enfermera está operada y le muestra el resultado a la promotora. Puede no ser así
pero seguro que hablan de las pechugas y de la cirugía. Aquí son protagonistas.

Más tarde estoy parada frente al stand de implantes y cirugía. Me acerco y escucho la
conversación entre una mujer adulta, la representante de ventas (más tarde supe que eso
era), y otra joven extranjera promotora de otro stand. Comentan respecto a los tipos de
implantes, texturizados y no texturizados, de contorno alto o no, etc. Las dos tienen
implantes y comentan, “este es el mío” y la representante está argumentando algo en
relación al resultado cuando estira la mano como para tocar las tetas de la promotora y ella
salta un poco hacia atrás, sorprendida, evadiendo el gesto. La representante dice algo así
como “ay! No importa!” y ella misma muestra por el escote las suyas. Me ofrece tocarlas
para que me de cuenta que no se notan, se las toco y no noto nada raro. Es primera vez que
le toco las tetas a una total desconocida. Es primera vez que sé que una mujer puede
tocarle las tetas a otra en un lugar público y sin un sentido erótico. La representante dice
que yo “estoy interesada” y me pone a una promotora o vendedora delante. Me dicen que
me puedo probar y me ofrecen pasar a ver las tetas de una niña que está en el probador
“para que vea las cicatrices”. Paso al probador y la vendedora, una mujer adulta delgada,
bronceada y muy arreglada, me muestra una teta completamente desnuda y su cicatriz que
casi no se ve. Luego se desabotona la blusa y me muestra cómo se ve en sostén. Esto llama
la atención aún más, acabo de verle las pechugas a una desconocida, me acuerdo del caso
2 y su “exhibicionismo” y de lo que contaba acerca de que los implantes no eran nunca
totalmente propios, que nunca eran igual que unas pechugas propias. Ella me dice que “te
cambia la vida”, “para las mujeres, la vida sexual”, “te sientes más sexy”, “Nunca más te
van a mirar a los ojos, aunque tú los tienes súper lindos, pero igual [me doy cuenta de que
ella tiene lentes de contacto azules]”, “te van a llover [los pretendientes]”. Sigue: “Yo ahora
me las quiero agrandar. Siempre les digo a las mujeres que hay que tomar una buena
decisión [respecto al tamaño]. El 85% de las que se operan –dicen las enfermeras de la
clínica- vuelven a que les pongan más grandes”, “hay que considerar lo que tú aportas [de
pechugas]. Yo era más gordita antes de operarme, después bajé de peso y lo que yo
aportaba se redujo a cero, por eso quiero ponerme más grandes.” Le pregunto si hay que
cambiarlas cada 10 años y me responde que “es relativo, depende de los controles”.
“Tuvimos una paciente que estuvo 19 años con los implantes y nada. El dr. La tuvo que
llamar para cambiárselos, ella no quería. Y los implantes estaban impeque”. “Es una
excepción, claro”.

Las mujeres de este stand son muy amables y energéticas, hablan harto. Dos veces escucho,
respecto a las pechugas con implante que ofrecen, que “se ven tan naturales, no quedan
como las de la Carla Ochoa, que es horrible! No quedan tan marcadas”. Me explican “el dr
NN, te las pone bajo el músculo”. “Otros doctores las ponen encima y es una operación
súper simple [como queriendo decirme “rasca”, o “floja” o “mediocre”], pero el Dr NN,
no”. Luego me dicen que van rifar una operación y me ofrecen inscribirme en el sorteo. Yo
me inscribo y pienso qué haría si ganara. No es obvio, ni evidente, ni seguro para mí,
pienso que es porque es un bien suntuario deseado por muchos que me llegaría de regalo,
entonces no es tan fácil despreciarlo.
Vuelvo al hall de acceso a mirar a la gente. En un momento de la jornada llaman sólo a los
doctores a la sala de conferencias. Me pregunto qué harán, que les dirán, por qué sólo a los
doctores.

Viernes 17 de Noviembre
El lugar es una feria. Una feria de negocios, como una FISA o feria del automóvil. Sólo que
aquí venden cirugía plástica, belleza, moldearte, modelarte, etc.

Entro a una conferencia sobre reconstrucción mamaria. La dicta una autoridad en el tema.
Hay muy poquita gente, 13 mujeres más 3 médicos en una sala para más de 100 personas, y
creo que no todos con clientes pues muchos tienen credenciales o los he visto antes.
Además muchas de las mujeres no parecen de clase media alta o alta.

El médico que dicta la conferencia ocupa un cargo en la Sociedad Chilena de Cirugía


Plástica y no dice absolutamente nada desde el cargo que ocupa. Me llama la atención que
no enuncie un discurso más amplio, más ideológico, político o ético. Habla de “la belleza
de la glándula mamaria” y pone ejemplos de la historia del arte. Luego viene una
exposición sobre reconstrucción mamaria después de una mastectomía. Es una presentación
bastante técnica pero comprensible. Al finalizar, respecto a la reconstrucción, dice que “el
pezón es una inquietud del médico más que de las pacientes. El 40% de las pacientes
desean reconstrucción del pezón, al resto no le preocupa, solo le importa la reconstitución
del volumen”. Hay preguntas y respuestas, la mayoría de carácter técnico (respecto a si usar
colgajos o implantes, a los siliconomas, al plan auge, etc.). Me pregunto por qué en un
Salón sobre cirugía plástica reconstructiva la primera conferencia es de reconstrucción
mamaria posterior a una mastectomía. ¿Por una cuestión de validación ética? Puede ser,
pero de todos modos, pienso que el Salón no está bien orientado. Si es una feria de
negocios, el negocio es la cirugía estética y no la reconstructiva, y los clientes son
personas que se quieren operar y buscan información, por lo tanto conferencias muy
técnicas están fuera de foco. Además, el Congreso Nacional de Cirugía Estética comienza
este mismo fin de semana en el sur de Chile y esa es la instancia profesional y científica
donde divulgar, debatir y proponer asuntos técnicos. No aquí.

La segunda conferencia a la que asisto es sobre Lifting, un procedimiento puramente


estético de rejuvenecimiento facial. Esta es una exposición aún más técnica que la anterior.
Es difícil comprenderla porque el doctor se refiere a cuestiones como “el nivel
retroauricular subcutáneo” y nombres aún más complicados. Con mayor razón pienso que
hay un problema de enfoque, no está claro si es un encuentro médico, científico, entre
colegas o una instancia de difusión hacia los clientes potenciales. Escucho lo que el
médico dice. “Este procedimiento sirve para elevar la piel caída, que les pasa a todas las
personas. Se pierde turgencia.” “Hay que ir a estructuras más profundas [los músculos] para
producir un gran cambio” “Técnicas mínimamente invasivas o conservadores no bastan. Si
hay cambios profundos hay que hacer intervenciones a nivel profundo [se refiere a tirar los
músculos y no solo retraer la piel]”. Dice varias veces “HAY que hacer…”. “No basta con
hilos tensores, no basta con bótox, después de los 45 años, HAY que…”. Sigue “estos
cambios [los que suceden en la cara después de los 45 años] son consecuencias de
alteraciones en el tejido profundo, por la gravedad, el aumento de la grasa…”. “Los
pacientes de más de 45 años tienen alteraciones anatómicas mayores, cambios
estructurales” “La gravedad produce trastornos y los trastornos hay que tratarlos”. Yo
pienso que 45 años me parece muy temprano, quizás es porque es una edad para la que no
me falta tanto. También pienso que este doctor habla de los signos de envejecimiento como
si fueran enfermedades o fenómenos inesperados, a los cambios los llama “alteraciones”.
De repente se refriere a un riesgo de la operación: la parálisis fácil. Dice que es gravísimo,
que se evita con un gran conocimiento de la anatomía facial. Respecto a los resultados,
mientras muestra algunas fotos hace notar que el contorno de la cara queda más
redondeado, más natural. Sí, dice “más natural”, ¡qué más natural que una cara caída en
la vejez!, creo que se refiere a que no queda raro, ni tirante, ni como una máscara. “Se ve
un aspecto juvenil, más relajado, más tranquilo” Sí, dice “más relajado y más tranquilo”,
me acuerdo del caso 3 y 4?. Los signos de vejez se asocian a tristeza, falta de energía,
menoscabo…entonces, quizás en contraste, los rostros rejuvenecidos se ven más relajados.
“Esta operación no pretende cambiar la persona” Dice esto refiriéndose a que la persona
debería verse como siempre, la operación no debería cambiar su rostro solo rejuvenecerlo.
“Se trata de darle un aspecto más jovial, más juvenil, no hacer desaparecer su imagen
normal”. Durante un tiempo muy corto habla rápidamente de complicaciones de esta
cirugía y luego le hacen preguntas técnicas sobre el drenaje linfático temprano y otras
cosas. “Estos pequeños signos [el contorno de la cara estirado, pocas arrugas en la boca,
pocas patas de gallo, pocas arrugas en la frente y el ceño] determinan la juventud”. “Hay
una cirugía para cada paciente”. “¡Es la cara!”. “Es un tema interesante y bonito. Las
pacientes se van contentas.”

Vuelvo al salón de los stands. ¿Por qué viene tan poca gente al Salón? Pienso que
efectivamente hubo poca publicidad. Pero, además hay que considerar que es algo caro
($3000 diarios) para algunos –aunque quizás no para la mayoría de la población tarjet.
Pienso que quizás el tema de la cirugía es también algo íntimo. Culturalmente está
connotado como una cuestión personal.

Sábado 18 de Noviembre
Hay más clientes esta vez, pero no mucha gente. El Salón se sigue viendo medio pelado. La
mayoría de las personas que se pasean entre los stands, son mujeres adultas (más jóvenes y
no tanto) normales, de clase media y alta. Ni muy bellas, ni muy feas, ni gordas, ni
raquíticas, ni plásticas, ni deportistas al natural. Veo algunas parejas, una embarazada y una
mujer con un bebé en los brazos. Me acerco a alguna gente y les pregunto que los motivó a
venir. Varios contestan que sintieron curiosidad o que querían informarse porque están
pensando operarse. Otros están acompañando a los primeros y otros vienen a ver a médicos
conocidos.

Entrevisto a una pareja jovencita de pololos. Ella quiere operarse (parece que hacerse una
liposucción) y vino para informarse, incluso obtuvo una cotización. También se ha
informado por Internet. Su hermana ya se operó de lo mismo. Solo le falta tener coraje para
decidirse, según ella. El pololo no cree que lo necesite pero la apoya. Aparentemente está
conciente e informada de los riesgos. Me llama la atención el asunto de que sea una
cuestión que se comparte y se vive en pareja. No es el primer caso.
Entrevisto a otra mujer, de clase un poco más baja que la mayoría deduzco de cómo habla.
El mismo caso, vino para informarse. Me habla de que le importa que sea una clínica con
toda la infraestructura necesaria en caso de urgencias.
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