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C A P Í T U L O 1 1

LESIÓN QUÍSTICA HEPÁTICA


EN UNA MUJER DE 88 AÑOS

CASO CLÍNICO

Mujer de 88 años sin patología médica de interés salvo enferme-


dad de Parkinson, en tratamiento farmacológico y seguimientos
periódicos por su neurólogo. Como antecedentes personales gastro-
enterológicos, la paciente presentaba una pequeña hernia hiatal por
deslizamiento y gastritis crónica antral (diagnosticadas por panen-
doscopia oral hacía 13 años). En una ecografía abdominal, realizada
hace 13 años en su ciudad de origen, se objetivó un quiste hepático
único de 9 cm; se realizó análisis citológico de líquido intraquístico
obtenido por PAAF, evidenciándose celularidad negativa («células
espumosas y escasa celularidad inflamatoria»), por lo que se diag-
nosticó de quiste hepático simple; en la ecografía se describía una
«dudosa cápsula», pero en la citología no se evidenciaron elementos
hidatídicos. Durante los 4 años siguientes se efectuaron ecografías
de control que no mostraron crecimiento ni otras alteraciones, por lo
que no volvieron a realizarse estudios de imagen.
El 18/5/04 la paciente presentó un episodio de dolor abdominal
intenso que le obligó a acudir al servicio de urgencias de otro centro
hospitalario, donde la ecografía abdominal evidenció la presencia de
un «quiste de contenido heterogéneo de 11 cm en LHI». Ingresó en
la planta de gastroenterología de nuestro centro el 26/5/04, proce-
dente de consultas externas, para completar estudio de la lesión
L. CRESPO PÉREZ focal hepática. La paciente refería leve dolor abdominal de 15 días de
J. M. MILICUA SALAMERO evolución, localizado en epigastrio e irradiado a hipocondrio dere-
cho, que fluctuaba a lo largo del día, de características opresivas,
que empeoraba con los movimientos, la tos y la ingesta y cedía con
analgesia de primer escalón. No refería síndrome constitucional. No
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había presentado fiebre ni sensación distérmica INR 1,1; Act Pt 108,1 %; fibrinógeno 444,4
en ningún momento ni había realizado viajes al mg/dl; albúmina 54,7 %; α1 globulina 3,3 %; α2
extranjero en el tiempo cercano a la aparición de globulina 12,5 %; β−globulina 12,4 %; γ−globuli-
los síntomas. Tampoco presentaba historia de na 17,1 %; IgG 1.390 mg/dl; IgM 160 mg/dl; IgA
contacto con animales. No refería ictericia, colu- 297 mg/dl; ferritina 23,4; vitamina B12 491 pg/ml;
ria ni acolia. ácido fólico 2,77 ng/ml. Orina elemental: siste-
En la exploración física, la paciente se encon- mático 20 eritrocitos, 500 leucocitos, resto nor-
traba normotensa y afebril durante todo el ingre- mal. Sedimento urinario: piuria intensa. Uroculti-
so, con excelente estado general, sin ictericia vo: Pseudomonas aeruginosa sensible a
cutaneomucosa. En la exploración general tan levofloxacino. Marcadores tumorales séricos:
sólo destacaba la existencia de un soplo diástoli- CEA 3,64 ng/ml (VN < 5 ng/ml); alfafetoproteína
co II/VI en foco mitral, sin ningún otro hallazgo 2,87 UI/ml (VN < 5,8 UI/ml) y CA 19-9 6.057 UI/ml
patológico. En cuanto a la exploración abdomi- (VN < 37 UI/ml).
nal, presentaba un abdomen globuloso y poco El mismo día de su ingreso (26/5/04) se repi-
depresible debido a defensa voluntaria, doloroso tió la ecografía abdominal que informó del modo
a la palpación superficial y profunda en epigastrio que sigue: «Tamaño y ecogenicidad hepática nor-
e hipocondrio derecho. Se palpaba hepatomega- males con gran lesión quística que ocupa el LHI y
lia dura no dolorosa de 4 traveses de dedo a mide 11 cm con tabiques sólidos que se proyec-
expensas del LHI. El resto de la exploración físi- tan al interior del quiste, compatible con cisto-
ca fue normal. adenoma o cistoadenocarcinoma; quiste renal
Los hallazgos analíticos fueron los siguien- derecho, resto sin hallazgos» (fig. 1).
tes: glucosa 84 mg/dl; Cr 1 mg/dl; urea 32 mg/dl; El estudio se completó con una TC de abdo-
ácido úrico 4 mg/dl; Na 143 mmol/l; K 4,4 men y pelvis realizada el día 31/5/04 que aportó
mmol/l; Cl 104 mmol/l; Ca 9,5 mg/dl; proteínas la siguiente información: «Hígado con una lesión
totales 7,3 g/dl; Bt 0,3 mg/dl; GOT 11 U/l; GPT 4 quística, bien delimitada, sin nódulos ni claras
U/l; GGT 38 U/l; LDH 222 U/l; FA 129 U/l; coles- septaciones, situada en el segmento III del LHI,
terol 237 mg/dl; HDL colesterol 50 mg/dl; LDL que mide 11 cm y llega a desplazar estómago y
colesterol 158 mg/dl; TG 145 mg/dl; Hb 12,2 cabeza pancreática, estando en íntima relación
g/dl; Hto 36 %; VCM 83,9 fl; HCM 28,4 g/dl; pla- con la vena porta que está comprimida, compati-
quetas 416.000/µl; leucocitos 9.100/µl (59,5 % ble con cistoadenoma o cistoadenocarcinoma;
neutrófilos, 28,60 % linfocitos); VSG 53 mm/h; quiste renal simple de 8 cm en RD» (fig. 2).

FIG. 1. Gran lesión quística con tabicaciones sólidas FIG. 2. Lesión quística hepática situada en segmento
que se proyectan hacia su interior. III del LHI.
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El 3/6/04 se realizó PAAF de la lesión, obte-


niéndose 5 cc de material hemático denso que
COMENTARIOS
se procesó para citología y dio el siguiente infor-
me: «Abundante material flocular proteináceo y CISTOADENOMA Y
escasa celularidad, de aspecto que parece CISTOADENOCARCINOMA BILIAR
benigno y que podría corresponder a células de
revestimiento del quiste, con histiocitos y linfo- EPIDEMIOLOGÍA
citos aislados.» Se envió una muestra del líqui-
do obtenido para medición de marcadores Los cistoadenomas son tumoraciones hepáti-
tumorales intraquísticos, obteniéndose el cas muy poco frecuentes. Las escasas publica-
siguiente resultado: CEA 18,06 ng/ml y CA 19-9 ciones que existen se limitan a describir peque-
> 100.000 UI/ml. ñas series de casos o casos únicos [1-3]. Hasta
Dada la edad de la paciente, la clínica de julio de 2004 se han publicado 80 casos de cis-
dolor abdominal que no cedía y de acuerdo con toadenomas y 30 de cistoadenocarcinomas.
la familia, que rechazó opciones quirúrgicas, el Suponen aproximadamente el 5 % de las lesio-
día 10/6/04 se repitió ecografía con colocación nes quísticas del hígado. Son más frecuentes los
de un drenaje en la lesión y se aspiraron 350 cc dependientes del parénquima que los derivados
de líquido de aspecto achocolatado. La nueva de los conductos biliares extrahepáticos. En
muestra enviada para citología informó: «Sedi- cuanto a frecuencia por sexos son más numero-
mento hemático con celularidad polimorfa desta- sos los casos descritos en mujeres mayores de
cando grupos celulares con marcada atipia, 40 años. Tienden a localizarse preferentemente
núcleos basales con nucleolos muy patentes, en el lóbulo hepático derecho.
que evidencian un claro origen neoplásico.» El Pueden ser asintomáticos (un hallazgo casual
11/6/04 se decidió inyectar en la lesión quística en exploraciones realizadas por otro motivo) o
50 cc de vibracina. El 14/6/04 se realizó ecogra- dar clínica derivada del gran tamaño que pueden
fía de control que mostró nuevo relleno de cavi- alcanzar. Hay dos tipos fundamentales, en fun-
dad quística, de donde se extrajeron otros 250 cc ción de si tienen o carecen de «estroma mesen-
de líquido marrón de menos densidad que el quimal» (EM) [4]. Todos los casos con EM afectan
extraído en la colocación del drenaje. a mujeres. Existe una correlación bien documen-
La evolución de la paciente fue excelente, per- tada entre la presencia de EM y el riesgo de
maneciendo asintomática a partir de ese momento. degenerar a cistoadenocarcinoma. Se han docu-
Como conclusión cabe añadir que a pesar de mentado lesiones histológicas similares en ovario
la citología benigna inicial y dado que el líquido y páncreas, mucho más frecuentes que las hepá-
extraído de la lesión tenía un CA 19-9 > 100.000 ticas.
UI/ml y que el CA 19-9 sérico estaba muy eleva-
do, y teniendo en cuenta los resultados de la CLASIFICACIÓN DE LOS QUISTES HEPÁTICOS
segunda citología, que informó de proceso clara-
mente maligno, se interpretó como lesión de En la tabla 1 se detallan las principales lesio-
naturaleza neoplásica. La paciente no ha acudido nes quísticas hepáticas [5].
a revisiones posteriores en las consultas de gas-
troenterología ni ha vuelto a presentarse al servi- MANIFESTACIONES CLÍNICAS
cio de urgencias por sintomatología relacionada
con su patología hepática. Los quistes hepáticos pueden ser asintomáti-
cos y encontrarse de modo casual en estudios de
imagen o intervenciones quirúrgicas realizadas
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO por otro motivo [1, 2]. Habitualmente, si tienen un
diámetro mayor de 5 cm suelen ser sintomáticos,
y si son mayores de 8 cm aumenta su tasa de
Probable Cistoadenocarcinoma biliar complicaciones. El espectro clínico es muy
intrahepático. amplio [6]. Síntomas frecuentes son la sensación
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TABLA 1. Principales lesiones quísticas hepáticas


Tipo de lesión Datos clínicos Datos radiológicos (TC y RM)

Congénitas
Poliquistosis hepática Asintomático; a veces coexis- Quistes regulares, homogéneos,
tencia con quistes renales sin tabicaciones
Hamartomas Asintomático Homogéneos; todas las lesiones
menores de 1,5 cm
Enfermedad de Caroli Asintomático o síntomas de Dilataciones segmentarias de la
colangitis vía biliar
Neoplásicas
Sarcoma embrionario Adolescentes o adultos jóvenes; Gran lesión generalmente única,
asintomático con componente sólido; captan
contraste. En ocasiones calcifi-
cados
Cistoadenoma y cistoadeno- Más frecuentes en mujeres de Únicos o multiloculares, con
carcinoma biliar mediana edad; suele dar sín- tabicaciones, a veces cápsula
tomas fibrosa. En ocasiones calcifica-
dos
Carcinoma hepatocelular Generalmente hígado cirrótico; Signos de cirrosis asociados.
sintomatología derivada de la Generalmente con componente
cirrosis sólido hipervascular, a veces
con cápsula
Hemangioma cavernoso Asintomático Gran lesión con realce periférico
Metástasis quísticas Tumor previo conocido (colon, Generalmente múltiples; capta-
recto, sarcoma, carcinoide, etc.) ción en anillo
Metástasis de cáncer de ovario Tumor ovárico conocido Implantes capsulares
Infecciosas
Absceso Fiebre, sepsis Presencia de niveles hidroaéreos.
Signo de la diana
Quiste hidatídico Serología positiva o anteceden- Vesículas hijas, calcificaciones
tes epidemiológicos sugestivos
Miscelánea
Seudoquiste subcapsular Pancreatitis Generalmente en LHI, cápsula
fina. Signos de pancreatitis
Hematoma intrahepático Adenoma hepatocelular conoci- Señal compatible con sangre,
do, angioma roto, traumatismo signos de traumatismo
previo, etc.
Bilioma intrahepático Cirugía o traumatismo sobre vía Sin cápsula, sin tabicaciones y
biliar sin calcificaciones

Adaptado de Mortelé y Ros [5].

de masa abdominal en piso abdominal superior, o provocar sensación disneica. Otros síntomas
distensión abdominal, molestias o dolor abdomi- posibles son anorexia, pérdida de peso, náuseas,
nal franco. A veces pueden ocasionar pancreati- vómitos o dispepsia. Se han descrito casos de
tis aguda secundaria a síntomas compresivos. Si trombosis y obstrucción de la vena cava inferior.
son de gran tamaño también pueden causar icte- Otras presentaciones descritas, aunque menos
ricia o colangitis por compresión sobre la vía biliar frecuentes [7], incluyen casos de abdomen agudo
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debido a hemorragia intraquística, infección, La realización de biopsias guiadas tanto por


rotura del peritoneo y torsión del pedículo entre TC como por ecografía no es recomendable por el
otras complicaciones infrecuentes. riesgo de diseminación tumoral en el caso de que
En estos pacientes conviene realizar diagnós- se trate de una lesión de naturaleza maligna (lo
tico diferencial del dolor porque hasta en el 35 % cual en muchas ocasiones no se sabe a priori).
de los casos puede ser ocasionado por patología
no relacionada con la tumoración hepática como, Resonancia magnética
por ejemplo, coledocolitiasis, enfermedad pépti-
ca concomitante, síndrome de intestino irritable, Es muy útil para evidenciar la relación de la
angina intestinal, entre otras entidades [4]. lesión con las estructuras vasculares/biliares
En todo paciente que presente recurrencia de adyacentes, así como para planear el procedi-
su lesión quística tras cirugía o tratamiento radio- miento quirúrgico [8].
lógico debería descartarse que se tratase de un
cistoadenoma [4]. CPRE

DIAGNÓSTICO Es eficaz para mostrar la comunicación con el


árbol biliar, aunque en la actualidad está siendo
Ante una lesión quística focal hepática habrá sustituida por la CPRM debido a que esta última
que considerar los siguientes puntos: no presenta complicaciones.

1. Precisar el lugar exacto donde se encuentra Marcadores tumorales


comprometido el hígado.
2. Relación de la lesión con estructuras vascula- Séricos
res y biliares.
3. Descartar comunicación con árbol biliar. El CA 19-9 podría servir para identificar la
4. Descartar malignidad. enfermedad, pero valores normales no descartan
que pueda tratarse de un cistoadenocarcinoma [4].
Pruebas diagnósticas Tras la resección quirúrgica del tumor, las cifras de
CA 19-9 se normalizan, por lo que podría ser de uti-
Ecografía lidad en el seguimiento de posibles recurrencias.
Por otra parte, cifras más elevadas de CA 19-9 no
Resulta muy indicada para la valoración inicial implican la existencia de cistoadenocarcinoma [9].
de este tipo de lesiones. Se define como quiste El CEA no resulta adecuado para descartar enfer-
hepático complejo el que presenta paredes medad neoplásica ni para su seguimiento.
engrosadas, proyecciones papilares, áreas sóli-
das y septos en su interior. Este tipo de quiste es Intraquísticos
neoplásico hasta que no se demuestre lo contra-
rio [8]. Se consideran más útiles las determinaciones
de CA 19-9 y CEA intraquísticos que los valores
Tomografía computarizada serológicos, tanto para definir la enfermedad
como para diferenciar cistoadenomas/cistoade-
Permite valorar el engrosamiento de la pared nocarcinomas de quistes simples o del quiste
del quiste, las septaciones y el desplazamiento hidatídico. No se conoce nivel por encima del
de vísceras adyacentes. Un importante compo- cual la lesión se pudiera considerar maligna.
nente sólido en la pared sugiere enfermedad
maligna. ANATOMÍA PATOLÓGICA
Las tabicaciones se aprecian mejor en la eco-
grafía que en la TC, aunque el rendimiento diag- Examen macroscópico
nóstico de la TC aumenta con la inyección de
contraste i.v. (paredes, tabicaciones y nódulos Son más frecuentes de localización hepática,
murales hipercaptantes) [8]. aunque hay descritos casos de localización con-
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comitante intra y extrahepática. La mayoría son DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL


multiloculares y ocupan de manera preferente el
LHD. A veces están comunicados con estructu- En el diagnóstico diferencial del cistoadeno-
ras vasculares o con el árbol biliar. En ocasiones ma/cistoadenocarcinoma se valorarán funda-
aparecen calcificados, sobre todo en los casos mentalmente las siguientes posibilidades diag-
de larga evolución. Generalmente presentan nósticas (tabla 1):
superficie externa lisa y su contenido suele ser
líquido, predominantemente mucinoso, pudiendo – Quiste hepático simple.
contener pigmento biliar, hemosiderina y pus si – Poliquistosis hepática
están infectados [10]. – Absceso hepático tabicado.
– Quiste hidatídico.
Examen microscópico – Hamartoma hepático.
– Sarcoma/leiomiosarcoma embrinonario hepá-
La superficie interna está revestida de epitelio tico.
cuboide o columnar alto con algunas proyeccio- – Metástasis de aspecto quístico.
nes papilares, núcleos basales y nucleolos promi-
nentes, citoplasma levemente acidófilo con TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
vacuolas de contenido mucinoso; a veces se
observa infiltración de los espacios porta y de los Todos los cistoadenomas en mujeres o en
vasos [10]. El epitelio suele estar rodeado de un hombres deben ser intervenidos quirúrgicamente,
estroma denso mesenquimal muy celular que dada su potencial malignidad y la incapacidad de
contiene fibras musculares lisas y células de tipo diferenciar en muchos casos con las pruebas
oval. Generalmente muestran positividad para CA preoperatorias si se trata de un cistoadenoma o
19-9 y marcadores de músculo liso. de un cistoadenocarcinoma [4]. Se recomienda la
Según Wheeler y Edmonson [4], el epitelio escisión radical para evitar posibles recurrencias.
debe estar rodeado de un estroma denso mesen- Una buena opción quirúrgica es la enucleación
quimal muy celular conteniendo fibras muscula- completa, aunque se deben estudiar rigurosa-
res lisas. La revisión de la casuística encontró mente las paredes del espécimen para descartar
que los cistoadenomas hepáticos con estas enfermedad maligna invasiva. Con paciencia se
características correspondían a mujeres, y se puede encontrar un plano relativamente avascu-
propuso denominarlos cistoadenomas con estro- lar entre la pared del quiste y el parénquima
ma mesenquimal. Por la parte exterior de este hepático [10]. En algunos casos el estroma
estroma celular una banda de tejido colágeno mesenquimal facilita la enucleación, ya que hace
denso lo separaría del parénquima hepático. las veces de una seudocápsula. Las mayores
complicaciones se encuentran en tumores de
RELACIÓN CISTOADENOMA/ gran tamaño y de localización central. Si existen
CISTOADENOCARCINOMA dudas, se recomienda la resección reglada. No
deben realizarse resecciones «a ciegas», espe-
Existe una relación bien establecida entre cis- cialmente en tumores de gran tamaño, dado el
toadenomas con estroma mesenquimal y cisto- riesgo de compresión de estructuras vasculares y
adenocarcinomas. Se han demostrado cistoade- del árbol biliar. Tampoco se recomienda el drena-
nomas benignos preexistentes hasta en un tercio je del quiste a duodeno, por el alto riesgo de
de los pacientes con cistoadenocarcinomas [4]. complicaciones que conlleva, así como una pro-
Asimismo, se han inducido cistoadenocarcino- babilidad importante de recurrencia.
mas sin estroma mesenquimal de manera experi-
mental (modelos animales, empleando aflatoxi- OTROS TRATAMIENTOS EN
nas), lo que podría significar la posibilidad de LESIONES QUÍSTICAS
transformación maligna de las lesiones quísticas
simples hepáticas. También ha sido descrita la En las lesiones hepáticas quísticas existen
degeneración sarcomatosa del estroma mesen- dos grandes alternativas al tratamiento quirúrgico,
quimal. consistentes en la fenestración y la escleroterapia.
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Se han utilizado varias sustancias esclero- adenocarcinoma. No se recomienda la fenestra-


santes, siendo la más empleada el alcohol 95 %. ción en lesiones neoplásicas por el riesgo de
Un grupo japonés [11] realizó un estudio inyec- diseminación tumoral y, dado que en ocasiones
tando tetraciclinas en 11 quistes hepáticos sim- es difícil diferenciar si estamos o no ante una
ples. Se evaluó la respuesta 3 meses después lesión neoplásica, la mejor opción es practicar
mediante TC y se consideró eficaz, ya que las cirugía reglada o la enucleación.
lesiones habían reducido su tamaño en un 50 %.
Los autores consideran esta opción útil, sencilla
y cómoda, pero no pueden descartar que el epi- BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
telio quístico desarrolle atipias celulares tras la
instilación. En otro estudio [12] se instiló alcohol
en lesiones quísticas hepáticas no parasitarias 1. Sato M, Watanabe Y, Tokui K, y cols. Hepatobiliary cysta-
de 8 pacientes, se realizó seguimiento durante un denocarcinoma connected to the hepatic duct: a case
período de 12 a 36 meses y no se documentó report and review of the literature. Hepatogastroenterology
2003; 50: 1621-1624.
recurrencia. Algunos autores recomiendan la
2. Kubota E, Katsumi K, Iida M, y cols. Biliary cystadenocarci-
escleroterapia en pacientes con enfermedad
noma followed up as benign cystadenoma for 10 years. J
poliquística hepática [13], pero resulta contraindi- Gastroenterol 2003; 38: 278-282.
cada en pacientes con coagulopatía, quistes 3. Shimada M, Kajiyama K, Saitoh A, Kano T. Cystic neo-
comunicados con el árbol biliar o que tengan plasms of the liver: a report of two cases with special refe-
diagnóstico de lesión neoplásica (en estos casos rence to cystadenocarcinoma. Hepatogastroenterology
se recomienda cirugía). Sin embargo, no hay nin- 1996; 43: 249-254.
gún estudio que valore específicamente la res- 4. Wheeler DA, Edmonson HA. Cystadenoma with
puesta a la escleroterapia en cistoadenomas o mesenchymal stroma (CMS) in the liver and bile ducts. A cli-
cistoadenocarcinomas, sólo se describe en nicopathologic study of 17 cases, 4 with malignant change.
Cancer 1985; 56: 1434-1445.
casos de «lesiones quísticas hepáticas» sin reali-
5. Mortelé KJ, Ros PR. Cystic focal liver lesions in the adult: dif-
zar mayores especificaciones [13]. No se reco-
ferential CT and MR imaging features. Radiographics 2001;
mienda la escleroterapia en lesiones neoplásicas 21: 895-910.
si se puede optar por otra opción terapéutica 6. Dixon E, Sutherland FR, Mitchell P, y cols. Cystadenomas
más adecuada. Sólo podría recomendarse como of the liver: a spectrum of disease. Can J Surg 2001; 44:
tratamiento paliativo en pacientes de alto riesgo 371-376.
quirúrgico. 7. Catinis GE, Frey DJ, Skinner JW, Balart LA. Hepatic cysta-
La fenestración es un procedimiento quirúrgi- denoma: an unusual presentation. Am J Gastroenterol 1998;
co descrito desde 1968 por Lin y Chen en lesio- 93: 827-839.
nes quísticas no parasitarias, que consiste sim- 8. Kinoshita H, Taimura H, Onishi H, y cols. Clinical features
and imaging diagnosis of biliary cystadenocarcinoma of the
plemente en «abrir una ventana» en la pared del
liver. Hepatogastroenterology 2001; 48: 250-252.
quiste [14]. Sólo se considera indicada en quistes
9. Martín Parra JI, Rodríguez Sanjuán JC, Naranjo Gómez A.
hepáticos simples sintomáticos y en ocasiones Biliary cystadenoma with elevated CA 19-9. Rev Esp Enferm
en la enfermedad poliquística. En 1987 se realizó Dig 2002; 94: 98-103.
un estudio de 22 pacientes con quistes hepáticos 10. Yanase M, Ikeda H, Ogata I, y cols. Primary smooth mus-
no parasitarios [15]. A 17 pacientes se les realizó cle tumor of the liver encasing hepatobiliary cystadenoma
fenestración amplia, a 2 drenaje externo, a otros without mesenchymal stroma. Am J Surg Pathol 1999; 23:
2 drenaje interno (Y Roux) y a uno resección 854-859.
hepática por diagnóstico preoperatorio de neo- 11. Tanaka Y, Ogino M, Tokuda H, y cols. Examination of per-
plasia. Mientras el grupo de las derivaciones pre- cutaneous minocycline hydrochloride injection therapy for
hepatic cysts by one puncture method. Nippon Shokakibyo
sentó fístulas y abscesos de difícil manejo, el de
Gakkai Zasshi 1996; 93: 828-836.
fenestración evolucionó bien. No se presentó nin-
12. Andersson R, Jeppsson B, Lunderquist A, Bengmark S.
gún caso de mortalidad tras un seguimiento de 1 Alcohol sclerotherapy of nonparasitic cysts of the liver. Br J
a 4 años. Surg 1989; 76: 254-255.
Del mismo modo que sucede con la esclero- 13. Moorthy K, Mihssin N, Houghton PW. The management of
terapia, no hay estudios que valoren la eficacia de simple hepatic cysts: sclerotherapy or laparoscopic fenes-
esta técnica en lesiones tipo cistoadenoma/cisto- tration. Am R Coll Surg Engl 2001; 83: 409-414.
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106 Lesión quística hepática en una mujer de 88 años

14. Lin T, Chen C. Treatment of non parasitic cystic disease of 15. Litwin D, Taylor B. Non parasitic cysts of the liver: the case
the liver: a new approach to therapy with polycystic liver. for conservative surgical management. Ann Surg 1987; 205:
Ann Surg 1968; 168: 921-927. 45-48.

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