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C A P Í T U L O 1 9

MUJER DE 75 AÑOS
CON FIEBRE, LEUCOCITOSIS
Y ALTERACIONES
DE LA BIOQUÍMICA HEPÁTICA

CASO CLÍNICO

Mujer de 75 años que acude al servicio de urgencias con fiebre y


malestar general. Como único antecedente, la paciente era hiperten-
sa. Refería fiebre de hasta 38 °C, malestar general, escalofríos, náu-
seas con vómitos alimentarios y dolor abdominal difuso que había
comenzado 4 días antes. Negaba ictericia, coluria o acolia. Sin alte-
raciones del ritmo intestinal ni productos patológicos en las deposi-
ciones. No había ingerido alimentos en mal estado y no refería clíni-
ca similar entre sus familiares.
En la exploración física destacaba marcada hipotensión arterial
(66/40 mmHg), taquicardia sinusal (105 latidos/minuto) y temperatu-
ra de 38,5 °C. En la auscultación cardiopulmonar, el único hallazgo
era la presencia de crepitantes húmedos en la base pulmonar dere-
cha. El abdomen era doloroso a la palpación de forma generalizada,
aunque predominante en el hipocondrio derecho. El signo de Murphy
era negativo y no había datos de peritonismo. No se palpaban orga-
nomegalias y no había semiología de ascitis.
Analíticamente destacaban: creatinina, 1,73 mg/dl; GOT, 106 U/l;
GPT, 75 U/l; BT, 0,8 mg/dl; FA, 182 U/l, y GGT, 86 U/l. Además pre-
G. DE LA POZA GÓMEZ sentaba 12 ⫻ 103 leucocitos/µl con 87% neutrófilos.
V. F. MOREIRA VICENTE La radiografía de tórax fue normal. En la ecografía realizada para
I. GALLEGO RIVERA* descartar patología de la vía biliar se informó de una imagen hetero-
génea, mal definida en el lóbulo hepático izquierdo, como único
* Radiodiagnóstico hallazgo.
En el servicio de urgencias se obtuvieron dos hemocultivos. Ante
el cuadro séptico de origen desconocido, la paciente ingresó en la
UVI, donde presentó buena evolución tras 3 días con fármacos vaso-
234 Mujer de 75 años con fiebre, leucocitosis y alteraciones de la bioquímica hepática

activos (noradrenalina y dopamina) y antibiotera-


pia empírica (ceftriaxona y metronidazol).
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
A las 48 horas de su ingreso, creció en los
hemocultivos Escherichia coli polisensible, por lo Absceso hepático por Escherichia coli.
que se suspendió el metronidazol y se mantuvo la
ceftriaxona. Una vez estabilizada la paciente, se
realizó una TC toracoabdominal en la que se
COMENTARIOS
detectó una lesión heterogénea (6 cm) en seg-
mento IV compatible con absceso (fig. 1). La vesí-
cula presentaba cierto engrosamiento de pared ABSCESO HEPÁTICO PIÓGENO
con vía biliar no dilatada. Además se informó de
la presencia de divertículos en sigma sin signos DEFINICIÓN
de diverticulitis. El resto del estudio fue normal.
Se desestimó la punción y el drenaje del abs- Se define como absceso hepático toda colec-
ceso por las características flemonosas de la ción única o múltiple de material purulento en el
colección. Para estudiar su origen se realizó una parénquima hepático. Puede ser único o múltiple,
ecocardiografía que fue normal, marcadores mono o polimicrobiano. Los dos tipos más fre-
tumorales (CEA, alfa fetoproteína, CA 19-9) con cuentes son el amebiano y el piógeno.
valores dentro del rango normal y una colonosco- Aunque a principios del siglo XIX la mayoría de
pia en la que se observaron únicamente los diver- los abscesos hepáticos eran secundarios a infec-
tículos descritos en la TC. ciones intraabdominales, principalmente apendi-
Se revisó de nuevo la TC toracoabdominal citis, y conllevaban una mortalidad cercana al
realizada con los radiólogos para descartar otras 65%, actualmente el origen más frecuente es la
patologías. Se consideró que el engrosamiento vía biliar, y la mortalidad oscila entre el 6 y el 26%
de la pared vesicular era secundario al absceso [1-4].
(fig. 2).
Tras tratarse durante 4 semanas con ceftria- EPIDEMIOLOGÍA
xona i.v. y habiendo presentado muy buena evo-
lución clínica, la paciente fue dada de alta, indi- Supone una cifra de entre 18 y 20 casos por
cándole que completara 2 semanas más de cada 100.000 admisiones hospitalarias y 23
tratamiento antibiótico oral (amoxicilina-clavulá- casos por millón de habitantes. Presenta una pro-
nico). A las 5 semanas se realizó una TC de con- porción varón: mujer de 2:1-3:1 [5].
trol en la que se observó una clara disminución De los abscesos intraabdominales, los hepá-
del absceso, y otra a las 12 semanas en la que ticos suponen el 13%; los más frecuentes son los
finalmente se constató su desaparición. abscesos viscerales (48%).
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FIG. 1. Masa heterogénea en segmento IV. FIG. 2. Vesícula con paredes engrosadas.
G. de la Poza Gómez, V. F. Moreira Vicente e I. Gallego Rivera 235

PATOGÉNESIS Y MICROBIOLOGÍA imagen es de múltiples abscesos en ambos


lóbulos.
Existen cuatro vías principales de disemina- – Contigüidad. El 4-5% de los casos parecen ori-
ción de la infección: ginarse en colecciones subfrénicas, paracóli-
cas, pararrenales, vesiculares, etc. Son gene-
– Vía hemática. Es muy poco frecuente y se pro- ralmente abscesos únicos en cualquiera de los
duce en el contexto de una sepsis. Suele lóbulos.
aislarse un único agente, generalmente Staphy-
lococcus aureus o Streptococcus milleri. Pro- El 26% de los abscesos hepáticos se consi-
duce microabscesos miliares tanto en el hígado deran criptogenéticos, ya que no puede identifi-
como en el bazo. carse su origen [2].
– Vía portal. Supone aproximadamente el 13%. El Habría que considerar aparte los abscesos
foco primario suele ser algún proceso intraab- secundarios a traumatismos iatrogénicos, como
dominal (diverticulitis, apendicitis o neoplasias los secundarios a quimioembolización, etanoliza-
intestinales). Es un absceso polimicrobiano en ción o tratamiento con radiofrecuencia de hepa-
el que suelen encontrarse microorganismos tocarcinomas y otros tumores, así como los rela-
anaerobios (E. coli, Klebsiella pneumoniae, Bac- cionados con los procedimientos endoscópicos
teroides fragilis). El absceso puede ser uni o que implican manipulación de la vía biliar.
multilocular, y predominantemente aparece en En general podríamos afirmar que en Occi-
el lóbulo hepático derecho. dente es más frecuente encontrarnos con absce-
– Vía biliar. Se considera la más frecuente (43%), sos polimicrobianos por bacterias gramnegativas
secundaria principalmente a colangitis. Los (E. coli, Klebsiella), grampositivas (S. milleri) y
microorganismos más prevalentes son bacilos anaerobios (B. fragilis, Fusobacterium), mientras
gramnegativos y enterococos, pero si el que en Asia los abscesos monomicrobianos por
paciente tiene antecedentes de cirugía de la K. pneumoniae suponen del 55 al 80% de absce-
vía biliar o manipulación endoscópica biliar, sos hepáticos.
también se pueden encontrar anaerobios. La Así, podemos observar claras diferencias al
comparar la microbiología de una serie de 133 ca-
sos recogidos por Álvarez et al. [6] en 2001 y otra
de otros 133 casos en Taiwán publicada por Lee
TABLA 1. Microbiología de los casos et al. [7] también en 2001 (tablas 1 y 2).
de Álvarez [6]

Aerobios
Escherichia coli 25,00% TABLA 2. Microbiología de los casos
Streptococcus milleri 14,20% de Lee [7]
Enterococcus spp 14,20% Aerobios
Pseudonomas spp 14,20% Klebsiella pneumoniae 66,00%
Klebsiella spp 8,30% Escherichia coli 10,70%
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Streptococcus viridans 8,30% Pseudomonas 5,70%


Enterobacter 7% Enterobacter 3%
Anaerobios Otros 3,60%
Bacteroides fragilis 7,14% Anaerobios
Bacteroides spp 13,00% Bacteroides fragilis 9,00%
Clostridium spp 3,57% Clostridium perfringens 1,00%
Modificado de Álvarez et al. [6]. Modificado de Lee et al. [7].
236 Mujer de 75 años con fiebre, leucocitosis y alteraciones de la bioquímica hepática

Mientras que el cultivo del material del absce- HALLAZGOS EN LAS TÉCNICAS DE IMAGEN
so es positivo en el 86% de los casos, sólo lo son
el 57% de los hemocultivos. En la radiografía de tórax se puede observar,
en un tercio de los pacientes, elevación del hemi-
CLÍNICA diafragma derecho, derrame pleural y atelecta-
sias o consolidaciones basales; estos signos
Existe un amplio espectro de presentaciones indirectos deben hacernos pensar en una patolo-
clínicas, desde molestias abdominales difusas gía infradiafragmática.
hasta sepsis, como en el caso clínico presentado. Para descartar la presencia de un absceso
Los signos y síntomas más frecuentes son los hepático, las técnicas de imagen más utilizadas
más inespecíficos, como fiebre, dolor abdominal son la ecografía y la TC. Quizás inicialmente sea de
y pérdida de peso. En la tabla 3 se resumen las elección la ecografía por su bajo coste y alta sen-
formas de presentación más frecuentes. sibilidad (85-95%), aunque con la TC se pueden
detectar colecciones de 0,5 mm de diámetro, con
DATOS DE LABORATORIO [8, 9] la ventaja de que su eficacia diagnóstica no depen-
de del radiólogo, pero con el inconveniente de la
No existen hallazgos analíticos específicos utilización de contraste i.v. Ambas técnicas permi-
en esta patología. El parámetro que más fre- ten guiar un eventual drenaje de la colección [3].
cuentemente se encuentra alterado es la fosfata- La RM identifica pequeñas lesiones en el
sa alcalina, que está elevada en el 56-90% de los parénquima con una elevada sensibilidad, y es
casos, con valores desde 63 a 1.520 U/l. Suele característica la captación de la pared del absce-
haber leucocitosis (17,5 ⫻ 103 ± 7,6 leucoci- so tras la administración de gadolinio. Sin embar-
tos/µl), anemia moderada (11,6 ± 1,9 g/l), hipoal- go, esta técnica es menos utilizada por su menor
buminemia (33,5 ± 5,7 g/l) y discreta hiperbilirru- accesibilidad y porque no permite la terapéutica.
binemia con hipertransaminasemia, que será Con las técnicas de imagen puede estable-
más llamativa cuando el absceso sea secundario cerse una clasificación de los abscesos según su
a patología biliar. Además, es frecuente el tamaño [10, 11].
aumento de los valores de creatinina y de nitró-
geno ureico. Microabscesos

Miden menos de 2 cm de diámetro y pueden


presentarse con dos patrones de distribución:
TABLA 3. Signos y síntomas
más frecuentes – Distribución miliar. Semejante al de las infeccio-
nes fúngicas típicas de los pacientes deprimi-
Presentación clínica (signos y síntomas) dos. Es el patrón característico de los abscesos
que aparecen en el contexto de septicemias por
Fiebre y escalofríos 90-97% Staphylococcus. Habitualmente el bazo tam-
Dolor abdominal 60-70% bién se verá afectado.
– Coalescente. Presencia de varios focos que
Vómitos 5-32%
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tienden a confluir y pueden ser el origen de un


Pérdida de peso 5-40% macroabsceso. Es frecuente en abscesos
secundarios a la obstrucción biliar, y por lo
Hepatomegalia 13-32%
general se deben a bacterias coliformes y orga-
Ictericia 10-26% nismos entéricos.
Derrame pleural 10-34%
Los microabscesos se identifican en la eco-
Shock séptico 3-11% grafía como nódulos hipoecoicos o lesiones mal
Peritonitis 3-5% definidas, mientras que en la TC suelen aparecer
como múltiples lesiones bien definidas de baja
Modificado de Álvarez et al. [6] y de Lee et al. [7]. atenuación.
G. de la Poza Gómez, V. F. Moreira Vicente e I. Gallego Rivera 237

– Fase inicial (antes de que los hepatocitos se


necrosen). Se observa una imagen sólida, lo
que obliga a descartar un tumor primario o una
metástasis.
– Cuando comienza la licuefacción, el absceso
presenta ecogenicidad mixta.
– En la fase tardía es típico encontrar lesiones
quísticas, generalmente multiloculadas, que se
comunican entre sí.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

En primer lugar habría que descartar que la


lesión hepática que estamos estudiando no
FIG. 3. Macroabsceso multiloculado. corresponda a un tumor primario o a una metás-
tasis, ya que, como se ha comentado anterior-
Macroabscesos mente, algunas imágenes radiológicas de absce-
sos pueden ser indistinguibles.
Su tamaño supera los 2 cm de diámetro (fig. Otra entidad que debe considerarse en el diag-
3). En la TC es frecuente que se presenten como nóstico diferencial del absceso hepático piógeno
una lesión hipodensa con pequeñas lesiones es el seudotumor inflamatorio o granuloma de
periféricas que tienden a confluir. Pueden ser uni células plasmáticas. Se trata de una proliferación
o multiloculados. Es poco frecuente que capten benigna de tejido fibroso rica en células inflamato-
contraste en anillo (sólo el 6%) y muy raro que se rias que se produce en distintos órganos; el más
encuentre gas dentro del absceso (éste es un frecuente es el hígado, tras el pulmón. Aparece en
dato de mal pronóstico) [10, 11]. algunas enfermedades autoinmunes o inflamato-
Ecográficamente, en estos macroabscesos se rias crónicas y puede presentarse clínicamente de
observa un patrón hipoecoico secundario a forma similar al absceso hepático. Sin embargo,
la exudacion y necrosis; pero también pueden no responde a antibioterapia y, aunque no está
aparecer imágenes hiperecoicas debido a la fibro- claramente establecido, su tratamiento es esen-
sis que aparece durante la evolución del absceso. cialmente quirúrgico [12].
Pueden enumerarse distintas fases ecográfi- Además hay que tener en cuenta que el abs-
cas del absceso [8]: ceso puede deberse a otras infecciones no bac-

TABLA 4. Diagnóstico diferencial entre absceso hepático y absceso amebiano


Absceso hepático amebiano Absceso hepático piógeno
Endémico Enfermedad concomitante
Síntomas de menos de 2 semanas Síntomas de más de 2 semanas
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Dolor en el cuadrante superior derecho del abdo- Dolor en el cuadrante superior derecho del abdo-
men men
Fiebre y mal estado general Fiebre y mal estado general
Lesión hipoecoica solitaria de márgenes regulares Lesiones hipoecoicas múltiples de márgenes irre-
(> 50%) gulares (> 50%)
Serología positiva antiamebiana (> 1:512) Serología antiamebiana negativa
— Cultivos hepáticos, sanguíneos o biliares positivos

Modificado de Torre Delgadillo [14].


238 Mujer de 75 años con fiebre, leucocitosis y alteraciones de la bioquímica hepática

terianas, como es el caso de hongos, parásitos ca «pasta de anchoas». Raramente encontrare-


(E. granulosus) y especialmente el secundario a la mos algún trofozoíto en la cápsula del absceso.
infección por Entamoeba histolytica: absceso Para tratar el absceso amebiano, a diferencia
amebiano (tabla 4). Éste se presenta habitual- del piógeno, generalmente no se necesita drena-
mente en pacientes más jóvenes que viven o han je percutáneo o quirúrgico [16], salvo mala evolu-
viajado a áreas endémicas en los últimos meses ción con tratamiento médico o riesgo elevado de
e incluso años. Su presentación clínica es más rotura del absceso. Habitualmente se obtiene
aguda que la del absceso hepático piógeno, y respuesta en 2-3 días con metronidazol (750 mg
sólo en el 10 al 30% de los pacientes se acom- cada 8 horas), manteniéndose durante 5-10 días.
paña de diarrea [4, 13]. Alternativas al metronidazol menos utilizadas son
En el absceso amebiano se pueden detectar la cloroquina y el tinidazol.
anticuerpos frente a Entamoeba en el 95 al 99%
de los pacientes en el momento del diagnóstico, TRATAMIENTO
pero dado que más del 25% de la población en
regiones endémicas ha presentado amebiasis El tratamiento del absceso hepático piógeno
previamente, la serología positiva no orienta se basa en el drenaje del absceso y en la antibio-
hacia la etiología del absceso en estos pacientes, terapia.
ya que los títulos permanecen elevados durante
años [3, 15]. Se dispone de diferentes técnicas Drenaje del absceso
serológicas; la hemaglutinación indirecta (HI) es
la técnica más sensible (positiva en el 90-100% Puede ser percutáneo, quirúrgico o endoscó-
de los casos) y, aunque las pruebas de aglutina- pico.
ción con látex se correlacionan con la HI y se lle- En principio se considera de elección el dre-
van a cabo con mayor rapidez, hay que tener en naje percutáneo guiado por imagen (TC o eco-
cuenta que pueden ser negativas durante la pri- grafía). Puede realizarse mediante colocación de
mera semana. un catéter tipo pig-tail (fig. 4), que se retira en 1 o
En cuanto a la imagen del absceso amebiano, 2 semanas o cuando la cantidad drenada sea
existen varias características ecográficas típicas mínima.
de éste que permiten diferenciarlo del piógeno, Otra opción es la aspiración con aguja de la
aunque sólo el 30% las cumple todas [10, 11]: colección sin colocación de un catéter; tiene el
inconveniente de que puede requerir varias aspi-
– Ausencia de ecos en la pared del absceso. raciones, aunque en el 40% de los casos es sufi-
– Forma oval o redondeada. ciente con la primera sesión.
– Lesión hipoecogénica homogénea y con ecos
internos de bajo grado.
– Localización cercana o tocando la cápsula
hepática.
– Buena transmisión acústica.

En la TC encontraremos una lesión redondea-


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da, de baja atenuación (lo que indica fluido). Se


observa además edema periférico y captación
del contraste en forma de anillo, lo que es mucho
más raro (6%) en el piógeno. El interior del abs-
ceso suele presentar una imagen más variable,
con tabicaciones o niveles.
En el absceso amebiano en principio no se
realiza punción y aspiración; sólo se hará para
diferenciarlo del piógeno, cuando se sospeche
sobreinfección o cuando presente mala evolución FIG. 4. Drenaje percutáneo con colocación de catéter
con el tratamiento habitual. Obtendremos la típi- tipo pig-tail.
G. de la Poza Gómez, V. F. Moreira Vicente e I. Gallego Rivera 239

En un estudio prospectivo aleatorio que táneo disminuye el tiempo de evolución del abs-
comparaba ambas técnicas (drenaje con catéter ceso en comparación con el drenaje percutáneo
frente a aspiración) la aspiración con aguja se aislado [24, 25].
asoció a menor estancia hospitalaria, menor mor-
talidad y mayor éxito de tratamiento, aunque no Antibioterapia
se hallaron diferencias estadísticamente signifi-
cativas [17]. Se recomiendan al menos 2 semanas de tra-
Incluso en abscesos múltiples se ha propues- tamiento parenteral completadas con 4 a 6 sema-
to de elección la aspiración con aguja, antes que nas de tratamiento por vía oral. Siempre que sea
el drenaje con catéter percutáneo o el quirúrgico posible se recogerán hemocultivos y se tomarán
[18, 19]. muestras del absceso previas al inicio de la anti-
El drenaje quirúrgico, que era el tratamiento bioterapia.
estándar en el pasado, se reserva actualmente El tratamiento será inicialmente empírico y
para los pacientes que presenten patología qui- se modificará posteriormente según los resulta-
rúrgica concomitante como apendicitis, diverticu- dos de los hemocultivos y del material del abs-
litis, patología biliar, o en caso de perforación o ceso. Si el absceso resulta polimicrobiano hay
rotura del absceso. Además se usará en caso de que tener en cuenta que deberán cubrirse tam-
mala evolución con el drenaje percutáneo, o bién microorganismos anaerobios, ya que es
cuando por la localización del absceso sea poco muy posible que estén implicados aunque no se
accesible a éste. También se ha propuesto en hayan cultivado.
caso de ascitis para evitar una eventual contami- Las pautas empíricas más habituales son:
nación secundaria al drenaje percutáneo [4, 14,
17, 20]. – Metronidazol junto con una cefalosporina de
Cuando el absceso hepático tiene un origen tercera generación (ceftriaxona o cefotaxima) o
biliar, otra opción terapéutica es el drenaje una quinolona.
endoscópico, que se basa en la realización de – Monoterapia con carbapenems o piperacilina-
esfinterotomía endoscópica y la colocación de un tazobactam o ticarcilina-clavulánico o ampicili-
drenaje nasobiliar o de una prótesis biliar [21]. na-sulbactam.
Se han publicado varias series de abscesos
hepáticos comunicados con vía biliar tratados En la figura 5 se presenta un algoritmo para el
con drenaje endoscópico. Dull et al. [22] descri- tratamiento de los abscesos hepáticos piógenos.
bieron en 1999 20 abscesos hepáticos comuni-
cados con la vía biliar tratados con éxito median- COMPLICACIONES Y PRONÓSTICO
te un drenaje nasobiliar, con antibioterapia a
través de éste, además de por vía sistémica. Sin Las complicaciones pulmonares son las más
embargo, Sersté et al. [23] describieron en 2007 frecuentes, fundamentalmente el derrame pleural
otra serie de 14 pacientes de los que 10 fueron en el hemitórax derecho. Otras mucho menos fre-
tratados de forma efectiva únicamente con dre- cuentes, aunque más graves, son la rotura del
naje endoscópico, pero el resto —es decir, el absceso, la tromboflebitis de la vena porta o
28%— necesita asociar un drenaje percutáneo. esplénica, el shock séptico o la embolización de
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En el momento actual no hay estudios que metástasis sépticas, lo que sucede en el 3-8% de
demuestren que el drenaje endoscópico per se los casos.
sea suficiente para drenar el absceso hepático de Secundariamente a un émbolo séptico se
origen biliar. puede producir una endoftalmitis, que es espe-
Sí se ha establecido, y es aceptado por to- cialmente frecuente en pacientes diabéticos con
dos los clínicos, que en caso de un absceso abscesos hepáticos por K. pneumoniae. En este
hepático comunicado con la vía biliar debe reali- caso hay que instaurar con rapidez antibioterapia
zarse drenaje endoscópico siempre que exista intraocular (generalmente cefalosporinas de ter-
obstrucción de ésta (coledocolitiasis, neoplasias, cera generación) para evitar la progresión de la
etc.). Si no hay obstrucción, aunque no es nece- infección que puede llevar a la pérdida irreversi-
sario, el drenaje endoscópico añadido al percu- ble de la visión [26].
240 Mujer de 75 años con fiebre, leucocitosis y alteraciones de la bioquímica hepática

Absceso hepático diagnosticado


por imagen

Obtener hemocultivos
Valorar serología amebiasis

Iniciar antibioterapia empírica

- Patología quirúrgica
No concomitante Sí
- Ascitis grave
- Coagulopatía intensa
- Riesgo quirúrgico aceptable
Drenaje
No Sí quirúrgico
Sospecha
de origen biliar

Drenaje percutáneo CPRE


- Aspiración intermitente
- Colocación de catéter

Sí No
Mejoría clínica en 48-72 horas

- Repetir técnica de imagen Revaluar el diagnóstico


para evaluar nueva aspiración Repasar datos microbiológicos
- Retirar el catéter cuando el Asegurar cobertura enterococos
drenaje sea mínimo

Repetir técnica de imagen


Continuar 2 semanas AB i.v.
AB oral 4 semanas más
Persiste absceso Vía biliar patológica Patología
quirúrgica
Repetir técnicas de imagen
concomitante
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al finalizar tratamiento
- Repetir aspiración CPRE
- Reponer catéter Drenaje
quirúrgico

Mejoría clínica

Sí No

FIG. 5. Tratamiento de los abscesos hepáticos. AB: antibiótico. Modificado de Johanson y Stapleton [3].
G. de la Poza Gómez, V. F. Moreira Vicente e I. Gallego Rivera 241

La mortalidad actual oscila entre el 6 y el 26% esplénicos. Tienen similar presentación clínica y
según las series, a pesar del correcto tratamien- no hay diferencias en las alteraciones analíticas.
to, y es prácticamente del 100% en ausencia del Al contrario que en los piógenos, no se obtienen
mismo. microorganismos al cultivar el material del abs-
Según la serie de 133 pacientes de Álvarez et ceso.
al. [6], los factores de riesgo independientes rela- Si se realiza una PAAF de estos abscesos se
cionados con mayor mortalidad hospitalaria son obtiene: en el estadio precoz, necrosis central,
el origen biliar del absceso, las lesiones múltiples, abundantes polimorfonucleares y algunas células
el aumento del nitrógeno ureico, los valores bajos gigantes, y en estadios más avanzados se detec-
de hemoglobina y el shock séptico. ta un mayor grado de fibrosis, menor número de
Además, parecen implicar peor pronóstico polimorfonucleares y algunas células epitelioides
los hemocultivos positivos, la infección polimicro- y gigantes.
biana, el distrés respiratorio, el aumento de crea- En una serie reciente de 30 casos [30] se des-
tinina y el aumento del tiempo de protrombina. cribe que 21 de ellos se asociaban a enfermedad
En una reciente revisión española se estable- inflamatoria intestinal (EII), que incluso era diag-
ce como único factor de riesgo independiente nosticada años después de haber presentado el
para mortalidad la presencia de sepsis o de absceso aséptico. La edad media de estos
shock séptico [27]. Sin embargo, Wong et al. [9], pacientes era de 24 años al diagnóstico del abs-
en un estudio retrospectivo de 80 abscesos ceso. No se encontró relación con el grado de
hepáticos piógenos, encontraron como único actividad de la EII.
factor de riesgo independiente la patología tumo- En los casos no asociados a EII, la edad
ral [9]. media al diagnóstico del absceso fue de 42 años.
De estos 9 pacientes, 2 presentaban policondritis
ABSCESOS CON CARACTERÍSTICAS PROPIAS recidivante y 3 gammapatía monoclonal de ori-
gen incierto.
Absceso por K. pneumoniae Estos abscesos no responden a antibiotera-
pia, pero sí a corticoides, aunque el 66% recidi-
Esta bacteria es responsable del 55 al 80% va y en el 43% se requiere asociar inmunosu-
de los abscesos hepáticos en Asia, y su inciden- presores.
cia está aumentando en Estados Unidos [8, 28].
Típicamente produce abscesos monomicro-
bianos de aspecto sólido en la ecografía y con BIBLIOGRAFÍA
escasa cantidad de pus. Esto último parece
estar en relación con un gen de virulencia (mag
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A) que hace que la bacteria sea resistente a la Conectado en febrero 2007.
fagocitosis [8]. 2. Álvarez JA, Baldonedo RF, González JJ, Sanz L, Carreño G,
Según algunas series asiáticas, más del 50% García I, et al. Abscesos hepáticos piógenos de origen crip-
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