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CAPÍTULO 22

Varón de 16 años
seguido desde los 3 meses
por alteración
del perfil hepático de
predominio colestásico

CASO CLÍNICO
Varón de 3 meses de edad que es derivado a nuestro hospital por
sospecha de enfermedad metabólica. Nacido a término sin complica-
ciones, con peso de 3.000 g (P10) y talla de 46 cm (P3), había recibido
lactancia hasta los 24 días. Había presentado una buena curva pon-
deral inicial (hasta el mes 2) y una curva de estatura ascendente. No
presentaba antecedentes familiares de interés, salvo una hermana de
6 años con luxación congénita de cadera.
El paciente había ingresado en otro hospital, fuera de la comu-
nidad de Madrid, por un cuadro de infección respiratoria asociado a
insuficiencia respiratoria. Se le había detectado un soplo grado II/VI
en el segundo espacio intercostal y hepatomegalia a 2 traveses de
dedo, siendo diagnosticado de bronquiolitis y cardiopatía congénita.
Así mismo, se había observado una alteración del perfil hepático de
G. de la Poza Gómez
predominio colestásico (GGT 5.090 U/l, GOT 275 U/l, GPT 260 U/l, FA
C. Arocena Aranguren 158 U/l y BT 0,46 mg/dl) junto a cifras elevadas de amonio (hipera-
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V. F. Moreira Vicente moniemia discreta tras la toma) y de ácido pirúvico. Por todo ello, fue
L. Suárez Cortina* derivado al servicio de pediatría de nuestro centro para descartar una
A. Ledo Rodríguez posible enfermedad metabólica.
C. Teruel En la exploración física presentaba estado general regular;
Sánchez-Vegazo impresionaba la desnutrición, con ausencia de panículo adiposo. Sin
X. A. García Aguilera embargo, estaba bien hidratado y perfundido, sin cianosis. Llamaba
la atención la presencia de un soplo continuo polifocal de predominio
* Pediatría en foco pulmonar, aórtico y región interescapular. Efectivamente, se
palpaba una hepatomegalia de 2 cm, de consistencia normal, no aso-
ciada a esplenomegalia. El resto de la exploración era correcta.
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252 Varón de 16 años seguido desde los 3 meses por alteración del perfil hepático…

En la analítica realizada se confirmó la altera- vitamina A en el límite bajo de la normalidad


ción del perfil hepático: BT 1,2 mg/dl, GOT 167 U/l, (rango normal de 20-50 µg/dl) y los niveles de
GPT 210 U/l, GGT 1.154 U/l, LDH 726 U/l y FA colesterol sérico algo aumentados (375 mg/dl,
928 U/l. siendo el límite superior 260). No presentaba
Con los datos anteriores, se sospechó que se esteatorrea.
tratara de un daño hepático primario con hiper- Tras recibir todos los resultados, finalmen-
amoniemia secundaria. Se calificaría entonces te se llevó a cabo una biopsia hepática con el
de enfermedad colestásica congénita, siendo las siguiente resultado: tejido con arquitectura con-
más probables el síndrome de Alagille (por la aso- servada; se reconocían 16 espacios porta en el
ciación con la cardiopatía), la fibrosis quística (por corte, identificándose en 7 un conducto biliar y en
la asociación con la bronquiolitis), la tirosinemia los otros 9 ausencia de él (n.º de conductos / n.º
tipo I, las glucogenosis hepáticas, la galactose- de espacios < 1 (7/16 = 0,4). En el parenquima-
mia, las enfermedades del grupo TORCH (toxo- toso, algunos hepatocitos del área paravenular
plasma, rubeola, citomegalovirus [CMV] y herpes) mostraban citoplasmas homogéneos y multinu-
o un déficit de a1-AT. Como segunda opción se cleación ocasional, con escaso pigmento biliar. El
pensó en enfermedades del ciclo de la urea (por informe anatomopatológico fue concluyente para
la hiperamoniemia). hipoplasia ductal.
Se solicitaron entonces determinaciones de Ante la sospecha de síndrome de Alagille,
ferritina, ANOE, cobre, ceruloplasmina y a1-AT, se solicitó un examen oftalmológico, que per-
que dieron valores normales. Se realizó un test del mitió diagnosticar un embriotoxon posterior, así
sudor (ionotest) que también fue normal (20 mEq/l como seudopapiledema y seudocoriorretinosis
ClNa), con lo que se descartó la fibrosis quística. pigmentaria.
Se excluyó también la tirosinemia, al presentar el A partir del año de edad, comenzó a hacerse
paciente una coagulación normal, y un estudio patente en el niño una facies peculiar con frente
de aminoácidos en sangre y orina y de ácidos amplia e hipertelorismo. Durante el seguimiento
en orina normales. Asimismo, la ausencia de cardiológico se comprobó el cierre del ductus
cuerpos reductores en orina permitió desestimar arteriovenoso y a los 3 años de edad se diag-
la galactosemia. Se solicitaron serologías de las nosticó una estenosis leve de la arteria pulmonar
infecciones TORCH, VHB y VHC (virus de las izquierda.
hepatitis B y C), que también fueron negativas. Con todos los datos anteriores (hipoplasia
Los estudios metabólicos para enfermedades del ductal, estenosis de la arteria pulmonar, embrio-
ciclo de la urea tampoco fueron diagnósticos. toxon posterior y facies característica), se pudo
Se realizó una ecografía abdominal en la que establecer el diagnóstico de síndrome de Ala-
se observó un parénquima hepático homogéneo, gille.
sin imágenes nodulares ni alteraciones de la eco- Se realizó un estudio genético en el que se
genicidad. La cava y la porta estaban permea- detectó un cariotipo 46 XY con t(22q12-20p11)
bles. No se encontraron alteraciones en el bazo (el síndrome de Alagille se asocia a la deleción
ni en los riñones. 20p11-12). Los cariotipos de los padres fueron
Además, se solicitó un estudio cardiológico normales.
por la presencia del soplo. Se advirtió en el elec- El paciente presentaba inicialmente un retra-
trocardiograma la presencia de una hipertrofia so en el crecimiento ponderal, por lo que reci-
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del ventrículo derecho, encontrándose en el eco- bió suplementos dietéticos; posteriormente, se


cardiograma un ductus arteriovenoso permeable detectó un déficit de vitaminas A y E, que se
con escasa repercusión hemodinámica. corrigió con aportes. Ha sido seguido en las
Se realizaron también radiografías de tórax consultas de pediatría hasta los 16 años, man-
y esqueleto, que descartaron malformaciones teniendo tratamiento con ácido ursodesoxicólico
óseas asociadas. y vitaminas A, E y D, con buena evolución, sin
Por último, para valorar el grado de malab- prurito, acolia ni coluria, presentando leve patrón
sorción (dada la colestasis analítica y el estado colestásico en la última analítica (mayo de 2008):
de aparente desnutrición del paciente), se soli- GGT 54, FA 172 (con transaminasas y bilirrubina
citaron valores de vitaminas liposolubles y de normales). Actualmente está en seguimiento en
grasa en heces, encontrándose únicamente la su hospital de referencia.
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síndrome completo, incluyendo las malformacio-


DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
nes vertebrales y cardiovasculares, así como los
rasgos faciales típicos [1].
Síndrome de Alagille. Hay que tener en cuenta que la ductopenia,
o hipoplasia ductal intrahepática, puede encon-
trarse de forma no sindrómica en el contexto de
múltiples patologías [7-9] (tabla 1). Se utiliza el
COMENTARIOS
término «ductopenia» para describir la ausencia
de ductos biliares interlobulillares dentro de los
Síndrome de Alagille espacios porta [9].
o displasia arteriohepática El síndrome de Alagille se diagnostica en
1 de cada 70.000-100.000 niños, afectando a
Introducción ambos sexos por igual sin diferencias étnicas. Sin
embargo, es probable que esté infradiagnostica-
El síndrome de Alagille, o displasia arterio- do, al ser difícil reconocer clínicamente los casos
hepática, se definió originalmente como la hipo- leves [10].
plasia ductal interlobulillar sindrómica asociada,
al menos, a 3 de las siguientes características: Etiología y patogénesis
colestasis, rasgos faciales característicos, ano-
malías cardiovasculares, embriotoxon posterior El síndrome de Alagille se hereda de una
y defectos de los arcos vertebrales [1, 2]. Desde forma autosómica dominante, aunque con pene-
entonces se ha relacionado con otras muchas trancia incompleta y expresión muy variable.
anomalías, como insuficiencia pancreática, retra- Byrne et al. [11] publicaron en 1986 la asociación
so en el crecimiento, alteraciones renales o del síndrome con deleciones en el brazo corto del
hemorragias intracraneales. cromosoma 20, lo que dio comienzo a la búsque-
A principios de la década de 1950 se publica- da del gen del síndrome de Alagille; finalmente,
ron los primeros casos de hepatopatía en relación en 1997 se identificó el gen JAG1, localizado en
con hipoplasia ductal biliar [3-5], pero hasta 1973 20p12, como responsable de la patología [12,
Watson y Miller [6] no describieron una serie de 13]. Este gen codifica una proteína de superficie
9 pacientes con hepatopatía neonatal asocia- que, mediante su interacción con receptores
da a estenosis de la arteria pulmonar familiar. Notch, está implicada en la diferenciación celular
Finalmente, Alagille et al. definieron, en 1975, el durante la embriogénesis de múltiples órganos

Tabla 1. Causas de ductopenia o hipoplasia ductal intrahepática

– Enfermedades congénitas: – Inmunológicas:


• Atresia de vías biliares extrahépáticas • Cirrosis biliar primaria
• Atresia de vía biliar intrahepática • Colangitis autoinmune
• Enfermedad renal poliquística • Colangitis esclerosante primaria
• Enfermedad de Caroli • Sarcoidosis
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• Complejos Von Meyenburg • Enfermedad injerto contra huésped


– Enfermedades genéticas y del desarrollo: • Rechazo hepático agudo y crónico
• Sindrómicas: Alagille/Williams – Neoplásicas:
• No sindrómicas: fibrosis quística/déficit • Enfermedad de Hodking e histiocitosis X
a1-AT/ trisomías 17, 18, 21/enfermedad – Toxinas y fármacos
de Byler/enfermedad de Niemann Pick C, – Isquémicas
síndrome de Zellweger – Infecciosas:
– Idiopáticas • Neonatales: CMV, sífilis, rubeola, reovirus
• Virales: CMV, reovirus, VHC, VHB, VEB
Modificada de Reau y Jensen [9].
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(vía biliar, corazón, riñón, ojo, cerebro). Además, lo habitual es que sea patente a partir de los
parece que el JAG1 también desempeña un papel 2 años de edad. El prurito es el primer síntoma
en el desarrollo de la vasculatura. Las mutaciones en el niño, y puede persistir a pesar de que des-
del gen JAG se producen de novo hasta en el aparezca la ictericia. La presentación colestásica
70% de los casos [14]. No obstante, en un traba- severa en el neonato, con coluria y acolia, puede
jo reciente con técnicas moleculares específicas confundir al clínico, llevando al diagnóstico erró-
(FISH o hibridación fluorescente in situ, secuen- neo de atresia de vía biliar extrahepática. La icte-
ciación genómica, cuantificación por PCR, etc.) ricia mucocutánea tiende a desaparecer a partir
se han detectado mutaciones (más de 400 dife- de los 2 años, aunque no así la colestasis.
rentes) del gen hasta en el 94 % de los pacientes
con criterios clínicos del síndrome [15]. Rasgos faciales característicos
La correlación fenotípica con las mutaciones
de JAG1 es, en cualquier caso, muy pobre, y la Están presentes en el 96% de los pacien-
expresión, muy variable; incluso dentro de fami- tes [21]. Lo más común es observar una facies
lias con la misma mutación, podemos encontrar pequeña con morfología triangular, frente amplia
desde pacientes con ausencia de síntomas hasta y prominente, hipertelorismo, nariz en silla de
afectaciones graves. montar y mandíbula pequeña [22]. Estos rasgos
Por otra parte, algunos estudios apuntan a la generalmente no son evidentes durante los pri-
posible implicación de Notch 1 y Notch 2 en la meros meses de vida. En el adulto es típico el
patogenia de la ductopenia [16]. alargamiento del óvalo facial.
Estudios histológicos secuenciales han de-
mostrado que la ductopenia aumenta con la edad Malformaciones cardiovasculares
del paciente. De hecho, en algunas biopsias rea-
lizadas en neonatos se ha observado un número Se producen en el 95% de los pacientes.
normal de conductos biliares e incluso se han En la serie publicada por Emerick et al. [21] se
publicado casos de proliferación ductal, encon- detectaba un soplo cardiaco hasta en el 97%
trándose una marcada ductopenia al repetir las de los casos. La cardiopatía más habitual es la
biopsias meses después [17, 18]. Basándose en estenosis de la arteria pulmonar, en general de
esto y en la teoría de Landing et al. [19, 20], que grado moderado o leve, y que no suele requerir
proponen que el crecimiento hepático se debe corrección quirúrgica. Mucho menos habitual es
más a un incremento en el número de lobulillos la presencia de coartaciones de aorta, malforma-
que al aumento del tamaño de éstos —que suce- ciones del septo ventricular y atrial o tetralogía
de de forma paralela al desarrollo de conductos de Fallot.
biliares colaterales y terminales—, Emerick et al.
[21] apuntan a que la causa de la ductopenia no Alteraciones óseas
sería una pérdida de conductos biliares previos,
sino un problema de desarrollo de nuevas ramas Las «vértebras en mariposa» se producen
terminales biliares necesarias para los nuevos a consecuencia de un fallo en la fusión de los
lobulillos hepáticos. A pesar de todo, la verda- arcos anteriores del cuerpo vertebral y pueden
dera etiopatogenia de la escasez de conductos encontrarse en dos tercios de los pacientes.
biliares intrahepáticos en el síndrome de Alagille Otras alteraciones en la formación de los cuerpos
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está aún por esclarecer. vertebrales pueden dar lugar a hemivértebras,


o fusión de dos cuerpos vertebrales [23, 24].
Manifestaciones clínicas Mucho menos frecuente es la asociación con
espina bífida oculta o craneosinostosis. En las
Manifestaciones mayores manos se han descrito malformaciones menores,
como falanges distales cortas o articulaciones
Hepatopatía crónica colestásica interfalángicas distales rígidas [10].
Bales et al. [25] comunicaron en 2008 una
Aparece hasta en el 96% de los pacientes mayor propensión para las fracturas, especial-
[21]. Puede manifestarse ya en el neonato, pero mente de huesos largos, en niños con síndrome
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de Alagille, no relacionada en principio con la renal. En la serie de Emerick et al. [21], la acidosis
presencia o no de malformaciones vertebrales. tubular renal es la patología más frecuente. Tam-
Quizá los hallazgos más relevantes de este traba- bién se ha asociado a nefrolitiasis y a otras alte-
jo sean que el 75% de las fracturas fueron atrau- raciones anatómicas renales, como riñón único
máticas y que se detectó una asociación con el congénito, quistes renales, duplicaciones de la
bajo peso, lo que sugiere el importante papel del pelvis renal o riñones hipoplásicos. Se han descri-
estado nutricional en estos pacientes. to casos de nefropatía membranosa por depósito
de lípidos en el glomérulo (mesangiolipidosis) y de
Patología ocular estenosis de la arteria renal, por lo que habrá que
vigilar la presión arterial de estos pacientes.
El embriotoxon posterior o línea de Schwalbe
prominente (línea que se encuentra en la unión Anomalías pancreáticas
de la membrana de Descemet con la úvea en el
ángulo de la cámara anterior) es la anomalía más En el 41% de los pacientes se ha detectado
frecuente. Se ha descrito en algunas series hasta insuficiencia pancreática [29, 30].
en el 95% de los casos [26]. Para su diagnóstico
es necesario el examen bajo lámpara de hendidu- Otras manifestaciones
ra; sin embargo, no es patognomónico de síndro-
me de Alagille, y está presente entre el 8 y el 15% Debido a la colestasis crónica que presentan
de la población normal. Mediante examen eco- estos pacientes, no es infrecuente encontrar hiper-
gráfico pueden detectarse drusen (o cuerpos de colesterolemia, que puede manifestarse como xan-
ácido mucopolisacárido) en el disco óptico, que tomatosis. Los xantomas aparecen hasta en el
son características del síndrome de Alagille y no 42% de pacientes [21], generalmente empeoran
aparecen en otras hepatopatías colestásicas [27]. a partir de los 4 años y mejoran, llegando incluso
Otras manifestaciones, menos frecuentes, que se a desaparecer, a partir de los 10 años de forma
pueden encontrar en el síndrome de Alagille son paralela al descenso de la colesterolemia [2].
alteraciones en el pigmento retiniano sin eviden- También, como manifestaciones clínicas me-
cia de deterioro funcional, queratocono, hipopla- nores, hay que citar el retraso del crecimiento,
sia del iris, pupila ectópica o microcórnea. que se observa hasta en el 87% de los niños a
pesar de nacer con un peso adecuado [21], el
Manifestaciones menores retraso puberal, el hipogonadismo y el ligero a
moderado retraso mental.
Afectación del SNC
Diagnóstico
La complicación más importante es el san-
grado intracraneal, que ocurre en el 15% de los Aunque lo habitual es diagnosticar el síndro-
casos y es mortal en el 30-50% de ellos [21]. La me de Alagille en pediatría, no es infrecuente que
mayoría de las hemorragias descritas en la serie pacientes con fenotipos poco marcados y afecta-
de Emerick et al. [21] sucedieron en pacientes ción hepática leve puedan pasar desapercibidos
sin plaquetopenia, lo que hace suponer que se hasta la edad adulta [31, 32].
debieron a malformaciones arteriovenosas, ya El diagnóstico se establece en función de las
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que, además, se ha observado una asociación manifestaciones clínicas descritas, siendo nece-
entre el síndrome de Alagille y diversas malfor- sarios, al menos, 3 de los criterios mayores, junto
maciones vasculares (aneurismas intracraneales, con la histología característica.
variantes de la carótida interna, aneurismas de la En la exploración física, además de los ras-
arteria basilar y renal, etc.) [28]. gos faciales anteriormente expuestos, es típica
la presencia de xantomas en la cara extensora
Nefropatía de los dedos, palmas y pliegues, así como en
el hueco poplíteo (sobre todo en los niños). Es
En el 40% de los pacientes diagnosticados de muy común la auscultación de soplos cardiacos
síndrome de Alagille se detecta alguna anomalía (relacionados con la estenosis de la arteria pul-
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monar). En la exploración abdominal es frecuente este cociente, es necesario valorar al menos 10-11
encontrar un hígado aumentado de tamaño, que espacios porta (lo ideal es observar 20 o más) [9].
puede acompañarse de esplenomegalia aunque En el síndrome de Alagille, los espacios porta sin
no exista hipertensión portal. conducto biliar suelen tener aspecto atrófico y
Las alteraciones típicas en la bioquímica generalmente el número de estos es-pacios por
hepática son: hiperbilirrubinemia en torno a 4- milímetro cuadrado de tejido está disminuido. En
14 mg/dl, con 30-50% de fracción directa, que el estudio histológico se observa, además, un infil-
frecuentemente se normaliza a partir de los 2 años trado de células mononucleares en los conductos
de edad; elevación de la fosfatasa alcalina (hasta biliares, así como descamación y necrosis del
10 veces el límite superior) junto con aumento de epitelio [10]. Gradualmente, la luz de los conduc-
la GGT (de 3 a 20 veces el valor habitual) y más tos se rellena de tejido conectivo a la vez que va
discreto de la GOT y GPT; es frecuente encontrar desapareciendo el componente inflamatorio. En
hipercolesterolemia (hasta 2.000 mg/dl) e hipertri- el neonato se encontrará una marcada colestasis
gliceridemia (en torno a 500-1.000); en cuanto a con balonización de los hepatocitos y mínima
la coagulación, el TP puede estar alterado como transformación de células gigantes, acompañado
consecuencia del déficit de absorción de vitami- ocasionalmente de proliferación ductular [10].
na K. La malabsorción de grasas secundaria a Hay que tener en cuenta que durante las pri-
la colestasis provocará esteatorrea y déficit de meras semanas de vida no siempre está presente
todas las vitaminas liposolubles (además de la K, el déficit de conductos biliares, incluso se han
también de la A, la E y la D). descrito algunos casos en los que se ha obser-
Con referencia a las pruebas de imagen, la vado proliferación ductal, detectándose meses
más accesible es sin duda la ecografía. El estu- más tarde la ductopenia [17, 18]. Generalmente,
dio ecográfico puede ser normal, aunque no es el déficit de conductos biliares se hace patente
infrecuente detectar hepatomegalia. En pacien- después de los 3 meses de edad. En la serie
tes con enfermedad avanzada, pueden llegar a de Emerick et al. [21], el 85% de los pacientes
encontrarse datos de fibrosis periportal, hiperten- presentaban ductopenia en la biopsia hepática,
sión portal o cirrosis [24]. Puede observarse una mientras que en 12 de ellos (15%) se encontra-
vesícula disminuida de tamaño. En la ecografía ron datos de colestasis, fibrosis y proliferación
debe prestarse especial atención a los riñones, ductular sin ductopenia. En esta misma serie
dado que, como se ha comentado anteriormente, se comprobó un aumento de la prevalencia de
el síndrome de Alagille se relaciona con diversas la hipoplasia ductal relacionado con la edad [21].
alteraciones anatómicas renales. No es frecuente encontrar fibrosis periportal
El estudio con radioisótopos, la RM, la colan- o centrolobular en el niño, aunque sí se observan
giografía o la TC abdominal son técnicas de uti- cambios progresivos y, finalmente, cirrosis biliar
lidad, fundamentalmente, para el diagnóstico en el 15-20% de los pacientes adultos [10]
diferencial del paciente pediátrico con colestasis, El estudio genético de los pacientes y de sus
en el que debe descartarse siempre una posible familiares no está extendido por ahora y sólo se
atresia de vía biliar extrahepática. No hay que realiza con fines de investigación. Sin embargo,
perder de vista que, en pacientes con Alagille su verdadera utilidad es limitada, ya que, dada
y colestasis intrahepática severa, puede obser- la amplia variabilidad genética, este estudio sólo
varse una disminución del flujo biliar que haga puede determinar la presencia o ausencia de un
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imposible contrastar la vía biliar extrahepática, gen mutado, JAG1 [12-15], sin poder predecir el
constituyendo un falso positivo para el diagnósti- tipo de síntomas que tendría cada paciente [32],
co de la atresia extrahepática [33]. o incluso si permanecería asintomático.
Tal vez los datos más importantes para el
diagnóstico del síndrome de Alagille sean los que Tratamiento
aporte la anatomía patológica. Se considera que
existe hipoplasia de los conductos biliares interlo- En un trabajo publicado por Rovner et al.
bulillares cuando existe una ratio inferior a 0,5 con- [34] (2002) en niños con síndrome de Alagille, se
ductos biliares interlobulillares por espacios porta demostró que el 96% presentaba esteatorrea,
(lo normal es de 0,9 a 1,8) [10]. Para poder realizar más de la mitad estaba por debajo del percentil
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5 de altura y peso, y el 20% no ingería las can- las máximas responsables de la morbilidad y de
tidades de calorías, calcio y vitaminas diarias la mortalidad, estimándose esta última en torno al
recomendadas. Estos datos ponen de manifiesto 20-30% [2, 21, 39].
por qué debe prestarse una especial atención a En la serie de Emerick et al. [21], com-
los requerimientos nutricionales de estos pacien- puesta por 92 pacientes, se estudió la relación
tes. Es fundamental suplementar la dieta con del embriotoxon posterior, enfermedad renal,
vitaminas liposolubles (A, D, E, K) dada la malab- anomalías vertebrales, enfermedad cardiaca y
sorción de grasas secundaria a la colestasis [35]. la presencia de hepatoesplenomegalia con la
El tratamiento para la hipercolesterolemia (en mortalidad, encontrándose asociación estadís-
relación con la colestasis) se basa en dieta sin ticamente significativa, únicamente con la pre-
grasas (aportando suplementos de triglicéridos sencia de cardiopatía congénita, que se hallaba
de cadena media) y, ocasionalmente, resinas de implicada en un 15% de la mortalidad. Estos
intercambio aniónico. No se recomienda la admi- autores observan una supervivencia global a
nistración de estatinas en el niño [10]. los 20 años de seguimiento del 75% [21]. En la
No existe un tratamiento específico para la serie más larga publicada hasta el momento, con
hepatopatía del síndrome de Alagille; el objetivo 163 pacientes [39], la supervivencia global a los
terapéutico será aliviar los síntomas, principal- 10 años fue del 68% y a los 20 años del 62%,
mente el prurito, que está presente en más del mientras que en los pacientes sin trasplante la
80% de los pacientes. Para ello se ha utiliza- supervivencia a los 10 y a los 20 fue del 51 y
do ácido ursodesoxicólico (15-30 mg/kg/día), 38%, respectivamente. Este estudio realizó un
rifampicina y otros agentes, como colestiramina, análisis multivariante, hallando como único factor
colestipol, corticoides o antihistamínicos. Para pronóstico independiente el inicio colestásico en
casos seleccionados de prurito severo, se ha el neonato. De hecho, estiman que la superviven-
propuesto un tratamiento quirúrgico, dirigido a cia a los 10 años en los pacientes que empezaron
disminuir la circulación enterohepática de sales con colestasis neonatal es del 45%, mientras que
biliares, como la derivación biliar parcial externa en los que desarrollaron la colestasis más tarde
[36] o la exclusión ileal [37]. (edad media de 14 años) fue del 79%. Un recien-
El trasplante hepático estará indicado en te estudio retrospectivo publicado por Kamath et
caso de desarrollo de cirrosis, aunque algunos al. [40], que analiza los parámetros bioquímicos
autores consideran que debería contemplarse de pacientes con síndrome de Alagille durante
como opción terapéutica en caso de prurito sus primeros años de vida en relación con su
intratable, xantomatosis severa o de malnutrición evolución posterior, establece que la presencia
incorregible [38]. De hecho, de los 163 pacientes de BT por debajo de 7 mg/dl, bilirrubina conju-
con síndrome de Alagille recogidos por Lykavieris gada inferior a 6 mg/dl y colesterol por debajo
et al. [39] en 2001, 44 recibieron un trasplante de 450 mg/dl, en niños menores de 5 años, son
hepático (31 niños). En esta serie, las indicacio- marcadores de buen pronóstico.
nes fueron: 36 pacientes por prurito refractario, En la serie de Emerick et al. [21], el 21% de
32 con xantomatosis severa, fracturas óseas en los pacientes fueron receptores de trasplante,
15 y fracaso hepático en 5. mientras que en la de Lykavieris et al. [39] el 33%
En cuanto al tratamiento de la cardiopatía requirieron trasplante hepático. En ambas se
asociada a este síndrome, las malformaciones alcanzó una supervivencia cercana al 80% al año
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de la válvula pulmonar o la estenosis de la arteria del trasplante.


pulmonar pueden requerir tratamiento (dilatación, Es llamativo que el 43% de los pacientes que
cirugía, etc.), por lo que los pacientes deben ser fueron intervenidos en la infancia por sospecha
evaluados y seguidos por un cardiólogo con de atresia biliar extrahepática (hepatoportoente-
experiencia en esta patología. roanastomosis de Kasai, colecistoportostomía,
etc.) necesitaron trasplante hepático, frente al
Pronóstico 19% de los que no fueron operados [21]. Quizá
estas cifras estén relacionadas con la mayor
Las manifestaciones cardiológicas y hepáti- gravedad de la hepatopatía en esos pacientes,
cas, así como las infecciones intercurrentes, son que precipitó una cirugía innecesaria amparada
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258 Varón de 16 años seguido desde los 3 meses por alteración del perfil hepático…

en la sospecha de atresia biliar extrahepática. 8. Yehezkely-Schildkraut V, Munichor M, Mandel H,


Aunque puede suceder, también, que las diferen- Berkowitz D, Hartman C, Eshach-Adiv O, Shamir R. Non-
cias mencionadas se deban a complicaciones a syndromic paucity of interlobular bile ducts: report of 10
patients. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2003;37:546-9.
largo plazo de las agresivas técnicas quirúrgicas
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La progresión a fibrosis y/o cirrosis se produce 10. Flynn DM, Kelly DA. Pediatric cholestatic syndromes
en el 20-25% de los casos [21, 39]. Parece existir En: Boyer TD, Wright TL, Mans MP. Zakim and Boyer’s
un mayor riesgo para el desarrollo de hepato- hepatology. A textbook of liver disease. 5.ª ed. Philadel-
carcinoma, incluso en el niño [18, 41], en gene- phia: Saunders/Elsevier; 2006. p. 1355-90.
ral sobre el hígado cirrótico, aunque de forma 11. Byrne JL, Harrod MJ, Friedman JM, et al. del(20p)
anecdótica se han diagnosticado tumores sobre with manifestation of arteriohepatic dysplasia. Am J
hígados sanos [42]. Med Genet. 1986;24:673-8.
Hay que tener en cuenta que todas las estima- 12. Li L, Krantz ID, Deng Y, et al. Alagille syndrome is cau-
sed by mutations in human Jagged 1, which encodes a
ciones acerca de la supervivencia, evolución de la
ligand for Notch 1. Nat Genet. 1997;16:243-51.
enfermedad y pronóstico en general están basa-
13. Oda T, Elkahloun AG, Pike BL, et al. Mutations in the
das en las escasas series publicadas, las cuales human Jagged 1 gene are responsible for Alagille syn-
se refieren a pacientes con un grado de afectación drome. Nat Genet. 1997;16:235-42.
lo suficientemente significativo para haber sido 14. Crosnier C, Driancourt C, Raynaud N, et al. Muta-
diagnosticados a una edad temprana (la mayoría tions in JAGGED 1 gene are predominantely sporadic in
en la infancia). Sin embargo, como se ha comen- Alagille syndrome. Gastroenterology. 1999;116:1141-8.
tado anteriormente, existen cuadros lo bastante 15. Warthen DM, Moore EC, Kamath BM, Morrissette JJ,
leves como para haber pasado desapercibidos Sánchez P, Piccoli DA, et al. Jagged1 (JAG1) mutations
hasta la edad adulta [31, 32] y cuyo pronóstico, en in Alagille syndrome: increasing the mutation detection
rate. Hum Mutat. 2006;27:436-43.
general, parece ser bastante bueno.
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