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“El poder y la ley no son sinónimos.

La verdad es que con frecuencia se


encuentran en irreductible oposición”. Marco Tulio Cicerón

El libro comienza hablando sobre la vida de Marco Tulio II, quien es reconocido
como uno de los más importantes autores de la historia romana, es responsable
de la introducción de las más célebres escuelas filosóficas helenas en la literatura
republicana, así como de la creación de un vocabulario filosófico en latín. Era un
gran orador y reputado letrado, Marco Tulio centró toda su atención en su carrera
política. Hoy en día es recordado por sus escritos de carácter humanista, filosófico
y político. Sus cartas, la mayoría enviadas a Ático, alcanzaron un enorme
reconocimiento por la introducción de un depurado estilo espistolar en la literatura
europea. Cornelio Nepote destacó la riqueza ornamental de estas cartas, escritas
«acerca de las inclinaciones de los líderes, los vicios de los comandantes y las
revoluciones estatales», que transportaban al lector a esa época.

Constituido en uno de los máximos defensores del sistema republicano


tradicional, combatió como pudo la dictadura de César. No obstante, durante su
propia carrera no dudó en cambiar de postura dependiendo del clima político. Esta
indecisión es achacable a su carácter sensible e impresionable, pues era
propenso a reaccionar de manera excesiva ante los cambios.

Al inicio del libro se narra la situación en la que Marco Tulio se encontraba,


enfermo de fiebre y quien al darse cuenta de que su medico lo curaba con grasa
de buitre, se sobresaltó, Marco Tulio se encontraba casado con Helvia quien
estaba embarazada.

El médico le pregunto a Marco Tulio que qué era lo que opinaba la señora Helvia,
quien era una persona sumamente ahorrativa y a quien no le gustaba tratar con
comerciantes, a Helvia le gustaba tener todo en orden y para todas las cosas
dividía los gastos.

Marco Tulio padre llegó a visitar a su hijo Marco Tulio II y este se mostraba
indispuesto ante su padre, a pesar de que ya se sentía un poco mejor gracias a la
grasa de buitre, él quería a su padre pero le resultaba difícil aceptarlo por todas
aquellas historias que contaba sobre la grandeza de su familia.

Marco Tulio I preguntó a su hijo que qué era ese olor tan desagradable en la
habitación y el médico respondió que era grasa de buitre, la cual era muy cara y
eficaz, capaz de resucitar a un muerto.

El padre levantó a Marco Tulio II y le dijo: -sé que no estas dormido, Helvia ya esta
por dar a luz y en cualquier momento te manda llamar la comadrona, interrumpió
Tulio, Helvia ya va a dar a luz, el Médico ya se encontraba con Helvia.

Marco Tulio, no quería ir donde se encontraba Helvia, no era que no la quisiera,


pero el amaba la música, los libros, las voces melosas y la tranquilidad, él decía
que no debió de haberse casado con ella, pues se casó por imposición, Helvia era
todo lo contrario a él, era una mujer muy fuerte, sana y tenia un duro carácter
capaz de dominar a cualquiera, organizada, demasiado ahorrativa, características
que a Marco Tulio II no le gustaban, él amaba los inviernos y pensaba que debió
de haber sido su padre quien debió de casarse con Helvia ya que ellos tenían
muchas cosas en común.

La nana de Helvia se sorprendió porque no se habían presentado junto a su niña,


pero Marco Tulio II pensaba que Helvia no necesitaba consuelo, ni ayuda de nadie
porque era una mujer muy fuerte.

La nana de la señora Helvia dijo que nacería un varón por que cuando ésta
comenzó a sentir dolores hubo un destello en el cielo como el de un relámpago y
una nube tomó la forma de una mano poderosa sosteniendo un rollo de pergamino
con palabras de sabiduría, el niño será recordado por la historia y si no fuera por
él, el nombre de Cicerón acabaría olvidado en el polvo.

A pasar del dolor y del ambiente que se vivía en esa habitación, Helvia no dejaba
de llevar la contabilidad, a pesar de estar en cama, Helvia le comentaba a Marco
Tulio que faltaban 2 sestercios y le dijo que no descansaría hasta encontrarlos.

Helvia tenia sus ojos grandes y de color cambiante, sus pestañas eran negras, su
rostro redondo, su boca era grande, en su barbilla tenia un hoyuelo y su cuello era
corto, gozaba de mucha salud, vitalidad y viveza, pero Helvia acababa de llegar a
la pubertad pues solo tenia 16 años.

Helvia comenzó a sentir los dolores cada vez mas intensos y con un poco mas de
esfuerzo y confusión nació el niño.

Marco Tulio III nació el 3 de Enero del año 648 de la fundación de Roma.

Después de la importancia del nombre, y para evitar confusiones dejaron de llamar


al padre Marco Tulio II, pasando hacer simplemente Tulio y al papá de Marco Tulio
II ya era solamente el abuelo.

Helvia llevaba el bastón de mando, el cual usaba con moderación y casi siempre
se encontraba de buen humor.

La familia Cicerón no vivía propiamente en Roma, vivía en Arpinum, donde la


mayoría de las personas eran esclavos y no libres, pero gozaban de las
comodidades y excentricidades de Roma.

La Familia Cicerón era una familia libre y muy bien acomodada, y por esta razón
veían a Marco Tulio como el gran salvador de los hombres ya que con su llegada
ellos esperaban que las cosas cambiaran.

El abuelo y Tulio habían nacido en la isla del río junto a Ampirum.


Tulio mando ampliar la choza donde vivian para tener mas espacio.

Marco Tulio III se parecia ampliamente a su padre, lo cual complacia a Marco Tulio
II, Helvia pensaba que el niño era frágil y lo trataba con mucha ternura igual que a
su esposo.

A Marco Tulio le preocupaba el futuro de su hijo, y se cuestionaba sobre lo que


podría llegar a ser, pedía a Dios lo librara del deshonor, la codicia, la crieldad y la
locura.

Cuatro años más tarde nació Quinto Cicerón, Helvia ya no era tan joven por lo que
sufrio más en el parto. El abuelo pensó que sería de carácter más fuerte que el
hermano mayor.

Marco Tulio fue en busca de su maestro Arquías para que educara a su hijo.

Arquías tenia una esclava, Eunice de quien Cicerón alguna vez escribió:

“Aunque ignorante y analfabeta y de mentalidad muy simple, su presencia


constituye una delicia, pues es cálida sincera y encantadora. Muchas de nuestras
más distinguidas damas romanas deberían haberla imitado para satisfacción de
sus esposos”

Arquias se sorprendia de cuan diferentes eran los dos hermanos puesto que el
mayor era firme pero no dogmático, tolerante pero no débil y el pequeño era como
un pequeño soldado.

Cuando Marco tenia 7 años escribió:

“Se erige la mejor arquitectura cuando el arquitecto levanta sus templos


considerando como aparecerán a la vista de Dios y no a la vista de los hombres.
Los edificios que solo han sido creados de acuerdo con la naturaleza de los
hombres son groseros, reflejan las necesidades de su cuerpo y no las de su alma”

Estas palabras asombraron a Arquías a quien le resultaba dificil de creer que


hiciera mención de conceptos tales como “alma” y que tuvieran discusiones con
relación a las leyes divinas y las terrenales, haciendo referencia incluso a figuras
como Minerva, Palas Atenea y el salvador de los judios.

En el capitulo 4 la familia se muda a Roma, Marco tenía ya 9 años y su hermano


5. A su corta edad Marco afirmaba: -No hay nada más noble que la ley, distingue a
los hombres de las bestias, éstas se rigen tan solo por el instinto, el hombre es
gobernado por las leyes de su espíritu y por lo tanto es libre.

Marco no llego a ser un verdadero poeta lírico, pero comenzó a escribir una prosa
maravillosa.
A Arquías le anunciaron que la familia se trasladaba a Roma, lugar que no le
gustaba; Roma le parecía vulgar, además de que le parecía que trataba de imitar
a Grecia. Al saber esto Tulio le permitió quedarse y le prometió que iría
frecuentemente a la isla ya que su corazón pertenecía a ese lugar.

Al llegar a Roma Tulio conoció a quienes serían sus vecinos y no le pareció mucho
la idea, pues ahí vivia un niño de la familia de los César y tenía un amigo que se
llamaba Lucio Sergio Catilina y a Marco Tulio II no le gustaba que sus hijos
tuvieran roce con niños de tan malos modales a pesar de que la familia César era
considerada como una de las mejores.

Cuando ya estaban instalados en Roma, Marco Tulio III fue enviado a la escuela
de Pilón aunque Arquías seguía dándole clases cuando volvía de la escuela junto
con Quinto, al menos por un año más seguiria Arquías enseñándoles.

Marco entro a la escuela de Pilón y le gustaba, lo que no le gustaba eran algunos


de sus compañeros como Lucio Catalina, a quien le llego a odiar por toda su vida.

Marco estaba adelantado para los niños de su edad por lo que fue colocado en el
grupo de chicos mayores. A esta edad comenzó a detestar a Lucio Sergio Catilina
gran amigo de Julio César.

En la escuela de Pilón, Marco Tulio discutia con los demás de su clase y


sorprendía a su maestro por lo avanzado de sus aseveraciones. En casa recibía
diferentes consejos y se enriquecía de las diferentes opiniones, de su padre, su
abuelo, su madre incluso de su hermano menor. En el capítulo 7 su padre que ya
está enfermo y anciano le externa diferentes percepciones en la forma de vivir del
hombre y de las creencias que durante su vida desarrolla.

En el capítulo 8 Marco Tulio se enamora de Livia quien a su vez esta


comprometida con su enemigo Lucio.

Marco Tulio III estaba irritado por las historias de amor; le preguntaba a Arquías el
por que los hombres se dejaban arrastrar por la locura y convertirse en poco
menos que en bestias, Arquías respondía que las poesías más grandiosas surgían
de los corazones enamorados; tales pañabras no convencían a Marco al punto de
no creerle.

En una ocasión Marco Tulio paseaba por el bosque pensando en Livia, había
perdido las esperanzas de volver a verla y sin embargo se la encontró, él no
esperaba verla, al topárselo ella le preguntó que porque no la había visto en todas
las ocasiones anteriores que visitaba el bosque, debido a que ella si lo veía cada
vez que pasaba por ahí, mientras tanto Marco pensaba que estaba dentro de un
sueño, se encontraba tan enamorado que no se enteraba de lo que pensaba.
Marco le decía a Livia que en esencia eran algo muy singular, no se daban cuenta
que eran seres distintos, sino que se sentía como uno solo.

Marco en una ocasión en la que estaba junto a Livia se imaginaba que pasaba una
hoja por su pecho cortándola, se sentía enamorado.

En otra ocasión Marco Tulio soñó a Quinto en una situación que le causaba
angustia y preocupación pero Arquías le aconsejaba que no se dejara influir por la
supersticion y que debía demostrar su carácter y convicción de Romano.

Marco ante la situación que estaba surgiendo en Roma pensaba que los hombres
debían tener un solo gobierno, una sola ley y que todos pagaran impuestos a ese
solo gobierno.

En una noche escuchó Marco un gemido de dolor, se asomó al cuarto de su papá


pero él no era quien se lamentaba, era su abuelo quien se agarraba la garganta
quejándose, el abuelo se encontraba ya convalenciente y murió.

Helvia, decía a Marco que ya tenía 16 años y que dentro de siete semanas vestiría
la toga viril; siendo ahora la cabeza de la familia.

Ocupando su nuevo lugar dentro de la familia Quinto le tenía su merecido respeto


a Marco, también sentia algo especial hacia su mamá, Arquías y los esclavos;
pero Marco se sentía confundido por el hecho de haber perdido a su abuelo, ya
que antes de que sucediera esto, Marco hizo muchos sacrificios con la gente y con
los dioses, pero se cuestionaba quién se lo valoraría, y cuando quiso hablar con
su mamá, ella no quiso ayudarle, lo único que le dijo fue que él ya era la cabeza
de la casa y tenía que enfrentar su responsabilidad ante todo problema que llegará
a suceder.

Helvia le asignaba mucha responsabilidad a Marco. En el testamento del abuelo


se nombraba a Marco como el heredero universal por ser el hijo mayor. La casa
pasó a ser propiedad de Helvia. A Quinto, ya que iba a ser soldado le dejó su
espada, escudo, la armadura, el busto de marte, sus citaciones por valentía ante
el enemigo, sus medallas y sus buenos recuerdos.

Marco ya estaba destinado para ir a estudiar leyes y Quinto para entrar al ejercito.
Él padre de Marco se retiró de su lado abandonando sus responsabilidades, ya
que Marco iba comenzar a estudiar.

Pero un día vio a Livia en el templo de Venus. Tiempo después, cuando la guerra
comenzó a sentirse más en Roma, Marco fue de nuevo a pedirle a la diosa del
amor por su abuelo y por Livia y cuando entró a la iglesia vio enfrente a las
próximas en casarse y entre ellas vio a Livia con una señora detrás de ella que era
su tía, se acercó Marco y la tía preguntó a Livia que quien era ese esclavo y Marco
se sintió muy mal, ya que él no tenia apellido de la alta nobleza y ella pertenecía a
esta clase, Marco triste se quedó solo en la iglesia ya que Livia y su tía lo dejaron
por el hecho que pensaba la tía que era un esclavo por la vestimenta que traía.

El maestro de Leyes Évola, le enseñó a Marco que necesitaba desarrollar la


hipocrecia, puesto que es un arma para poder ganar los casos como abogado.

Con el paso del tiempo Marco Tulio III se enteró que Livia y Lucio Sergio Catilan
contrajeron matrimonio, a Marco no le sentó bien la noticia, ya que no se lo
esperaba.

Marco tomaba clases de esgrima y en una ocasión llegó Lucio con sus dos
amigos. Marco y Lucio se enfrentaron hasta comenzar una batalla, quien triunfó
fue Marco haciéndole una herida a Lucio. En el pueblo esta noticia tuvo mucha
repercusión y la gente preguntaba a Marco Tulio por qué no lo había matado, unos
pensaban, que por quedar desarmado el enemigo, otros argumentaban que por
ser Lucio una persona que pertenecía al ejercito no lo había liquidado pues su
castigo habría sido aún peor; pero el verdadero motivo era que en aquel justo
momento en el que estaba tirado Lucio, el enemigo, Marco vio en él los ojos de
Livia y algunas otras facciones, todo producto de su imaginación.

Por otra parte, Helvia decía que era normal que los plebeyos sintieran envidia y
que había escuchado que en otro pueblo vendían los nombramientos, Marco Tulio
defendía la postura de que eso no se debía comprar que los nombramientos, el
status, se debía heredar, que era privilegio de gente heróica, pero Helvia decía
que solo importaba el dinero.

Marco Tulio caminó a los 8 meses, entendía a su padre perfectamente en cosas


de filosofía, comenzó a hablar y a escribir a los 2 años y le hallaban mucho
parecido con el padre de Helvia. Marco Tulio no tenia una opinión muy zalamera
de la civilización y jamás añoraba a Roma, no anhelaba nada, ni el teatro, ni el
circo, ni el bullicio ni el intercambio ético. Sólo en la isla paterna, se siente libre y
por encima de todo seguro.

La edad promedio para casarse era a los 14 años; Livia Curio a esta edad ya
estaba comprometida con Lucio el cruel; Marco le decía que no se casara con él
por que no era conveniente para ella y la haría sufrir, que él la amaba y no le
gustaría verla mal, pero Livia tenía sus tutores que eran de familia renombrada en
Roma, no podía dejar así a su prometido y eso era lo que a Marco lo desesperaba
por que se sentía entre la espada y la pared, ya que su mamá le aconsejó que si
ya se encontraba comprometida se olvidará de ella, que existían más mujeres en
Roma, pero él decía que como Livia no había más.

Marco aferrado al amor que sentía por Livia decía que moriría de pena si no la
conseguía. Los hombres no mueren de amor. Eso se dice en las poesías; pero la
vida tienen poco de poética. Se juró a sí mismo que nunca olvidaría a Livia, ni se
iba a resignar a perderla así de fácil. Por la isla Livia no se volvió a aparecer, por
que su familia tubo que regresar a la capital, pues corrían peligro permaneciendo
en Arpino.

Algunos invirtieron dinero en fabricas que suministraron material de guerra al


gobierno. Como las guerras fueron continuas, el gobierno fue pagando cada vez
menos a los fabricantes y cuando estos protestaron, incluso el gobierno les
amenazó con confiscar su propiedades hasta que se normalizara la situación. Así
que los senadores perdieron también mucho dinero durante la guerra y de
momento estaban en espera días de paz.

La invención de la ley era ser una advertencia no solo contra los individuos
despilfarradores, sino contra gobiernos venales. Así esta escrito y por tanto es
verdad. Un cuerpo de hombres poderosos que gobiernan son tan culpables como
un simple individuo, de los delitos que cometa. Para establecer tribunales; pagar
los estipendios de los legisladores, el senado, los tribunos a los cónsules para
construir los templos y las vías necesarias. Pero esa ley no tuvo que ser aplicada y
cayó en el olvido porque los romanos la obedecieron a un ignorando que hubiera
sido promulgada.

Así que Roma esta siendo lenta, pero implacablemente destruida para favorecer a
la gentuza que vive dentro de sus muros y a nuestros enemigos potenciales a todo
lo largo y ancho del mundo.

Pero si solo trae dolor, cargas insoportables, injusticia, ansiedad, temor y


esclavitud a un pueblo entonces es una ley perversa, promulgada por hombres
malignos, que odian a la humanidad y desean subyugarla y dominarla.

La mayoría de los senadores recordaron los letreros que se escribían en los muros
de la ciudad a media noche en los que se denigraban sus nombres. Cuantas
veces había leído inscripciones en rojo diciendo.. adultero, asesino, traidor,
seductor, libertino, ladrón.

La plebe de Roma no había sido jamás verdaderamente fiel ni siquiera a los


héroes.

De nuevo era verano y la guerra social continuaba esporádica por toda Italia. Pero
los romanos hacia tiempo que vivían en un ambiente de guerra y aceptaban las
restricciones y conveniencias como cosa natural, protestando y con fatalismo.

Hasta en la guerra social los negocios habían prosperado fabricando objetos tanto
de elaborada y fina joyería como rejas de arados y utensilios. Se empleaban
cuarenta hábiles artesanos cuando el gobierno ordenaba que fabricaran armas, y
de sus talleres salieron escudos, lanzas, espadas, cortas, dagas, y armaduras.

Marco Tulio maniobró en los días siguientes para presentar su caso ante un
magistrado de noble familia y posición pero le fue imposible hacerlo porque ahora
todo era confusión. En consecuencia, todas las familias aristocráticas de Roma
que se pusieron de parte del gobierno, sentían gran inquietud temiendo lo peor.
Marco fue de mala gana a visitar a un intimo amigo de Julio César, que hacia
pocos meses se había casado con la hija de Cinna, una doncella muy joven
llamada Cornelia.

- Cada hombre tiene sus convicciones - dijo Marco, esforzándose para que su voz
no tuviera un tono de reproche.

Julio le sonrió. El joven vestía ahora con mucha elegancia y sus inclinaciones al
bien vestir, que tenia de nacimiento, las había llevado ahora hasta la sofisticación .

En el capítulo díez comienzan a huir las familias a los pueblos lejos de Roma ya
que empieza a haber problemas. Los pueblos dependientes de Roma estaban
obligados a proporcionar soldados al ejército romano, en mayor proporción que las
familias que no eran las dominadoras. Y aunque los itálicos llegaran a ser
oficiales, aunque llegaran a ser del más alto rango, siempre eran menos, aunque a
un simple soldado romano de infantería, a cuya palabra se le daba más valor.

Hubo un tiempo en que la ciudadanía romana se concedía a todos los itálicos de


mérito, sin distinción; pero como en provincia surgió una poderosa clase media,
los romanos se sintieron alarmados, ya que se consideraban nobles y patricios
(gente de más categoría), no podían ser comparados con los habitantes de otras
regiones de la península.

Fue el odio y el temor hacia las virtudes de la clase media provinciana, lo que hizo
que Roma hiciera muy difícil, si no imposible, el obtener la ciudadanía romana a
todo aquel que no tuviera antepasados ilustres, no hubiera nacido en Roma, no
estuviera relacionado con los influyentes senadores, despreciara los sobornos y
protestara de los impuestos abusivos, cuya recaudación se destinaba a ganarse
los votos de la plebe y conceder esta ventaja.

En Roma se extendía la delincuencia, los políticos adquirían el poder, la vanalidad


del aborrecible senado, el menosprecio del honor de la plena en la vía pública,
Roma promulgó la Lex Plautia Papira, por la que se concedía la ciudadanía a todo
aliado que se presentara ante los magistrados romanos en un plazo de dos
meses. La guerra continuó.

En el capítulo once se menciona que el ambiente en Roma ya se encuentra entre


tiranos, el general Mario habla mucho de libertad, pero apoya al tiránico gobierno
central, ya que lo que se estaba ocasionando es que los militares gobernaban
Roma y los políticos más envilecidos usurpan el poder.

A la parte de la sociedad conocida como “la plebe” se le a dado lo que quiere y se


ha vuelto arrogante, creyéndose incluso superior a los gobernantes, gritaban por
las calles que su hora había llegado y escribiendo en los muros de noche “abajo
los privilegiados”. Esta época en Roma fue un desastre.
Las familias de riqueza se iban de Roma por la situación que estaban viviendo y
preferían lugares tranquilos.

Marco estaba acostumbrado a vivir tranquilo, dedicado a sus deberes y el culto, y


cada día que pasaba se sentía muy retraído, a pesar que se encontraba en su
plena juventud.

Por primera vez Marco se sintió nervioso. Creyó estar a salvo en Roma pero
Escévola lo había convencido de lo contrario. El oculto asesino podría ser más
astuto esta vez. Marco se sintió agradecido por la presencia de Sirio, que siempre
le había caído simpático y que ya le había demostrado su devoción. Pero ¿como
explicar esta adquisición a Helvia ? Por desgracia había que contarle todo.

Marco empezó a mirar a las manos de todos los hombres en busca de un anillo
con forma de serpientes.

Un día Escévola le trajo un nuevo cliente, el hombre se llamaba casino. Era de


mediana edad, de aspecto robusto y obstinado y sus vestiduras, aunque de buena
calidad, considerando los tiempos, no tenían nada de elegantes. Casino le dijo -
hace varias semanas que recibí orden de los tribunos de que cesase en la
producción de toda clase de material que no fuera de guerra, Marco examino la
orden y dijo: la ley establece que ningún ciudadano Romano libre puede ser
obligado a hacer nada contra su voluntad.

Marco fue a visitar a su amigo Julio y le contó todo lo sucedido y como el amuleto
que le había regalado su madre le salvo la vida .mientras Marco era llevado a su
casa Julio escribía una carta. “por lo tanto, no debe hablar, pero debe de ser
recordado que a partir de ahora esta bajo mi protección.

Cáp. 20

Bajo una tormenta in tempestuosa Marco se refugio en el techo del templo. Se


apoyo contra una pared y su brazo toco otro brazo. Volvió la mirada para
encontrarse con Livia Catalina.

Ella le dijo: - He recibido un mensaje de… el. Volverá pronto con Silia. Volverá a
mí y a nuestro hijito. - debo irme- grito y corrió.

Cáp. 21

Escèvola se dirigía en su litera a casa de su hijo donde lo esperaban para cenar.


Cundo sus esclavos empezaron a gritar aterrorizados. A la luz de un farol vio los
rostros de sus asesinos y los reconoció. Ni siquiera pronuncio una palabra de
queja y una puñalada al corazón acabo con el. ¡Viva Carbo! -gritaron los asesinos

Cáp. 22
Silia entra a Roma acompañado por sus oficiales entre los cuales se encontraban
Lucio Sergio Catalina y Cneo Pompeyo.

Cáp. 23

Silia dio a Roma su primera dictadura algo casi impalpable, terrible y casi
insondable.

Un día se presento un centurión ante Marco para llevarlo ante Silia.

Tenia gamas de conocer al discípulo de Escèvola de encontrarme con un abogado


honrado ¡Ah¡ aquí llega mi otro huésped, Marco volvió la cabeza y vio que entraba
su amigo Julio Cesar.

Cáp. 24

Marco fue informa de que su hermano Quinto estaba con vida y estaba herido
-cuando este lo fue a ver Quinto lo reconoció.

Cáp. 25

Otro día Marco regreso de los tribunales y un pasante le dijo que una dama
misteriosa había venido a buscarlo pero no dijo su nombre ni dejo recado.

Cáp. 26

Julio y Catalina fueron a preguntarle a Marco si Livia lo había ido a visitar y


después de una rencilla le dijeron que Livia enveneno a su hijo y luego se suicido
apuñalándose.

Marco se enfureció acusando a Catalina pero Julio lo detuvo.

Acostado en su cama recordó las palabras de Escèvola, aconsejándole que no


matara a Catalina. Solo podía vengarse de el destruyendo lo que más deseara.

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