Vous êtes sur la page 1sur 1

LA FOTOGRAFÍA

Era una luminosa mañana de verano cuando el maestro, como cada mañana, estaba compartiendo sus
conocimientos con sus jóvenes discípulos:

- “Hoy vamos a realizar una tarea diferente, algo que nunca antes os he planteado.
Tenemos una antigua cámara fotográfica, y hoy la vamos a emplear. La pega es que tiene una capacidad
muy limitada, por lo que cada uno podrá realizar únicamente una fotografía.
Cada uno deberá decidir qué parte de este bonito paraje quiere conservar como recuerdo en una
fotografía.
Buscad aquella que más resuene con vuestro interior”.

Y así, cada discípulo comenzó a observar el paisaje, buscando aquel lugar que más conectara con su interior.

Transcurrida cerca de una hora, el maestro los llamó para conocer sus elecciones.

- “Yo he elegido el río que desciende de las montañas, porque me identifico con su transparencia y pureza”
– dijo el primero de ellos.

- “Yo he elegido la gran montaña, por su grandeza y su gran asentamiento en la tierra” – continuó el
segundo.

- “A mí, mi interior me ha llevado al pequeño lago, donde prima la tranquilidad y la serenidad” – dijo el
tercero.

- “Mi elección ha sido el templo sagrado, por su conexión con Dios y con el Universo” – explicó el cuarto.

- “Pues yo he preferido el extenso valle verde, porque en ella brota la vida y sopla el viento de la libertad”
– expuso el quinto.

- “Yo he elegido el mercado del pueblo, porque es ahí donde se reúnen los lugareños para compartir sus
experiencias y emociones” – dijo el sexto.

- “Pues yo, mi maestro, yo lo siento, pero… no he elegido nada…” – balbuceó el último discípulo.

- “¿Qué ocurre, es que nada de lo que nos rodea resuena con tu interior?” – preguntó el maestro.

- “No mi maestro, todo lo contrario… lo que ocurre es que soy incapaz de elegir de entre todos los lugares
que han comentado mis compañeros. Me identifico con el río, con la montaña, con el lago, con el templo,
con el valle, con el mercado… y todos resuenan en mí con gran intensidad.
Pero no quiero quedarme con el recuerdo de sólo uno de ellos en una fotografía; prefiero guardar estos
sentimientos en mi corazón pues ahí tengo cabida para todos ellos.”

- “Enhorabuena mi querido discípulo. Veo que has entendido el mensaje que os quería hacer llegar.
Esta moderna civilización ha tomado por costumbre el poseer físicamente aquello que le gusta. Unas
veces, tomado fotografías que sólo captan la imagen, pero no la energía que transmite. Otras veces,
secuestrando animales y plantas de su entorno natural, para tenerlos encerrados en jaulas o macetas.
Y muchas veces, a diario, reteniendo recuerdos y situaciones pasadas, a gente que tiene por amigo por el
simple hecho de que antiguamente lo eran, alimentándose del apego a cosas y personas que le hacen creer
que de esta manera su ser crece más.
No os empeñéis en tener recuerdos físicos de las cosas, queridos discípulos. Captad las sensaciones,
sentimientos y emociones que cada lugar, objeto y ser os transmita con vuestro corazón, puesto que ahí
perdurará lo que verdaderamente resuena con vuestra esencia.
CERRAD LOS OJOS DE LA CARA Y ABRID LAS DE VUESTRO CORAZÓN.”

Vous aimerez peut-être aussi