Resumen del artículo “Cuando las Agendas Chocan: Bienestar Humano y Conservación Biológica”

Elaborado por: Licenciado en Biología David Ignacio Borges Ventura

Si entendemos el concepto de conservación como toda acción humana que contribuye al óptimo
aprovechamiento de los recursos existentes con el fin de propiciar el desarrollo integral del hombre
y de la sociedad, debería entonces ser una acción constante que no solo busca beneficiar a los seres
humanos actuales y futuros sino también a los ecosistemas y todo lo que los integra. Sin embargo,
las implicaciones socioeconómicas de las metas de la conservación han desatado potenciales
conflictos sobre todo en la manera en que el público general percibe a los ambientalistas y a la
conservación en sí, considerando que las motivaciones de los investigadores y los proyectos
conservacionistas pueden diferir grandemente con las necesidades inmediatas de las comunidades, o
llegar a ser limitantes e incluso oprimir a las personas. Y es que, aun cuando hay un compromiso,
existen deficiencias que impiden la integración de los aspectos sociales, económicos y biológicos a
la investigación de los servicios ambientales y a la conservación, sobre todo la basada en
comunidades. Todos estos conflictos, sin importar su origen, tienen un impacto crucial en el éxito o
fracaso de los proyectos e investigaciones conservacionistas.
Aunque los avances de la conservación han sido numerosos, ningún modelo proporciona
directamente una solución a los problemas que más la aquejan hoy en día. Para hacer más efectivas
las acciones que conllevan a la preservación de los recursos, es necesario integrar más
adecuadamente aspectos sociales a las investigaciones en la materia. Así también, la conservación
se debe informar mediante un entendimiento minucioso de la distribución espacial, temporal y
social de sus costos y sus beneficios; y dichos costos y beneficios deberán de ser distribuidos
equitativamente entre todas las partes involucradas.
Es evidente que los servicios ambientales dependen esencialmente de la biodiversidad, y que,
debido a ello, la biodiversidad va más allá pues contribuye de manera crucial al bienestar de las
poblaciones humanas. Debe mejorar el reconocimiento de las preocupaciones sociales que
acompañan a la conservación de la biodiversidad. Consecuentemente, algunas veces debemos
argumentar por la conservación en favor de la biodiversidad, no por sus beneficios directos para los
humanos, sin por ello dejar de considerar que las acciones a favor del ambiente y los ecosistemas
nos retribuyen indirectamente siempre que no descuidemos una visión completa que incluya la
necesidad de una equidad de oportunidades.
La biología de la conservación no busca perjudicar a las comunidades evitando que usen los
recursos naturales ni pretende impedir los avances del ser humano. Es necesario comprender y
llegar a producir un modelo de desarrollo sustentable consientes de que conservar no significa “no
tocar” sino manejar los recursos, ser administradores racionales de los bienes y servicios que la
naturaleza nos provee.
En la búsqueda de las relaciones entre biodiversidad y bienestar humano, es imprescindible tener un
objetivo claro y nexos bien establecidos. Es necesario encontrar un punto de fusión entre las
consideraciones biológicas y sociales. Relacionar ambos componentes (biodiversidad y bienestar
humano), sugiere la interdisciplinariedad entre las ciencias sociales y naturales como estrategia para
afrontar las demandas y necesidades de la creciente población humana. Para lograr hacer funcionar
dicha estrategia se necesita de la interacción de los distintos agentes involucrados y dar soluciones
coherentes con el desarrollo sostenible. El modelo de sustentabilidad se basa en tres fundamentos
que deben encontrarse en equilibrio, y por los cuales todo desarrollo debería ser: ecológicamente
adecuado, económicamente rentable y socialmente ético. Se debe establecer además una cohesión
entre lo social, lo económico y lo ecológico a través de la equidad socioeconómica, una economía
ecológica, el uso de tecnológica ecoeficiente, y política ambiental basada en la legislación y la
educación ambiental.