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Acevedo incluye entre las características observadas en los muchachos del nuevo siglo
un amplio desarrollo verbal, sin embargo sus destrezas motoras son pobres. Si bien se
considera que tienen un alto nivel de energía, tienen problemas para obedecer y su
autocontrol es menor. Sin duda aman la televisión y los computadores de manera tal que
vienen prácticamente programados para manejar bien el teclado, el ratón y, por
supuesto, el control remoto de la televisión, los videojuegos, los celulares y todos los
aparatos e instrumentos virtuales y esto les permite estar comunicados con el mundo
entero.
"También les será más fácil moverse dentro del planeta sin importar la raza o
nacionalidad, serán verdaderos ciudadanos del mundo. Dada su constante estimulación
y exposición a diferentes lenguas por la televisión y la Internet, les queda más fácil
aprender varios idiomas. Esta herramienta también les será muy útil en el mundo
competitivo en el que vivimos", señala la doctora Acevedo. Por ello, desarrollan
patrones de atención diferentes y un pensamiento crítico mucho más ágil y agudo,
puesto que saben pensar y analizar la información y no pierden el tiempo en buscar
datos en los lugares equivocados.
El gran apoyo cibernético les permite ser muy eficientes en la investigación y el análisis
y alcanzar un vocabulario muy amplio y habilidades psicolingüísticas para resolver
problemas personales y profesionales en menor tiempo y con mayor precisión.
Para la autora, otra de las ventajas de los niños en la actualidad es que han sido
educados también en el mundo de las emociones, por ello la inteligencia emocional
actualmente tiene gran vigencia y tanto padres como educadores buscan que sus hijos y
sus estudiantes puedan comprender mejor su propio mundo emocional y el de todos los
demás. De manera que la soledad no será un problema para ellos, pues saben manejarla
desde muy pequeños; han establecido las relaciones desde una autonomía y no desde
una dependencia.
Los grandes avances de la psicología han sido un factor muy beneficioso que ha
permitido que aprendan a cuidarse por sí solos y que lo hagan bien. Por todo esto, ellos
medirán la felicidad en términos de logros profesionales y momentos especiales en la
vida.
En referencia a la adolescencia, Acevedo dice que es cierto que hoy es más intensa,
quizás porque vivimos un momento de transición y porque esta por sí misma significa
un cambio. "Hoy en día es más larga, pues los niños se desarrollan más temprano, pero
logran ser económicamente independientes más tarde. Tienen que vivir sometidos a los
padres y a sus reglas cuando ya son jóvenes adultos, porque no tienen los medios para
ser autónomos, debido a la escasez de empleo.
Esta situación genera mucha fricción entre padres e hijos".
El doctor Shaw ha identificado en su libro cuatro factores claves que contribuyen a esta
situación:
1) Debido a la falta de tiempo, no se produce un vínculo suficientemente fuerte entre los
niños y sus padres durante los primeros años.
2) Los niños ven demasiada televisión y esta les muestra una visión distorsionada del
mundo.
3) Los padres estamos fallando a la hora de enseñarles a los hijos qué está bien y qué
está mal, y terminan aprendiendo las normas morales de sus amigos y de los medios.
4) Los niños de hoy viven demasiado ocupados en actividades y clases de todo tipo y
cada vez tienen menos tiempo para crear y para jugar libremente.
"Como padres tenemos que estar preparados para contestar preguntas precoces de hijos
precoces. El niño de hoy es más seguro de sí mismo, sabe lo que no le gusta, vive
rodeado de muchos más estímulos y no acepta cualquier cosa. Esto exige que los padres
no nos quedemos atrás. Nuestros límites y valores serán sometidos a prueba una y otra
vez, pero no podemos desfallecer...
Aunque precoces, los niños de hoy siguen necesitando una guía firme y amorosa, y
nuestro deber es proporcionársela ajustándonos a las distintas circunstancias", dice
Acevedo.
Los colegios deben reflexionar profundamente sobre los cambios y adaptarse a nuevos
estudiantes más inquietos físicamente y con una forma distinta de atender: les cuesta
estudiar en un aula, seguir instrucciones secuenciales y ser anónimos dentro del grupo.
Los maestros deben darse cuenta de que no es que estos alumnos tengan problemas de
aprendizaje sino que aprenden de manera distinta. Ellos demandan el porqué de todo y
el significado de lo que les enseñan, pues quieren conectarse con la realidad. Por eso las
clases deben ser innovadoras y llenas de actividades prácticas y multisensoriales. Las
actividades deberán ser variadas y no durar más de 20 minutos para optimizar el
aprendizaje. Estos niños y jóvenes necesitan retroalimentación sobre su progreso
permanentemente. "Los nuevos estudios sobre el cerebro y los problemas de aprendizaje
son claros en afirmar la importancia de volver la mirada sobre el individuo y partir de
ahí para brindar una enseñanza óptima", opina la doctora Acevedo.
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ANNIE DE ACEVEDO
PSICÓLOGA
annieacevedo@hotmail.com