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Anecdotario Musical

Gabriel Faure en los primeros años de su carrera y esto era muy común en Francia, fue invitado a
comer a casa de una dema que solia reunir en su salón algunas personalidades, a fin de que,
después de comer, el joven compositor tocaa algunas obras la piano para hacerse conocer y
facilitar asi su ingreso en el mundo artístico.

Termina la comida y el joven se sienta al piano; toca uno, dos, tres piezas, y creyendo que la poca
atención que se le dispensaba lo eximia de seguir agregando obras para pagar esa comida…
gratuita. Dejó las charlas siguieron su curso y el compositor quedó un poco relegado. A la
medianoche, la dama le reuga a sentarse al piano:

- Pero… ya es tarde… ¡los vecinos se molestaran! –alega Faure


- No importa, acada uno su turno. Ellos tienen un perro que ladra hasta muy tarde y nos
molesta mucho…

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