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El estado nos llama a las urnas

Nuevamente, se espera de la ciudadanía que legitime con su voto el poder político


que la oprime. Se nos dirá que ejercemos la soberanía popular con nuestro voto, se nos
dirá que elegimos a quienes, en nombre nuestro, rigen los destinos de la nación.
Pero nosotros sabemos que la soberanía popular está secuestrada por los políticos
que hacen y deshacen durante cuatro años sin contar con nosotros y ni siquiera con sus
promesas electorales. Sabemos que, con nuestro voto, les daríamos cobertura y nos
convertiríamos en sus cómplices.
Pero nosotros sabemos que los políticos que elegimos no mandan. Que quienes man-
dan son el FMI y el BM, que a los dirigentes económicos no nos permiten elegirlos. Sa-
bemos que, con nuestro voto, participaríamos en la farsa y nos convertiríamos en sus
cómplices.
Pero nosotros sabemos que el estado no ejerce el poder de unos políticos corruptos y
unos capitalistas avarientos a través del parlamento, sino a través de la violencia poli-
cial, del terrorismo económico y de la mentira institucionalizada de los medios de co-
municación de masas. Sabemos que, con nuestro voto, participaríamos en nuestro pro-
pio engaño y nos convertiríamos en sus cómplices.
Y no les vamos a votar. No les votaremos, porque
Queremos decidir nosotros mismos nuestro futuro y no que lo hagan políticos profe-
sionales que, escapando a todo control popular, se convierten en nuestros verdugos
económicos y sociales.
Queremos decidir nosotros mismos la salida económica que demos al desastre que
han organizado los capitalistas con la complicidad de los políticos que ahora nos piden
el voto.
Queremos repartir el trabajo y la riqueza. Que trabaje todo el mundo: desde el rey
hasta el último mendigo y que toda la riqueza y todos los recursos económicos estén a
disposición de la comunidad.
En pocas palabras, queremos la abolición del estado y la instauración de la democra-
cia directa, queremos la abolición de la propiedad privada y la instauración del comu-
nismo libertario. Por ello,
• No participes en la farsa electoral. No legitimes a tus verdugos
• Sal a la calle por la democracia directa: el poder político a las asambleas
• Sal a la calle por la autogestión económica: la producción al servicio del pueblo
y no al de los ricos.

No votes
Si nos explotan, que no sea en tu nombre
Si nos oprimen, que no sea en tu nombre
Si nos engañan, que no sea en tu nombre
Por la abolición del estado y del capital

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