El aplauso es la expresión mas acabada de la alegría.
En el teatro, se aplaude sobriamente, y en algún caso un exitado lanza un !Bravo¡ para expresarla. En el futbol, es alegría y mofa, Mas grito que aplauso, el gesto para los adversarios adquiere sentido de condenación y autoafirmación. Pero es en la política, y más definido en el Parlamento, que adquiere carácter antológico. Los abrazos, los cortes de manga, el pulgar y el indice izquierdo, unidos en círculo, el anular introducido como ariete, saltos gritos, la euforia del alumbramiento. El 24 de septiembre de 1992 cuando la aprobación de la Ley de Privatización de YPF (donde el actual secretario de la presidente fué informante) es la apoteosis, la Ley de Federalización de la Educación otra. Pero fué en un gobierno transitorio de Rodriguez Saa, cuando se produce la explosión de alegría, la manifestación mas genuina de la "voluntad popular": la Declaración del Defaut. ¿Quien no recuerda la expresión de los diputados, los camioneros, los ujieres, los obreros e industriales saltar, explotar de alegría ante tamaña afirmación de soberanía? En tiempo real, contemporáneo, sin embargo tuvimos dos mas: cuando el voto "no positivo" de Cobos, y con la aprobación de la Ley de Medios. En unos casos se corona con el himno, en otros con la marchita.¿ Alguien recuerda hoy, con alegría, las consecuencias institucionales, políticas, y económicas de esas medidas?