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1. Resumen general
2. Consideraciones generales sobre el contenido en la formación laboral
3. Teorizando sobre la formación laboral en la Educación Superior
4. La formación de habilidades y su influencia para la vida laboral
5. Competencias laborales en estudiantes, su conceptualización
6. Formación profesional y sus aristas más comunes
7. Conclusiones generales
8. Referencias Bibliográficas
9. Bibliografía
Resumen general
Se realizó un análisis desde la concepción teórica de la formación laboral de los estudiantes en la
Educación Superior, lo que constituye un reto en nuestros tiempos.
Pretendemos llevarles un análisis teórico, desde la perspectiva pedagógica de la formación laboral
basada en competencias profesionales para lograr graduados más concientes y preparados para
enfrentar la vida laborar y los problemas más frecuentes de su profesión de una manera competente.
Palabras Claves: Formación profesional, competencias laborales, educación superior, fundamentos
pedagógicos.
Habilidades
Valores personales y sociales
Patrones culturales
Conocimientos
Habilidades
Actitudes Valores
Sin desligar
Necesidades
Intereses
Aspiraciones
Motivaciones
Sentimientos
Aprender a pensar, implica que el estudiante se apropie de la lógica del pensamiento, lo que
equivaldrá a poder enfrentarse a cualquiera de los problemas presentes en su campo de acción. El poder
es la expresión sintetizada del saber hacer que le da un sentido lógico al proceder del sujeto, que es el
para qué. La sistematización del hacer en la subjetividad humana permite conformar su pensamiento.
Para el desarrollo del pensamiento es necesario ser capaz de aprender lo particular interiorizando y
sumido en lo general y viceversa; y así poder contextualizar lo que hace y piensa.
Retomando una idea de Álvarez de Zayas. C. 2003, la sistematización del conjunto de capacidades y
competencias conforma, en el plano de la subjetividad, de su espiritualidad, el poder del sujeto, por lo que
se siente más confiado, seguro y dispuesto a enfrentarse a la realidad social.
Un rasgo esencial de la formación laboral es la relación entre teoría y práctica. En esta relación la
práctica delimita la teoría necesaria, la relación entre las condiciones y demandas de las situaciones
concretas en el trabajo (la práctica) con las necesidades de sistematización del conocimiento (la teoría),
es más significativa para el sujeto si la teoría cobra sentido a partir de la práctica; es decir, si los
conocimientos teóricos se abordan en función de las condiciones concretas del trabajo y si se pueden
identificar como situaciones originales de la práctica.
De este modo, un currículo por competencias, que articula conocimientos científicos, globales y
experiencias, que se proponga además reconocer las necesidades, problemas de la sociedad en lo que
está inmerso y la realidad de la práctica social y laboral; será un currículo orientado a la formación
profesional en el que se identifiquen las competencias profesionales indispensables para el
establecimiento del perfil de egresado del futuro profesional. Todo ello definido mediante un diagnóstico
de las experiencias laborales y sociales de la realidad, de la práctica profesional de los estudiantes y
egresados, del desarrollo y vinculación de la disciplina con la práctica y del mercado laboral imperante.
Formación profesional
Se dirige a:
Una vez que se establezcan los niveles de competencias, las asignaturas que integran el currículo,
consideradas como unidades de aprendizaje, se articulan en relación con la problemática y necesidades
encontradas en el diagnóstico, las que están llamadas a darle a los estudiantes las herramientas
necesarias para enfrentarse y apropiarse de saberes necesarios para su desempeño laboral una vez
graduados.
Un currículo basado en competencias dirigido a la formación laboral del egresado va encaminado al
desarrollo de las capacidades intelectuales indispensables para el aprendizaje de la profesión
seleccionada, en la que se tienen en cuenta los conocimientos adquiridos en niveles educativos previos;
desarrollando en el estudiante la capacidad de solucionar y responder ante situaciones laborales
complejas que puedan presentarse ya sea generales o vinculadas al ejercicio de la profesión, vinculadas
o no a condiciones específicas de ejecución.
Para que este profesional una vez graduado pueda dominar la actividad laboral, es necesario que su
formación transcurra vinculada directamente a la práctica y en ella vaya descubriendo su actividad y
encargo social, donde poco a poco irá dominando su profesión y las actividades más cotidianas de la
misma; todo ello sin apartar la instrucción del sujeto, con la cual formamos al hombre en una rama del
saber humano, o sea en una profesión y lo preparamos para la vida.
Las competencias se pueden desglosar en unidades de competencia, definidas dentro de la
integración de saberes teóricos y prácticos que describen acciones específicas a alcanzar, las cuales
deben ser identificables en su ejecución. Las unidades de competencia tienen un significado global y se
les puede percibir en los resultados o productos esperados, lo que hace que su estructuración sea similar
a lo que comúnmente se conoce como objetivos; sin embargo, no hacen referencia solamente a las
acciones y a las condiciones de ejecución, sino que su diseño también incluye criterios y evidencias de
conocimiento y de desempeño. La agrupación de diferentes unidades de competencia en grupos con
clara configuración curricular da cuerpo a las mismas competencias profesionales. (5)
Los sistemas de conocimientos y de habilidades como componentes de las capacidades intelectuales
y condiciones para el desarrollo del pensamiento adquieren dimensión didáctica en los contenidos de la
enseñanza – aprendizaje y su asimilación exige de una dimensión pedagógica, teniendo en cuenta las
conclusiones de las investigaciones psicológicas. (Según Álvarez de Zayas, R. M).
Es por ello que las habilidades tienen la finalidad de que el alumno comprenda, domine y aplique el
conocimiento adquirido; el hombre como ser bio–psico social se forma a través de la actividad, para
alcanzar esta finalidad ocurre una mediación psico–didáctica, propia del proceso docente, en la cual el
pensamiento del alumno actúe sobre el objeto de conocimiento o sobre fuentes en que se representa,
comunicándose a través del lenguaje, mediante el que expresa el proceso producto de su comprensión
del conocimiento, al relacionarse con los demás sujetos que conviven a su alrededor y que se vinculan de
una u otra forma en dicho proceso.
La formación de habilidades y su influencia para la vida laboral.
La actividad, según Álvarez de Zayas. C. 2003 es el tipo de contenido dinámico del proceso que
desarrolla el hombre, desde el punto de vista de la satisfacción de sus necesidades, mediante la
transformación del medio que lo rodea, lo que precisa la pertinencia del mismo, durante el diseño del
mismo. En la actividad es que el hombre se vincula con otros para, en conjunto emprender tareas más
complejas, de esas relaciones sociales surgió el lenguaje y su vínculo dialéctico, el pensamiento.
De ahí que Álvarez de Zayas, R. M; considera que las habilidades se clasifican en:
Habilidades del pensamiento.
Habilidades del procesamiento de la información.
Habilidades de la comunicación.
Habilidades profesionales.
En este sentido, las habilidades profesionales deben interrelacionarse con otras, desarrollándose en
una compleja red en la cual se asimilan conocimientos y posteriormente se ponen en práctica,
vinculándose además con el componente afectivo del proceso.
La formación de actitudes parte del propio conocimiento, motivo de estudio, en el que se selecciona
el contenido que será objeto de la actitud a formar, el cual tiene que reunir características afectivas,
motivacionales y deberán ser delimitadas las conductas correspondientes y significativas de dicha actitud,
las cuales vivenciaran los alumnos en determinadas situaciones de aprendizajes. Estos aspectos se ven
integralmente relacionados en el proceso docente, apuntando el conocimiento hacia las habilidades,
actitudes y cualidades más trascendentes a formar en la personalidad del hombre inmerso en una cierta
sociedad.
Partiendo de lo que plantea Álvarez de Zayas, R. M; cada uno de estos elementos tiene sus
particularidades distintivas: los conocimientos son dependientes de las ciencias y las fuentes de
saberes; las habilidades son procedimientos que implican ejercitación para ser dominadas; y las actitudes
tienen una alta carga de afectividad.
El estudiante ejercitará habilidades y formará actitudes, por lo que podemos decir que en el
aprendizaje de los nuevos conocimientos y habilidades incide la situación afectiva que forma la actitud
del educando, dicho de otro modo, si estas habilidades no se ejercitan, no se asimilaran los
conocimientos y no se formaran las actitudes, porque la formación profesional, se ve desde distintos
enfoques, educativo, instructivo y desarrollador y el contenido está dirigido a la preparación del educando
de manera integral, no puede verse de manera aislada.
En la medida que reiteremos las acciones vamos conformando la habilidad, la sistematización de
varias habilidades relacionadas entre si o que responden a un fin común para la solución de problemas
complejos, que además sean dominadas dichas habilidades en la práctica, desarrollan en el sujeto
capacidades que le permiten desempeñarse en su profesión y en su vida con calidad, lo que lo hace
competente.
Cuando el sujeto domina la habilidad, el hábito, la operación, la tarea, la acción, puede
desempeñarse en la actividad social con eficiencia y por tanto, con competencia.
Álvarez de Zayas, C. 2003; plantea que la habilidad y la capacidad son interdependientes
dialécticamente. Mediante la solución de problemas y, sobre la base de un determinado método, el
estudiante va conformando la habilidad, y para ello se apoya en las facultades que ya posee, como
resultado de las capacidades previamente desarrolladas; a la vez, las capacidades se van conformando o
modificando mediante la formación de las habilidades. La capacidad expresa en mayor medida la
potencialidad para la ejecución de las tareas; la competencia, a los resultados alcanzados.
Estas capacidades van desarrollándose en cada sujeto según las condiciones internas que posea, al
igual que las competencias van formándose a lo largo de la sistematización del aprendizaje en la escuela
y fuera de ella, y posibilitan el enfrentamiento a problemas cada vez más complejos, reales, objetivos y
cercanos a la realidad.
Para la formación de dichas habilidades, capacidades y actitudes debidamente sistematizadas los
estudiantes van ejecutando tareas reiteradas, pero en nuevas situaciones, dirigido ello específicamente a
su desarrollo.
Para estar preparado se requiere, por tanto estar instruido, haber desarrollado potencialidades
individuales, habilidades, capacidades y competencias; lográndose mediante la práctica o actividad
productiva, la que fomentará y pondrá en juego la personalidad de cada sujeto.
En aras de satisfacer una necesidad, se va ejecutando la actividad y lo que connota la actividad es la
necesidad del sujeto. Por tanto el estudiante se instruye, va solucionando problemas. La repetición
continua en la solución de los problemas a los que se enfrenta, lo van educando en el enfrentamiento a
diferentes situaciones cercanas a la realidad, la vida y la profesión. Por tanto, la actividad es un hacer
instructivo, educativo, formativo y desarrollador, todo ello va generando en el estudiante la satisfacción
interna y externa de la solución de problemas, lo motiva y entre otras cosas va conformando su voluntad,
creciendo en el al ánimo de entender para hacer y hacer para comprender.
El dominio por parte del estudiante de la estructura científica, lo pone en condiciones de enfrentarse a
la solución de problemas sociales, científico – técnicos y productivos; pero al existir tanta información
sobre la misma temática, la cual es imposible de obtener en su totalidad, es necesario formar en el
estudiante la capacidad de trabajar en equipo y para ello propiciar la interdisciplinariedad; que no es más
que la necesidad de un trabajo profesional en colaboración, acompañado por decisiones y una
organización diferente de la administración institucional escolar, requerimiento imprescindible para
garantizar la fluidez del proceso, la solidaridad entre el grupo social y la solución de los problemas de
manera más eficiente y competente; garantizando que el sujeto aprenda a vivir en colectivo.
El modelo educativo por competencias profesionales integradas para la educación superior es una
opción que busca generar procesos formativos de mayor calidad, pero sin perder de vista las
necesidades de la sociedad, de la profesión, del desarrollo disciplinar y del trabajo académico. Asumir
esta responsabilidad implica que la institución educativa promueva de manera congruente acciones en
los ámbitos pedagógico y didáctico que se traduzcan en reales modificaciones de las prácticas docentes;
de ahí la importancia de que el maestro también participe de manera continua en las acciones de
formación y capacitación que le permitan desarrollar competencias similares a aquellas que se busca
formar en los alumnos. (5)
Cuando se toma conciencia y el sujeto conoce sus limitaciones y lucha por superarlas, dispuesto a
transformar la realidad social que lo rodea, obtiene de si mismo un mayor resultado, respuesta de su
propio proceso de formación y transformación, es así como se va preparando para la vida, aprendiendo a
aprender, a hacer, a ser, a vivir en colectivo y por tanto a ser más competente.
Aprender a Hacer
Aprender a Aprender Aprender a v
Adquirir los
Influir
instrumentos
sobre el propio entorno. DeParticipar
de la comprensión y cooperar
la calificación
Crecer
a la
comco
Formar al sujeto para una vida laboral competente, para ser un profesional altamen
Conclusiones generales.
Podemos concluir entonces planteando que las competencias no se forman solo en un momento de
la vida, sino que es un proceso continuo y permanente en el que incide el aprendizaje de la persona en
todas las etapas de su vida solo que en cada etapa se forman o consolidan estas competencias en
dependencia del grado de complejidad, nivel o necesidad del sujeto y de la situación presentada.
En su formación incide la escuela, la familia, la comunidad, el entorno social de manera general. La
Universidad por tanto, debe brindar a sus estudiantes la posibilidad de enfrentar el mundo del laboral y la
profesional con potencialidades que le permitan una actuación profesional eficiente y acorde con su
tiempo.
Referencias Bibliográficas.
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2. Pagés, J. El currículum de historia y la formación didáctica del profesorado. Encuentro Pedagogía
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Bibliografía.
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10. López Hurtado, J y Colectivo de autores. Fundamentos de la Educación. Ministerio de Educación
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15. Torrado Pacheco, M. C. El desarrollo de las competencias: una propuesta para la educación
colombiana. Universidad Nacional de Colombia. Memorias del Taller sobre Evaluación de
Competencias Básicas.
Autor:
Ing. Máryuri García González.
maryuri@vrect.upr.edu.cu
Categoría: Educación.
Datos de la autora: Máryuri García González. (Ingeniera Forestal. Profesora Investigadora del Centro de
Estudios de Ciencias de la Educación Superior. (CECES). Perteneciente a la Universidad de Pinar del
Río. Cuba. Cursando el programa de Maestría – Doctorado en Ciencias de la Educación de la
Universidad de Pinar del Río. Jefa de la Disciplina Formación Integral de la carrera de Ingeniería Forestal.
Miembro de la Asociación de Pedagogos de Cuba y colaboradora del Centro de Investigaciones
Educativas (CIE) Graciela Bustillo. Categoría Docente: Asistente. Telef: 779359).