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La formación profesional basada en competencias,


un reto de la Educación Superior
Máryuri García González maryuri@vrect.upr.edu.cu

1. Resumen general
2. Consideraciones generales sobre el contenido en la formación laboral
3. Teorizando sobre la formación laboral en la Educación Superior
4. La formación de habilidades y su influencia para la vida laboral
5. Competencias laborales en estudiantes, su conceptualización
6. Formación profesional y sus aristas más comunes
7. Conclusiones generales
8. Referencias Bibliográficas
9. Bibliografía

Resumen general
Se realizó un análisis desde la concepción teórica de la formación laboral de los estudiantes en la
Educación Superior, lo que constituye un reto en nuestros tiempos.
Pretendemos llevarles un análisis teórico, desde la perspectiva pedagógica de la formación laboral
basada en competencias profesionales para lograr graduados más concientes y preparados para
enfrentar la vida laborar y los problemas más frecuentes de su profesión de una manera competente.
Palabras Claves: Formación profesional, competencias laborales, educación superior, fundamentos
pedagógicos.

Consideraciones generales sobre el contenido en la formación laboral


La educación tiene que estructurarse en torno a cuatro pilares fundamentales: los pilares del
conocimiento: aprender a aprender, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a
hacer, para poder influir sobre el propio entorno, aprender a vivir juntos, para participar y cooperar en
actividades humanas, aprender a ser, proceso que recoge los anteriores. (1)
El alumno aprende teniendo en cuenta el crecimiento integral de la personalidad, el conocimiento de
la ciencia, de la sociedad, de la naturaleza y el del propio hombre y su forma de pensar; muy vinculado
con el contexto en el que vive.
En este sentido construye su propio conocimiento y analiza desde otra perspectiva los problemas
sociales en los que convive o puedan presentarse.
Como observa J. Pagés; el contenido cumple con los siguientes requisitos: las ideas no aparecen
estáticas, se mueven a través de las contradicciones y conflictos; los contenidos tienen relación con la
experiencia personal y social de quienes aprenden y no se legitiman únicamente a través de los criterios
profesionales. (2)
El conocimiento, por tanto se problematiza para que el alumno lo construya en relación con la cultura
vivida, donde se ve el aprendizaje desde una dimensión individual y social.
Para la formación profesional de los estudiantes, el diseño del currículo es clave para su desarrollo
profesional y social, porque este responderá al encargo social de la profesión.
Álvarez de Zayas, Rita Marina; define el contenido como la parte de la cultura seleccionada, con
sentido pedagógico, para la formación integral del educando.
El contenido se refiere a los conocimientos científicos: hechos, conceptos, teorías, enfoques,
paradigmas. Incluye los modos (modelos, métodos) de pensamiento y actuación aceptados
progresivamente por la sociedad para la comprensión efectiva de los saberes científicos, del dominio de
las fuentes requeridas para la actividad y para la comunicación social. El contenido incluye las actitudes,
normas y valores, producto de la acción humana. El contenido reflejo de la ciencia y de la sociedad en
general, lleva implícito las potencialidades para que el hombre lo enriquezca, lo transforme y se
transforme a si mismo. (3)
El contenido, por tanto es una parte de la cultura que integra conocimientos, habilidades, valores
personales y sociales; modos de pensar, actuar, sentir; en función del contexto en el que se vive,
patrones culturales distintivos para formar y preparar integralmente al educando tanto para su formación
académica como para la vida; seleccionado con criterios pedagógicos fundamentados con saberes
científico.
El contenido seleccionado con criterio pedagógico y científico, debe i

Conocimientos Modos de pensar, actuar, sentir

Habilidades
Valores personales y sociales
Patrones culturales

Formar integralmente al educando, académicamente y para la vida

Mediante el currículo, se selecciona el contenido a impartir a los estudiantes en función de su


encargo social y la concreción de lo que se pretende lograr en el; teniendo en cuenta el sentido de
desarrollo del sujeto, las relaciones de este con su entorno y con sus semejantes, proyecto de vida y
aspectos de la sociedad vinculados de alguna manera al proceso de enseñanza – aprendizaje. Todo ello
valorando los objetivos, finalidad e intención del proceso.

Teorizando sobre la formación laboral en la Educación Superior.


En todo sistema social están presentes los diferentes saberes; cada profesión se construye sobre la
base de ellos. La escuela a través del currículo selecciona de esos sistemas de saberes lo que un
profesional necesita conocer para resolver una determinada gama de problemas en el sistema social, lo
que la hace eficaz. El proceso didáctico hará que esa adquisición de saberes sea más eficiente.
Los tres procesos, el currículo y el didáctico, bajo un sistema pedagógico relacionan el sistema del
mundo de la escuela con el sistema del mundo de la vida, lo que lo hace efectivo. (Álvarez de Zayas. C.
2003)
La esencia del mencionado proceso no es más que el resultado de las relaciones entre las
dimensiones instructiva, educativa y desarrolladora que nos permite establecer y dejar claro el tipo de
hombre a formar y las características y competencias esenciales a desarrollar en él.
Además de la formación profesional de los estudiantes, la selección del contenido tributa al desarrollo
de conocimientos, habilidades, valores y actitudes; con la finalidad de que desarrolle el pensamiento
crítico, creativo y contribuya a la toma de decisiones. Estas habilidades tributan a desarrollar maneras de
laborar, que logren que el estudiante una vez graduado pueda resolver problemas reales de la
producción.
El contenido pasa a través de la personalidad del alumno en todos sus procesos cognitivos y
volitivos. (4)
Teniendo en cuenta lo anterior podemos decir, que los estudiantes se apropian de los conocimientos
de forma integral e individual sin desligar su personalidad y sin olvidar además sus necesidades,
intereses, motivaciones, sentimientos y aspiraciones; cuestiones estas que influyen directamente en el
grado de apropiación de los conocimientos y por tanto en su preparación y puesta en práctica.

La selección del contenido para el currículo y el método a emplear,


nos permiten formar en los estudiantes:

Conocimientos
Habilidades
Actitudes Valores

Sin desligar

Necesidades

Intereses

Aspiraciones

Motivaciones

Sentimientos

Aprender a pensar, implica que el estudiante se apropie de la lógica del pensamiento, lo que
equivaldrá a poder enfrentarse a cualquiera de los problemas presentes en su campo de acción. El poder
es la expresión sintetizada del saber hacer que le da un sentido lógico al proceder del sujeto, que es el
para qué. La sistematización del hacer en la subjetividad humana permite conformar su pensamiento.
Para el desarrollo del pensamiento es necesario ser capaz de aprender lo particular interiorizando y
sumido en lo general y viceversa; y así poder contextualizar lo que hace y piensa.
Retomando una idea de Álvarez de Zayas. C. 2003, la sistematización del conjunto de capacidades y
competencias conforma, en el plano de la subjetividad, de su espiritualidad, el poder del sujeto, por lo que
se siente más confiado, seguro y dispuesto a enfrentarse a la realidad social.
Un rasgo esencial de la formación laboral es la relación entre teoría y práctica. En esta relación la
práctica delimita la teoría necesaria, la relación entre las condiciones y demandas de las situaciones
concretas en el trabajo (la práctica) con las necesidades de sistematización del conocimiento (la teoría),
es más significativa para el sujeto si la teoría cobra sentido a partir de la práctica; es decir, si los
conocimientos teóricos se abordan en función de las condiciones concretas del trabajo y si se pueden
identificar como situaciones originales de la práctica.
De este modo, un currículo por competencias, que articula conocimientos científicos, globales y
experiencias, que se proponga además reconocer las necesidades, problemas de la sociedad en lo que
está inmerso y la realidad de la práctica social y laboral; será un currículo orientado a la formación
profesional en el que se identifiquen las competencias profesionales indispensables para el
establecimiento del perfil de egresado del futuro profesional. Todo ello definido mediante un diagnóstico
de las experiencias laborales y sociales de la realidad, de la práctica profesional de los estudiantes y
egresados, del desarrollo y vinculación de la disciplina con la práctica y del mercado laboral imperante.
Formación profesional

Se dirige a:

Adquisición y ejercitación de conocimientos. Formación y ejercitación de actitu


Formación y ejercitación de habilidades.

Se prepara al estudiante de manera integral, incidiendo en el, la situación afec

Una vez que se establezcan los niveles de competencias, las asignaturas que integran el currículo,
consideradas como unidades de aprendizaje, se articulan en relación con la problemática y necesidades
encontradas en el diagnóstico, las que están llamadas a darle a los estudiantes las herramientas
necesarias para enfrentarse y apropiarse de saberes necesarios para su desempeño laboral una vez
graduados.
Un currículo basado en competencias dirigido a la formación laboral del egresado va encaminado al
desarrollo de las capacidades intelectuales indispensables para el aprendizaje de la profesión
seleccionada, en la que se tienen en cuenta los conocimientos adquiridos en niveles educativos previos;
desarrollando en el estudiante la capacidad de solucionar y responder ante situaciones laborales
complejas que puedan presentarse ya sea generales o vinculadas al ejercicio de la profesión, vinculadas
o no a condiciones específicas de ejecución.
Para que este profesional una vez graduado pueda dominar la actividad laboral, es necesario que su
formación transcurra vinculada directamente a la práctica y en ella vaya descubriendo su actividad y
encargo social, donde poco a poco irá dominando su profesión y las actividades más cotidianas de la
misma; todo ello sin apartar la instrucción del sujeto, con la cual formamos al hombre en una rama del
saber humano, o sea en una profesión y lo preparamos para la vida.
Las competencias se pueden desglosar en unidades de competencia, definidas dentro de la
integración de saberes teóricos y prácticos que describen acciones específicas a alcanzar, las cuales
deben ser identificables en su ejecución. Las unidades de competencia tienen un significado global y se
les puede percibir en los resultados o productos esperados, lo que hace que su estructuración sea similar
a lo que comúnmente se conoce como objetivos; sin embargo, no hacen referencia solamente a las
acciones y a las condiciones de ejecución, sino que su diseño también incluye criterios y evidencias de
conocimiento y de desempeño. La agrupación de diferentes unidades de competencia en grupos con
clara configuración curricular da cuerpo a las mismas competencias profesionales. (5)
Los sistemas de conocimientos y de habilidades como componentes de las capacidades intelectuales
y condiciones para el desarrollo del pensamiento adquieren dimensión didáctica en los contenidos de la
enseñanza – aprendizaje y su asimilación exige de una dimensión pedagógica, teniendo en cuenta las
conclusiones de las investigaciones psicológicas. (Según Álvarez de Zayas, R. M).
Es por ello que las habilidades tienen la finalidad de que el alumno comprenda, domine y aplique el
conocimiento adquirido; el hombre como ser bio–psico social se forma a través de la actividad, para
alcanzar esta finalidad ocurre una mediación psico–didáctica, propia del proceso docente, en la cual el
pensamiento del alumno actúe sobre el objeto de conocimiento o sobre fuentes en que se representa,
comunicándose a través del lenguaje, mediante el que expresa el proceso producto de su comprensión
del conocimiento, al relacionarse con los demás sujetos que conviven a su alrededor y que se vinculan de
una u otra forma en dicho proceso.
La formación de habilidades y su influencia para la vida laboral.
La actividad, según Álvarez de Zayas. C. 2003 es el tipo de contenido dinámico del proceso que
desarrolla el hombre, desde el punto de vista de la satisfacción de sus necesidades, mediante la
transformación del medio que lo rodea, lo que precisa la pertinencia del mismo, durante el diseño del
mismo. En la actividad es que el hombre se vincula con otros para, en conjunto emprender tareas más
complejas, de esas relaciones sociales surgió el lenguaje y su vínculo dialéctico, el pensamiento.
De ahí que Álvarez de Zayas, R. M; considera que las habilidades se clasifican en:
 Habilidades del pensamiento.
 Habilidades del procesamiento de la información.
 Habilidades de la comunicación.
 Habilidades profesionales.

En la formación universitaria, el estudiante debe aprovechar para su continua preparación,


adquisición de conocimientos, habilidades, capacidades y valores, mediante el continuo desarrollo
cognitivo y volitivo, la práctica profesional, bajo el principio teoría – práctica, en la cual se vincula el
contenido científico (académico), con el investigativo y el productivo (laboral), logrando un nivel de
domino de las habilidades que le permitan la autonomía para la superación permanente personal y
profesional.
Salvando las particularidades de los distintos modos de actuación profesional: educar en el maestro,
dirigir los procesos industriales en el ingeniero, dar atención integral de salud en el médico, etc; considero
que hay habilidades profesionales comunes de obligada formación, a saber: (3)
 Integrar los conocimientos y elevarlos al nivel de aplicación profesional.
 Dominar las técnicas para mantener información actualizada.
 Investigar.
 Saber establecer los vínculos con el contexto social.
 Gerenciar – administrar los recursos humanos y materiales.

En este sentido, las habilidades profesionales deben interrelacionarse con otras, desarrollándose en
una compleja red en la cual se asimilan conocimientos y posteriormente se ponen en práctica,
vinculándose además con el componente afectivo del proceso.
La formación de actitudes parte del propio conocimiento, motivo de estudio, en el que se selecciona
el contenido que será objeto de la actitud a formar, el cual tiene que reunir características afectivas,
motivacionales y deberán ser delimitadas las conductas correspondientes y significativas de dicha actitud,
las cuales vivenciaran los alumnos en determinadas situaciones de aprendizajes. Estos aspectos se ven
integralmente relacionados en el proceso docente, apuntando el conocimiento hacia las habilidades,
actitudes y cualidades más trascendentes a formar en la personalidad del hombre inmerso en una cierta
sociedad.
Partiendo de lo que plantea Álvarez de Zayas, R. M; cada uno de estos elementos tiene sus
particularidades distintivas: los conocimientos son dependientes de las ciencias y las fuentes de
saberes; las habilidades son procedimientos que implican ejercitación para ser dominadas; y las actitudes
tienen una alta carga de afectividad.
El estudiante ejercitará habilidades y formará actitudes, por lo que podemos decir que en el
aprendizaje de los nuevos conocimientos y habilidades incide la situación afectiva que forma la actitud
del educando, dicho de otro modo, si estas habilidades no se ejercitan, no se asimilaran los
conocimientos y no se formaran las actitudes, porque la formación profesional, se ve desde distintos
enfoques, educativo, instructivo y desarrollador y el contenido está dirigido a la preparación del educando
de manera integral, no puede verse de manera aislada.
En la medida que reiteremos las acciones vamos conformando la habilidad, la sistematización de
varias habilidades relacionadas entre si o que responden a un fin común para la solución de problemas
complejos, que además sean dominadas dichas habilidades en la práctica, desarrollan en el sujeto
capacidades que le permiten desempeñarse en su profesión y en su vida con calidad, lo que lo hace
competente.
Cuando el sujeto domina la habilidad, el hábito, la operación, la tarea, la acción, puede
desempeñarse en la actividad social con eficiencia y por tanto, con competencia.
Álvarez de Zayas, C. 2003; plantea que la habilidad y la capacidad son interdependientes
dialécticamente. Mediante la solución de problemas y, sobre la base de un determinado método, el
estudiante va conformando la habilidad, y para ello se apoya en las facultades que ya posee, como
resultado de las capacidades previamente desarrolladas; a la vez, las capacidades se van conformando o
modificando mediante la formación de las habilidades. La capacidad expresa en mayor medida la
potencialidad para la ejecución de las tareas; la competencia, a los resultados alcanzados.
Estas capacidades van desarrollándose en cada sujeto según las condiciones internas que posea, al
igual que las competencias van formándose a lo largo de la sistematización del aprendizaje en la escuela
y fuera de ella, y posibilitan el enfrentamiento a problemas cada vez más complejos, reales, objetivos y
cercanos a la realidad.
Para la formación de dichas habilidades, capacidades y actitudes debidamente sistematizadas los
estudiantes van ejecutando tareas reiteradas, pero en nuevas situaciones, dirigido ello específicamente a
su desarrollo.
Para estar preparado se requiere, por tanto estar instruido, haber desarrollado potencialidades
individuales, habilidades, capacidades y competencias; lográndose mediante la práctica o actividad
productiva, la que fomentará y pondrá en juego la personalidad de cada sujeto.
En aras de satisfacer una necesidad, se va ejecutando la actividad y lo que connota la actividad es la
necesidad del sujeto. Por tanto el estudiante se instruye, va solucionando problemas. La repetición
continua en la solución de los problemas a los que se enfrenta, lo van educando en el enfrentamiento a
diferentes situaciones cercanas a la realidad, la vida y la profesión. Por tanto, la actividad es un hacer
instructivo, educativo, formativo y desarrollador, todo ello va generando en el estudiante la satisfacción
interna y externa de la solución de problemas, lo motiva y entre otras cosas va conformando su voluntad,
creciendo en el al ánimo de entender para hacer y hacer para comprender.
El dominio por parte del estudiante de la estructura científica, lo pone en condiciones de enfrentarse a
la solución de problemas sociales, científico – técnicos y productivos; pero al existir tanta información
sobre la misma temática, la cual es imposible de obtener en su totalidad, es necesario formar en el
estudiante la capacidad de trabajar en equipo y para ello propiciar la interdisciplinariedad; que no es más
que la necesidad de un trabajo profesional en colaboración, acompañado por decisiones y una
organización diferente de la administración institucional escolar, requerimiento imprescindible para
garantizar la fluidez del proceso, la solidaridad entre el grupo social y la solución de los problemas de
manera más eficiente y competente; garantizando que el sujeto aprenda a vivir en colectivo.

El dominio por parte del estudiante de la estructura científica lo pone e

Sociales Científico- técnicos

Desarrollando la capacidad de trabajar en equipo, al existir tanta infor

Necesidad de un trabajo profesional en colaboración.


Solidaridad entre el grupo

Acompañado por decisiones y una organización diferente de la administración institucional e

Garantizando la solución de los problemas de una manera

Disfrutando el hacer para transformar la realidad durante el desarrollo de los actos, se va


desarrollando en el estudiante la capacidad de ser cada día mejor. A medida que la solución es más
social, va aprendiendo a ser más responsable y más satisfacción experimenta en su realización
profesional y personal, consciente de que cada vez está más preparado, desarrolla mayor autoestima,
mayor confianza en si mismo, es más trascendente y por ende se va sintiendo más competente.

Competencias laborales en estudiantes, su conceptualización.


La vida tiene un curso permanente en su desarrollo, como bien planteara Álvarez de Zayas. C. 2003;
los problemas cambian pero siempre están presentes, si el sujeto se aparta de la construcción de nuevas
obras, se detiene, se vuelve conservador y frena su identidad (es la cualidad de un hombre o de un
pueblo que lo caracteriza y lo diferencia de otros).
El desarrollo de las obras genera su propia transformación (es una cualidad de la personalidad del
hombre consciente que expresa la disposición de continuar en un andar de innovaciones y revoluciones
de si mismo y de su sociedad). Cuando el hombre participa en la construcción de la obra, en aras de la
transformación social y de la mejora de sus compañeros, es un hombre realizado, que muestra sabiduría,
paz y un alto grado de satisfacción.
En la educación superior al integrar las actividades del orden científico, investigativo, productivo y de
servicio para enfrentar los problemas concretos de la comunidad que se relacionan al quehacer
profesional vinculadas por supuesto a las actividades académicas bien diseñadas y aplicadas, garantizan
la formación laboral basada en competencias de los futuros profesionales.
Es por ello que debemos formar verdaderos profesionales, de manera que vinculen la formación
ciudadana con la profesional, la formación humanista con la laboral y sean altamente conscientes y
comprometidos con su tiempo y su país.
El término Competencia Laboral está muy difundido y se ve desde tantas aristas como
especialidades y puntos de vista posean sus investigadores, por ejemplo:
La aptitud de un individuo para desempeñar una misma función productiva en diferentes contextos y
con base en los requerimientos de calidad esperados por el sector productivo. Esta aptitud se logra con
la adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades y capacidades que son expresados en el saber,
el hacer y el saber hacer. (6)
La capacidad o competencia y otras cualidades físicas y espirituales del hombre (potencialidades
funcionales) son el resultado del dominio de múltiples habilidades, cuyo aprendizaje no responde a un
único algoritmo, y que están influidas, en mucho mayor grado, por las particularidades psico–fisiológicas
del sujeto en el contexto de su ontogénesis, y en el cual sus aptitudes, así como otras características
propias, desempeñan un papel trascendente. (7)
…Un conjunto de habilidades, actitudes y aptitudes requeridas para lograr un determinado resultado
en un ambiente de trabajo. (8)
Una competencia es un conjunto de comportamientos socioafectivos y habilidades cognoscitivas,
psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, una función,
una actividad o una tarea. (9)
Conjunto estructural complejo e integrado de atributos necesarios para la actuación inteligente en
situaciones específicas. (10)
La competencia es esencialmente un tipo de conocimiento ligado a ciertas realizaciones o
desempeños, que van más allá de la memorización, la rutina. Se trata de un conocimiento derivado de un
aprendizaje significativo. (11)
Las cualidades resultantes de una formación por competencias implican una preparación mucho más
realista y concreta por parte de los educadores y de los educandos, teniendo en cuenta las demandas
actuales de la sociedad, que requiere sujetos con un pensamiento flexible, creativo, imaginativo,
propositivo, con espíritu de crítica, abierto al cambio y que sea capaz de tomar decisiones y enfrentarse y
solucionar dificultades que se puedan presentar.
Toda sociedad como planteara Álvarez de Zayas, C; aspira a formar un tipo de hombre que reúna las
mejores cualidades que dicha sociedad históricamente ha ido concibiendo. (7)
Un país desarrollado o que aspire a serlo, como el caso nuestro requiere que sus ciudadanos estén
preparados científica y culturalmente para ejecutar las múltiples funciones que se llevan a cabo por cada
profesional en la sociedad. Cuando estas labores se realicen con excelencia, seremos una nación
preparada, dispuesta a ocupar un lugar preponderante a escala mundial; consideramos entonces que un
sujeto está preparado cuando es capaz de enfrentarse y solucionar los problemas que se le presentan en
su puesto de trabajo y estos los resuelve dentro de las normas éticas y morales de la época en la que
vive; por tanto, formar a nuestros profesionales con un currículo basado en competencias es
indispensable para que ellos respondan a su encargo social con la calidad y la pertinencia que se
necesita.
De manera general, la propuesta de la formación por competencias permite incorporar las actuales
demandas laborales sin descuidar la formación integral de los estudiantes en los ámbitos humanos,
profesional y laboral; por lo que se enriquecen y retroalimentan los currículos pudiendo llegar a
convertirse en una propuesta de formación profesional más actualizada y de mayor calidad.
Formación profesional y sus aristas más comunes.
Entendemos entonces por formación: El proceso cuya función es la de dar respuesta a la necesidad
de la preparación del hombre y que tiene como objetivo a la educación, es decir, a la formación del
hombre en todos los aspectos de su personalidad. Así como es también el proceso mediante el cual la
sociedad prepara a los hombres de dicha sociedad en aras de satisfacer las necesidades que el mismo
desarrollo social genera. (7)
Esta formación profesional en el currículo de los estudiantes tiene entre otras la ventaja de
responder mejor a los requisitos del puesto de trabajo; hace más transparente el mercado de laboral; en
las empresas la gestión y selección del personal puede ser más eficiente, la capacidad de respuesta y el
rendimiento es mucho más eficaz.
Por mucho que valoremos la importancia de la formación dirigida a la adquisición de conocimientos
técnico-científicos y culturales, hay una serie de competencias clave que se asocian más a determinadas
conductas, actitudes, aspiraciones de las personas. Estas competencias son transversales porqué
afectan a muchos sectores de actividad, a muchos lugares de trabajo y, lo que es más relevante, están
muy en sincronía con las nuevas necesidades y las nuevas situaciones laborales.
Estas actitudes que conforman las competencias clave de los profesionales del presente y el futuro
no son un mero complemento útil a las competencias técnicas para las cuales uno ha sido contratado o
valorado en su puesto de trabajo. Estas competencias deben incorporarse en el currículo de la formación
profesional como elementos identificadores de una actitud profesional adecuada a los tiempos modernos.
Entre estas competencias claves que debemos desarrollar en los estudiantes encontramos las
siguientes (8):
 La disposición de resolución de problemas.
 La eficiencia en la organización del trabajo.
 La responsabilidad en el trabajo.
 La coherencia en el trabajo de equipo.
 La autonomía e interrelación.
 La posibilidad de garantizar efectivas relaciones interpersonales.
 La generación de iniciativas.
 La innovación y creatividad.
 La toma de decisiones oportunas y acertadas.
 La flexibilidad y apertura al cambio.
 La buena comunicación y empatía con los que lo rodean.
 La sencillez en la actuación.
 La preparación científica.

El modelo educativo por competencias profesionales integradas para la educación superior es una
opción que busca generar procesos formativos de mayor calidad, pero sin perder de vista las
necesidades de la sociedad, de la profesión, del desarrollo disciplinar y del trabajo académico. Asumir
esta responsabilidad implica que la institución educativa promueva de manera congruente acciones en
los ámbitos pedagógico y didáctico que se traduzcan en reales modificaciones de las prácticas docentes;
de ahí la importancia de que el maestro también participe de manera continua en las acciones de
formación y capacitación que le permitan desarrollar competencias similares a aquellas que se busca
formar en los alumnos. (5)
Cuando se toma conciencia y el sujeto conoce sus limitaciones y lucha por superarlas, dispuesto a
transformar la realidad social que lo rodea, obtiene de si mismo un mayor resultado, respuesta de su
propio proceso de formación y transformación, es así como se va preparando para la vida, aprendiendo a
aprender, a hacer, a ser, a vivir en colectivo y por tanto a ser más competente.
Aprender a Hacer
Aprender a Aprender Aprender a v

Adquirir los
Influir
instrumentos
sobre el propio entorno. DeParticipar
de la comprensión y cooperar
la calificación
Crecer
a la
comco

Formar al sujeto para una vida laboral competente, para ser un profesional altamen

Conclusiones generales.
Podemos concluir entonces planteando que las competencias no se forman solo en un momento de
la vida, sino que es un proceso continuo y permanente en el que incide el aprendizaje de la persona en
todas las etapas de su vida solo que en cada etapa se forman o consolidan estas competencias en
dependencia del grado de complejidad, nivel o necesidad del sujeto y de la situación presentada.
En su formación incide la escuela, la familia, la comunidad, el entorno social de manera general. La
Universidad por tanto, debe brindar a sus estudiantes la posibilidad de enfrentar el mundo del laboral y la
profesional con potencialidades que le permitan una actuación profesional eficiente y acorde con su
tiempo.

Referencias Bibliográficas.
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2. Pagés, J. El currículum de historia y la formación didáctica del profesorado. Encuentro Pedagogía
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colombiana. Universidad Nacional de Colombia. Memorias del Taller sobre Evaluación de
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Autor:
Ing. Máryuri García González.
maryuri@vrect.upr.edu.cu
Categoría: Educación.
Datos de la autora: Máryuri García González. (Ingeniera Forestal. Profesora Investigadora del Centro de
Estudios de Ciencias de la Educación Superior. (CECES). Perteneciente a la Universidad de Pinar del
Río. Cuba. Cursando el programa de Maestría – Doctorado en Ciencias de la Educación de la
Universidad de Pinar del Río. Jefa de la Disciplina Formación Integral de la carrera de Ingeniería Forestal.
Miembro de la Asociación de Pedagogos de Cuba y colaboradora del Centro de Investigaciones
Educativas (CIE) Graciela Bustillo. Categoría Docente: Asistente. Telef: 779359).

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