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ANÁLISIS
Inconmensurabilidad
conceptual:
El caso de la hoja de coca en Uitotos y Occidente
Abstract
Incommensurability is a proposal made from epistemology and science
philosophy with relativistic tendencies, formulated to understand the
Recibido: relationships between paradigms and different moments science theories. This
15/12/2005
paper traces the origin of such proposal and reviews some recent contributions,
En revisión desde:
20/12/2005 in order to make a critical reading into the troubled social situation that have
Aceptado para publicación: came from the trans-cultural relationship between Uitoto thought on Coca’s
09/04/2006 leaves and the Occidental one.
esde el preámbulo de la Constitución Política de Colombia se hace
culturalidad, indagar sobre ella, pensar y crear soluciones reales que nos permitan
construir un país pluralista y respetuoso en el vivir.
Este escrito deviene de esta necesidad y responsabilidad que todos tenemos.
Y aunque no es ella una propuesta que pueda abanderarse fácilmente por las
comunidades, debido a su lenguaje complejo y, en algunas ocasiones, abstracto,
sí pretende animar el debate interdisciplinario sobre cómo hacer frente a las
relaciones trans-culturales, cuáles son sus obstáculos y cuáles las posibles
soluciones a ellos. A pesar del carácter innegablemente filosófico de este escrito
y de, por ello mismo, los restringidos alcances que en términos prácticos pueda
tener debido a lo poco dado que es nuestro país a atender a este tipo de reflexiones,
pretendo aquí aportar elementos que sirvan para comprender y proponer
soluciones a la compleja situación del país, por lo menos, en lo que al tema de la
trans-culturalidad se refiere.
La discusión sobre la relación entre diferentes culturas: sus limitantes,
posibilidades, problemas y alcances, que resulta imperante en la actual situación
nacional, debe pasar, necesariamente, por la no muy reciente polémica del
*Este artículo se basa en la monografía relativismo y la inconmensurabilidad. Si bien en otros países ya ha habido avances
presentada por la autora en el año y, en algún sentido, una superación de este debate, en Colombia, donde aún no
2004 para optar al título de Filósofa ha comenzado de manera fuerte y decidida, parece llegar en hora buena. Esta
de la Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad Nacional de investigación pretende aplicar la propuesta relativista sobre la
Colombia, sede Bogotá. inconmensurabilidad, bastante teórica y abstracta, al caso concreto de la posible
inconmensurabilidad conceptual entre los indígenas Uitoto de la Amazonía
colombiana y Occidente1, en lo que al concepto de «hoja de coca» se refiere. Haber
elegido este caso concreto obedece a que, en primera instancia, creo que pueden
ahí hacerse evidentes las aristas de esta propuesta; y, en segunda, creo que esta
propuesta puede otorgar importantes elementos para el entendimiento de esta
situación concreta, así como para motivar la construcción de salidas a los problemas
que en ella se evidencian.
Este texto está dividido en tres partes: en la primera reconstruyo de manera
breve las principales propuestas que se han dado sobre el concepto de
«inconmensurabilidad», e incluyo, en la parte final, algunos aportes hechos a la
postura relativista por un filósofo bastante contemporáneo, pertinentes para mi
propósito comparativo. Haciendo esta reconstrucción de la propuesta relativista
sobre la «inconmensurabilidad» pretendo descubrir herramientas teóricas que me
permitan hacer un análisis juicioso de las dos concepciones sobre la hoja de coca
que quiero contrastar. En la segunda parte rastreo ambas concepciones sobre la
hoja de coca y, utilizando los elementos encontrados en la primera parte de la
Revista Inversa
investigación, las contrasto con el propósito de poner en evidencia la
inconmensurabilidad que entre estas dos concepciones puede ser encontrada. En
la parte final pretendo, por un lado, explicitar el tipo de cosas que el acercamiento
relativista a una problemática de trans-culturalidad puede evitar o ayudar a
comprender, y, por otro lado, dar luces del atropello cultural que puede implicar
la imposición de una concepción de «hoja de coca» sobre otra.
Ahora bien, cuando esta investigación pretende demostrar que recurriendo al
análisis de un concepto preciso como el de «hoja de coca», inserto en dos visiones
de mundo diferentes, resulta una inconmensurabilidad conceptual, parecería
riesgoso, filosóficamente hablando, que pretendiera motivarse o siquiera concebirse 31
una comprensión trans-cultural. Sin embargo, este texto está lejos de la idea de
que dos culturas no puedan nunca comprenderse o, mucho menos, relacionarse.
Creo que todo debate sobre la trans-culturalidad debe pasar por este pasaje de
inconmensurabilidad conceptual; empero, tengo también la creencia y la esperanza
de que las diferentes culturas que habitamos este territorio diverso que es Colombia
I
El discurso de la inconmensurabilidad
Desde la modernidad parece haber estado presente entre los filósofos,
investigadores sociales y científicos la ansiedad por descubrir un fundamento firme
a partir del cual construir una estructura segura y permanente para la investigación
científica. Esta ansiedad se deriva de la preocupación por nuestro ser en el mundo.
El debate entre racionalismo y relativismo se ha vuelto central en filosofía por la
angustia que genera no tener nada (razón, ciencia, método) que responda y satisfaga
nuestra ansiedad, nuestra esperanza de tener estables e inamovibles reglas para el
correcto y seguro actuar y pensar. Muchos filósofos han compartido la confianza y
el optimismo respecto al descubrimiento de un método correcto y seguro para el
progreso intelectual, la esperanza de encontrar el objeto apropiado y el 1
Entiéndase la «occidentalizada»
procedimiento correcto para la investigación filosófica, científica y moral. Sin Nación colombiana.
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
32
Irene Vélez Torres
Revista Inversa
entonces en diferentes ámbitos de la investigación científica, humana y social.
Distintos autores han planteado la existencia de inconmensurabilidad entre
paradigmas científicos, entre culturas y entre prácticas morales y sociales.
En el primer aparte de este escrito, rastrearemos la aparición del concepto de
inconmensurabilidad en el campo de la filosofía de la ciencia. Analizaremos,
para ello, las propuestas de dos filósofos que se han vuelto clásicos para la
comprensión de este concepto: Kuhn y Feyerabend; y finalmente, apelaremos al
análisis de la propuesta de un filósofo contemporáneo que arroja interesantes
aportes para el debate: Hacking*. Intentaremos puntualizar las condiciones en
que puede hablarse de inconmensurabilidad entre paradigmas y las implicaciones 33
que esta afirmación tendría al explicar la relación entre dos posturas científicas
diferentes. Focalizaremos nuestra atención en el contexto en que la emergencia
de este concepto tuvo lugar para, en el siguiente intertítulo, mostrar cómo éste ha
sido utilizado en nuevos contextos para explicar la relación entre diferentes culturas,
dando cuenta de disimilitudes profundas entre distintas prácticas y concepciones
La propuesta de Kuhn
La propuesta de Kuhn sobre la inconmensurabilidad entre paradigmas se
inscribe en su afirmación, derivada de una perspectiva histórica de indagación,
de la existencia de un desarrollo revolucionario de las ciencias. Existen dos
diferentes tipos de desarrollo que pueden ser encontrados en la historia de la
ciencia: el normal y el revolucionario. El primero de ellos se refiere al proceder
acumulativo del desarrollo científico que se expresa en un tipo de investigación
que continuamente refina, amplía y articula un paradigma ya existente, añadiendo
ladrillos al edificio del conocimiento científico. El segundo de ellos se refiere al
desarrollo científico que comprende episodios no acumulativos que aparecen en
forma de paradigmas inconexos e incompatibles que se superponen unos a otros
completa o parcialmente. Los cambios revolucionarios se definen en
contraposición a los cambios normales: si estos últimos se configuran como piezas
del crecimiento acumulativo de la ciencia, por medio de la crítica y corrección de
creencias o de la ampliación de lo que no se conocía antes; los primeros se
configuran como descubrimientos que no pueden ser asimilados por el tejido de
*Aquí se recurren las obras «Languaje,
conceptos científicos anteriores y habituales, exigiendo la invención de nuevos truth and reason» (1997) y «¿La
conceptos y nuevas hilaciones para la expresión y explicación de dichos construcción social de qué?» (2003).
descubrimientos. N. de E.
Las revoluciones científicas
Las revoluciones científicas tienen lugar tras un creciente sentimiento de la
comunidad de que un paradigma ha dejado de dar adecuada cuenta de un aspecto
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
del objeto de estudio hacia el que, ese mismo paradigma, había mostrado
previamente el camino. En el caso de las ciencias de la naturaleza ese objeto de
estudio es, por lo general, la naturaleza misma; sin embargo, en las ciencias
humanas ese objeto bien puede ser las relaciones culturales y sociales o los estados
y disposiciones mentales. Cualquiera que sea el caso, tanto la teoría, como los
instrumentos diseñados por ella para dar cuenta de su objeto de estudio, dejan
de ser operantes para tal propósito.
Las revoluciones científicas pueden ser equiparadas a las revoluciones políticas
en importantes aspectos: 1) las revoluciones políticas tienden a cambiar las
instituciones en un modo prohibido por éstas. Igualmente, las teorías científicas
revolucionarias2 emergen en contravía del proceder regular de sus antecesoras;
2) Al aparecer en política dos tipos distintos de instituciones que no reconocen
estructura supra-institucional alguna a través de la cual dirimir sus diferencias,
surge entre ellas una estilizada competencia que tiene como meta la elegibilidad
por parte de la comunidad. De la misma manera, dos paradigmas científicos
contrapuestos compiten entre sí como modos incompatibles de vida para la
comunidad; 3) La competencia entre dos tipos diferentes de instituciones políticas
y entre dos paradigmas incompatibles, no se resuelve mediante una elección
guiada por la lógica y la experimentación. Por el contrario, siendo la norma más
elevada para la elección entre paradigmas e instituciones su aceptación por parte
de la comunidad, cada paradigma y cada tipo de institución utiliza técnicas de
argumentación persuasiva, efectivas al interior de la comunidad.
Aunque no es siempre el caso que una nueva teoría entre en conflicto con
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cualquiera de sus predecesoras y compita con ellas, sucede a veces que los
conocimientos nuevos reemplazan la ignorancia en lugar de reemplazar otros
conocimientos de tipo distinto e incompatible (casos en que una nueva teoría se
ocupa de fenómenos antes desconocidos, sin generar ningún conflicto con teorías
anteriores); la historia del desarrollo científico ha mostrado que en muchos casos
Irene Vélez Torres
Revista Inversa
2. Los cambios revolucionarios implican un cambio en el lenguaje que
comprende:
resumirse como sigue: así como sucede con las magnitudes, los paradigmas
inconmensurables pueden compararse con algún grado de aproximación. Afirmar
que dos teorías, enmarcadas en dos paradigmas, son inconmensurables, es afirmar
que no hay un lenguaje neutral al que ambas puedan ser traducidas sin alguna
pérdida. Empero, que dos teorías sean inconmensurables no implica
incomparabilidad entre ellas en cuanto los problemas de traducción pueden surgir
sólo con un grupo de términos y con los enunciados en los que estos términos
están comprendidos y no con la totalidad de los términos y enunciados.
Esta restricción de la inconmensurabilidad a un grupo de términos y enunciados
no tiene por que contradecirse con el carácter holista de los cambios revolucionarios
en ciencia: puede sostenerse que estos cambios, que no son paulatinos, implican
*Para ampliar la información una transformación general de qué puebla el universo, cómo se comporta esta
propuesta por estos autores puede
consultarse entre otras obras: población y cuáles son los métodos y normas para entenderla y explicarla
PUTMAN, H. 1975. Mind, languaje and adecuadamente, aún si entendemos que la población referida no es la totalidad de
reality. London: Cambridge University los seres del universo, sino solamente un conjunto de ellos. De la misma manera,
Press; DAVIDSON, D. 1980. Ensayos
sobre acciones y sucesos. Barcelona:
las implicaciones que tienen para el lenguaje los cambios revolucionarios se
Editorial Crítica y Universidad mantienen6. En los ejemplos hasta ahora tratados de este tipo de implicaciones, los
Autónoma de México (UNAM). cambios no son de la totalidad de la población o de la totalidad del lenguaje a través
N. de E. del cual las condiciones de esta población se expresan; por el contrario, estos cambios
6
Ver numeral 2 del apartado son de una porción de la población, lo suficientemente significativa como para dar
«Revoluciones Científicas». cuenta de este tipo de connotaciones e implicaciones del cambio revolucionario.
Revista Inversa
37
términos y fenómenos son necesarios para que dos posturas sean realmente
inconmensurables localmente y no simplemente diferentes. Uno podría pensar
que la respuesta a esta inquietud salta a la vista una vez se haga una traducción y
haya términos que se resistan al intento. Sin embargo, descubrir el fenómeno de
inconmensurabilidad local quedaría, en este caso, restringido a los intentos de
traducción que se hagan, cosa que dificultaría el proceder comparativo o lo
restringiría al criterio de los lingüistas. No seguiré botando más leña al fuego.
Kuhn no se refiere al asunto y enredaríamos demasiado la pita si siguiéramos
especulando de esta manera. Nos será suficiente, por lo pronto, señalar la
dificultad y decir que no acudiremos a ningún lingüista cuando nos corresponda
identificar este tipo de inconmensurabilidad, ya que creemos que hay otro tipo
de evidencia que puede ser encontrada para dar cuenta de este fenómeno, como
puede serlo las prácticas sociales que se encuentran indistintamente ligadas a los
conceptos.
La intraducibilidad entre lenguajes tiene relación directa con la
inconmensurabilidad entre paradigmas porque cada lenguaje es una muestra de
cómo la determinada comunidad hablante estructura el mundo. La idea es, pues,
que «lenguajes diferentes imponen al mundo estructuras diferentes» (Kuhn, 1994:
131). Si bien esta afirmación supone que una visión de mundo particular está
determinada por el lenguaje, no habría mucho problema en suponer que la
relación es inversa o bi-condicionada. Para que dos diferentes comunidades
lingüísticas puedan comunicarse es necesario que compartan la misma estructura
taxonómica de clasificación de la naturaleza (mismos criterios de clasificación,
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mismos objetos y mismas situaciones clasificables); cuando la estructura de
clasificación es diferente, el mundo clasificado es diferente y el lenguaje se vuelve
privativo de esta comunidad. Así, en aras de la traducción completa, suponemos
que los lenguajes traducidos deben compartir la misma taxonomía para que se
preserven las mismas categorías del mundo y sus relaciones; sin esta condición,
Irene Vélez Torres
Revista Inversa
Sin embargo, afirmar que lo que diferencia a Newton de Aristóteles es una
interpretación, supondría que hay unos datos fijos que subyacen a ambas
interpretaciones y que son ellos los que han de permitirnos, por ejemplo, elegir
entre ambas teorías. Pero ¿qué datos fijos pueden ser éstos? En el ejemplo que nos
concierne no tendríamos forma de apelar a ningún criterio externo (sobre los
datos fijos) que nos permitiera señalar cuál es la interpretación correcta y cuál la
equivocada. El problema que se encuentra en el fondo es si la experiencia sensorial
es neutra y fija. Algunos racionalistas quisieran decir y han empeñado sus vidas en
demostrar que sí. Sin embargo, ejemplos como el del pato-conejo nos muestran
que dos personas con una misma imagen en la retina ven cosas distintas y dos 39
personas con diferentes imágenes en la retina, una con lentes inversores y otra no,
ven la misma cosa (Kuhn, 1985: 180-181). El resultado es, pues, que la experiencia
sensorial tiene mucho más que ver con el conjunto de expectativas sobre la
naturaleza, enmarcadas en paradigmas concretos, que con lo que biológicamente
puede decirse que la persona percibe.
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si logramos demostrar que el paso, ya no sólo de un standard a otro, sino también de
una teoría a otra, puede ser irracional en el sentido de quedar fuera del método
crítico, si logramos demostrar que entre teorías puede existir una inconmensurabilidad
que, debido a su carácter, escapa al método crítico y objetivo del racionalismo,
estaríamos demostrando que el progreso científico, guiado por la búsqueda incesante
de la verdad, no es más que un infundado anhelo. Perseguiremos ahora este objetivo.
Demostrando la inconmensurabilidad
Sin lugar a dudas, la más fuerte critica que puede hacérsele al racionalismo crítico
es que supone que la investigación científica parte siempre de un problema, sin 41
tener en cuenta que éstos pueden estar formulados erróneamente o, sencillamente,
que a la luz de posteriores investigaciones pueden declararse simplemente inexistentes.
En estos casos, la resolución del problema mediante la formulación de una teoría
científica no tendría lugar y, en cambio, lo que acontecería sería, más bien, su
disolución. Esta disolución, en vez de la resolución pretendida, se sale completamente
42
Edwin Mauricio Ardila
Este cambio en la ontología, que implica otro no menos radical en los conceptos,
Irene Vélez Torres
nos ofrece lo que estábamos buscando: demostrar que entre teorías puede haber un
cambio que se salga de la formalidad del método crítico racional. No hay, de esta
manera, progreso alguno que pueda postularse: si entre teorías los conceptos pueden
diferir hasta el punto de que una teoría sucesiva no tenga nada en absoluto qué decir
con respecto a un dominio de sucesos y procesos de la anterior, el vacío entre ambas
es insalvable, interrumpiendo el camino juicioso en busca de la verdad. Pretender
que este vacío no exista sería pretender que fuera posible formular en ciencia
enunciados del tipo «siempre que hay posesión por un demonio, hay descarga eléctrica»
(Feyerabend, Ibíd. Pág. 108). Así, como generalmente se dice, hemos talado dos
pinos con un sólo hachazo: logramos mostrar que la inconmensurabilidad es una
propuesta plausible en el marco de la historia de la ciencia y, gracias a ello, hemos
logrado tumbar uno, si no más, de los supuestos del positivismo popperiano.
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entenderse como la convicción de que conceptos fundamentales como los
mencionados son construidos, es decir, producto de sucesos históricos, fuerzas sociales
e ideología. Esta aclaración resulta pertinente en tanto que en su libro ¿La construcción
social de qué?, Hacking llama construccionistas sociales a los defensores de lo que
aquí hemos venido llamando relativismo: «Los construccionistas sociales respecto a
X tienden a mantener que: 1) No era necesario que X existiera o no es necesario en
absoluto que sea como es. X, o X tal como es en el momento actual, no está
determinado por la naturaleza de las cosas, no es inevitable. Muy a menudo va más
allá e insiste en que: 2) X es bastante malo tal como es; [y] 3) nos iría mucho mejor si
X fuera eliminado, o al menos radicalmente transformado [...] Una tesis del tipo 1 es 43
el punto de partida: [...] X fue producido o conformado por sucesos sociales, fuerzas,
la historia, todos los cuales podrían perfectamente haber sido diferentes. Muchas
tesis de construcción social avanzan inmediatamente a 2 y 3, pero no necesitan
hacerlo así» (Hacking, Ibíd. Pág. 26-27); existe además una pre-condición para una
postura obstruccionista respecto a X, a saber, «0) En la actual situación, X se da por
Los conflictos
Según Hacking, hay tres aspectos conflictivos entre los defensores del relativismo
y quienes se oponen a él, que configuran las llamadas guerras de la ciencia y la
cultura11. Estos aspectos suponen un conflicto con respecto a un X construido en
tanto idea y no en tanto objeto. Señalaremos cuáles son estos aspectos sin hacer el
énfasis que hace Hacking en el hecho de que el conflicto sea con respecto a X en
tanto idea y no a X en tanto cosa, debido a que estos aportes siguen siendo significativos
para la estructuración de una postura relativista fuerte, independientemente de la
distinción citada:
Revista Inversa
con sentido tenga lugar y que, por esta razón, resulta altamente inverosímil que
«cualquiera siendo inteligente y teniendo las herramientas necesarias, se haga la
misma pregunta sobre X». Las preguntas que, con sentido, sean planteadas,
determinarán la forma de la ciencia. Las respuestas que se den a estas preguntas
constituirán el contenido de la misma y estarán determinadas plenamente por la
forma que las preguntas hayan configurado. Nos ocuparemos, reitero, de este aspecto
de la contingencia de la formalidad de la ciencia y la relación que esto tiene con la
determinación del contenido de la misma, independientemente de si las mismas
preguntas implican las mismas respuestas; es decir, independientemente de cuál sea
el contenido exacto y explícito que la ciencia adopte, nos interesa la forma de la 45
ciencia que las preguntas configuran como condiciones de posibilidad del contenido
de la misma.
Hacking ilustra este tema recurriendo a la estrecha relación que ha habido durante
siglos entre la producción de armas y el conocimiento humano. Cuando se afirma
que unas preguntas específicas condicionan el conocimiento de una manera
Posible es lo pensable
Para introducir este tema, comenzaremos aclarando qué ha de entenderse por
«forma de conocimiento»: un conjunto estructurado de enunciados conceptuales que
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representan posibilidades (esto es, que pueden ser falsos o verdaderos) y unas técnicas
que permiten decidir cuáles son falsos y cuáles verdaderos (Hacking, Ibíd. Capítulo
VIII). Las formas de conocimiento pueden variar en el tiempo y/o entre culturas en el
sentido de que lo que es posible para una cultura o época, puede no serlo para otra.
Lo posible es lo pensable. Esto quiere decir que hace parte de mi red de creencias, no
Irene Vélez Torres
un enunciado afirmado o negado, sino sólo la posibilidad del enunciado, esto es, la
pregunta con una potencial respuesta a la que pueda asignársele un valor veritativo.
Dos formas de conocimiento no se diferenciarán porque lo que se niegue en una se
afirme en otra, sino porque una posibilidad esté dentro o fuera de la red de creencias.
En términos del lenguaje, verdad o falsedad son propiedades asignables a unos
enunciados sólo porque nuestra forma de razonar nos permite entender y juzgar unas
determinadas sentencias de unas determinadas maneras. En este sentido, otras épocas
y/o otras culturas pueden tener o haber tenido otras categorías de verdad o falsedad
15
Hacking afirma, en la página 294
de su libro ¿La construcción social
totalmente diferentes a las nuestras.
de qué?, que la relación entre las Complementando la propuesta de Kuhn, una revolución sería algo como la
nuevas y/o diferentes preguntas y emergencia de un nuevo espectro de posibilidades, junto con criterios definidos para
respuestas de una época o cultura saber si las preguntas son o no legítimas, y criterios definidos para responderlas con
y las nuevas y/o diferentes preguntas
y respuestas de otra época o sentido. La inconmensurabilidad entre los paradigmas kuhnianos se traduciría en la
cultura es de «incomparabilidad». ausencia de «una unidad de medida común entre las posibilidades que existen en una
Creemos que se refiere a la forma de conocimiento y las que existen en otra» (Hacking, Ibíd. Pág. 283). Si regresamos
imposibilidad de encontrar una
traducción que posibilite la
a la idea de inconmensurabilidad local estaríamos en condiciones de afirmar lo mismo:
comparación. Empero, creemos lo que cambia de una forma a otra no es toda la red de creencias sino que puede
también que no están siendo cambiar sólo una parte de ella, sólo unas nuevas preguntas y unas nuevas respuestas
tenidas en cuenta aquí las intraducibles a preguntas y respuestas de otra época u otra cultura. Esto es algo como
posibilidades ofrecidas por Kuhn
de interpretación y/o «aprendizaje que las respuestas que un determinado paradigma dio (da) a las preguntas formuladas
especial» de un nuevo lenguaje. son incompatibles15, tanto con las nuevas (diferentes) preguntas, como con las nuevas
(diferentes) respuestas, y que sus mecanismos de selección de preguntas y corrección
de respuestas son también incompatibles. Teniendo diferentes candidatos de preguntas,
de respuestas y de corrección, nos resulta imposible determinar qué forma de
conocimiento o sistema de posibilidades es mejor o peor que otro: toda creencia y
toda proposición adquiere sentido, única y exclusivamente, al interior de cada forma
de conocimiento y sólo dentro de ella puede saberse (por los criterios internos de
corrección), qué posibilidades son más legítimas y qué respuestas son falsas o verdaderas.
Una conclusión fuerte que de esta propuesta se desprende es que de un sistema de
creencias a otro hay una incomunicabilidad, por lo menos, en lo que tiene que ver
con juicios de legitimidad y corrección16.
Un conjunto de posibilidades conceptuales condiciona el contenido de la ciencia
en un importante sentido. Un programa de investigación cualquiera habita dentro de
una forma de conocimiento (aunque pueda suceder que los resultados específicos del
programa logren modificar dicha forma). Los condicionantes de estas posibilidades
son múltiples, aunque siempre históricamente determinados: lo que podamos y
queramos hacer y pensar como investigadores o como simples habitantes cotidianos
Revista Inversa
del mundo es un suceso que acontece históricamente. Ya con Feyerabend habíamos
llegado a una propuesta similar cuando hablábamos de la relación entre cambio de
ontología y cambio conceptual. Decíamos entonces que un cambio conceptual implica
un cambio de ontología, es decir, la redescripción de las entidades del mundo y sus
relaciones. Este cambio onto-conceptual complejo tiene lugar históricamente y significa,
no la negación de los estados de cosas anteriores, sino la imposibilidad de formular,
siquiera, enunciados expresando esos estados de cosas. La forma que el conocimiento
adquiera, por las causas históricas que se precisen, se relaciona de manera directa con
el contenido de la ciencia en tanto abre unas ventanas de respuestas posibles y cierra
otras.
47
Es por esto que, debido al carácter de esta investigación y sus restricciones, nos
limitaremos a indagar la posibilidad de la inconmensurabilidad, no entre paradigmas
culturales, sino al interior de un único concepto. Evidentemente el alcance del análisis
debe restringirse, de esta manera, a lo significativo que el fenómeno de la
inconmensurabilidad pueda ser, en el espacio restringido de un concepto elegido.
Haber limitado la investigación a un solo concepto no obedece exclusivamente a
razones prácticas, existen también unas razones teóricas que resulta pertinente hacer
explícitas: por un lado, un paradigma está conformado por una visión del mundo y
unas prácticas que a partir de ella se despliegan. Es posible que, estando al interior del
paradigma occidental, me sea posible, tras una extensa investigación, reconstruir y
evidenciar someramente su estructura; empero, pretender hacer lo mismo con un
paradigma complejo que, además, me es ajeno, es una empresa de mucho mayor
aliento.
Por otro lado, apelando un poco a la idea de Kuhn de que una teoría puede ser lo
suficientemente importante dentro de un paradigma como para que su transformación
signifique una revolución; o, apelando también a la idea de Feyerabend de que una
ontología y unos conceptos pueden ser suficientemente comprehensivos como para
lograr desestabilizar un paradigma; o, apelando nuevamente a Kuhn y su idea de la
inconmensurabilidad local, según la cual este fenómeno puede no ser generalizado
en todo el paradigma sino restrictivo a una fracción de él; y, finalmente, atendiendo a
la apreciación del profesor Urbina según la cual, aunque cada «elemento de la realidad,
ante todo la cultural, se convierte en hilo y camino en donde se puede entrever el
conjunto, hay elementos privilegiados17 [...] que aprisionan la totalidad» (Urbina, 1992:
48
17). Espero, de esta manera, poder evidenciar en lo que sigue el fenómeno de la
inconmensurabilidad trans-cultural a través del análisis de este único concepto elegido.
Ahora bien, el concepto que he elegido para el análisis es el de «hoja de coca». Se
sigue inmediatamente la pregunta de ¿por qué ese concepto y no cualquier otro en la
extensísima gama de conceptos posibles? Podría, por ejemplo, haber elegido el concepto
Irene Vélez Torres
Giovanni Matallana
Inconmensurabilidad trans-cultural
Mientras Kuhn y Feyerabend restringen su investigación y su propuesta a
paradigmas científicos de diferentes épocas, Hacking, en cambio, aunque no
argumenta de manera explícita la posibilidad de equiparar paradigmas científicos y
culturales, sí se refiere en varias ocasiones a, por ejemplo, textos antiguos o extranjeros
indistintamente18. La legitimidad del tratamiento homogéneo que se le da a estos
paradigmas científicos de diferentes épocas y culturas de un mismo periodo
histórico, se asienta en que las condiciones que dotan de forma y contenido a un
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
cosa estando derivada de una idea, mundo como un paradigma nos ha servido para llevar el debate mucho más allá
convicción, concepción, creencia,
disposición o teoría. Como (¿o acá?) de la ciencia. Aunque esta propuesta sobre los diferentes paradigmas y su
enfatiza el autor, estas ideas, posible inconmensurabilidad nació en la filosofía de la ciencia, su tránsito hacia la
convicciones, etc., a las que se comprensión de las interrelaciones culturales ha enriquecido enormemente la
refiere, no son extrañas y privadas
propuesta relativista y sus debates. De esta manera, siempre que logre demostrarse
entidades mentales; por el
contrario, las ideas, tal como él las que las diferencias entre dos culturas o grupos corresponden a las diferencias que
entiende, circulan habitualmente hemos venido esbozando entre paradigmas científicos, todo lo que hemos afirmado
en público, pudiendo ser debatidas, con respecto a estos últimos, por ejemplo, la inconmensurabilidad, aplica también
criticadas, aclaradas, aceptadas,
etc., teniendo así, las más de las
para el análisis de diferentes paradigmas culturales.
veces, una estrecha y casi
indesligable relación con las La hoja de coca en el pensamiento Uitoto y en el pensamiento
prácticas de una comunidad
(sociales, económicas, culturales,
Occidental
etc.) y las personas que las realizan.
Esto quiere decir que cuando se 1. Reconstruyendo dos visiones sobre la hoja de coca
dice de X que es «ideológico» se Todos los autores que hemos utilizado hasta este momento para introducir el
está queriendo decir que es un X
(hecho o cosa) cuya cualidad es
debate teórico sobre la inconmensurabilidad, han apelado, en mayor o menor
ser derivado o consecuencia de medida, a la necesidad de introducir factores extra-teóricos para explicar este
una idea, convicción o concepción, fenómeno: historia, ideología, cultura, tradición. Esta es, precisamente, la
etc. que una comunidad o
perspectiva del relativismo por la que hemos optado y que hemos ido haciendo
conjunto de personas tienen. Ver
Hacking (2001) Págs. 32-33; 48-52 explícito y evidente en lo que hemos comentado a lo largo de este texto. Con
y 59-63. Hacking logramos esbozar de una manera más o menos nítida lo que un relativista
estaría motivado y en condiciones de demostrar: 1) que el estado actual de la
ciencia no era inevitable; 2) que la estructura del mundo es una construcción
humana y 3) que la estabilidad de las creencias no puede ser sólo explicada mediante
factores internos a la ciencia. Si hacemos que este esbozo se desplace de la filosofía
de la ciencia a nuestro debate sobre la trans-culturalidad, podría, por extrapolación
analógica, reconfigurarse de la siguiente manera: 1) el estado actual de nuestras
(en Occidente) prácticas y creencias no era inevitable; 2) la estructura que le
atribuimos al mundo es una construcción humana y 3) la estabilidad de una
creencia (sobre el mundo) obedece a factores que se encuentran fuera de la creencia
misma.
Los tres eslabones de esta caracterización tienen estrecha relación con los factores
extra-teóricos mencionados21: 1) el estado actual de nuestras creencias y prácticas
hubiera sido otro si nuestra historia, ideología, etc. también lo hubieran sido; 2)
nuestras representaciones, que están cargadas de historia, ideología, etc.22, son las
que nos permiten asignarle una estructura al mundo, y 3) la estabilidad o
inestabilidad de una creencia tiene mucho que ver con factores sociales como la
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historia, ideología, etc. Siendo esto así, lograr dilucidar algunos de estos factores
en cada una de las dos visiones sobre la coca elegidas, a saber, la occidental y la
Uitoto, deberá servirnos para comenzar a evidenciar la inconmensurabilidad. Estos
factores serán rastreados, exclusivamente, en el ámbito delimitado del concepto
de hoja de coca. Veamos a continuación cómo pueden estructurarse estos factores.
El presidente Pastrana expresó en su propuesta de Plan Colombia, presentada
al Congreso de los Estados Unidos el 20 de octubre de 1999, que el compromiso
del Estado en la promoción de la democracia, la monopolización de la aplicación
de la justicia y la integridad territorial, son responsabilidades cuya consolidación
se ha visto impedida por las fuerzas del narcotráfico que, recientemente, han 51
entablado relaciones financieras con los grupos armados al margen de la ley;
situación que ha intensificado el conflicto armado y limitado la capacidad del
Estado en el cumplimiento de sus responsabilidades más apremiantes (Pastrana,
1999: 9). Hasta este momento (1999), el narcotráfico y la guerrilla eran dos enemigos
distintos a los cuales había que atacar por separado. Tanto así, que durante toda la
respecto a la hoja de coca con la visión que Occidente tiene sobre la misma.
Búinaima, que fue el primer hombre que existió después de las inundaciones,
estaba deseoso y ansioso por reestablecer la humanidad que él sabía que antes
había existido. Se trasnochaba haciendo invocaciones pero la inteligencia no le
27
Ver PASTRANA ARANGO, daba y el sueño le vencía. Buscando vencer el sueño y abrir su inteligencia, Búinaima
ANDRÉS. 1999. Plan Colombia: plan
para la paz, la prosperidad y el tostó hojas de diferentes matas y las mambeó después. Así pudo vencer el sueño,
fortalecimiento del Estado. Bogotá: pero la inteligencia aún no se le abría. Fue así que buscó en la orilla de los ríos la
Editorial Desde-Abajo, y coca-de-la-boa28 con la que la que la sabiduría comenzó a llegarle. Pero aún así no
DEPARTAMENTO DE ESTADO
DE LOS ESTADOS UNIDOS.
se le revelaba aquello que el quería. Fue entonces cuando le nació una niña a la
2004. Los Andes en peligro: que le puso Búinaiño29. Esa niña fue la coca. La mata (de coca) se dio cuando,
consecuencias ambientales del después de haber ido a la chagra30 con la mamá, la niña se peinó, dejando caer
narcotráfico. Washington: Editorial unas liendres sobre el suelo. Búinaiño sembró así la coca porque sabía que eso era
del Departamento de Estado de
los Estados Unidos. lo que su padre quería y necesitaba. Más tarde la niña le avisó al papá que de ahí
en adelante mambiaría buena coca y vería y aprendería muchas cosas porque ese
28
Planta. Probablemente una era un don de Dios (Júziñamui) para salvar a la humanidad. La niña entregó al
variedad silvestre de hoja de coca.
papá tres hojas de coca para ser tostadas y el primer milagro de la coca fue, a partir
29
Que quiere decir «madre de los de esas tres hojas y las palabras de abundancia y crecimiento, llenar toda una olla.
hombres» (Urbina, 1992: 57). Desde entonces el hombre comenzó a comer la buena coca y a dominar el mal de
la tierra, mediante el poder que Dios le había dado. La niña, entre tanto, iba
30
Entorno cercano a la maloca
donde se encuentra ubicada la sembrando la coca donde quiera que iba poniendo las manos, hasta llenar las
siembra. orillas de los ríos y las lomas de coca verde (Urbina, Ibíd. Pág. 57-62).
Pensar en ese mito como el relato no metafórico del origen de una planta debe
parecernos imposible a la luz de nuestra visión sobre el mundo y sobre la hoja de
coca en particular. Trayendo este texto resumido a nuestra investigación sólo quiero
poner en evidencia que la hoja de coca esta cargada, para la comunidad Uitoto, de
una significación que se aleja de la concepción que Occidente tiene sobre ella y
que, a pesar de la distancia, este relato debe ser entendido a la luz de nuestro
debate, como uno de los factores históricos –tan histórico como puede ser la caída
de las Torres Gemelas– que ha delineado la aprehensión que del mundo hacen los
Uitotos y, mucho más, la concepción que tiene esta comunidad sobre la hoja de
coca.
Con respecto a las prácticas que se encuentran asociadas con la hoja de coca,
que en Occidente pueden ser el impulso del comercio exterior o la promoción de
las fumigaciones aéreas, en la comunidad Uitoto estas prácticas son el baile (fiesta)
y el trabajo. En el segundo relato recogido en la obra del profesor Urbina, el
sabedor (abuelo José García) responde a unos visitantes que indagan sobre su alta
producción de hoja de coca, que él siembra y mambea «para trabajar». «Cuando yo
Revista Inversa
quiero hago fiesta. A veces hago minga. Costumbre de nosotros los indígenas. Se
cierne y después se coquea, se trabaja, se hace baile. Es costumbre de los abuelos
que nosotros seguimos. Mi abuelo me dijo que no debía olvidar eso. Por eso yo no
olvido y siembro bastante (Urbina, Ibíd. Pág. 64).
El concepto de hoja de coca tiene en ambas visiones de mundo (Occidente y
Uitoto) unas prácticas y unas valoraciones que son indisolubles con el concepto
mismo, en el sentido que son ellas la que lo constituyen. Según la visión de
Occidente, la hoja de coca tiene un contenido significativo muy fuerte de ilegalidad.
Esta parece haber sido una manera punitiva y criminalizadora de ver la hoja de
coca, que nos ha sido impuesta en función del control político y militar, y del 55
control de los circuitos de creación ilegal de capital. Casi podríamos afirmar que
siempre que se piensa en hoja de coca se piensa en cultivo ilícito, entre otras cosas
porque ese es el nombre más utilizado para referirse a la planta. A su vez, esta
concepción se encuentra atravesada por prácticas que la fortalecen como son las
fumigaciones.
de la comunidad Uitoto.
Ahora bien, sólo para fortalecer la idea de que una visión de mundo no es estable
y que sus verdades no lo son de una vez y para siempre, recrearé brevemente, en lo
que sigue, la historia anterior a la política prohibicionista, con respecto a las drogas,
impulsada por Estados Unidos. Esto me servirá, entre otras cosas, para reforzar el
esbozo hecho al principio de este apartado en el que se mencionaba la contigencia
del estado actual de nuestras prácticas y creencias, en que la estructura atribuida al
mundo es producto de la forma como nos lo representamos y en que la estabilidad
de una creencia está determinada fuertemente por condiciones externas. Voy a hacer
referencia, siguiendo a Escohotado31, a la ausencia de un «espíritu» prohibicionista
en Estados Unidos, hasta antes de mediados del siglo XX. Así, la historia recreada a
continuación pretende incitar la idea de que el esbozo realizado puede leerse como
sigue: 1) el prohibicionismo actual (su concepción y sus prácticas) es contingente, en
cuanto anteriormente, cuando era otro nuestro contexto político, ideológico, social
y cultural, tal intención no existía; 2) Qué es ilícito y qué no (en tanto estructura del
mundo) depende de nuestra representación del mundo, y 3) la creencia de que la
coca es ilegal, y entonces debe ser prohibida, depende, en alguna medida, de
condiciones ajenas a la creencia misma.
Los juicios sobre la coca y la cocaína no siempre fueron criminalizadores, hubo
médicos y farmacólogos que hasta mediados del siglo XIX veían en la cocaína la
posibilidad de producir altos grados de sentimientos elevados, impulsadores de una
exaltación mental cercana al sentimiento místico, con efectos que se desvanecían
gradualmente y al cabo de pocas horas, «dejando un sentimiento de serenidad flotante»
56
(Escohotado, 1999: 450). En esta misma línea, alejada del prohibicionismo y cercana
a la incitación del consumo, el médico francés A. Mariani dijo en 1885 que «la
diferencia entre la coca y la cocaína no es la que existe entre cierta sustancia y su
concentrado, sino la que hay entre un conjunto de sustancias y una sola. Las
propiedades de la coca –decía– se desvirtúan cuando era reducida a ese alcaloide»
Irene Vélez Torres
(Escohotado, Op. Cit. Pág. 448). Tal parece haber sido con el auge de la coca y de la
cocaína, que hay evidencia de que se fabricaron varios folletos publicitarios
promoviendo el consumo de «fluido de coca, vino de coca, coca cordial y cigarrillos
de coca, inhalador de cocaína, oleato y salicilato de esta sustancia» (Escohotado, Ibíd.
Pág. 456).
Para los médicos del siglo XIX era casi evidente que «las llamadas víctimas de las
drogas son ante todo víctimas de sí mismas, de la inhospitalidad de su conciencia.
De ahí que su cura –si es que la tienen– no consistía en privarlas de tal o cuál
fármaco, sino de ayudarlas a que se acepten como son y a modificar lo que en ellas
hay de inadmisible para los demás, pues sólo yendo a su causa podrá modificarse
dicho síntoma» (Escohotado, Ibíd. Pág. 467). Esta visión contrasta con el discurso
actualmente manejado por los países importadores del Norte que justifican su política
prohibicionista diciendo que el tráfico de narcóticos es un problema de «seguridad
nacional» cuya solución depende de, por ejemplo, la erradicación de los cultivos
llamados ilícitos en los países productores del Sur.
31
Jurista, filósofo y sociólogo,
A finales del siglo XIX, si bien ya comienza a haber opiniones encontradas sobre
nacido en Madrid en el año de la bondad de la cocaína, no hay aún rastros que indiquen la necesidad de su
1941. Ha publicado más de una ilegalización. Hasta finales del siglo XIX nadie pensaba que el masivo consumo de
docena de libros, entre los que se cocaína en América del Sur (se calculaba que pudo ser de más de diez millones de
destacan Realidad y substancia
(1986), Metodología de las Ciencias personas) fuese más nocivo que el consumo de café o té. Es sólo hasta mediados del
(1987) y Retrato del libertino (1998). siglo XX que la Comisión de Estupefacientes, en su noveno periodo de sesiones,
logra que Perú, Colombia, Bolivia y Argentina reconozcan el carácter dañino de la
coca debido a su adictividad»32, y es sólo con Richard Nixon en la presidencia (1973),
que Estados Unidos declara las drogas «ilícitas» por considerarse una amenaza para
su seguridad nacional33. Como puede verse, es sólo hasta finales del siglo pasado que
la lucha contra las drogas de uso ilícito se estructura y despliega a nivel continental.
Revista Inversa
existentes en una visión de mundo y las existentes en otra (por lo menos en el
ámbito local señalado). Esta forma de inconmensurabilidad puede ser identificada
comparando el concepto de «trabajo» y «disciplina» asociados a la hoja de coca, y el
concepto de «disciplina» distanciado en Occidente del concepto de hoja de coca.
Veamos cómo se configura esta inconmensurabilidad.
Hasta el siglo XVII, el consumo de la coca era una costumbre exclusivamente
indígena, perfectamente aceptable, sobre todo, por estar relacionada con el trabajo y
garantizar a los españoles una alta producción agrícola y minera debida a las arduas
labores que los indígenas podían llevar a cabo gracias a la masticación de la coca.
Cuando comienzan a librarse las batallas de independencia en los países del sur de 57
América, el consumo de coca fue defendido e incitado ya que permitía a la población
enfrentar la escasez de alimentos sin sufrir mayores perjuicios y posibilitaba aliviar
las fatigas de los soldados. Estas posibilidades brindadas por el consumo de coca se
vieron reconocidas cuando, tras la independencia, la hoja de coca fue incorporada
al escudo peruano como símbolo de la entereza y la resistencia35. Como puede verse,
poca importancia, es infructuoso. Entonces [los antiguos] buscaron una fuerza que
tuviese sustancia. Después de mambear y con buen alimento iban a trabajar» 33
Ver Roncken (2004) en especial
el apartado titulado «El espíritu
(Echeverri, Op. Cit. Pág. 127). La forma de preparar la fuerza para el trabajo es con guerrerista».
ambil y coca. No es posible lograr algo sólo con palabras, aunque también ellas se
requieran. Ver apartado «La propuesta de
34
Toda obra, todo producto, es para los Uitoto el resultado de un doble proceso en Kuhn» en este escrito.
Ahora bien, lo que se afirma en una concepción no se niega en otra sino que,
ni siquiera, resulta ser una posibilidad. Que una hoja dé una fuerza sustancial
que se reproducirá cuando los niños se alimenten con la comida trabajada, pero 59
que no sólo es producto de una hoja sino también de la Palabra y de la sal de
monte, etc. no es que para nosotros sea falso sino que no es, siquiera, una
posibilidad de la que pueda decirse que es falsa o verdadera. De la misma manera,
es de esperarse que para los Uitoto, pretender que la sola matiscación de la hoja
de coca permita trabajar de la manera como en Occidente se concibe, no debe
enfrentándose al monte y abriendo una nueva chagra. El joven para medir sus
fuerzas, debe comenzar solo esta tarea. En esta nueva chagra, cuando el joven ha
demostrado su fuerza y su disciplina abriéndola, debe plantar sus primeras matas
de coca y tabaco (cuyas semillas ha recibido de su padre) y sus primeras matas de
yuca dulce (cuyas semillas ha recibido de su madre). Este trabajo de entereza
física innegable va acompañado de la instrucción sobre el mambeo de la coca
(Echeverri, Ibíd. Pág. 109).
La disciplina asociada al consumo de coca y al trabajo de la coca (Echeverri,
Ibíd., comentario 3), enunciado de la manera justo como se citó arriba, es una de
esas posibilidades que en Occidente se encuentra fuera de nuestra red de
creencias. Y vuelve el agua al molino: no es que para nosotros sea falso que el
joven disciplinado deba mambear y abrir la nueva chagra, etc., es que ésta no es
ni siquiera una posibilidad. Para nosotros la disciplina es algo radicalmente
distinto, inconmensurable con lo que es para los Uitoto. En efecto, nuestro
concepto de disciplina no está asociado al de la hoja de coca, ni el de la hoja de
coca al de disciplina; para los Uitotos en cambio, la disciplina tiene estrecha
relación con el joven disciplinado: la buena manera de comportarse de un Uitoto
hace parte de la sabiduría que este tiene sobre la hoja de coca; las prácticas
sociales relacionadas con la hoja de coca se encuentran, de esta manera,
estrechamente relacionadas con el concepto mismo. El concepto de hoja de
coca y disciplina en los Uitotos, en tanto íntegramente asociados, es
inconmensurable con nuestros distantes conceptos de disciplina y hoja de coca,
no porque creamos que el concepto de disciplina Uitoto sea falso, sino porque
60 su posibilidad está fuera de nuestra visión de mundo.
ofrecíamos era el carácter holista que este cambio debía tener; esto lo explicábamos
como la necesidad de que el cambio se diera en el ámbito de lo que es un
problema, así como en el ámbito de lo que puede ser una solución legítima a ese
problema. Esta caracterización tiene estrecha semejanza con la crítica que
Feyerabend hacía al racionalismo crítico. La propuesta del racionalismo crítico
supone que toda investigación parta de un problema. Lo que Feyerabend criticaba
era que no se estaba teniendo en cuenta en esta propuesta el hecho de que la
formulación de los problemas podía ser errónea o que, a la luz de futuras o
pasadas investigaciones, los problemas podían declararse profundamente
inexistentes. Nos interesa señalar aquí que uno de los aportes valiosos que Kuhn
y Feyerabend hacen al debate relativista, es llamar la atención sobre la importancia
que tiene plantearse un problema. Que un problema no sea planteado y, más
aún, que no sea posible planteárselo indica, en términos de Kuhn, la presencia
de un cambio revolucionario o, en términos de Feyerabend, la
inconmensurabilidad entre dos paradigmas.
A continuación quiero poner sobre la mesa dos apreciaciones, producto de
algunas investigaciones hechas por uno de los aparatos de Occidente con mayor
legitimidad en lo que al campo de la política se refiere, a saber, la Organización
de las Naciones Unidas (ONU), sobre analfabetismo y desnutrición. Para
*Ver el apartado «La propuesta de
Kuhn» de este escrito. contrastar esta apreciación occidental sobre analfabetismo, ofreceremos algunos
N. de E. datos sobre los Uitoto que nos permitirán evidenciar la importancia que tiene
que un problema sea planteado para delimitar dos diferentes visiones de mundo.
De la misma manera, a la par que expondremos la apreciación de la ONU sobre
la desnutrición, recapitularemos brevemente un relato Uitoto sobre la
abundancia; exponiendo ambas versiones sobre lo que es la desnutrición,
pretendemos demostrar la disimilitud entre ambas concepciones. Estas dos
pequeñas propuestas de contraste pretenden poner en evidencia que, en el campo
restringido de la visión de los Uitoto y Occidente tienen sobre la hoja de coca,
los problemas que unos (Occidente) se han planteado en relación con el
analfabetismo y la desnutrición, para los otros (Uitoto) no han sido mayor
problema alguno y, más aún, al interior de su visión de mundo un problema de
tal tipo no tiene sentido.
Según la estadística de la ONU, presentada por la UNESCO38 y la Comisión
de Estupefacientes en 1970, aproximadamente la mitad de la población rural
adulta de Perú y Bolivia mascaba coca. De estos consumidores, el 60% eran
analfabetos, mientras sólo el 19% de los adultos no coqueros lo eran (Escohotado,
1999). Esta estadística pretendía probar la estrecha relación existente entre el
Revista Inversa
consumo de coca y el analfabetismo, de manera que este consumo pudiera ser
entendido como una de las causas más apremiantes del analfabetismo que debía
atacarse de manera frontal e inmediata.
Ahora bien, sólo hasta principios de los años noventa se estaban abriendo en
la región amazónica de Colombia las primeras escuelas bilingües para niños.
Una década antes, cuando tuvieron auge las misiones evangelizadoras de las
iglesias católica y cristiana, las escuelas para los niños dictaban sus clases
únicamente en español, situación que, sumada con la violencia y otros factores,
contribuyó a la pérdida de muchas tradiciones indígenas. La cultura indígena y,
especialmente, la cultura Uitoto, despliega las fuertes y legendarias raíces de su 61
tradición en el arte oral, dotado de una complejidad encantadora, hilada por las
pausas, los intercambios con el compañero de la conversación, las retaliaciones,
la recurrencia a expresiones y los largos listados. La lengua (el órgano) es
simbolizada por la comunidad Uitoto como una hoja de coca; esto afianza la
idea que aquí hemos expuesto sobre la relación entre la hoja de coca y la Buena
mismo si sueña con tabaco» (Echeverri, Ibíd. Pág. 101-102). La abundancia es,
pues, abundancia de alimento y abundancia de Gente. La abundancia de alimento
es abundancia de coca, tabaco, yuca brava, yuca dulce, maní, sal de monte. Esta
abundancia encuentra su correlato en el nacimiento y crecimiento de la Gente,
esto también es abundancia. Nos interesa señalar que en el relato mencionado
la coca es un alimento más, y la abundancia la constituyen tanto los alimentos
como la Gente. De esta manera, si la coca es un alimento, no es posible que
cause desnutrición, por lo menos no al interior de la visión que los Uitotos
tienen sobre la coca. Probablemente, si la desnutrición es valorada con
metodologías (contrastar peso con estatura) y criterios occidentales, sea posible
decir que un indígena está desnutrido y que, apelando a la estadística presentada,
la causa es la coca; sin embargo, esta causalidad no parece ser absoluta en el
sentido de no constituir una posibilidad en los Uitoto. Vemos así que el problema
de que la coca pueda causar desnutrición no es, pues, un problema posible
según la visión que los Uitoto tienen sobre la coca porque la coca es, en si
misma, un alimento.
Al papá cosechador y sembrador
39
Ahora bien, que la coca sea o no un alimento parece ser una cuestión que ha
de coca se le llama «Hacedor». llamado la atención de varios investigadores. En 1975, la Universidad de Harvard
Contrastar en Echeverri (1999)
Presentación y textos traducidos realizó una investigación intitulada «Valor nutricional de la Coca», en la que se
2A y 8. obtuvo como resultado que la hoja de coca contenía mucho más que cocaína:
COMPONENTE EN MILIGRAMOS (Mg)
Grasa 3.68Mg
Carbohidratos 47.50Mg
Vitamina C 6.47Mg
Vitamina E 40.17Mg
Revista Inversa
Riboflavina (Vitamina B-2) 0.88Mg
Niacina 8.37Mg
Calcio 997.62 Mg
Fosfato 412.67Mg
Potasio 1739.33Mg
Magnesio 299.30Mg 63
Sodio 39.41Mg
Aluminio 17.39Mg
Bario 6.18Mg
Estroncio 12.02
Boro 6.75Mg
Cobre 1.22Mg
Zinc 2.21Mg
Magnesio 9.15 Mg
Tabla No.1
Cromo 0.12Mg Componentes de la coca por cada 100
gramos de hoja
Así como nos los señalaba Escohotado, citando a Mariani, la hoja de coca
aparece en este estudio siendo diferente y mucho más que uno solo de sus
componentes. Esta investigación sustenta ampliamente el hecho de que la coca
sea para los Uitoto, además de un estimulante, un suplemento alimenticio, como
puede serlo también la cacería. Con estos datos sobre la composición de la hoja
de coca, resulta sorprendente que su consumo pueda aún ser considerado un
factor causante de desnutrición. Además, surge la inquietud de si no serán, más
bien, las circunstancias de injusticia social en que viven los indígenas las que los
obligan a alimentarse casi exclusivamente a base de hoja de coca, debido a la
inaccesibilidad a otros productos alimenticios y al deterioro del entorno de donde
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
se los han provisto. Parecería más razonable que fuese la injusticia social y el deterioro
ambiental en que viven las comunidades indígenas cercanas a los centros urbanos40,
lo que los induce a basar con exclusividad su alimentación en esta planta, y no el
mambeo mismo.
Revista Inversa
en la trampa puesta en el monte. Todo lo que acontece adentro (malos sentimientos)
se refleja, de esta manera, afuera en forma de animales. Una vez esos malos
sentimientos de adentro son derrotados, tiene lugar el segundo componente de la
cacería: las trampas que son armadas afuera deben estar adecuadamente hechas
para que la cacería librada en sueños haga caer al animal en el monte (tigrillo
macho, oso hormiguero, armadillo, tigrillo hembra, tigre mariposo (jaguar))
(Echeverri, Ibíd. Pág. 200-202).
En este relato puede verse cómo la cacería tiene para la comunidad Uitoto «un
significado que va más allá de la simple adquisición de comida. La cacería de
tabaco (y coca) consiste en hacer amanecer en forma de animales lo que se manifiesta 65
primero como enfermedades, rabia, pereza, peleas, etc. La comida no es sino un
subproducto de tal forma de cacería. De esta manera, la preparación de coca y
tabaco es tan pertinente a este tipo de cacería como lo es la elaboración de trampas
«la coca y el tabaco son las «armas» de la cacería» (Echeverri, Ibíd. Pág. 194).
Dos anotaciones nos interesa hacer para llenar de contenido los elementos
1. Las señales que se le presentaron a Kinerai, a las que debió estar atento de
manera que le fuera posible hacer la primera cacería (la de adentro), son
señales de malos sentimientos cuya fuente son espíritus animales que habitan
el lugar. Dos ideas importantes obtenemos aquí: por un lado, que parte de
la población del mundo de los Uitoto son los espíritus animales y, por otro,
que parte de la población43 de su mundo son señales como las mencionadas.
Ahora bien, esta población no es, sin lugar a dudas, la población de nuestro
mundo. En el mundo occidental en el que habitamos no hay señales como
las anteriormente citadas, ni, cosas como espíritus animales que pretendan
engañarnos. Esta ontología no viene, empero, sola: está eminentemente 42
«Sentarse» quiere decir «lamer
acompañada de unos conceptos correlativos. Esta diferencia de ontología tabaco, mambear coca, poner
que hemos señalado y esta diferencia conceptual que suponemos debe tener cuidado (al corazón y afuera)»
(Echeverri, Op. Cit. Pág. 222).
como correlato, esta diferencia de mundo, es a lo que Kuhn y Feyerabend
llaman «inconmensurabilidad». 43
Recordemos que por
2. Para vencer los malos sentimientos con los que Kinerai se enfrentaba, fue «población» hemos venido
entendiendo cosas como el
necesario hacerlos amanecer como animales. Qué quería decir exactamente,
flogisto, la posesión de un espíritu,
lo desconozco. Pero, por lo menos sabemos que este paso de mal-sentimiento las partículas subatómicas, el
a animal-cazado es un paso que en nuestra cultura no tiene lugar. Y aquí movimiento, las brujas, etc.
vamos con lo interesante: pretender que el mundo Uitoto es el mismo
mundo occidental, con la misma ontología y los mismos conceptos
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
asociados, sería pretender que una afirmación como «siempre que alguien
hace amanecer, la cacería está asegurada», sea una afirmación con sentido.
66
Irene Vélez Torres
Giovanni Matallana
2. De regreso a las preguntas: el género y la dulzura de la coca
Cuando estudiábamos a Hacking y sus aportes al discurso relativista, decíamos
que uno de ellos44 era señalar la importancia que tiene que las mismas preguntas
sean formuladas en dos visiones de mundo aparentemente distintas, si se quiere
decir de ellas que, en el fondo, hacen parte de un mismo paradigma. Siguiendo a
Hacking, que dos culturas se hagan las mismas preguntas implica que la forma de
aprehender el mundo de ambas es la misma: la forma de dicha aprehensión estaría
determinada por las preguntas, que, a su vez, delimitaría un espectro de respuestas
(contenido de la aprehensión). A continuación quiero señalar dos diferentes
concepciones de los Uitoto sobre la coca, a través de las cuales pretendo mostrar que
las preguntas que los Uitoto se hacen sobre la coca, no son preguntas con sentido al
interior de nuestro pensamiento occidental; es decir, quiero señalar que sus preguntas
no son las nuestras.
Según lo expresa el profesor Urbina (1992: 55-56), para muchos sabedores de la
cultura Muinane, la coca es mujer y el tabaco es hombre, mientras que en los Uitoto
sucede al contrario; complementos de sus notas de campo permiten reconstruir la
Revista Inversa
concepción que, debido a que toda la Gente es coca en la maloca, ningún clan o
grupo puede decir con exclusividad que es coca en la medida en que todos lo son.
En todo caso, afirma el profesor, para las comunidades Uitoto y Muinane, la pareja
de la coca y el tabaco constituyen la polaridad en la que lo humano se hace manifiesto,
a saber, la pareja hombre y mujer. Que la coca sea hombre (de género masculino)
para los Uitoto, es una creencia que puede verse expresada en el carácter de la fuerza
sustancial de la que hablábamos en el apartado Sobre trabajo y disciplina. Esa fuerza
sustancial, dotada de una significación mítica, es una fuerza que está vista para el
hombre (varón): «De parte del hombre la fuerza está en la coca, el ambil y la sal de
monte; de parte de la mujer la fuerza está en las plantas cultivadas, el caldo de yuca 67
dulce, y la olla de ají» (Echeverri, 1993: 281). Esta relación de la fuerza con la coca y
el hombre, y de la fuerza con las plantas cultivadas y la mujer, permite entrever que
el género de la coca es masculino, mientras que por ejemplo, el de la yuca dulce
podría ser femenino.
afirma que «uno es lo que come». La comunidad Uitoto tiene la creencia de que
cuando uno come algo, interioriza lo ingerido y se hace Uno con ello. Cuando una
comunidad ha dispuesto sus variadas fuerzas en la siembra, el cultivo y el
procesamiento de los alimentos, lo que finalmente consume no es un producto de
supermercado como el que los occidentales, insertos en nuestra cultura consumista,
estamos acostumbrados a comprar46; lo que está consumiendo es la sabiduría ancestral
de su comunidad, concretada o limitada en un determinado alimento. Que Kinerai
o cualquier otro miembro de la comunidad Uitoto logre estar «sentado como un
Búinaima», con el corazón frío y endulzado, tras haber labrado y consumido la coca,
deviene como el resultado de un complejo proceso en el que la sabiduría milenaria
de los Uitoto sobre la hoja de coca se ha hecho Uno con quien la trabaja y la mambea.
Así como con el género de la coca, preguntarse, en el marco de la cultura occidental,
si la coca endulza o no el Corazón, resulta ser un sin-sentido. Las preguntas sobre la
dulzura de la coca o lo frío del tabaco, sólo pueden tener lugar al interior de una
concepción sobre la coca y sobre el mundo como la de los Uitoto. Que los Uitoto se
hagan o puedan hacerse unas preguntas que para nosotros no tienen sentido alguno
marca, siguiendo a Hacking, una diferencia entre ambas visiones sobre la hoja de
coca, tanto de forma como de contenido, que debe permitirnos afirmar que dichas
visiones son inconmensurables.
III
Bondades del análisis relativista
En este breve apartado final pretendo, en primera instancia, hacer explícito el
68
tipo de cosas que un acercamiento relativista puede evitar o ayudar a comprender en
el marco de las diversas problemáticas suscitadas por las relaciones trans-culturales
entre Occidente y los Uitoto. Y, por otro lado, pretendo dar luces del atropello
cultural que puede implicar la imposición de una concepción del mundo sobre otra;
más específicamente, pretendo dilucidar los problemas que pueden derivarse de
Irene Vélez Torres
Revista Inversa
estos cultivos tiene lugar. Sin duda, uno de los factores que ha influido de manera
contundente en el fracaso (parcial o total) de estas políticas, es haber sido impuestas
por los gobiernos de manera unidireccional, sin considerar su elaboración conjunta
e, incluso, sin haber sido siquiera consultadas.
Un acercamiento relativista a esta situación nos exigiría un análisis de las
comunidades en su contexto: su historia, su cultura, sus relaciones sociales, su
tradición. El abuelo José García reconocía el problema que para su comunidad
constituía el procesamiento y consumo de coca; sin embargo, su solución era la
recuperación de la tradición, escuchando y no olvidando los consejos de los abuelos.
Sólo mientras logre hacerse un análisis juicioso, con base en la visión que sobre el 69
mundo tienen las comunidades, podrá estructurarse una política que llene las
expectativas de los pobladores y resuelva de manera real sus problemas. El relativismo
nos impide imponer una solución (de aumentar el comercio exterior) a un supuesto
problema (cultivo de coca), sin haber siquiera corroborado con las comunidades la
legitimidad del problema y construido con ellas su posible solución.
visión que sobre el mundo tienen los Uitoto, que puede revisarse y enjuiciarse la
pertinencia o no del concepto de trabajo y su relación con la hoja de coca.
De la misma manera, las valoraciones que sobre la hoja de coca hace ésta
comunidad: su dulzura, su género, la capacidad de «hacer amanecer» que al
Búinaima otorga coquear, hacen parte de esta complejidad48. El relativismo nos
impele a que, estando frente a una concepción sobre la coca, inconmensurable
con la de Occidente, reconozcamos que toda creencia que sobre la coca tengan los
Uitoto, así como toda Palabra que sobre ella se enuncie o toda práctica que con
ella se realice, tienen real sentido sólo al interior de su visión de mundo; de lo que
resulta que estamos impedidos de realizar cualquier juicio de legitimidad o
corrección sobre las mismas49. Esto, sin embargo, no quiere decir que estemos
aquí hablando de un laxo relativismo de «todo vale». Lo que se quiere reforzar es
que uno de los más valiosos aportes que el relativismo hace al debate sobre la
trans-culturalidad es que no es posible realizar ningún juicio de valor sobre otra
visión de la hoja de coca, por ejemplo, estando yo parado en la mía propia. Esto
debe motivarnos a realizar, desde nuestra propia cultura, una revisión crítica de
nuestras valoraciones, convicciones, prácticas, etc. ya que es sólo ahí donde la
validez, legitimidad y pertinencia de las mismas puede ser valorada.
Haber entendido el consumo de hoja de coca como causa del analfabetismo y
la desnutrición entre los indígenas y campesinos de la región andina ha significado
la imposición de un problema, donde no hay ninguno50. Como lo hemos señalado,
la coca no puede ser causa alguna de desnutrición y, por ello mismo, si hubiere
desnutrición en una población, las causas serían ajenas al consumo de coca.
70
Enceguecidos por la convicción de que es la hoja de coca la causante de la
desnutrición, los gobiernos «occidentalizados» de nuestros países se han visto
llevados a criminalizar una práctica ancestral milenaria de las comunidades
indígenas y mestizas-campesinas que pueblan nuestros territorios; entre tanto, este
mismo Estado no muestra tanta eficacia para dar solución real a un problema de
Irene Vélez Torres
salud pública, tan serio como es la desnutrición, que puede estar afectando a las
comunidades cocaleras.
Por otro lado, haber pretendido solucionar el problema que a la luz de la cultura
occidental puede constituir el analfabetismo, ha generado más daños para la
comunidad Uitoto que beneficios. ¡Claro! ahora algunos Uitotos son cristianos y
saben leer y escribir español, pero una milenaria cultura, reconocida por la fortaleza
de su tradición oral, con amplio conocimiento sobre el mundo y las fuerzas que lo
rigen, «alfabeta» en sabiduría sobre la selva, se ha visto debilitada y reducida
significativamente. La extrapolación trans-cultural de los problemas, que sólo son
tal a la luz de una visión particular del mundo, es una de las cosas que una postura
relativista permitiría evitar. Asumir una postura relativista exige que los problemas
(analfabetismo), así como sus soluciones (cruzadas alfabetizadoras y de educación
formal), sean concebidos y practicados en el exclusivo regazo de la visión de mundo
48
Ver el apartado titulado «La hoja en la que han sido engendrados; cualquier intento de hacerlo desde una cultura
de coca en el pensamiento Uitoto ajena seria una extrapolación de valores, implicaciones y categorías, que atentaría
y en pensamiento occidental» de
este escrito.
contra la diversidad y complejidad de la vida. Una asunción como esta, donde se
permite a los pueblos y comunidades decidir autónoma y soberanamente sobre el
Ver intertítulo «Los aportes de
49
pasado, presente y futuro de sus vidas, evitando extrapolaciones del tipo: qué es
Hacking» en este escrito.
un problema, qué es una solución, qué es verdadero, qué es falso, cuál es la historia
50
Ver apartado mencionado en el que debe ser contada y aprendida, en qué consiste el deber ser, etc., tiene
pie de página 48. implicaciones que van mucho más allá de las teóricas, como puede verse.
2. Consecuencias de la imposición de una concepción sobre otra
En el apartado 2 de este trabajo (Rastreando la inconmensurabilidad),
señalábamos que la elección del concepto de «hoja de coca» para este análisis se
debía a las situaciones conflictivas que sustenta. Indicábamos que algunas de estas
situaciones eran el hambre, el desplazamiento y la guerra que en nuestro país se
viven debido a conflictos que han nacido y crecido alrededor de la coca. A
continuación quiero hacer una breve exposición de lo que son estos conflictos
para poner en evidencia la forma en que ellos se relacionan con las políticas
implementadas por el gobierno para la erradicación de los cultivos de coca.
Hambre y destierro
En una investigación realizada por Amicus Curiae (2003)*, pretendiendo
contribuir como actor no vinculado al análisis judicial de los impactos en Ecuador
de las fumigaciones realizadas en Colombia a menos de 10 Km de la frontera, se
afirmaba que el impacto patológico en la salud, tanto de los campesinos como de
Revista Inversa
los animales criados y sus cultivos de pan coger, llegaba incluso a pobladores de
zonas alejadas hasta en 10 Km del lugar fumigado, e incidía en ellos incluso tres
meses después de realizada la fumigación. Los impactos son múltiples: 1) en las
personas se encuentra sintomatología que va desde la fiebre y debilidad muscular,
hasta la dermatitis y conjuntivitis agudas, pasando por síntomas como el insomnio,
la ansiedad, la depresión y la alteración del comportamiento. Esta patología
encontrada no corresponde a enfermedades tropicales o comunes de la zona, ni
responde a patrón alguno de comportamiento existente en enfermedades
«naturales». 2) En los animales se han presentado enfermedades en la piel y el
sistema respiratorio, ocasionando una sintomatología de granos, diarreas, vómitos
y debilidad, que en algunas ocasiones han provocado abortos, deformidades de las 71
crías y muerte. Esta situación ha constituido un fuerte factor desestabilizador de la
economía de subsistencia de los campesinos de la frontera. 3) En los cultivos se
presentó el amarilleo de las hojas del cacao, el arroz y el café, y la pudrición del
plátano, la yuca y la caña de azúcar, afectando hasta en un 100% los cultivos que
la inestabilidad que las fumigaciones generan en las bases de su cultura51, se han visto
obligadas al desplazamiento forzoso de sus territorios, presionados, entre otras razones,
por la destrucción de su biodiversidad circundante.
Si bien es aterradora la denuncia que hacen los campesinos de la muerte de sus
cultivos y animales, es causa de especial sorpresa que también la vida de los seres
humanos, en su concepción más simple y biológica, se vea afectada: «En la comunidad
San Francisco 1 se encuentra un cementerio que recibe los cadáveres de las comunidades
de los alrededores. En los dos años anteriores a las fumigaciones no había fallecido un
solo niño menor de dos años. Durante los ocho primeros días de intensa fumigación
en la frontera, del 2 al 10 de enero de 2001, enterraron en el cementerio a cuatro niños
procedentes de las comunidades San Francisco 1 y 2, Reina del Cisne y Cóndor. En
los seis meses posteriores cuatro niños más fallecieron sólo de la comunidad San
Francisco 1, [ubicada] a menos de dos kilómetros de la frontera» (Curiae, 2003: 22). A
dos años de estos inusuales fallecimientos no hay análisis de ninguna necroscopia que
permita determinar con exactitud la causa de estas muertes; sin embargo, debido al
incremento inusual de las mismas, coincidente con las fumigaciones, los médicos de la
zona se han visto obligados a considerar los fallecimientos como consecuencia de las
fumigaciones.
Esta aterradora situación, sumada a la inestabilidad económica causada por las
fumigaciones, ha llenado de miedo a los habitantes de las zonas fumigadas, constituyendo
una causa más del destierro.
72
La guerra de la criminalización
Resulta apremiante comenzar diciendo que la guerra no consiste sólo en los
enfrentamientos entre los carteles del narcotráfico o entre los actores armados que se
lucran de la producción de drogas. Guerra es el hambre a la que los campesinos e
indígenas se ven sometidos después de que sus plantaciones tradicionales son fumigadas
con una concentración no comercial de Glifosato (43.9% concentración de Glifosato
Irene Vélez Torres
51
Los indígenas Uitoto basan su «»Pensar en una erradicación manual de cultivos ilícitos es utópico y hasta catastrófico» (p. 26)».
alimentación en la yuca. Resulta «»Los vándalos que la siembran....» (p. 5)».
inimaginable el impacto que sobre
sus tradiciones culinarias y, por
ende, sobre su cultura, están «»¿Cuándo aceptará la comunidad –es decir, las FARC, el ELN y los paramilitares– que les
teniendo las fumigaciones. erradiquen el cultivo del que viven?» (p. 5)».
En estas aseveraciones resulta evidente que el gobierno colombiano, lejos de
distinguir entre la pequeña producción de coca y su cultivo industrial, reafirma
continuamente su creencia, traducida en políticas52, de que el cultivador de coca es
siempre un delincuente. En la Ley 30 de 1986 (legislación anterior) consta la poca
novedad de esta situación: el gobierno declaraba allí que la siembra de coca, amapola y
marihuana era un delito asimilable al narcotráfico, donde los actores sociales inmersos
en su producción merecían ser tratados igual que los grandes jefes de la mafia.
Con este supuesto entre la manga, el gobierno se lanza entonces a empuñar una
lanza de doble filo donde, por un lado, encontramos la aparentemente inamovible
estrategia de las fumigaciones como «mecanismo ÚNICO-ECUÁN1ME Y
APLICABLE para asegurar la erradicación de cultivos ilícitos» (p. 1) (Curiae, Ibíd. Pág.
54); y, por otro lado, encontramos la puesta en manos de paramilitares reinsertados
cualquier posibilidad de erradicación manual de estos cultivos, excluyendo el gobierno
a las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendiente de la elaboración,
concertación y puesta en marcha de propuestas construidas a partir de sus propias
expectativas y posibilidades de vida. Entretanto, el reordenamiento territorial53 avanza
Revista Inversa
a pasos agigantados, favoreciendo a los terratenientes que respaldan políticamente a
los paramilitares reinsertados, y que son, a su vez, militarmente respaldados por ellos,
expropiando cada vez más a las comunidades de sus territorios, privándolas de cualquier
posibilidad de mantener su economía, sus relaciones sociales y sus tradiciones culturales.
El panfleto
Como lo decíamos con Hacking, un relativista es aquel que está dispuesto a afirmar
que: 0) en la actual situación X parece inevitable; 1) no era necesario que X existiera o
no es necesario que sea como es. Y, muy a menudo, aunque no obligadamente, un
relativista tiende a insistir en que: 2) X es bastante malo tal como es; y 3) nos iría mucho 73
mejor si X fuera eliminado o radicalmente transformado54. Resulta, así, que lo que
subyace a muchas reivindicaciones del relativismo es la intención de «concienciar», es
decir, no sólo de poner en evidencia un estado de cosas, sino de motivar la toma de
conciencia por parte de una comunidad o grupo de individuos, de manera que pueda
cambiarse, a través de la formulación y utilización crítica de nuevos estándares para
parafraseando a Hacking, nos hagamos desenmascaradores de las relaciones de poder Hacking» en este escrito.
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
Giovanni Matallana
74
que nos oprimen, de las instituciones que nos coartan, de las virtualidades que nos
normalizan y enceguecen, y que pasemos directamente a hacer revolución.
Irene Vélez Torres
Ahora bien, resulta importante señalar que una perspectiva relativista de análisis
sólo puede ser liberadora para aquellos que están en disposición de ser liberados, es
decir, para aquellos que ya han adquirido conciencia del problema que X representa
(Hacking, Op. Cit. Pág. 20) y están abiertos a criticar, enjuiciar y transformar situaciones
opresivas. En este sentido, y a sabiendas de que lo que nutre de contenido una visión
de mundo son las preguntas que sobre él formulamos, este trabajo quiere ser una
invitación a que nos hagamos nuevas y diferentes preguntas, y a que permitamos
que otros también se las hagan, de manera que demos la espalda a esta corriente
unilateral y homogenizante de la globalización y permitamos que nuevos mundos,
diferentes e inconmensurables, pueblen extensos territorios y los re-creen con su
visión particular sobre la naturaleza y con sus diversas relaciones sociales, económicas
y culturales. Este trabajo es, pues, una invitación a que se reconozca el derecho de los
Uitoto a seguir siendo, como han venido siendo por centurias, y a que demos al
mundo y a la humanidad la oportunidad de reorientarse y posibilitar nuevos y mejores
futuros para las generaciones existentes y venideras.
EPÍLOGO:
Sobre el concepto de «concepto»
La intención del anterior texto fue aportar elementos extraídos de la propuesta
relativista para procurar la comprensión de uno de los fenómenos que, en nuestro
país, urgen ser pensados y re-creados, a saber, el del conflicto alrededor de la coca y
la hoja de coca55. Este propósito exigía la postulación de un elemento común a partir
del cual hacer la comparación pretendida. Nuestro proceder consistió, entonces, en
comprender la hoja de coca como un concepto, ya que sólo así sería posible llevar a
cabo el proyecto comparativo. Sin esta asunción habría sido imposible dar inicio a
comparación alguna.
En principio intenté plantear la discusión en términos de inconmensurabilidad
entre paradigmas, sin embargo, la magnitud de la investigación que este propósito
suponía, excedía en tiempo y extensión mis posibilidades. Para sostener la propuesta
de la inconmensurabilidad debí entonces concretar el asunto a un único concepto
que, por su carácter privilegiado al interior de la comunidad Uitoto, así como por las
connotaciones sociales y políticas que tiene en Occidente, decidí que fuera el de hoja
de coca.
La asunción de que la hoja de coca puede ser entendida como un concepto
complejo en la visión que sobre el mundo tienen los Uitoto, tuvo su fundamento,
principalmente, en la forma como el profesor Urbina se refiere en su libro Las hojas
del poder a la concepción que sobre esta planta y el mundo tienen las comunidades
Revista Inversa
Uitoto y Muinane. Refiriéndose a la hoja de coca el profesor dice:
«Si bien cada elemento de la realidad, ante todo la cultural, se convierte en hilo y camino en
donde se puede entrever el conjunto, hay elementos privilegiados, especies de redes que aprisionan
la totalidad [...] Y si mediante ellos atesoramos conocimiento, estamos captando poder, el
hondo, que en la más pura ética amazónica reposa en el saber, el cual no es cosa distinta a la
capacidad de inscribir la parte en el todo» (Urbina, 1992: 17).
«[...] una reivindicación de construcción social se vuelve compleja cuando lo que se construye
no es sólo una cierta clasificación [conceptual], una cierta clase de persona, el niño televidente.
Irene Vélez Torres
También los niños, podría afirmarse, llegan a ser socialmente construidos [...] [De la misma
manera,] un punto de interés fundamental de los estudios de género no es tanto cómo fue
construido cualquiera de estos tipos de entidades, cuanto cómo las construcciones se entrelazan
e interactúan, cómo las personas que tienen ciertos rasgos [...] son el producto de ciertas
instituciones [...] En este caso una tesis de construcción social tendrá que referirse a ambas
cosas, la idea de la cultura y la cultura misma [...] Los conceptos, las prácticas y las personas
interactúan entre sí. Tal interacción es a menudo el verdadero objetivo del discurso de la
construcción social» (Hacking, Op Cit. Págs. 58-60).
Así como Hacking lo afirma de manera un tanto tímida, la distinción que hay
entre conceptos y objetos es, las más de las veces, difícil de mantener. Como lo
menciono en el apartado «Breves aclaraciones para seguir» del texto, «en la vida
cotidiana la distinción entre prácticas y conceptos es supremamente borrosa, sobre
todo en culturas no tan fuertemente influenciadas por el cristianismo y su dualismo
fuerte». Esto significa que si la distinción es difícil en asuntos como los mencionados
por Hacking: el niño televidente y el género, con las comunidades indígenas, y
particularmente con la comunidad Uitoto, el asunto se torna mucho más complejo.
Es en este sentido que puede haber ocasiones en que sea posible considerar que
las prácticas y los conceptos, no sólo se encuentran estrechamente ligadas, sino
que son, en muchos casos, lo mismo.
Atendiendo a la estrecha relación que hay en la comunidad Uitoto entre
prácticas y concepciones, que se expresa continuamente en los mitos que hemos
analizado donde se reiteran frases como:
«ya pues usted se casó, ahora sí usted tiene que mambear, ya va a comenzar su trabajo [...]
pues [porque] usted sabe, por eso ya consiguió mujer, ya toca mambear» (Echeverri, 1993:
VIII, subrayado personal).
Revista Inversa
procurar entender lo que se quiere decir con «concepto», cuando se dice de la hoja
de coca que es uno.
Llevando lo más lejos posible la propuesta de Hacking sobre la interacción
entre conceptos y objetos, así como tomando muy en serio la interpretación del
profesor Urbina sobre la amalgamada relación entre instrucción teórica e
instrucción práctica en las comunidades Uitoto y Muinane, hemos de afirmar que
el concepto de «concepto» que aquí hemos manejado se aleja de aquel defendido
por la filosofía de la ciencia. Nuestro concepto de hoja de coca no sólo se expresa
en los rituales, el trabajo y la mambeada de la coca, sino que parece ser esto mismo.
Todos los rituales se encuentran siembre acompañados del mito: la fuerza de la 77
obra es también siempre una fuerza de la Buena Palabra, y « [...] todo mito particular
reporta hacia, y va configurando, esa constelación en donde se articula; así se
convierte en fábrica y sendero en cuyos múltiples horizontes –espaciales y
temporales– se avizora la totalidad de una cultura.» (Urbina, Op. Cit. Pág. 14,
subrayado personal). En este sentido, la palabra, la Buena Palabra, es indisoluble de
«Yo,
aprendiz de la Palabra-Hoja del padre,
siembro mi coca;
ella tendrá la fuerza:
el Poder que confiere la Palabra-Obra» (Urbina, Ibíd.. Pág. 33).
Lo otro que habría que reforzar antes de finalizar es que el concepto de hoja de
coca al que hacemos referencia es un concepto complejo. Precisamente por la recién
mencionada indisoluble relación entre prácticas y concepciones en la comunidad
Uitoto, así como por las connotaciones que la hoja de coca tiene para esta comunidad,
La inconmensurabilidad conceptual: el caso de la hoja... Pp. 29-79.
Giovanni Matallana
por ser ella la encarnación de una milenaria tradición, por ser la comunidad Uitoto
«Gente de palabra de coca» (Echeverri, 1993: 214), sustancia de esas plantas cultivadas,
de las deviene el comportamiento, el conocimiento y la Buena Palabra, el concepto
de hoja de coca es un concepto complejo que aparece como un aglomerado de
elementos con profunda significación para la comunidad.
Estos asuntos señalados quieren mostrar que el «concepto» pudo haber sido al
un principio una extrapolación, pero que en la medida en la investigación avanzaba,
lo que debía entenderse bajo este término al interior del pensamiento Uitoto se
78
perfiló como algo nuevo y diferente. Sin embargo, esto no salva del todo la inquietud
inicial sobre la necesidad de tener, al menos, este elemento para iniciar cualquier
comparación entre los Uitoto y Occidente, ya que de resultar diferente el concepto
de «concepto» dentro del paradigma Uitoto y el Occidental, el diálogo quedaría
nuevamente roto. Este es siempre el punto de quiebre del relativismo radical cuando
Irene Vélez Torres
se atreve a ser pensado más allá de los casos abstractos, sin embargo, algunos elementos
mencionados por Kuhn como la comprensión o la inconmensurabilidad local podrían
lograr un relativismo fuerte con posibilidad de diálogo. En cualquier caso, la intensión
de este corto texto de cierre es que se procure hacer una aproximación en que, más
allá de los problemas exegéticos que se abran, se logre dar algún valor crítico al
propósito emprendido en la presente.
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