ANGUSTIA POR LA SEPARACIÓN

Es un fenómeno que consiste básicamente en que los niños echen de menos

a sus cuidadores principales. Está claro que si el niño se alegra de ver que
os vais es que algo va mal. Sin embargo, lo ideal es que se muestre
contento ante la nueva situación y que se muestre seguro de que vais a
volver más tarde.

Los niños tienen que acostumbrarse a la separación todo el tiempo. Cada

vez que se van a la cama, aunque sigáis en casa, se quedan solos. Es una
cuestión de confianza.

No desaparezcáis sin más. Despedíos siempre.

A medida que los niños crecen, es importante que conozcan a la persona

que se encarga de su cuidado. Los niños querrán saber qué está pasando
¿Adónde va mamá? ¿Dónde está papá? Explicádselo, incluso si pensáis que
no lo va a entender. Decidle adónde vais y que volveréis pronto (o tarde,
diferenciad entre ausencias largas y cortas). Dadle un beso y un abrazo, no
cedáis ante las lágrimas. Una vez que hayáis dicho que os vais, marchaos o
el niño seguirá llorando con la esperanza de que os quedéis. En cuanto el
niño entienda que siempre volvéis y que pueden hacer cosas divertidas sin
vosotros, la ansiedad por separación disminuirá.