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Sin lugar a dudas la moda mexicana creció y cambio. En estos diez años, las
comunicaciones evolucionaron dramáticamente. Las pasarelas internacionales, antes una
experiencia exclusiva de quienes tenían invitación, se convirtieron, gracias a los canales
dedicados a la moda y sobre todo al internet, una experiencia al alcance de cualquiera que
estuviera interesado en la moda. Sitios gratuitos como www.style.com de la editorial Condé
Nast, la empresa que edita la revista Vogue en los Estados Unidos, abrieron las puertas del
glamour y la información a cualquier cibernauta con el tiempo suficiente como para pasarse
horas enteras frente a computadora revisando cada colección; desde la silueta hasta el
detalle de los accesorios. Con esa ventana de oportunidad, los fashion experts de sofá se
multiplicaron y utilizando la innovadora herramienta del blog, han dado rienda suelta a sus
no siempre muy atinadas opiniones de moda.
¡Que bueno que todos tenga acceso a la información de moda! ¡Que bueno que la moda
mexicana al igual que la del mundo, esté recibiendo este tipo de apoyo y difusión! Muchos
diseñadores tienen la oportunidad de darse a conocer y promoverse sin quedar en la ruina.
El único problema ha sido y sigue siendo que ver Fashion TV y navegar por la red, no
convierte en experto a nadie y mucha gente sin criterio se dedica a promover la moda de
algunos “diseñadores” que no pasarían ni examen final de costura del primer año de carrera
. En el mundo de la moda, como en cualquiera de los mundos de las profesiones, no hay
triunfos exprés, ni éxitos de la noche a la mañana. El diseñador se tiene que dar su tiempo,
no perder su sentido de autocrítica y cuidarse de no caer en la hoguera de las vanidades del
glamour de la moda.

¿Con melón o sandía?


En esta década se dio el boom de los eventos de moda. Viniendo desde los noventas tardíos
Días de Moda, que organizaron inicialmente un grupo de jóvenes diseñadores entre los que
se encontraban Macario Jiménez, Mariana Luna, Arturo Ramos y Emilio Trad, evolucionó y
se convirtió en Fashion Week México, bajo el liderazgo del controvertido José Andrés
Patiño. Patiño quien viajo a Nueva York y a Brasil para conocer de cerca estos dos Fashion
Weeks que brillan por encima de todos los fashions del mundo, busco crear una semana de
la moda comparable en México. Tras un inicio de trastabilleos, este joven emprendedor
logró finalmente una alianza estratégica con IMG, la empresa organizadora del fashion
week de Nueva York. Los expertos neoyorquinos aportaron su consejo profesional para la
integración del programa, la pasarela, la iluminación, el sonido. FWM primero en su sede
de Camino Real y luego de Campo Marte parecía llevara a la moda mexicana a un nuevo
nivel de sofisticación y reconocimiento internacional. Era tal la proyección que surgió un
evento en paralelo, DFashion. Así empezó el jaloneo. Había que competir por los
patrocinadores, por los diseñadores, por las modelos, por lo que fuera. Y la verdad, la moda
en México no da para tanto. Lo único que se logró con tanto jaloneo fue que desaparecería
FWM y surgieran como por arte de magia, 6 eventos más que en este último año
pretendieron suplir al precursor. Sin contar loas eventos de Mercedes Benz y Nextel que
tienen otro perfil, en el 2009 se promovieron: DFashion, Danger Runway, International
Designers Mexico, Mexico Front Row, Mexico Backstage y por último Capital Fashion,
todos buscando ocupar el lugar de FWM y sobre todo obtener los “jugosos” patrocinios y las
ganancias extraordinarias que, según el mito urbano, obtenía FWM. Los diseñadores se
pudieron dar el lujo de escoger y muchos de ellos acabaron sin pasarela conforme se
colapsaron México Front Row y Capital Fashion .
A estos eventos capitalinos hay que agregar las muchas pasarelas que se han ido
organizando en León, Guadalajara, Puebla y Monterrey. El Puebla Fashion Day, organizado
por Hanz Meza, dio pie a que surgieran eventos sin ton ni son, y, desde luego, sin
organización en la ciudad que trazaron los angeles. En la sultana del norte se organizó el
Monterrey Fashion y en cuanto terminó de inmediato un grupo de disidentes inconformes
se unieron para crear Monterrey Runway.
Tanto evolucionar para regresar a la casilla de arranque. Se espera que en 2010 todos, los
organizadores y sobre todo los participantes, hagan un acto de reflexión y piensen en el bien
de la moda mexicana que requiere de un frente cohesionado y unido para promoverse
internacionalmente. Estarse cambiando de un show a otro no beneficia a nadie.
Indudablemente, el fenómeno del evento “astilla” es algo que se da a nivel mundial. Es
natural. Lo que no es natural es “cambiarse” sin analizar previamente los beneficios
“intangibles” de cada evento, que van mucho más allá de lo económico y lo mediático. Como
se vio en la cancelación de Capital Fashion, es muy fácil prometer, lo difícil es cumplir sobre
todo en tiempos de crisis como lo que se viven en la actualidad.
La verdad es que los organizadores de este tipo de cosas, no deberían de ser diseñadores, ni
nada que se le parezca, deberían ser emprendedores, con un plan de trabajo, con
parámetros inamovibles de calidad para la selección de diseñadores, con capacidad de
organizar y administrar, con un presupuesto claro y con la meta de tener ganancias de entre
el 20 y el 35%. Así son los negocios . Se trata de ganar, no de perder. Sin esta mentalidad
empresarial, el futuro de los eventos de moda en México, es bastante incierto. ¡Qué lástima!

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