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Durante la fase inicial de ejercicio aeróbico prolongado (como caminar, correr, montar en bicicleta
o nadar), el glucógeno muscular es la fuente principal de combustible para la contracción
muscular. Después de 5-10 minutos, la glucosa sanguínea y los ácidos grasos libres (AGL) se
convierten en sustratos cada vez más importante. Sin embargo, los niveles de glucosa en sangre
por lo general permanecen prácticamente sin cambios durante los primeros 40 minutos de
ejercicio, debido a que la glucosa liberada por el hígado es a partir de la degradación del
glucógeno hepático.
En un capítulo en Nutrición y desempeño atlético, Arthur S. León, MD, dice sin embargo que estos
beneficios ocurren sólo si el control de la diabetes es el adecuado o si sólo hay hiperglucemia
leve sin cetosis.
Otro problema potencial en los pacientes diabéticos tratados con insulina es la hipoglucemia
inducida por ejercicio. Este riesgo puede reducirse usando sitios de inyección no ejercitados,
reduciendo la dosis de insulina, evitando hacer ejercicio en el momento del peak de la dosis de
insulina, evitando el ejercicio en el momento de máximo efecto de la insulina, haciendo ejercicio
en el momento de glucosuria leve, y comer una merienda de 10-15 g en carbohidratos (fruta,
jugo de fruta o galletas/pan) media hora antes de hacer ejercicio y cada 30 minutos posteriores,
durante el ejercicio prolongado y continuo.
El efecto del entrenamiento de ejercicio en el músculo esquelético contribuye aún más al control
de la diabetes. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo capilar, resultando en una mejor entrega y
extracción de oxígeno y sustratos de nutrientes. También aumenta la capacidad de
almacenamiento de glucógeno. Estas adaptaciones incrementan la utilización de la glucosa,
ácidos grasos libres y cuerpos cetónicos por los músculos entrenados durante el ejercicio, y
disminuyen la producción de ácido láctico.
Los pacientes diabéticos deben seleccionar actividades que disfruten, que sean apropiadas para la
salud, y que puedan mantener de por vida. Antes de que un diabético empiece cualquier
programa de ejercicio más fuerte que caminar, el Dr. León cree que deben tener una evaluación
física completa con recomendaciones para los niveles seguros de ejercicio. El ejercicio debe
realizarse en un momento conveniente, a la misma hora, todos los días aproximadamente, con
la misma intensidad y duración.