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Noticia de un secuestro

Es un relato violento, fuerte, pero es que así son los secuestros. García Márquez nos describe a
la perfección todo lo que sucede alrededor de los secuestros de diez personas perpetrados por
el narcotraficante Pablo Escobar. Los narcos tienen temor de ser extraditados a E.U. y para
presionar al gobierno comienzan a secuestrar a periodistas famosos. A partir de ahí, se
desarrolla un relato ágil. Nos trasladamos con los secuestrados y vivimos con ellos sus
experiencias, sus temores, sus sufrimientos y sus limitaciones. El autor recabó sus datos
platicando con ellos, por lo que nos describe muy vívidamente sus sentimientos. Pero también
nos dice como eran los guardianes; algunos brutales, reflejo de su temor, otros enérgicos pero
accesibles. También nos dice lo que piensan los familiares de los secuestrados y sus gestiones
para ayudar a su liberación.
   En un plano más general nos describe también las realidades de Colombia, y nos descubre su
gran verdad: "La droga más dañina es el dinero fácil".
   También se habla de las campañas de opinión de parte de los narcos, cómo la gente de
Colombia llega a creerles más a ellos que al gobierno. En algunos barrios donde los narcos
hacen obras buenas la gente les pone veladoras, y nos encontramos así con otra gran verdad:
"Las cosas que interesan a la gente terminan por imponerse a las cosas que interesan a los
gobernantes".
   Como el autor también estuvo en contacto con el Presidente Gaviria, nos enteramos no sólo
de las cosas que suponemos lógicas en un presidente, sino hasta de algunas de sus
costumbres personales.
   Este relato es completamente diferente de lo que García Márquez acostumbra escribir, pero
también aquí se exponen varias de sus características; una cierta anticipación de los hechos,
las escenas de las videntes, y por supuesto las páginas están salpicadas de la sabiduría y la
filosofía del autor, como por ejemplo esa frase de que "el poder -como el amor- es de doble
filo: se ejerce y se padece".
   Como siempre sucede con los libros escritos en nuestro idioma, se disfruta de la variedad del
lenguaje, y además en este caso, los modismos de Colombia.
   Y finalmente algunas reflexiones que como mexicana no puedo evitar: me llama la atención
la moda de los curas mediadores, el Padre García Herreros, el comandante del ENL en
Colombia (Manuel Pérez) y no dejo de pensar en Samuel Ruiz en México. ¿Será éste un
fenómeno de América Latina tal como dice el Manual del Perfecto Idiota?
   La otra reflexión es que en México "no nos hacemos bolas" con los extraditables,
simplemente se ponen del otro lado como a García Ábrego y tal vez así nos evitamos
problemas.
   No cabe duda de que el narcotráfico es un problema serio, y temo que como dijo el
presidente de Colombia, en México apenas estamos empezando.

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¿Quién disputa al narcotráfico colombiano su lugar temible en la mitología de la América Latina
de hoy?; ¿Y quién duda del sitio central del cártel de Medellín, que convirtió a la ciudad, "la
más bella, la más activa, la más hospitalaria del país", en sinónimo de la devastación, los
carrobomba, los muertos por doquier, los periodistas perseguidos, los abogados cínicos y
aterrados, los jueces enfrentados al "plata o plomo", las comunidades asoladas por la policía
que mata para prevenir o negar que lo ha hecho? Y en los numerosos niveles del cártel
Medellín o el de Cali participan los dispuestos al nuevo pacto fáustico que bien podría
enunciarse así: "Concédeme, oh narco, las sensaciones ilimitadas a mi alcance, los fragmentos
o los espacios vastos del dinero y la sexualidad frenética; permíteme que cambie mi
expectativa de vida por la orgía de jactancias y miedos, el despilfarro, el alcohol, la droga (si lo
permiten los patrones), el dominio sobre la vida ajena, tan extinguible. A cambio, te daré mi
alma, o su equivalente: la indiferencia ante la posibilidad de morir joven, o de pasarme
encerrado la mayor parte de la vida". Del pacto fáustico se desprenden los sicarios
adolescentes, los matones, los capos y un ser excepcional, en la cumbre del narcotráfico, Pablo
Escobar, nacido en 1949 y acribillado en una persecución el 2 de noviembre de 1993, mientras
huía por los tejados.
Pablo Escobar Gaviria, El Doctor Echavarría, incluye en sus 44 años de trayectoria, la condición
de senador suplente, la responsabilidad de cientos de asesinatos, el control sobre el narco, la
propiedad de la hacienda Nápoles cuyo zoológico contiene hipopótamos y jirafas y en cuyo
portal se exhibió museográficamente la primera avioneta transportadora del primer
cargamento de heroína. Pablo Escobar: el benefactor de los pobres barrios ("En la cumbre de
su esplendor se erigieron altares con su retrato y les pusieron veladoras en las comunas de
Medellín"), el fugitivo por excelencia, el perseguidor por antonomasia, el redactor de textos
precisos, el desconfiado que fue su propio jefe militar, su propio jefe de seguridad, de
inteligencia y de contrainteligencia. Si alguien —en la época del Clan Ochoa, de Gonzalo
Rodríguez Gacha El Mexicano, de Rodríguez Orejuela— ha encarnado la pesadilla interrumpida
del narco en América Latina es Pablo Escobar, el jefe de los Extraditables, del grupo que quiso
constituirse, con éxito diverso, en un Estado dentro del Estado, en el voraz poder alternativo
de capacidad de compra sólo rivalizada por su despliegue de intimidaciones y ejecuciones.
Pablo Escobar: el gran señor feudal del nuevo medioevo de la droga.
Hasta ahora, lo usual, en la ya abundante literatura sobre el narcotráfico, es detenerse en las
carreras rápidas y omnívoras de los capos, en sus extravagancias, su religiosidad (el otro pacto
fáustico: "Creo devotamente para tener contactos en el Más Allá"), su crueldad extraordinaria.
En Noticia de un secuestro, su magnífico regreso al periodismo, Gabriel García Márquez elige la
perspectiva de las víctimas, de las piezas involuntarias del juego criminal, en la etapa en que
Pablo Escobar encabeza las maniobras para evitar ese infierno del narcotraficante, la
deportación a Estados Unidos, a las celdas de máxima seguridad sin ninguna de las ventajas y
canonjías que la realidad latinoamericana le cede a los delincuentes de pro. (Uno recuerda
inevitablemente a Juan García Abrego, que en la escalerilla del avión resiste, grita, forcejea
hasta lo último, al tanto del fin de sus privilegios, de la deshumanización brutal que le aguarda
a él, que nunca creyó en los derechos humanos de nadie.)
El repertorio de víctimas de Noticia de un secuestro es, en lo básico, uno de clase media alta y
burguesía, sacudida desde los años ochenta por el narcotráfico y obligado, en situaciones
límite, a descubrir los recursos psíquicos de cuya existencia casi nada sabían. Son ellos Maruja
Pachón, publicista y funcionaria cultural, hermana de la viuda de Luis Carlos Galán, el
candidato liberal a la Presidencia de la República asesinado por los Extraditables; Beatriz
Villamizar, su cuñada; Diana Turbay, periodista e hija de un expresidente; Pacho Santos, el hijo
del propietario de El Tiempo; Marina Montoya, de una familia muy conocida en la política y las
finanzas. (Otros secuestrados de menor importancia "logística" son periodistas del grupo de
Diana Turbay.) De golpe, personas con funciones muy delimitadas en la sociedad, se vuelven
rehenes de una operación macabra, del forcejeo entre el gobierno, presionado por la vastedad
delincuencial y por Estados Unidos, y los Extraditables, que tienen siempre a su favor las
legiones atraídas por su poder de compra. Sujetos a tensiones bárbaras, convencidos de la
importancia frenética de cada día, los secuestrados ven transcurrir semanas y meses en
cuartuchos sin iluminación, con permiso restringido para ir al baño, en el hacinamiento y el
susurro, en la observación compulsiva (cuando se les permite) de la televisión y sus mensajes
ocultos, en la lectura ansiosa de periódicos y libros —en una gama que va de Milan Kundera a
Corín Tellado—, forzados a resolver crucigramas, exasperados al saberse en jaulas, en el gran
zoológico selectivo construido por la industria del secuestro. Cuenta García Márquez una
reacción de Maruja: "Ella se enfureció. Había captado muchas veces los recados mentales que
Villamizar le mandaba desde su terraza, y le contestaba con toda el alma: `Sáqueme de aquí,
que ya no sé ni quién soy después de tantos meses de no mirarme en un espejo'"... Y al lado
de ellos, los "secuestrados consortes", por así decirlo, los maridos, los hijos, los padres,
desintegrados en la angustia, integrados en la necesidad de liberarlos.
García Márquez examinó el material escrito en el cautiverio, habló con los protagonistas, revisó
la información y obtuvo del conjunto un acercamiento a lo real monstruoso: a la sociedad a
merced de la otra macroeconomía, del otro esplendor del capitalismo salvaje: "Una droga más
dañina que las mal llamadas heroicas se introdujo en la cultura nacional: el dinero fácil.
Prosperó la idea de que la ley es el mayor obstáculo para la felicidad, que de nada sirve
aprender a leer y escribir, que se vive mejor y más seguro como delincuente que como gente
de bien. En síntesis, el estado de perversión social propio de toda guerra larvada". Así es sin
duda, pero se trata sólo una inversión de términos en relación a la etapa anterior, de metas
también clarificadas: se vive mejor y más seguro como delincuente que se hace pasar por
estadista y financiero y gente de bien que como trabajador honesto. Gracias a la imitación de
la élite penetró con facilidad el narco en Latinoamérica. No fue el triunfo del mal sobre el bien,
sino la convicción en grupos populares que debían unirse al mal porque el bien practicado por
sus padres de nada les había servido. García Márquez refiere la psicología de los sicarios: "La
condición común era el fatalismo absoluto... Las disculpas que se daban a sí mismos por su
oficio abominable era ayudar a su familia, comprar buena ropa, tener motocicletas, y velar por
la felicidad de la madre, que adoraban por encima de todo y por lo cual estaban dispuestos a
morir. Vivían aferrados al mismo Divino niño y la misma María Auxiliadora de sus secuestrados.
Les rezaban a diario para implorar su protección y su misericordia, con una devoción
pervertida, pues les ofrecían mandas y sacrificios para que los ayudaran en el éxito de sus
crímenes". Y refiere una escena portentosa, la visita del confuso y valeroso sacerdote García
Herreros a Pablo Escobar, para pactar su sometimiento, su entrega a la justicia, y la
despedida:

NOTICIA DE UN SECUESTRO
Introducción
Noticia de un secuestro, tiene por autor al reconocido autor colombiano Gabriel García Márquez.
Este relata el drama de un secuestro colectivo de 10 personas que fue ejecutado por una misma 
empresa y un mismo objetivo.
Noticia de un secuestro me pareció una obra digna de leer, ya que relata muy bien y con 
información de primera mano lo que sucedió realmente en Colombia acerca del terrorismo 
tomando como personajes a diez personas secuestradas en respuesta del inconformismo de los 
narcotraficantes con el ante la inminente extradición que se les venia encima.
Lo que pretendían los narcos liderados por Pablo Escobar era presionar a el estado para que 
aboliera la extradición.
Mi opinión personal de la obra es que esta es absolutamente excelente; el como maneja los 
términos para poder narrar y construir a su vez una historia fascinante con todas las 
personalidades del país como protagonistas de ella. El escritor recaudó datos platicando con ellos  
y manteniendo se en permanente contacto con el presidente Gaviria, por lo que nos describe muy 
vívidamente sus pensamientos y sentimientos para plasmarlos en la obra. El relato es 
completamente diferente a lo que el acostumbra a escribir, pero también aquí se exponen sus 
características únicas de Gabo; una cierta anticipación de los hechos, las escenas videntes y por su 
puesto su estilo característico de filosofar.
Así pues que esta sea como una invitación a leer esta gran obra de este digno representante de la 
literatura colombiana sobre todo para conocer de la historia del narcotráfico, sus inicios, 
trascendencias y consecuencias que por vida nos deja como legado infortunado.
Ensayo
El retener a una persona para exigir algo es para mi algo demasiado bajo, mas internacionalmente 
conocido como secuestro fue la herramienta usada por los narcotraficantes para presionar al 
gobierno de abolir el proyecto de extradición encabezado por el entonces presidente Julio Cesar 
Turbay.
Noticia de un secuestro narra lo que fue el cautiverio de 10 personas retenidas por los intereses de 
estos terroristas,
El libro tiene un único objetivo de guerra, la cual era el miedo de algunos narcotraficantes a la 
extradición puesta por el entonces presidente Julio Cesar Turbay, donde por primera vez se acordó  
la extradición entre países como Estados unidos principalmente.
El miedo continuó bajo el gobierno de Belisario Betancourt,
El cual la aplicó por la causa del asesinato de Lara Bonilla,
Ante esto los terroristas liderados por Pablo Escobar, inician una gran oleada de ataques contra el 
estado y los medios.
Concluyeron que se sentían mas seguros en Colombia decidieron entregarse a la justicia 
sometiéndose entonces a un proceso para pagar su pena en Colombia por que ellos preferían mil 
veces estar en Colombia que en estados unidos como Así lo indica la frase: “preferimos una tumba 
en Colombia que una celda en EE.UU.” que fue lo que dijeron apenas les dijeron que los iban a 
extraditar cuando Cesar Gaviria se montara a la presidencia, ya que defendía la extradición como 
un elemento fundamental para derrotar al terrorismo.
El 5 de septiembre de 1990, aprobado el decreto 2047 que planteaba que si confesaba no podrían 
ser extraditados y que si además colaboraban con la justicia se acogerían a la rebaja de penas, 
mas de uno se entregó. Pablo Escobar por su parte pidió la no extradición incondicional y 
protección para sus familias. Para lograrlo emprendió una ola de secuestros para presionar al 
estado.
La historia comienza cuando Pablo secuestra a Maruja y marina que para mi son los personajes 
mas importantes o ejes del escrito, también describe a sus captores; jóvenes, algo brutales fruto de 
su miedo, otros enérgicos pero accesibles, sabían que iban a morir jóvenes, la disculpa de estar en 
ese abominable trabajo era que tenían que sostener a su familia, comprar buna ropa, motocicletas 
etc. Vivian aferrados al divino niño o de la virgen para poder hacer sus cosas. 
También nos dice que pensaban sus familiares y sus gestiones para su liberación así como también 
su desesperación, angustia, impotencia y tensión en la que se mantenían durante su cautiverio, 
como también lograron muchas cosas juntos como:
Su gestión para que en los noticieros iniciaran con las fotos de los secuestrados, en los periódicos, 
etc.
La época de Pablo Escobar fue símbolo de devastación física y moral, que como lo muestra Gabriel 
García Márquez, nos redujo de bien la condición de víctimas en unos casos, o de asolados 
espectadores en otros.
En cierta forma la obra representa la realidad para los extranjeros que alejados de lo que ocurre 
ignoran nuestro gran problema generado por el narcotráfico, además que la obra es como recibir 
de desprevenido algo con tanta crudeza y de pronto caer en cuenta de que la Colombia rica en 
flora, fauna, mujeres lindas y aparentemente perfecta estaba llena de problemas internos tan graves 
que después se tornaría en un problema de orden internacional que hasta a EE.UU. no ha podido 
controlar. 
Desde el punto de vista colombiano que padeció y aún padece la dura y penosa realidad en la que 
nos ha sumido el narcotráfico y la inmensa gama de delitos conexos que vienen con el, así que la 
lectura es como hurgar en viejas heridas que aún se lamen con inmenso dolor. Pero que se podía  
esperar de esta sociedad y este mundo sórdido y ambicioso, secuela de un sistema donde el que más 
tenga es el que manda y manipula a los demás a su antojo.
Una cosa que me gusto mucho del libro es que aparecen muchas reflexiones, que lo que hacen es 
tener un mayor contacto con el lector y muchísima mas información; causando a medida de el 
avance cada vez mas interés por seguir leyendo. Las frases más destacadas para mi son:
“preferimos una tumba en Colombia a una celda en EE.UU.” para mi es muy significativa por que 
expresa el miedo de los narcotraficantes ante la posibilidad de la extradición hacia una celda en 
EE.UU. y seguramente un futuro no muy deseado por el resto de la vida.
“las cosas que le interesan a la gente terminan por imponerse a las cosas que le interesan al 
gobierno”.
Esta expresión la utilizaban ellos cuando hacían campañas para tratar de convencer a la gente de 
lo que hacían y cuando se refiere a los intereses de la gente se refería a que si les ofrecían dinero 
no se opondrían.
“la droga es mas dañina que el dinero fácil”; esta frase se refiere a la adicción y la influencia de la 
droga en la vida de las personas, por que adicción a las drogas no se quita fácilmente y hasta es 
probable que la tenga toda la vida y el se enriquecida a causa de esta necesidad, entre mas gente 
consumiera mas dinero obtenía; el dinero fácil es también una adicción por que uno siempre quiere 
mas dinero entre mas consigue.
En conclusión el libro me pareció una obra digna de un maestro como lo es Gabriel García 
Márquez y por supuesto una historia auténtica colombiana que muestra la realidad del origen de 
las drogas y la fama de Colombia por ellas.
Biografía
Gabriel García Márquez
(1928­ ), escritor, periodista y premio Nóbel colombiano, considerado una de las figuras más 
representativas de la narrativa del siglo XX.
Nacido en Aracataca (departamento de Magdalena), muy pronto su familia abandonó esta 
población atlántica para trasladarse a Bogotá. Allí se formó inicialmente en el terreno del 
periodismo, aunque también estudió derecho. A mediados de la década de 1940 comenzó a publicar  
en varios periódicos sus primeros artículos, cuentos y crónicas de cine; en 1946 trabajó como 
redactor de El Universal, periódico de Cartagena de Indias; entre 1948 y 1952 en El Heraldo de 
Barranquilla y a partir de 1952 en El Espectador de Bogotá. Entre 1959 y 1961 fue representante 
de la agencia cubana de noticias La Prensa en Bogotá, La Habana y Nueva York. Debido a sus 
ideas políticas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo 
Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y 
España.
El compromiso político de García Márquez está integrado en su obra y se originó en el marco 
histórico de la Colombia del Bogotazo y todo el periodo de violencia que le siguió. Como otros  
escritores del boom de la Literatura latinoamericana defendió la Revolución Cubana pero, a 
diferencia de muchos de ellos, continúa apoyando a Fidel Castro y mantiene polémicas en la prensa 
y en encuentros con otros escritores sobre la actual situación de ese país, especialmente en lo que 
respecta a los derechos humanos.

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