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COMPETENCIA 230101013
APRENDIZ
Es un derivado del tejido conectivo, formado por una fase intercelular líquida
llamada plasma y una fase sólida de elementos celulares (glóbulos rojos y
glóbulos blancos) y no celulares (plaquetas). Todos los componentes de la
sangre deben tener una concentración óptima para que los procesos biológicos
puedan llevarse a cabo de manera eficiente. Cualquier alteración manifiesta en
alguno de ellos provoca diversas anomalías, como mal funcionamiento de
algún órgano o estructura corporal o enfermedades de variada etiología.
La sangre utiliza el sistema cardiovascular para llegar a las partes más íntimas
del organismo, asegurando un riego permanente a los tejidos, permitiendo
innumerables reacciones bioquímicas y brindando un aporte constante de
sustancias indispensables para las células, para la vida.
HEMATOPOYESIS
Es el proceso en donde se produce la formación, el desarrollo y la maduración
de los eritrocitos, leucocitos y trombocitos a partir de una célula madre
hematopoyética. En las primeras semanas de la gestación, dichas células
madres están en el saco vitelino. Alrededor del tercer mes migran hacia el
hígado y más tarde al bazo, lugares en donde continúa con la actividad
hematopoyética. Hacia el nacimiento, cesa la actividad en ambos órganos y es
reemplazada por la médula ósea.
La médula ósea ocupa las cavidades que hay dentro de los huesos. Hay dos
tipos de médula ósea.
Al nacimiento, los huesos están ocupados solamente por médula ósea roja. A
medida que el individuo crece, parte de ella es reemplazada por médula ósea
amarilla. En los adultos, la médula ósea roja está presente en los huesos
planos y en los extremos (epífisis) de los huesos largos como el fémur, el
húmero y la tibia, entre otros. También en las vértebras, en las costillas y en el
esternón. La médula amarilla, sin actividad hematopoyética, se ubica hacia la
zona media (diáfisis) de los huesos largos, donde se deposita abundante tejido
graso.
Composición del tejido sanguíneo
GLÓBULOS ROJOS
Son células aplanadas que tienen una coloración amarillo verdosa en los
preparados frescos, pero una vez teñidos con los colorantes habituales
adquieren un color rosado.
HEMOGLOBINA
La principal función de esta proteína es el transporte de oxígeno a todas las
células del cuerpo. Tras el intercambio gaseoso realizado en los alvéolos
pulmonares (hematosis), el 95-97% del oxígeno se une al grupo “hemo” de la
hemoglobina (oxihemoglobina), mientras que el resto circula disuelto en el
plasma. La tasa de hemoglobina en sangre determina la cantidad de oxígeno
que puede transportarse.
La afinidad que tiene el dióxido de carbono para unirse a la hemoglobina es
200 veces mayor que la que posee el oxígeno. Es por ello que los individuos
que permanecen en lugares muy reducidos y sin ventilación sufren signos de
fatiga, a pesar de la gran diferencia a favor del oxígeno (21%) sobre el dióxido
de carbono (0,03%) que hay en el aire atmosférico.
La destrucción de la hemoglobina se produce en el bazo, por la ruptura del
enlace entre el grupo hemo y la globina. Luego se divide el grupo hemo y se
obtiene hierro y el compuesto protoporfirina. Tanto la globina como el hierro
vuelven a ser utilizados por el organismo para la elaboración de otras
sustancias o bien en la formación de nuevos eritrocitos. La protoporfirina se
transforma en biliverdina y luego en bilirrubina, que llega al hígado por vía
sanguínea para ser eliminada a través de la bilis.
GLÓBULOS BLANCOS
A diferencia de los eritrocitos, los glóbulos blancos o leucocitos son células de
la sangre que poseen núcleo, mitocondrias y demás organelas. Además,
carecen de pigmento en su interior.
Los leucocitos tienen la propiedad de poder abandonar los capilares
sanguíneos (diapédesis) para establecer un estrecho contacto con los tejidos
corporales. Para ello, disponen de un mecanismo que prolonga su citoplasma a
manera de seudópodos.
El tiempo de vida circulante puede ser de horas, meses o años, según el caso.
Se forman en la médula ósea y en el tejido linfático.
El tamaño de los leucocitos varía entre 6 y 15 micras de diámetro y se
clasifican en polimorfonucleares (núcleos con diferentes formas) y
monomorfonucleares (núcleos bien definidos). La relación leucocito-eritrocito es
de 1:800. La cantidad normal de leucocitos en los humanos es de 6000 a
10000 por cada milímetro cúbico de sangre. Un aumento de glóbulos blancos
por encima de los valores señalados se denomina leucocitosis y una
disminución leucopenia.
LEUCOCITOS POLIMORFONUCLEARES
Así como la piel constituye la primera barrera de defensa del organismo ante la
entrada de diversas noxas, los polimorfonucleares brindan una segunda
barrera defensiva, toda vez que la piel y sus glándulas son vencidas por
agentes patógenos. Los leucocitos polimorfonucleares son también conocidos
con el nombre de “granulocitos”, ya que en el citoplasma presentan numerosos
gránulos. Son polimorfonucleares por tener un núcleo lobulado que adopta
diversas formas. Existen tres tipos de leucocitos polimorfonucleares,
los neutrófilos, eosinófilos y basófilos, distinguibles de acuerdo a la coloración
que toman los gránulos al teñirse las muestras con soluciones de azul de
metileno y de eosina u otros colorantes. Los granulocitos polimorfonucleares se
originan en la médula ósea.
-Polimorfonucleares neutrófilos
Se caracterizan por tener un núcleo alargado y polimorfo. Los neutrófilos más
jóvenes tienen el núcleo en forma de herradura, y a medida que envejecen
adoptan una forma segmentada. Tienen un diámetro de 10-14 micras y gran
capacidad fagocítica. Sus movimientos ameboides lo facultan para abandonar
los capilares sanguíneos. Los gránulos citoplasmáticos poseen abundantes
enzimas lisosómicas capaces de fagocitar elementos extraños y
microorganismos. Por otra parte, tienen la capacidad para responder a
sustancias químicas (quimiotaxis) producidas por las células de los tejidos
dañados. Tras la destrucción de los agentes patógenos, los leucocitos
neutrófilos mueren y son eliminados, formándose el pus. En los preparados
teñidos se observa el núcleo de coloración púrpura y las granulaciones de color
pardo.
Los granulocitos neutrófilos son los glóbulos blancos más numerosos, ya que
representan un 60-70% del total de glóbulos blancos. Tienen una vida media en
la circulación de 7-10 días. Además de su función fagocítica intervienen en los
procesos inflamatorios.
El aumento de neutrófilos sobre los valores normales (mayor a 7000 por
milímetro cúbico de sangre) se denomina neutrofilia, hecho frecuente ante
procesos infecciosos, en inflamaciones, ante graves quemaduras y en el curso
postoperatorio, entre otras causas. Una disminución en el número de los
leucocitos neutrófilos (menos de 3500 por milímetro cúbico de sangre) es
sinónimo de neutropenia, situación que puede darse en tratamientos
quimioterápicos y de radiación contra el cáncer. Esto predispone a todo tipo de
infecciones.
-Polimorfonucleares eosinófilos
Se originan en la médula ósea. Tiene un núcleo bilobulado y su diámetro es de
10-14 micras. Los gránulos citoplasmáticos son grandes y numerosos, y se
tiñen de color rojizo con el colorante de May Grunwald - Giemsa. La tasa de
eosinófilos es del 1-5%, por lo que su cantidad es de 100-500 eosinófilos por
cada milímetro cúbico de sangre.
Los granulocitos eosinófilos tienen por función la fagocitosis utilizando la
quimiotaxis, es decir, mediante movimientos ameboides que se dirigen a
determinadas sustancias químicas del entorno, como la histamina, por ejemplo.
Es así que los eosinófilos pueden regular las reacciones alérgicas y de
hipersensibilidad neutralizando la histamina, gracias a la enzima histaminasa
que contiene en sus gránulos. El aumento de eosinófilos en sangre se
denomina eosinofilia, presente ante cuadros alérgicos y parasitosis masivas.
Su descenso, o eosinopenia, se produce ante estrés agudo y en los
tratamientos sostenidos con drogas corticosteroides.
-Polimorfonucleares basófilos
Se originan en la médula ósea, igual que los anteriores granulocitos. Los
polimorfonucleares basófilos son los más escasos de todas las células blancas,
ya que ocupan un 0,5% del total, es decir, unos 10-50 por cada milímetro
cúbico de sangre. Tienen un diámetro de 10-12 micras y sus gránulos se tiñen
de color azul oscuro con hematoxilina-eosina. El núcleo tiene una forma
parecida a la letra S.
Los basófilos son las células con menor movilidad y capacidad fagocítica de
todos los polimorfonucleares. Contiene grandes cantidades de histamina y
heparina. Participa en reacciones inmunitarias mediante liberación de histamina
y otras sustancias químicas. Se sospecha que los basófilos evitan la
coagulación sanguínea dentro de las arterias y las venas.
LEUCOCITOS MONOMORFONUCLEARES
Esta clase de glóbulos blancos establecen la tercera barrera de defensa del
organismo. Son células agranulocíticas, ya que carecen de gránulos en el
citoplasma. Poseen un núcleo sin lobulaciones que los diferencia de los
polimorfonucleares. Los glóbulos blancos monomorfonucleares están
representados por los monocitos (o macrófagos) y los linfocitos.
-Monocitos o macrófagos
Son células grandes, con un diámetro de 15-20 micrones. El núcleo, que es
grande y tiene forma de riñón, se tiñe de color violeta con los colorantes
habituales, mientras que el citoplasma se visualiza de color gris azulado. Son
estructuras muy móviles, con capacidad de quimiotaxis. Representan el 4-8%
del total de glóbulos blancos circulantes.
-Linfocitos
Se originan en la médula ósea y maduran en los ganglios linfáticos (linfocitos B)
y en el timo (linfocitos T). Son las células más pequeñas de la serie blanca, con
un diámetro entre 7-12 micras. Ocupan entre el 30 y el 40% de los leucocitos,
siendo su valor absoluto de 1500-4000 por milímetro cúbico de sangre. El
núcleo se tiñe de color violeta y el citoplasma de azul grisáceo con los
colorantes habituales. Los linfocitos producen anticuerpos y destruyen células
anormales y tumorales. Además, son responsables del rechazo de órganos que
han sido trasplantados.
Los linfocitos B son los encargados de la producción de anticuerpos toda vez
que están en contacto con un determinado antígeno. Un antígeno es un
elemento extraño para el organismo con la capacidad de generar anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas (inmunoglobulinas) que se adhieren a los
microorganismos infecciosos. De esta manera, cooperan con el resto de los
glóbulos blancos que ubican a los invasores para su rápida destrucción.
HEMOGRAMA
Es un análisis que se realiza en la sangre para determinar el número, la
proporción y las distintas variaciones de sus componentes celulares y no
celulares.
Es un estudio de rutina, un aporte complementario en la clínica médica que
proporciona datos que son esenciales para la identificación de varias
situaciones patológicas. Además de brindar un panorama sobre el estado
actual de salud, el hemograma permite emitir diagnósticos diferenciales, da
una orientación para la emisión de un pronóstico y ayuda a evaluar los
resultados del tratamiento de algunas enfermedades.
COAGULACIÓN DE LA SANGRE
En condiciones normales, toda vez que se presenta una hemorragia entra en
acción un proceso denominado coagulación, que actúa como un factor de
protección del organismo. Al producirse una herida, los vasos lesionados se
contraen para evitar mayores pérdidas de sangre y se ponen en marcha
numerosos y complejos mecanismos, en donde el fibrinógeno (proteína soluble
del plasma) se transforma en fibrina (insoluble). Además, las plaquetas se
adhieren al endotelio lesionado con el fin de ocluir la pared capilar y dejan en
libertad factores necesarios para la coagulación, mientras que otros
trombocitos obturan el o los vasos lesionados. La coagulación no es más que
un proceso donde la sangre pasa del estado líquido a la consistencia de un gel,
para luego solidificarse.
TIEMPO DE SANGRÍA
Es el tiempo que demora en cesar una hemorragia provocada de manera
artificial. Es una prueba que se realiza cuando se sospecha algún trastorno en
la coagulación de la sangre o en individuos que serán sometidos a
intervenciones quirúrgicas con posibilidad de ulteriores cuadros hemorrágicos.
La prueba se hace en el antebrazo, previa antisepsia de la zona. Con una
lanceta se perfora la piel unos milímetros y, cada 30 segundos, se seca la
herida con un papel de filtro, sin tocar los bordes de la incisión para no interferir
el taponamiento plaquetario. El valor normal del tiempo de sangría se ubica
entre 1 y 9 minutos en la especie humana, lapso en que cesa la hemorragia.
HEMORRAGIA
Internas
Dentro del cuerpo, cuando la sangre se filtra desde los vasos sanguíneos u
órganos.
Externas
Es la hemorragia producida por ruptura de vasos sanguíneos a través de la
piel.
a) Arterial.
b) Venosa.
c) Capilar.
Heridas superficiales
Afectan sólo a la piel o a los tejidos subyacentes (erosiones, cortes).
Son leves, pero pueden producir un sangrado persistente, por lo que hay que
limpiarlas y desinfectarlas:
Lavar la herida con agua corriente y jabón para quitarle las impurezas
(grava, arena, polvo).
Frotarla suavemente desde el centro hacia la periferia, con compresas
de gasa estériles y un antiséptico.
Presionar firmemente sobre la herida con una compresa y mantener la
presión durante 5 a 15 minutos.
Colocar una gasa y sujetarla con una cinta adhesiva.
Aunque se trate de un corte pequeño, es imprescindible comprobar que el
herido está correctamente vacunado contra el tétanos.
Finalmente, hay que tener en cuenta que una herida superficial en ciertas
ocasiones también puede precisar sutura.
Heridas profundas
Afectan a arterias, vísceras y nervios, y provocan una hemorragia abundante.
Si la pérdida de sangre es superior a un litro, puede producirse un estado de
shock. Para cortar una hemorragia abundante se emplean las dos siguientes
técnicas: la presión local sobre la herida y la compresión a distancia sobre la
arteria que irriga la zona afectada.
En las hemorragias del muslo: presionar con el puño sobre la arteria femoral
(en el muslo), en el centro del pliegue de la ingle.
Amputaciones
La hemorragia debe detenerse ejerciendo presión con un apósito sobre el
muñón. La parte amputada se envuelve rápidamente en una tela limpia y se
coloca en una bolsa de plástico; ésta, a su vez, se introduce en un recipiente
lleno de hielo. Así podrá ser reimplantada quirúrgicamente.
- Shock
- Debilitamiento agudo
- Muerte
Por ser la hemorragia arterial, la más grave de todas, se le dará una atención
primordial. La hemorragia arterial se puede controlar de tres formas, que se
señalan a continuación:
El Torniquete.
Se usa sólo en amputaciones graves, y se confecciona de la siguiente manera.
¿Cómo se usa el torniquete?
Se puede utilizar en brazos y piernas cuando el paciente presenta
amputaciones, especialmente a la altura del codo o rodilla.
El torniquete va ubicado entre el corazón y la herida. El objeto duro presiona la
arteria en el punto superior de la hemorragia, enseguida sin retirar dicho objeto,
se envuelve en una tira ancha de tela y se retuerce con la varilla hasta que la
hemorragia se detenga.
La hemorragia por la boca proviene casi siempre del pulmón o del estómago.
La hemoptisis es de color rojo vivo, con abundante espuma, sin restos
alimenticios, expulsada a golpe de tos, sin vértigo ni pérdida del sentido. Por su
parte, la hematemesis o hemorragia de procedencia estomacal se distingue por
el color rojo negruzco de la sangre, acompañada de residuos de alimentos,
vómitos, mareo y supresión del conocimiento.
Cuando se produce una hemorragia por la nariz, hay que sentarse, inclinar la
cabeza hacia delante y pinzar la nariz durante 10 minutos. Puede aplicarse una
pomada coagulante o bien puede taponarse el interior de la nariz con gasas.
No debe levantarse la cabeza mientras dure la hemorragia. Cuando ésta ceda,
no tocarse la nariz ni sonarse. Si dura más de 20 minutos, es preciso consultar
con el médico.
La hemorragia por el oído puede ser el síntoma de una fractura del cráneo.
Arma blanca
Las armas blancas son agentes vulnerantes constituidos por un mango y una
hoja en forma de punta con bordes afilados o romos. Se clasifican en función
del tipo de herida que provocan: punzantes, contundentes, cortantes,
punzocortantes, punzocontundentes y cortocontundentes.
Armas punzantes
Son instrumentos largos, puntiagudos y más o menos delgados, características
compartidas por punzones, estiletes, leznas, picahielos y otros. El elemento
punzante atraviesa por compresión o impacto y de forma irregular la piel y los
tejidos subcutáneos. Suele infectar la herida por no hallarse esterilizado. La
gravedad de la lesión depende de la profundidad alcanzada por el arma y la
víscera afectada. También puede existir fractura de huesos menores. Las
heridas producidas por las armas punzantes pueden ser confundidas con el
orificio de entrada de una bala de pequeño calibre, debido a la escoriación y
equimosis de los bordes lesionados de la piel. Cuando la agresión se realiza en
el abdomen, la zona cutánea y subcutánea alrededor de la herida se hunde por
el denominado "efecto acordeón".
Armas contundentes
Son instrumentos de bordes romos, entre los cuales podemos citar los de
origen natural (puños, cabeza, codos, rodillas, pies, dientes, uñas); eventuales
(estacas, palos, bastones, piedras) y artificiales (mazas, garrotes, martillos,
porras, cadenas, puños americanos). El suelo, las paredes y los objetos de
superficie dura también son instrumentos contundentes. Entre las heridas
contusas caben destacan las siguientes: hematomas, chichones, contusiones,
escoriaciones (heridas superficiales en la dermis), erosiones (heridas profundas
en la epidermis). Las heridas de bala se consideran contusas.
Armas cortantes
Son instrumentos, cuya hoja dispone de uno o más filos capaces de seccionar
por deslizamiento. Producen una herida nítida en la piel y tejido subcutáneo.
Entre los mismos podemos enumerar: cuchillos, machetes, navajas, hojas de
afeitar, cristales y otros. Las heridas por instrumentos cortantes no
acostumbran a infectarse porque sus bordes son netos y regulares. Las
dimensiones de las heridas guardan relación con la fuerza empleada por el
agresor. Suelen ocasionar grandes hemorragias. Las personas muertas por
arma cortante suelen encontrarse en medio de un charco de sangre. La huella
del arma es una escoriación alargada o curva porque la penetración rara vez se
hace en perpendicular al cuerpo. Cuando el arma cortante interfiere un tendón
se produce una parálisis en la zona afectada.
Armas punzocortantes
Son instrumentos de doble uso. Cuchillos, navajas, tijeras, puñales o dagas
pertenecen a este grupo de armas. La importancia de las heridas depende de
la profundidad del órgano o tejido insertados. Las armas punzocortantes
pueden ocasionar el tétanos por hallarse oxidadas. Un signo de peligrosidad
criminal consiste en desplazar el instrumento en cualquier dirección una vez ha
penetrado en el cuerpo. Esta maniobra provoca heridas adicionales de mucha
gravedad. No debe confundirse con las lesiones entrecruzadas de dos
agresiones consecutivas e independientes: dos cuchilladas idénticas en la
misma zona, por ejemplo.
Armas punzocontundentes
Son instrumentos con cuerpo de hierro o acero, puntiagudos y de bordes romos
como los picos y alcotanas. Originan lesiones por impacto o compresión de la
piel, muy graves cuando son utilizados con fuerza. Generalmente, estas armas
son abandonadas por los autores de las agresiones.
Armas cortocontundentes
Son instrumentos compuestos de un mango de madera o metálico y hoja de
bordes afilados o no. Las hachas, machetes, sables o espadas son las armas
más conocidas en esta clase. Además de cortar pueden originar fracturas
debido a su gran peso. La herida de un golpe de hacha se confunde a veces
con una lesión contusa.
CONSIDERACIONES GENERALES ANTE UNA HEMORRAGIA
Aunque las heridas por punción no suelen sangrar mucho, traen consigo un
alto riesgo de infección. Busque atención médica para prevenir el tétanos u otra
infección.
Las heridas abdominales o torácicas pueden ser muy serias debido a la
posibilidad de hemorragia interna grave. Estas heridas pueden no lucir muy
serias, pero pueden causar shock. Busque asistencia médica inmediata para
cualquier herida abdominal o torácica. Si los órganos aparecen a través de la
herida, no trate de reubicarlos en su lugar. Cubra la herida con un trozo de tela
humedecida o una venda y aplique sólo una presión muy suave para detener el
sangrado.
Causas
El sangrado puede ser causado por lesiones o puede ocurrir espontáneamente.
El sangrado espontáneo por lo general es ocasionado por problemas con las
articulaciones o los tractos gastrointestinal o urogenital.
Síntomas
Sangre que proviene de una herida abierta
Hematomas
Shock, que puede causar cualquiera de los siguientes síntomas:
Primeros auxilios
Los primeros auxilios son apropiados para el sangrado externo, pero si hay un
sangrado severo o si se sospecha de una hemorragia interna, ¡consiga ayuda
médica inmediatamente!
No se debe
NO aplique un torniquete para controlar el sangrado, excepto como
último recurso, pues hacerlo puede causar más mal que bien. Un
torniquete sólo se debe usar en una situación potencialmente mortal y lo
debe aplicar una persona que tenga experiencia.
NO eche una ojeada a la herida para ver si el sangrado se detuvo.
Cuanto menos moleste la herida, mayor será la probabilidad de que
pueda controlar el sangrado.
NO hurgue una herida ni hale un objeto incrustado en ella, pues esto
generalmente provoca más sangrado y daño.
NO retire un apósito si está empapado en sangre. En vez de esto,
coloque un nuevo vendaje encima.
NO trate de limpiar una herida grande, ya que esto puede causar un
sangrado más profuso.
NO intente limpiar una herida una vez controlado el sangrado. Consiga
ayuda médica.
HEMORRAGIA CEREBRAL
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR
Es una enfermedad aguda que se produce cuando el cerebro es privado
súbitamente de flujo sanguíneo y por ende de oxígeno, alterándose su normal
funcionamiento. El accidente cerebro vascular también es conocido con los
nombres de ictus cerebral, embolia cerebral, trombosis cerebral, hemorragia
cerebral y apoplejía.
El accidente cerebrovascular provoca una sintomatología que varía de acuerdo
a la zona del cerebro afectada. Puede clasificarse en isquémico, cuando un
coágulo obstruye un vaso sanguíneo hacia el cerebro o hemorrágico, cuando
un vaso se lesiona y se derrama la sangre en el interior del cerebro.
Signos y Síntomas
Son variables, y se diferencian según sea la zona cerebral lesionada. Los
síntomas aparecen de repente y sin previo aviso, pudiendo presentarse:
Pérdida del conocimiento
Incoordinación
Estado de coma
Somnolencia
Náuseas y vómitos
Mareos
Pérdida del equilibrio y de la coordinación
Dificultad para hablar, leer o escribir
Cambios o pérdida de la visión
Debilidad general
En Colombia, fallecen por trauma 127 personas por 100.00 habitantes de los
cuales 69.8% son causados por homicidios.
La mortalidad en pacientes con politraumatismos y trauma craneoencefálico es
de 18.2% y de solo 6.1% en pacientes con politraumatismos sin trauma
craneoencefálico.
Los pacientes con traumatismos, que además han ingerido alcohol, presentan
mayores lesiones, y la mortalidad aumenta (13.3%) en comparación con los
que no lo han ingerido 2.3%.
El desarrollo de los diferentes tipos de lesión cerebral tiene mucho que ver
con la forma como se alteran el cráneo, el cerebro y los vasos con el impacto y
con las fuerzas que se producen; la fuerza dinámica es la que sufre la cabeza
con mayor frecuencia y es responsable de las lesiones propias del impacto y de
las fuerzas por aceleración (translación, rotación y angulación) que van a
afectar el cerebro y los vasos; el impacto produce cambios de volumen locales
y la onda de presión que dura entre 10 y 50 milisegundos, eleva la presión
intracraneana y altera la barrera hematoencefálica a nivel del tallo cerebral, lo
que a su vez produce las alteraciones neurales observadas durante la
conmoción cerebral, que pueden ser de diferente intensidad, de acuerdo con la
severidad del trauma; además de esto, tanto la aceleración como la
desaceleración, producen fuerzas que pueden ser lineales o rotacionales, y
ocasionan diferentes tipos de lesión en el parénquima cerebral, como
contusiones en los sitios prominentes, donde el encéfalo se golpea contra
superficies óseas, especialmente en los polos frontal, temporal y occipital, y en
la convejidad, tanto como efecto del impacto como por inercia, en el caso del
contragolpe; además, se producen lesiones difusas en línea media por efecto
de inercia, aceleración, tracción y rotación .
P P C = P A M - P I C.
Cuando hay disminución del flujo sanguíneo cerebral (FSC), para mantener la
rata de consumo cerebral de oxígeno (CMRO2) constante, se produce aumento
de la diferencia arteriovenosa de oxígeno; si se disminuye la presión de
perfusión cerebral (PPC), o se aumenta la presión intracraneana (PIC), se
pueden mantener constantes tanto el flujo sanguíneo cerebral (FSC) como la
diferencia arteriovenosa de oxígeno, por medio de alteraciones en la viscosidad
de la sangre, de las necesidades metabólicas del encéfalo o por cambios en el
calibre de las arteriolas cerebrales con diámetro entre 30 y 300 micras.
Lesiones de encéfalo.
Lesiones Primarias Focales
Contusión
Laceración
Lesiones Secundarias
Lesión Isquémica
Hematomas Intracraneanos
Hematomas Extradurales
Hematomas Subdurales:
1. Agudos
2. Crónicos
3. Hematomas Intracerebrales
Heridas penetrantes.
Lesiones vasculares
Arteriales
1. Oclusiones
2. Pseudoaneurismas
Venosas
Mixtas
Fístulas A-V
Lesiones de los nervios craneanos
Edema cerebral
Secuelas.
Precoces
1. Hernia cerebral
2. Infección
Tardías
1. Lesión Isquémica
2. Infecciones
3. Convulsiones
4. Síndrome Post conmocional
5. Cefalea
6. Hidrocefalia
7. Fístula de L.C.R.
HEMOFILIA
Es una enfermedad genética de características hereditables, que provoca
trastornos en la coagulación de la sangre, debido a la falta total o parcial de
proteínas que actúan como factores de dicha coagulación. En consecuencia, al
producirse hemorragias internas y/o externas se ve dificultado en grado
variable el detenimiento de la pérdida de sangre (hemostasia). En condiciones
normales, la sangre contiene fragmentos como las plaquetas y sustancias
proteicas que tienen acción sobre la coagulación. Toda vez que se produce una
herida aparece un sangrado como consecuencia de la rotura de los capilares
sanguíneos. Los vasos dañados se retraen con el fin de evitar mayores
pérdidas de sangre, mientras que se ponen en marcha complejos mecanismos
para detener la hemorragia. La coagulación no es más que un proceso donde
la sangre pasa del estado líquido a la formación de un gel, para luego
transformarse en un coágulo de consistencia sólida. Es así que el fibrinógeno,
proteína soluble en el plasma, sufre cambios químicos y se transforma
en fibrina que es una proteína insoluble. La fibrina se agrupa en forma de redes
o mallas en el endotelio lesionado. Por otro lado, las plaquetas se adhieren a
esas redes de fibrina con el fin de ocluir las paredes capilares, dejando en
libertad factores necesarios para detener la pérdida de sangre.
La coagulación se pone en marcha mediante la acción de una serie de
proteínas denominadas factores de la coagulación. Estos factores son trece,
identificados con números romanos, por ejemplo factor I, factor II, factor III
hasta llegar al factor XIII. Actúan en cadena, es decir, un factor activa al otro,
éste al siguiente y así sucesivamente. Ante la falta de alguno de esos factores,
la reacción en cadena se distorsiona y provoca que la sangre no llegue a
coagularse, o bien que lo haga muy lentamente, con lo cual la hemorragia no
se detiene o tarda mucho en hacerlo.
La hemofilia es una enfermedad genética hereditable ligada al sexo, que se
produce en el cromosoma X por falta de información genética para elaborar del
factor VIII (hemofilia A) o del factor IX (hemofilia B). Los seres humanos tienen
46 cromosomas en el núcleo de cada célula del organismo, dispuestos en 23
pares. En la mujer, uno de esos pares está representado por los cromosomas
XX y en el hombre por el XY. El cromosoma X alberga muchos genes con
características comunes para ambos sexos, entre ellas los factores VIII y IX de
la coagulación.
Como ya se dijo, las mujeres poseen dos copias del cromosoma X (XX) y el
hombre solo una (XY). La mujer portadora de la hemofilia hereda un gen
deficiente de un cromosoma X, pero como posee otro cromosoma X que sí
contiene el gen con los factores ausentes en el cromosoma recesivo, no
manifiesta la enfermedad. Por el contrario, los varones no poseen una copia
que respalde el defecto porque tienen un solo cromosoma, razón por la cual
nacen hemofílicos. La mujer portadora que tenga hijos con un hombre sano
transmite la hemofilia a los varones en un 50% de los casos. Si llega a concebir
hijas mujeres, la mitad puede nacer portadora de la enfermedad y la otra mitad
sana. En el siguiente esquema se detalla lo expuesto, donde X es normal
y X defectuoso.
Cuando el padre es hemofílico y la madre sana, todas las niñas nacerán
portadoras de la enfermedad y todos los varones sanos.
Signos y Síntomas
El signo principal es la hemorragia, tanto externa como interna, accidental o
espontánea. Es común que aparezcan hematomas en diversas áreas
corporales y sangrado continuo luego de heridas leves, en las encías tras el
cambio de dentición y ante extracciones dentales. En determinados casos
puede haber hemorragias nasales difíciles de cohibir, sangre en orina
(hematuria) y/o materia fecal y hemorragias digestivas. Más del 50% de las
complicaciones hemorrágicas ocurren en el interior de las articulaciones de los
hombros, codos, muñecas, caderas, rodillas y tobillos, que están inflamadas y
muy dolorosas. Puede también afectarse el sistema nervioso, los órganos
genitales y los riñones. En los niños, las primeras hemorragias y moretones
aparecen a partir de los dos años, cuando empiezan a movilizarse por sí
mismos.
Debe quedar en claro que los hemofílicos no sangran más rápido que las
personas no hemofílicas, sino que lo hacen durante un tiempo mucho más
prolongado.
Diagnóstico
Se realiza a través de la historia clínica del paciente, por análisis de sangre
para determinar su capacidad para coagular y por medición de los distintos
factores de coagulación. Los resultados obtenidos permiten conocer si la
hemofilia es grave o no y los cuidados a implementar a futuro.
Tratamiento
La hemofilia no tiene cura. El control de las hemorragias varía de acuerdo a su
intensidad y ubicación. En los casos de pequeños hematomas superficiales
suele ser efectiva la aplicación de hielo en la zona. Si el hematoma o moretón
es importante se tiene que aplicar factor de coagulación lo antes posible, hielo
y cremas antiinflamatorias mediante un suave masaje. Ante sospecha de
hemorragia articular se aplica factor de coagulación, hielo en la zona y luego se
inmoviliza con un vendaje no muy apretado. Si el dolor es intenso se puede
tomar un analgésico que no sea acido acetilsalicílico (aspirina), ya que está
totalmente contraindicado este fármaco en hemofílicos porque inhibe la acción
plaquetaria e interfiere la coagulación en caso de sangrados. Si existen
hemorragias graves, la persona tiene que recibir el factor de coagulación en
déficit para detener el sangrado. La dosis a suministrar varía de acuerdo a la
gravedad y al lugar de la hemorragia.
Pronóstico
Actualmente, gran parte de las personas con hemofilia pueden llevar una vida
normal si reciben controles periódicos. La atención con especialistas en
hemofilia que tengan conocimiento de la historia clínica del paciente, el tipo de
factor en déficit, antecedentes hemorrágicos y de transfusiones suelen ser
vitales ante una emergencia. Es de esperar que los avances en ingeniería
genética aporten controles definitivos para la hemofilia dentro de poco tiempo.
SISTEMA EXCRETOR “HEMORRAGIAS”
APARATO YUXTAGLOMERULAR
En algunas áreas de su recorrido, la arteriola aferente (la que penetra en el
glomérulo) se adosa al túbulo contorneado distal. Esto produce una
modificación en las células de ambas estructuras que da lugar al aparato
yuxtaglomerular. Con el nombre de “mácula densa” se conoce a la
modificación celular existente en el túbulo distal.
El trauma cerrado resulta del impacto sobre la pared abdominal; una causa
frecuente es la desaceleración que ocurre en un accidente automovilístico, aun
en las personas que llevan colocado el cinturón de seguridad; una caída de
grandes alturas también produce el mismo efecto de desaceleración.
El trauma cerrado del abdomen puede pasar desapercibido, como ocurre con
relativa frecuencia en aquellos pacientes que han sufrido otro traumatismo
severo, especialmente trauma cráneo-encefálico. Muchas fracturas del
páncreas, un órgano profundo ubicado en el espacio retroperitoneal, tienden a
ser ocultas, aun en los casos en que se realiza un lavado peritoneal, y pueden
tener resultados fatales. Las lesiones del duodeno retroperitoneal también
exhiben la tendencia a manifestarse tardíamente e, igualmente, a no ser
detectadas por el lavado peritoneal.
Las heridas vasculares -aorta, vena cava inferior o sus ramas- también son
causa de desangramiento y de shock profundo.
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