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LAS MISIONES

INDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3
1.1. Qué son las misiones .................................................................................. 3
1.2. Objetivo de las misiones ............................................................................. 4
2. HISTORIA DE LAS MISIONES .......................................................................... 6
2.1. Las Misiones en la edad media ................................................................... 6
2.2. Las Misiones en el Nuevo Mundo ............................................................... 8
3. LAS MISIONES NO CATÓLICAS.................................................................... 12
3.1. Misiones Cristianas ................................................................................... 12
3.2. Misiones Orientales ................................................................................... 13
3.3. Misiones Islámicas .................................................................................... 14
4. LAS MISIONES EN EL MUNDO CONTEMPORANEO .................................... 15
4.1. Nuevo estilo de misión .............................................................................. 16
4.2. Retos ........................................................................................................ 16
4.3. Iglesia del mañana .................................................................................... 16
4.4. Situación de las misiones .......................................................................... 16
5. BIBLIOGRAFIA ............................................................................................... 20

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1. INTRODUCCIÓN
La difusión de un mensaje religioso a través de personas enviadas para convertir a
otros pueblos es un fenómeno común a varias religiones con vocación universal, como
el budismo o el islamismo. Pero posiblemente sea el cristianismo la doctrina que ha
desarrollado esta práctica con mayor intensidad.
Los misioneros cristianos son personas que van a otros lugares para hablar a los
hombres de Jesús, para enseñarles a rezar, para decirles que todos debemos
amarnos y ayudarnos los unos a los otros, para anunciarles la buena nueva: que Dios
nos ama y quiere que todos los hombres se salven.

1.1. Qué son las misiones


La palabra "Misión", proviene del latin “mittere”, que significa enviar. En las Escrituras,
el verbo mittere tiene a menudo el significado de un encargo oficial recibido de Dios
para transmitir sus órdenes a una persona o nación. En el Nuevo Testamento en
particular indica el mandato que Cristo recibió del Padre y a su vez transmitió a los
apóstoles así como la tarea iluminadora y santificadora del Espíritu Santo.

Todo el trabajo que la Iglesia hace para anunciar al mundo el Evangelio, recibe el
nombre de Evangelización. Por eso, la misión de la Iglesia, su esencia misma es
Evangelizar.
Algunos sustituyen el término misión por el de evangelización, si bien no significan
exactamente lo mismo. El término evangelización, comienza a utilizarse en la segunda
mitad del siglo pasado. Se utiliza para indicar el contenido mismo de la misión: el
anuncio de la buena nueva a todos los hombres, especialmente a los no cristianos o a
los que están descristianizados y también el trabajo de catequesis y de formación

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cristiana permanente, que abarca tanto el anuncio de la salvación escatológica como
la proclamación de los derechos del hombre.
El término misión es más específico. Se utiliza particularmente para indicar el envío
por parte de Dios a los hombres con la tarea de llevar el mensaje, dirigido a la
conversión y a la fundación de la Iglesia. Mientras que el término evangelización es
más general, puesto que abarca al de misión pero es mucho más amplio.
Si bien muchas veces se utilizan como sinónimo las palabras "evangelización"
(término que pone énfasis en la predicación del Evangelio) y "misión" (que pone
énfasis en el mandato o envío) es importante distinguir la actividad específicamente
misionera dentro de la obra evangelizadora de la Iglesia.
Un misionero es un cristiano que desea salir de su lugar de residencia con el fin de
ayudar al prójimo y evangelizar a la gente de otros sitios. Normalmente eran monjes
encargados de adentrarse en territorios fuera del control de su religión y fundar
asentamientos denominados misiones. Hoy en día se trata tanto de religiosos como de
laicos, que realizan una verdadera labor de ayuda social hacia los más pobres y
necesitados.
Si bien la misión cristiana es tan antigua como la Iglesia misma, puesto que ambas,
Iglesia y Misión nacen el día de Pentecostés, la palabra misión sólo se generaliza en
los siglos XVI y XVII para designar los “esfuerzos a favor de los no bautizados”.
Anteriormente se designaba con los conceptos "apostolado", "propagacion de la fe",
"propagación de la salvación", "dilatación de la Iglesia", "predicación a los gentiles",
"apostolado", etc.
La actividad misionera a los fieles y a la nueva evangelización de los no practicantes,
se ejerce en territorios y entre grupos humanos bien definidos. Especialmente en Asia,
y en Africa, pero también en América Latina y Oceanía, hay vastas zonas sin
evangelizar. A pueblos enteros y áreas culturales de gran importancia no ha llegado
aún el anuncio evangélico y la presencia de la Iglesia local. Incluso en países
tradicionalmente cristianos hay regiones confiadas al régimen especial de la misión.

1.2. Objetivo de las misiones


Entre las múltiples actividades de las misiones se encuentran: atender leprosarios,
hospitales, hogares para huérfanos y ancianos, dispensarios, colegios, universidades.
Su labor no es fácil, se les presentan muchas dificultades que tienen que vencer para
lograr transmitir la palabra de Dios a los demás.
Los misioneros son personas que van a otros lugares para hablar a los hombres de
Jesús llevándoles el Evangelio.
Existen misioneros por todo el mundo que necesitan de nuestra ayuda espiritual,
humana y material.
La labor de un misionero es muy valiosa.
Las diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión evangelizadora de la
Iglesia nacen de las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla. Mirando al
mundo actual, desde el punto de vista de la evangelización, se pueden distinguir tres
situaciones:
Primera Evangelización ó actividad misionera específica: Es aquella actividad
misionera de la Iglesia que se dirige a pueblos, grupos humanos, contexto
socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, o donde faltan
comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el

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propio ambiente y anunciarla a otros grupos. Es la actividad evangelizadora que se
dirige a "los que todavía no" son cristianos.
Actividad Pastoral: Hay también comunidades cristianas con estructura eclesiales
adecuadas y sólidas; tienen un gran fervor de fe de vida; irradian el testimonio del
Evangelio en su ambiente y sienten el compromiso de la misión universal. En ellas se
desarrolla la actividad o atención pastoral de la Iglesia. Es la actividad evangelizadora
que se dirige a "los que ya" son cristianos. Mientras la Actividad Misionera usa una
metodología de conversión individual, la Actividad Pastoral es más bien grupal o
masiva.
Nueva Evangelización ó Reevangelización: Se da, por último, una situación
intermedia, especial mente en los países de antigua cristiandad, pero a veces también
en las Iglesias más jóvenes, donde grupos enteros de bautizados han perdido el
sentido vivo de la fe o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia,
llevando una existencia alejada de Cristo y de su Evangelio. En este caso es necesaria
una "nueva evangelización" o "reevangelizacion". Es la actividad evangelizadora que
se dirige a "los que ya no" son cristianos.
A partir de estos conceptos precedentemente enunciados se puede aclarar un poco
más la diferencia entre los términos misión y evangelización. Mientras el término
misión se utiliza únicamente para referirse a la actividad de Primera Evangelización y,
en algunos contextos, para la Nueva Evangelización, el término evangelización incluye
a las tres situaciones

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2. HISTORIA DE LAS MISIONES

Cuando Jesucristo encargó a sus discípulos la difusión del Evangelio mediante el


apostolado rompió la tradición judía de exclusivismo religioso. San Pablo acentuó la
tendencia, y el cristianismo dejó de ser una secta más del judaísmo para convertirse
en una fe con vocación universal. Aprovechando la unidad política y cultural del
Imperio romano, la nueva religión se extendió por las riberas del Mediterráneo,
especialmente en su mitad oriental. A pesar de las persecuciones desatadas por
algunos emperadores, el celo de los apóstoles y el ejemplo de los mártires
contribuyeron a su difusión.
En 313, el emperador Constantino decretó la libertad religiosa para los cristianos, que
constituían ya una parte importante de sus súbditos. La nueva Iglesia, reforzada
espiritual y materialmente, atrajo muchos más adeptos y comenzó a organizarse
jerárquicamente. El proceso se aceleró cuando Teodosio impuso el cristianismo como
religión oficial del Imperio (fines del siglo IV).
La Iglesia cristiana tuvo que emprender la evangelización de las masas de fieles
recién bautizados. Pero además del apostolado interno, el cristianismo también se
extendió fuera de las fronteras del Imperio, a veces bajo formas heterodoxas. A fines
del siglo III Armenia se convirtió en el primer país cristiano del mundo. En el siglo IV la
nueva fe llegó a Irlanda, de la mano de San Patricio, y el arriano Ulfilas transmitió sus
creencias a los godos del Danubio, traduciendo la Biblia a su lengua. Los nestorianos,
perseguidos por los emperadores y los cristianos ortodoxos, se extendieron por el
Imperio persa, desde donde alcanzarían la India y China (siglo V).
Cuando el Imperio romano de Occidente cayó ante los bárbaros (siglo V) toda la
cuenca mediterránea era mayoritariamente cristiana, e incluso los nuevos
conquistadores se habían convertido, aunque frecuentemente habían asumido la
herejía arriana.

2.1. Las Misiones en la edad media

A partir del siglo VI se produjo un amplio movimiento misionero en el continente


europeo, que contribuyó a forjar la civilización medieval. Los pioneros fueron los
monjes de la Iglesia céltica irlandesa. Hombres como el abad Columba, Galo, Aidan,
Cuthberto o Columbano extendieron el cristianismo por Escocia, el norte de Inglaterra,
la Galia y Germania, desde monasterios como lona o Lindisfarne.
Mientras tanto, el papa Gregorio Magno (590-604) envió a Agustín de Canterbury a
evangelizar el sur de Inglaterra. Esta primera misión controlada expresamente por
Roma y apoyada por los soberanos anglosajones fue el modelo para el posterior
movimiento misional de la Iglesia católica. Entre sus éxitos destaca el sometimiento de
la Iglesia céltica a la autoridad romana (664). La nueva Iglesia anglosajona continuó la
tradición misionera irlandesa, y San Willibrord evangelizó Frisia, mientras San
Bonifacio extendía el cristianismo en gran parte de Alemania y colaboraba en la
reforma de la Iglesia franca. La coronación imperial de Carlomagno por el papa León
III (800) selló la alianza entre Roma y el poderoso reino franco. La autoridad del

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soberano era sancionada espiritualmente y, a cambio, él se comprometía a defender y
extender la fe. Esta vinculación entre la Iglesia y el poder político se convirtió en una
constante durante siglos, e influyó notablemente en el proceso de difusión del
cristianismo.
Los monjes alemanes evangelizaron Bohemia, Polonia y Hungría en el siglo X.
Normalmente, los esfuerzos misioneros, combinados con los diplomáticos, se dirigían
a los gobernantes, a cuya conversión seguía la de sus súbditos. El mismo sistema se
siguió en la evangelización de Escandinavia (siglos XI-XII). Pero otras veces, la
evangelización se encontraba unida a las campañas militares emprendidas para
someter a los pueblos paganos, como las desarrolladas por los caballeros teutónicos
en las orillas del Báltico (siglo XIII).
La Iglesia del Imperio romano de Oriente también había hecho progresos en la difusión
del cristianismo. Precisamente los conflictos con Roma sobre la jurisdicción sobre los
nuevos pueblos cristianos fueron una de las causas de la ruptura entre ambas mitades
de la cristiandad en 1054. Los hermanos Cirilo y Metodio realizaron una importante
labor de adaptación del cristianismo bizantino a los pueblos eslavos, desarrollando un
alfabeto y una liturgia especiales (siglo IX). En el siglo x los príncipes de Kiev se
convirtieron, favoreciendo la difusión de la nueva fe en Rusia. La cristiandad rusa se
consideró heredera directa de Constantinopla, y su papel fue crucial en el desarrollo y
extensión de la Iglesia ortodoxa.

En extremo Oriente, las misiones nestorianas que, a través de Asia central, llegaban a
China habían logrado establecer florecientes comunidades. Pero carecían de arraigo
popular, y desaparecieron rápidamente ante la persecución de las autoridades (siglo
IX). Entre los siglos XII y XIV se produjo un nuevo movimiento evangelizador en Asia,
esta vez dirigido por Roma y de la mano principalmente de los franciscanos. Pero tras
la caída de la dinastía mongol en China (1368) cesó la protección dispensada a los
cristianos, y la hostilidad musulmana en Asia central puso fin a sus comunidades.
Precisamente la expansión musulmana de los siglos VII y VIII había acabado en gran
parte con las importantes comunidades cristianas de las riberas oriental y meridional
del Mediterráneo. Las relaciones entre el islam y la cristiandad fueron siempre de
oposición. Ante la imposibilidad de la conversión, a pesar de algunos esfuerzos (san
Francisco de Asís, Ramon Llull), los cristianos desarrollaron una mentalidad
combativa. Esta militancia cristiana, especialmente fuerte en la península Ibérica
durante la Reconquista, influyó en la difusión del cristianismo en la Edad Moderna.

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2.2. Las Misiones en el Nuevo Mundo
Los monarcas portugueses y españoles recibieron de los papas la responsabilidad de
evangelizar a los pueblos de sus nuevas posesiones (patronato real). Las órdenes
mendicantes (franciscanos, dominicos, agustinos) fueron las principales encargadas
de esta labor, en la que les acompañarían los jesuitas a partir de 1542. Además de
bautizar a millones de indígenas en América, algunos de estos misioneros, como
Bartolomé de las Casas, lucharon por mejorar sus condiciones de vida y los
protegieron contra los abusos de los colonos. En esa misma línea, misioneros como el
jesuíta Pedro Claver fue conocido sobre todo por su entrega para aliviar el sufrimiento
de los esclavos del puerto negrero de Cartagena de Indias. Otros religiosos procuraron
el desarrollo económico y cultural de los nativos, favoreciendo la sedentarización de
las comunidades nómadas e instruyéndolas en las técnicas agrícolas y artesanales,
como hizo el franciscano Junípero Serra en California.

Sin duda, los asentamientos hispánicos en Estados Unidos son anteriores a los de
otros europeos. Muchos años antes de la llegada de los legendarios "peregrinos" a
este país, ya se había fundado la misión Nombre de Dios, en San Agustín, Florida, en
1565, dirigida por misioneros franciscanos procedentes de España.
Hacia 1634 había allí unas 40 misiones con una población indígena total de 30 mil
almas.
Pero los misioneros franciscanos siguieron pacientemente su labor de cristianizar
hacia el oeste. En 1630 había 25 misiones en lo que es ahora Nuevo México. Ese año,
el sacerdote Alonso de Benavides informó al rey Felipe IV de España que 60 mil
indígenas se habían convertido al cristianismo. Pero una rebelión de indios obligó a
cerrar las misiones, las cuales no se abrieron de nuevo hasta 1692, con la llegada de
tropas españolas.

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De cualquier manera, la labor de los misioneros fue lenta y difícil ya que en esa región
vivían tribus indias muy beligerantes, aparentemente dispuestas a conservar su
independencia. Los indios apaches y comanches veían a los españoles como
invasores que habían llegado a perturbar la paz.
Los misioneros, sin embargo, mostraron una tenacidad increíble y avanzaron por
Arizona, Texas, Georgia y California. La Corona de España apoyaba la labor de los
religiosos y sufragaba sus gastos. Además de cristianizar a la población indígena, los
misioneros enseñaban a los indios a cultivar la tierra, a manejar el ganado, a
comerciar y a tener sentido de los principios de gobierno, de acuerdo con las normas
europeas.
En 1769, el misionero fray Junípero Serra estableció la primera misión en California, la
de San Diego de Alcalá, en la actual bahía de San Diego. Fundó otras hasta su muerte
en 1784, después de lo cual otros sacerdotes españoles continuaron su labor.

En la misma línea fue relevante la labor de los jesuitas en Sudamérica, especialmente


en Paraguay, donde fundaron auténticos estados misionales autónomos
(reducciones). Allí, además de evangelizar a los indios y agruparlos en comunidades
autosuficientes mediante la práctica de la agricultura, la artesanía y el comercio, los
protegían de los ataques de los traficantes de esclavos españoles y portugueses. Sin
embargo, estas experiencias adolecían de la falta de un - clero indígena, motivada por
el recelo de las jerarquías eclesiásticas europeas. Por ello, cuando faltaban sacerdotes
europeos, estas vulnerables comunidades cristianas solían desintegrarse.
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Aunque los jesuitas fundaron misiones en México, California, Ecuador y cerca del lago
Titicaca, los establecimientos más conocidos fueron los guaraníes, que se localizaron
en una zona extensísima (la del Paraná) situada entre Paraguay, Uruguay y Argentina.
Era una región cuyas características permitían las fundaciones (los indios eran
sedentarios, su principal actividad era la agricultura, y podían ser reducidos a
encomiendas, o esclavizados por los bandeirantes - bandas portuguesas de mestizos
armados que se dedicaban a cazar esclavos-. Entre 1628-1631, los indios capturados
por los portugueses superaron los 60.000.

Los misioneros jesuitas se mostraron partidarios de un declarado sincretismo religioso,


es decir, no tuvieron ningún tipo de escrúpulos a la hora de aceptar o adaptar ritos
paganos con tal de llevar a los pobladores de dichas tierras la palabra de Cristo. La
Compañía decidió respetar los particularismos religiosos con la intención de utilizarlos
para el adoctrinamiento cristiano. Por ello, sus miembros recibieron múltiples críticas y
acusaciones por parte de las otras órdenes religiosas, recelosas de los éxitos jesuitas.
Los jesuitas respetaban la organización familiar de los indígenas. Su lucha se centró
principalmente contra la poligamia. Incluso a la hora de organizar las fiestas de los
matrimonios, se respetaba el ceremonial tradicional indígena, practicándose
posteriormente el ceremonial católico.
Para unificar criterios y administrar mejor los recursos destinados a la evangelización,
el papa Gregorio XV fundó en 1622 la Sagrada Congregación para la Propagación
de la Fe. Sin embargo, el declive de los imperios portugués y español y la supresión
de la Compañía de Jesús (1773) provocaron la decadencia de los esfuerzos
misioneros católicos durante algún tiempo.
En cuanto a Asia, san Francisco Javier comenzó en 1542 su importante actividad
misionera en el sur de la India, Ceilán Malasia, Indonesia y Japón. Llevados de un
espíritu extremadamente abierto, los jesuitas Roberto De Nobili y Mateo Ricci
intentaron adaptar el cristianismo a las ricas tradiciones culturales de la India y China,
respectivamente, consiguiendo un enorme éxito evangelizador Pero ¡as críticas de
otras órdenes y los recelos de Roma ante posibles desviaciones doctrinales acabaron

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con estas prácticas a mediados del siglo XVIII. Como reacción, el cristianismo fue
perseguido en estos países.

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3. LAS MISIONES NO CATÓLICAS
Existen también misiones en otras religiones cuyo objetivo es llevar la religión a otros
pueblos.
Las denominaciones cristianas también cuentan con una larga historia misionera.
Entre las llamadas denominaciones históricas encontramos a los bautistas,
metodistas, presbiterianos, anglicanos, luteranos etc. Los que más se han distinguido
por su herencia misionera han sido los Bautistas. En la actualidad estos grupos
además de enseñar evangelizar a los pueblos, ayudan socialmente a las comunidades
a que tengan un mejor nivel de vida.
Existen también otros grupos como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días que tiene uno de los programas misionales más activos y extensos
Religiones como el Islamismo o Budismo también han dedicado esfuerzos a adoctrinar
a los pueblos en su religión.

3.1. Misiones Cristianas


 Ortodoxas
La Iglesia Ortodoxa Oriental, dependiente de la Iglesia Ortodoxa de
Constantinopla, fue fuerte en su misión de divulgación durante el Imperio
Romano y posteriormente el Imperio Bizantino, y su alcance misionero tuvo un
efecto duradero, ya sea mediante la fundación, influencia o establecimiento de
relaciones oficiales con cerca de 16 iglesias ortodoxas nacionales, incluidas las
de Rumania, Georgia, Ucrania y Bulgaria. Los santos Cyrilo y Methodius, en el
siglo IX, tuviern un gran exito misionero en Europa del este.
Bajo el imperio ruso en el siglo XIX, algunos misioneros ortodoxos propagaron
la religión a regiones como Bielorrusia, Latvia, Moldavia, Finland, Estonia,
Ucrania y China. El ruso San Nicolás de Japón llevó la ortodoxia oriental a
Japón en el siglo XIX. La Iglesia Ortodoxa Rusa envió también misioneros a
Alaska, a partir del siglo XVIII, para adoctrinar a los indígenas americanos.

 Protestantes
Durante casi 300 años las iglesias protestantes no realizaron esfuerzos
misioneros, que identificaban con las pretensiones universalistas y teocráticas
de los papas romanos. Esta situación empezó a cambiar con la expansión
colonial protagonizada por ingleses y holandeses. En el siglo XVIII fundaron
comunidades misioneras en los territorios coloniales. A fines de la centuria y a
principios del siglo XIX proliferaron en todo el mundo protestantedades
misioneras no adscritas a una iglesia concreta, que combinaban la difusión del
Evangelio con labores asistenciales y educativas. Una de las razones de su
éxito fue su asociación con el colonialismo imperialista: la aculturación de los
pueblos sometidos facilitaba su control por las autoridades colonial es. Por otro
lado el prestigio de las instituciones educativas regentadas por los misioneros
atraía a las elites indígenas deseosas de adquirir una formación occidental.
En el Siglo XVII se establecieron colonias de Quakeros y luteranos en Norte
América, y los misioneros daneses protestantes establecieron colonias en las
Indias Orientales.

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Al igual que los misioneros de otras religiones, los misioneros Protestantes han
sido acusados de imperialismo cultural y a menudo se les ha asociado con
poder colonial.
Desde principios del siglo XX grupos de la iglesia Evangélica han centrado sus
esfuerzos en el envío de misioneros a todos los grupos étnicos en el mundo.
Con ello se ha logrado una amplia distribución de Biblias y el establecimiento
de iglesias Evangélicas en las zonas remotas menos cristianizadas.
Con el paso de los años estas iglesias indígenas han madurado y se han
convertido en la fuerza motriz de las misiones. Estos misioneros tienen, a
menudo, mucho éxito, ya que necesitan pocos recursos y comodidades para su
subsistencia mientras realizan su trabajo.

 Anglicanos:
Desde 1795 la iglesia Anglicana ha establecido misiones en las islas del
Pacífico Sur y Africa. Estas organizaciones, durante los siglos XVIII y XIX se
difuedieron por todo el Imperio Británico, estableciendo la red de iglesias que
conforman la comunidad Anglicana de la actualidad.

 Testigos de Jehová:
Los téstigos de Jehová son ampliamente conocidos por su actividad misionera.
Dependiendo de las leyes civiles de cada pais, esta actividad puede tomar
diversas formas desde el adoctrinamiento puerta a puerta, hasta la distribución
de revistas y libros o grupos de estudio de la Biblia.

 Mormones:
La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o Mormónes, es una
de las más activas en el campo del trabajo misionero. A los jovenes, desde los
19 años, se les anima a realizar labores misioneras, por un mínimo de dos
años, y en un país ó área diferente de su area de residencia.

3.2. Misiones Orientales


Las primeras misiones orientales fueron enviadas por religiones de la India, en
particular el budismo.
Los primeros misioneros budistas fueron llamados "Dharma Bhanaks". En el siglo III
AC el emperador Ashoka (quien a su vez era un misionero Budista) envió misioneros a
enseñar la tradición Budista por la India, e incluso a ugares tan remotos como Grecia.
La doctrina se extendió por paises como los actuales Pakistan, Afghanistan , Irán,
Uzbekistan, Turkmenistan y Tajikistan entre los siglos II y III. También fue llevada a la
China en el siglo II
Durante los siglos XIX y XX de nuestra era, algunos intelectuales occidentales como
Schopenhauer, Henry David Thoreau ó Max Müller extendieron el interés por el
Budismo. Escritores como Hermann Hesse y Jack Kerouac en occidente, y la
generación Hippie de finales de la década de los 60 y 70 ayudaron a un resurgimiento
del Budismo.

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La primera misión Budista hacia América del Sur se llevó a cabo a principios del siglo
XX, y se dirigia fundamentalmente a los inmigrantes contratados para trabajar en
plantaciones de caña de azucar o algodón.

3.3. Misiones Islámicas


Desde el siglo VII, a través de las primeras conquistas, el islam se extendió
rápidamente por la Península Arábiga, y desde allí al resto del mundo
Tras la muerte del Profeta Mahoma, en 632 AD, mucha de la expansión del Islam se
produjo mediante conquistas como las del norte de Africa y España.
Los movimientos misioneros tuvieron su auge durante la edad de oro del Islam, con la
expansión de las rutas comerciales, principalmente por el Indo y el Pacifico, y a
lugares tan al sur como la isla de Zanzibar y las costas surorientales de Africa.
Con la aparición de las tradiciones suffies las actividades misioneras islámicas se
vieron considerablemente incrementadas. Posteriormente, con la conquista de
Anatolia por los Turcos selyúcidas los misioneros encontraron una vía de paso más
facil a las tierras que pertenecían al imperio Bizantino.
Durante la presencia Otomana en los balcanes los movimientos misioneros también
fueron llevados a cabo por personas de familias aristocráticas procedentes de la
región, educadas en madrasas de Constantinopla o de cualquier otra ciudad
importante del imperio.

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4. LAS MISIONES EN EL MUNDO
CONTEMPORANEO

En el siglo XIX, la Iglesia católica recuperó el impulso misionero. También, como en el


caso de los protestantes, se dio especial importancia a las labores educativas y
asistenciales. Ya en el siglo XX, el movimiento descolonizador favoreció la visión de
las instituciones misioneras como cómplices de la explotación colonial. No obstante, la
importancia de la labor social que llevan a cabo las convierte en imprescindibles para
las regiones menos desarrolladas del Tercer Mundo, lo que asegura su mantenimiento
Por otro lado, la fuerza y el notable crecimiento de las jóvenes Iglesias del Tercer
Mundo contrasta con el creciente secularismo de las sociedades occidentales lo que
hace prever un reflujo del movimiento misional desde Asia, África o Latinoamérica
hacia la vieja Europa.
En el año de 1962 la Congregación para la propagación de la fe cambió su nombre por
el de “Congregación para la evangelización de los pueblos” y de esta institución
dependen las Obras Misionales Pontificias, que son una institución surgida con el
objetivo de apoyar la actividad misionera de la Iglesia en las regiones no cristianas. Se
encargan de cubrir las necesidades misioneras de la Iglesia, como es:
 Proveer misioneros para las Iglesias jóvenes;
 Fomentar la animación y espíritu misionero en la Iglesia universal;
 Conseguir los fondos y medios necesarios para llevar adelante el esfuerzo y
trabajos misioneros

Las Obras Misionales Pontificias constituyen una única institución con cuatro Obras
diferentes:
• La Obra de la Propagación de la Fe, que tiene por objeto suscitar el interés y
la responsabilidad por la evangelización universal en las familias, en las
comunidades cristianas, en las parroquias, en los centros docentes, en los
movimientos eclesiales y en las asociaciones apostólicas. Promover la ayuda
espiritual, material y el intercambio de personal apostólico para la
evangelización del mundo. En España se celebra su jornada, el penúltimo
domingo del mes de octubre bajo el nombre de Domund, con la finalidad de
dar a conocer la actividad misional de la Iglesia, en su más amplio sentido,
tanto evangelizador como de desarrollo y promoción humana.
• La Obra de San Pedro Apóstol, creada para sensibilizar al pueblo cristiano
acerca de la necesidad de la formación del clero nativo en cada Iglesia de
misión y para favorecer la colaboración espiritual y material con los futuros
sacerdotes.
• La Obra de la Infancia Misionera, que ayuda a educadores y formadores de
niños y adolescentes a despertar en ellos una conciencia misional universal y
guiarlos hacia una comunión espiritual y material con los niños de otras
regiones e Iglesias más pobres.
• La Pontificia Unión Misional del Clero, que se encarga de promover la
formación misionera de los sacerdotes, miembros de institutos religiosos,
sociedades de vida común, institutos seculares, candidatos al sacerdocio y la
vida consagrada y de las personas comprometidas en el ministerio pastoral de
la Iglesia.

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4.1. Nuevo estilo de misión
El mundo del siglo XXI se nos ha presentado, casi de golpe, muy cambiado y
cambiante. Evoluciona y se trasforma a gran velocidad, sobre todo, en cuanto a la
técnica y a las comunicaciones. Hoy parece que todo influye en todo. La globalización
ha hecho caer los límites y fronteras de muchas cosas.
Hoy, para mucha gente, ya casi nada es absoluto, uno es dueño de sí, y uno mismo
fija el límite de lo bueno y lo malo. Muchas de esas personas piensan que uno mismo
es dueño absoluto de sí, de sus ideas, de sus actos y no admiten intromisiones de
personas o instituciones que le puedan hacer observaciones sobre su vida.
Esta situación requiere, en primer lugar, una toma de conciencia, por parte de la
Iglesia, que ha de vivir y presentar el mensaje de Jesús de una forma más creíble, con
la propia vida, para el hombre de hoy que tiene una fe muy débil.
La Iglesia, principalmente en Europa, debería escuchar más y ver mejor la forma de
llegar a los alejados de la fe. Hay aspectos dentro de la misma Iglesia que chocan, que
no se entienden con categorías actuales, al menos en este viejo continente, tales
como el papel de la Mujer en la Iglesia y de los laicos en general.
En muchos países donde la fe está en una etapa más floreciente, tanto la mujer como
los laicos tienen mayor protagonismo en la marcha normal de la pastoral ordinaria.

4.2. Retos
En la misión hoy también hay nuevos retos. El misionero de hoy tiene que estar más
cerca de las situaciones de ruptura humana y del diálogo religioso. Es necesario
reflexionar sobre el estilo de hacer misión, hacia donde va la misión hoy y qué modelo
de misión estamos llamados a desarrollar.
En América Latina se dijo en la Asamblea Episcopal de Aparecida que el gran objetivo
es poner a toda la Iglesia en permanente estado de misión. Ello exige reformar
muchas estructuras pastorales y eclesiales.

4.3. Iglesia del mañana


La Iglesia del futuro, si quiere ser fiel al mandato original de Jesús, tendrá que ser una
Iglesia más testimonial, más dialogante con otras culturas y otras realidades, más
ecuménica, más cercana a las situaciones de frontera en que viven muchos hombres
de hoy, y sobre todo, ha de ser una Iglesia más misionera.
La Iglesia de los años venideros será fruto de cómo vivamos ahora nuestro
cristianismo. Esto en una doble vertiente, por un lado, cómo proyecte la Iglesia
jerárquica su relación con el mundo (acercamiento, sacramentos, testimonio,
catequesis, profetismo…), y por otro, cómo los cristianos sepan dar testimonio de una
fe adulta en medio de un mundo, que probablemente les será adverso.

4.4. Situación de las misiones


Esta es la situación de las misiones en la actualidad en cada continente:

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EUROPA
La tradición cristiana de Europa es muy antigua, y se remonta a los tiempos en
que el apóstol Pablo pisó tierras europeas y con la llegada del apóstol Pedro a
Roma.
Con el pasar del tiempo Europa se transformó en el centro de irradiación del
Evangelio. Influyó decisivamente en esto el hecho de que la Iglesia tuviera su
sede central en Roma desde sus comienzos, y que en la mayoría de los reinos
que conformaron a Europa tuvieron al catolicismo como religión oficial.
A lo largo de los siglos, Europa envió muchos misioneros y misioneras a
evangelizar a otros continentes.
Sin embargo, hoy en día, los católicos ya no son mayoría en Europa.
Solamente un 40% de los europeos son católicos.
No obstante esta disminución del número de laicos comprometidos y las
vocaciones religiosas, Europa sigue siendo la patria de la mayoría de los
misioneros, de los teólogos, de los laicos más comprometidos.
Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 1.232 Hospitales, 2.457
Dispensarios, 4 Leproserías, 7.975 Hogares para ancianos y minusválidos,
2.580 Orfanatos y 2.376 Jardines de Infancia
Europa envía 66.776 misioneros al resto del mundo y recibe 7.764 misioneros.

AMÉRICA
La Iglesia Católica de América es la más numerosa de todo el mundo. La mitad
de los católicos del mundo viven hoy en América (especialmente en América
latina).
EL 60% de los americanos son católicos. Este porcentaje varía según la parte
del continente. América del Norte: 24%; América Central: 88%; América del
Sur: 86%
La evangelización de América se inició a partir de su descubrimiento en 1492 y
fue obra principalmente de misioneros españoles y portugueses, mayormente
jesuitas, franciscanos, dominicos y mercedarios. A partir del siglo XIX llegaron
muchas otras congregaciones religiosas europeas.
Han pasado más de quinientos años de la llegada del Evangelio a América, y
no obstante la mayoría católica, se detectan síntomas y fenómenos de
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desorientación en el campo de la fe, poco compromiso en la mayoría del
pueblo católico, proliferación de sectas, avance del materialismo, etc., que
hacen urgente una nueva y más profunda evangelización a todos los niveles.
Una seria amenaza para la Iglesia americana es el rápido crecimiento de las
sectas y grupos evangélicos a las cuales se vuelcan día a día, muchos
católicos.
Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 1.954 Hospitales, 5.459
Dispensarios, 63 Leproserías, 3.755 Hogares para ancianos y minusválidos,
2.488 Orfanatos y 4.212 Jardines de Infancia
América del Norte envía 8.193 misioneros y recibe 1.645
América del Sur envía 5.785 misioneros y recibe 12.011

ASIA
Asia es la cuna de las grandes religiones. En este continente han nacido el
Cristianismo, el Judaísmo, el Islam, el Hinduísmo y las demás religiones
orientales.
La Iglesia Católica de Asia es la más pequeña del mundo, si bien la población
de este continente es la más numerosa. Tan sólo el 2,9% de los asiáticos.
En la mayor parte de Asia, los católicos son perseguidos, viéndose obligados
en muchos casos a vivir su fe en la clandestinidad.
La excepción en Asia la constituye Filipinas, que alberga a la mayor cantidad
de católicos del continente.
Anunciar el Evangelio a los pueblos asiáticos que tienen profundas tradiciones
religiosas y costumbres sociales, no es sencillo. Ellos tienen un concepto de
divinidad que no les permite aceptar fácilmente el mensaje cristiano que
predica al Hijo de Dios que se humilla tomando naturaleza humana, y muriendo
en una cruz para redimir el mundo.
Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 1.076 Hospitales, 3.402
Dispensarios, 340 Leproserías, 1.685 Hogares para ancianos y minusválidos,
3.049 Orfanatos y 2.959 Jardines de Infancia
Asia envía 8.481 misioneros y recibe 6.306 misioneros.

ÁFRICA
Los países del norte de Africa, en los primeros siglos antes de la llegada de los
musulmanes, fueron la patria de los fundadores del monaquismo, de grandes
teólogos y escritores como Orígenes, San Atanasio, Tertuliano, San Cipriano,
San Agustín, además de tres papas.
Actualmente, la Iglesia Católica es minoritaria en Africa. Tan sólo el 14,9% de
la población africana es católica.
En el siglo XIX, surgieron grandes misioneros, llegados de Europa, que
evangelizaron el continente africano. Entre ellos destaca Daniel Comboni.
La Iglesia de Africa es la más joven y creciente de todas las Iglesias. Este
crecimiento se realizó, y aun se realiza, en medio de luchas y persecuciones.
Muchos cristianos han testimoniado su fe con el sacrificio de la vida.

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Hay muchos obispos, sacerdotes y religiosos autóctonos; también hay un gran
número de laicos comprometidos y catequistas que son los principales
animadores de las comunidades cristianas.
Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 964 Hospitales, 5.018
Dispensarios, 270 Leproserías, 655 Hogares para ancianos y minusválidos,
791 Orfanatos y 2.036 Jardines de Infancia
Africa envía 2.585 misioneros; recibe 14.748 misioneros

OCEANÍA
Los católicos representan el 27% de la población. La gran mayoría de la
población es protestante, y hay minorías hindúes, budistas y musulmanes.
Los primeros misioneros estables en el siglo (XVIII) fueron los protestantes y
durante muchos años no se permitió el ingreso a los católicos.
Los misioneros católicos recién llegaron en 1827.
Hay en la actualidad un buen número de misioneros que trabajan en este
continente, pero no son suficientes para la gran tarea de la evangelización.
La Iglesia está en sus comienzos en este continente y aún queda muchísimo
por hacer.
Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 167 Hospitales, 190
Dispensarios, 1 Leprosería, 362 Hogares para ancianos y minusválidos, 60
Orfanatos y 92 Jardines de Infancia
Europa envía 1.255 misioneros; recibe 1.647 misioneros

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5. BIBLIOGRAFIA

1) http://www.portalplanetasedna.com.ar/misiones.htm
2) http://www.misiones.catholic.net/
3) http://es.wikipedia.org/wiki/Misionero
4) http://en.wikipedia.org/wiki/Missionaries
5) http://www.domund.org/
6) http://www.sedos.org/spagnolo.htm
7) http://misiones.catholic.net/mundo/

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