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1º. La luz se ha tomado de Belén, del lugar mismo donde nació Jesús. El
significado de su nacimiento, nos dice la Biblia, fue "ser luz de las naciones" o,
más cerca de nosotros, "acampar entre un mundo que estaba en la tiniebla". Por
eso, el significado de la luz, es ser guía, orientación y claridad, en medio de la
noche. En la Biblia la noche o la tiniebla es un símbolo de la no presencia del bien
(=Dios), por tanto, es la maldad, el pecado, el egoísmo. De ahí que el ser luz es
vivir una vida tal y como la presenta el fin último del escultismo: "transformar este
mundo siguiendo el modelo de vida de Jesús en el Evangelio". Ser luz significa,
por tanto, ser otro Jesús en la vida que estás viviendo. La luz que llevamos entre
manos nos lleva a ser "ejemplo de generosidad, de perdón, de ayuda
desinteresada, de buena acción diaria, de encuentro con los más necesitados", en
medio de mucha gente para quien lo más importante es lo contrario (y
lamentablemente así sucede en esos días cercanos a la Navidad).
2º. La luz se trae desde lejos, sin dejar que se apague en nuestro corazón.
Esto lo tenemos como el gran lema de estos días: "que no se apague tu luz". Es la
luz de la fe, que los scouts también hemos recibido, como tanta gente a lo largo de
estos 2000 años de Cristianismo. Es la luz del escultismo cercano a los 100 años
que estamos por celebrar en Scouts de Argentina. Con este gesto tan bonito de
"trasmitir la luz" nos unimos a la cadena de la historia: no es nuestra luz, sino la
luz de tanta gente, como nosotros, que la ha mantenido encendida. De ahí nuestra
responsabilidad: ser portador de la luz es conservar la misma fe y el mismo
espíritu scout que nuestros antepasados, sin adulterarlo, sin hacerlo a nuestro
gusto. Pero también con el compromiso de aportar nuestro esfuerzo, nuestra
"cera" y nuestra creatividad. Cada tiempo requiere una renovación, una nueva
llama, pero lo importante es que sea la misma luz. Ya nos los decía Banden
Powell, que en su misma vida insistía en la fidelidad y la renovación. Fidelidad a la
Estas son tres aportaciones sencillas, desde el espíritu scout, para llenar de
contenido la "Luz de la Paz o luz de Belén". Creo que nos jugamos mucho con
esta actividad, que poco a poco, debe ir tomando fuerza en nuestras ciudades y
pueblos de todo el país. De nuevo nos situaremos en la catedral e invitaremos a
un montón de gente a llevarse la luz de la paz a sus casas. Pero debemos estar
seguros de lo que llevamos entre manos se corresponde con nuestro trabajo y
opción. Así como nos molestaría que alguien del grupo lleve nuestra pañoleta sin
saber lo que esta significa, de la misma manera nos debe molestar llevar la luz de
Belén, sin conocer su alcance y significado. Hemos de hacer muchos esfuerzos,
incluso económicos, esperemos que esta actividad nos comprometa a ser día a
día más scouts y que nuestro ejemplo y forma de actuar scout, cuestione a todos
aquellos que no lo son.
Siempre listos para servir, siguiendo las huellas hacia Cristo Nuestro Gran Jefe.