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PASTORELA

Xochicalli 2010

Personajes por orden de Aparición:


1. AVARICIO……………………………………………………
2. IRA……………………………………………………………
3. PEREZA……………………………………………………..
4. ENVIDIA……………………………………………………..
5. LUJURIA…………………………………………...
6. GULA………………………………………………………...
7. SOBERBIA………………………………………………….
8. LUCIFER…………………………………………………….
9. DIABLIZIA……………………………………………………..
10. ESTHER……………………………………………………..
11. JOSUE……………………………………………………….
12. MARTHA……………………………………………………
13. MATEO………………………………………………………
14. GABRIEL……………………………………………………
15. QUERUBIN………………………………………………….
16. RAFAEL……………………………………………………..
17. MIGUEL………………………………………………………
18. ANGELICA…………………………………………………..
19. REFEREE……………………………………………………
20. COMETARISTA 1…………………………………………..
21. COMENTARISTA 2……..………………………………….
22. EDECAN…………………………………………………….
23. REY MELCHOR……………………………………………
24. REY GASPAR……………………………………………….
25. REY BALTAZAR…………………………………………….
26. VIRGEN MARIA………………………………………………
27. SAN JOSE…………………………………………………….
28. NARRADOR………………………………………………….

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ESCENA 1. En las oficinas centrales del Infierno.

Aparece en escena una oficina con escritorios, papeles y computadoras. Los diablos
que representan a los 7 pecados capitales se encuentran en un rato de ocio ya que
el jefe de los diablos, Lucifer, no se encuentra en la oficina por andar en asuntos y
diligencias fuera de la oficina. Algunos de los diablos duermen, juegan cartas y
futbol, otros ven videos en You Tube y demás actividades improductivas. A pesar
del ocio, los diablos parecen estar un poco alterados por un rumor acerca de un
niño llamado Jesús que nacerá pronto en Belén y que será el salvador, por lo que
están a la expectativa de la reacción de Lucifer cuando se entere.
AVARICIO: ¿Qué hubo raza malandra?
TODOS: (Los diablos saludan relajadamente y lo llaman por su nombre)
IRA: ¡Eh! ¿A quién le dices malandro? ¿Qué traes loco?
PEREZA: ¡Ay! Que flojera me dan peleándose tan temprano. (Bostezando)
ENVIDIA: ¡Ay, ya bájale Ira! (Voltea con los otros diablos) Este es bien corajudo, a
ver, pásenle un papel
de rollo. (LUJURIA le ofrece un rollo de papel higiénico)
LUJURIA: ¡Ay Ira, me encanta cuando te sulfuras y echas chispitas! (Suspira) Te ves
tan sexy…
ENVIDIA: ¡Órale! Alguien dele un Tempra a esta chamuca.
GULA: ¿Para qué? ¿Se siente mal LUJURIA?
ENVIDIA: ¡Pues siempre trae calentura!
LUJURIA: ¡Uy, uy! ¡Ya cállate Envidia! Diablo chafo de pastorela. Tú, ni cachas, ni
pichas ni dejas batear. A parte de “loser”, envidioso.
IRA: ¡Odio las pastorelas!
PEREZA: (Hablando lento) Oigan ya no estén gritando, no me dejan dormir. ¿No
ven que padezco de
insomnio? Mi doctor me dijo que tenía que dormir por lo menos 8 horas.
ENVIDIA: Si manito, pero tú te las echas después de cada comida.
GULA: ¿Comida? Ay… ya me está dando hambre.
TODOS: (Sorprendidos y fastidiados) ¿Otra vez?
GULA: ¡Ay! ¿Qué? Solo me alcancé a comer unos chilaquiles antes de salir de mi
cueva. Bueno y unos
taquitos de machacado de los que salieron hoy temprano de la sala de torturas.
Torturamos a un gordito
y todos alcanzamos.
ENVIDIA: Ya párale Gula. ¡Te vas a poner como Babe!
PEREZA: ¿Cuál Babe?
ENVIDIA: ¡El puerquito valiente! ¡Ja, ja, ja!
GULA: ¿Qué te pasa? ¡Envidioso! Como yo si me nutro bien… Además, siempre
como con Coca Light
fíjate. Yo sí estoy sano y fuerte.
AVARICIA: Sí, fuerte como Puércules. ¡Ja, ja, ja!
(Todos los diablos ríen burlándose menos Ira). Soberbia que había estado haciendo
caras de fastidio interrumpe y detiene la pelea)
SOBERBIA: ¡Ay, que nacos! ¿Eh? (Burlándose) ¿Por qué no juntan entre todos para
comprarse un
bosque y se pierden? Tipo de que ya me tienen harto, ¿Saben cómo? De veras,
estoy rodeado de puro

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“loser”. ¡Qué pena me da su caso! O sea, no hacen nada en todo el día, tipo, ahorita
no tarda en llegar el
jefe y se va a poner mil de histérico cuando se entere de lo que pasó. O sea, ¿Hello?
ENVIDIA: (Sarcástico) Ha hablado Soberbia la cremosa, hagan una reverencia por
favor.
PEREZA: Pero… ¿Por qué dices eso Soberbia? ¿Qué pasó?
SOBERBIA: O sea, es obvio que a ti no se te da. Tipo de que ¿cómo? Pues ¿no
tienes tele o qué? ¡Ya va a nacer pronto el niño Dios que va a ser el salvador de
todos los humanos “losers”… ¿Ok?
PEREZA: ¿Y eso qué?
AVARICIO: ¿Cómo que qué? ¡Pues que se nos va a caer el changarro! ¿No ves que
el niño ése cuando
crezca va a convencer a todos los niños y niñas de que se porten bien? ¡No ha
habido en la historia
ningún diablo que lo haya podido vencer! ¡Y ahora va a nacer aquí en la tierra!
PEREZA: ¡No me digas que les va a decir que se levanten temprano y que hagan la
tarea! ¡Ay no, que
cruel e inhumano! ¡Alguien haga algo!
GULA: ¡Déjate de eso! Imagínense que al rato el niño Dios ése les diga a los niños
que coman puras frutas y verduras… ¡guácala! Yo prefiero los fritos y la Coca.
PEREZA: ¡Déjate de eso! Imagínate que los ponga a hacer ejercicio para que no
sean flojos. ¡Ay no! Yo
prefiero estar aguadito pero descansado.
AVARICIO: ¡Déjate de eso! Al rato les va a decir que hay que ayudar a los pobres y
a los que no tienen
que comer ¡y hasta que cooperemos para las misiones! No, yo no tengo para esas
necedades.
LUJURIA: O sea, ¿cómo? Esto ya no está chido. Se me hace que al rato van a
querer cerrar los
antros temprano, con eso de que ahora ya no se puede fumar en espacios
cerrados… así no se puede
hacer fiestas todos los días. No, si el chiste es que nadie vaya a la escuela y que
todos anden con la raza
en fiestas. ¿Para qué estudiar?
ENVIDIA: Me choca que ese güerco sea tan famoso, le quieran hacer posadas en
Diciembre y le lleven
regalos. A ver, ¿A nosotros cuándo nos han traído regalos?
IRA: A mí me pone de mal humor, yo digo que hay que hacer algo. ¡Vamos a
quemar todos los arbolitos
de Navidad y a aplastar todos los regalos de los niños ñoños que le escriben cartitas
a Santa Claus! ¡Y
luego les metemos hormigas a las bolsitas de los dulces! ¡Sí… ja, ja, ja, ja!
(Enciende una lámpara de
mano y se la coloca en la barbilla, se ríe maléficamente y fuerte hasta que ve que
todos los diablos lo están viendo raro y se calla abruptamente).
(Se escucha música tenebrosa y estruendo. En ese momento Lucifer, el jefe de los
diablos entra por sorpresa a escena acompañado de su asistente y todos los diablos
corren nerviosamente aparentando hacer sus obligaciones; unos chocan contra
otros; otros fingen conversaciones de trabajo y por teléfono. Lucifer llega a su
escritorio con gesto de preocupación y llama a su asistente).
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LUCIFER: ¡DIABLIZIA! ¡Señorita DIABLIZIA!
SECRETARIA: Dígame su maldad Lucifer.
LUCIFER: Convoque a junta de diablos inmediatamente, por favor.
SECRETARIA: Inmediatamente su maldad. (Se inclina en señal de respeto y se
dirige a donde están los demonios y los llama de manera graciosa como si
estuvieran en el ejército con voz alta o usando un silbato). ¡Atención diablos,
demonios y pecados capitales! El jefe convoca a junta inmediatamente.
¡Repórtense a la sala de juntas!
(Los diablos corren con papeles en las manos y se alistan en formación ante Lucifer
para rendir un informe. Lucifer camina de un lado a otro impaciente. Corren a la
sala y se acomodan uno a uno para comenzar la junta. La secretaria comienza a
pasar lista y los pecados capitales responden uno a uno).
SERETARIA: Envidia, Pereza, Avaricia, Gula, Ira, LUJURIA, Soberbia. Están todos
señor.
LUCIFER: Malvenidos chamucos. Ya se acerca el fin de año y el negocio del mal
pues anda… mal, muy
mal. Como ya han de saber, tenemos un problema serio. El ángel Gabriel bajó del
cielo y ha anunciado
que va a nacer un niño salvador en Belén que acabará con todo el mal en el mundo
y traerá paz y amor a
todos los hombres de la tierra. Nos urge encontrar a ese niño e impedir que los
hombres se enteren
para que no vayan a adorarlo y todo esto sin dejar de hacer que el mal reine en la
tierra.
(Los miembros de la junta se ven consternados y todos comentan entre sí. Pereza
se queda dormido mientras Lucifer habla. Los demás tratan de llamar su atención.
Todos están muy serios)
LUCIFER: Pereza… ¡despiértate arrastrado!
PEREZA: (Se despierta sin saber que pasa) Si, yo voto a favor de eso, me parece
bien. (Voltea a ver a todos) Eee… ok. Perdón. Siga jefecito.
LUCIFER: (Exaltado y serio) Como les decía, no podemos seguir soportando esta
situación. Ahora más que nunca es el momento de hacer que todos en la tierra se
porten mal, tenemos que hacer que los
países se peleen en guerras, que las mujeres se critiquen unas a otras, que los
niños no se presten los
juguetes y les contesten mal a sus papás, que los estudiantes truenen los
exámenes, que los hombres
roben, que las mujeres vean muchas novelas, pero lo más importante… los más
importante es que los
niños dejen de creer en el famoso niño Dios y así ¡el mundo será nuestro!
(Todos los diablos se ven motivados y apoyan a Lucifer con frases de apoyo y
mucha algarabía).
ENVIDIA: ¡Que los hombres dejen de ayudarse unos a otros!
IRA: Sí. ¡Que todos se odien y se caigan gordos!
LUJURIA: (Hablando pastosamente por ebriedad) Pues… yo propongo un brindis.
(Levanta un botella envuelta en una bolsa) ¡Por que los antros abran las 24 horas!
PEREZA: ¡Que los niños no se levanten para ir a la escuela y los hombres dejen de
trabajar!
AVARICIA: ¡Vamos a cobrarle impuestos a los pobres!
GULA: ¡Ya se! ¡Que se ponga de moda estar gordo! (Acariciándose el vientre).
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(Todos hacen silencio con cara de fastidio).
SOBERBIA: A ver, diablo sobrealimentado. Si estuviera de moda estar gordo, la
gente no tendría
condición para hacer otros pecados. ¡Hello!
TODOS: ¿Por qué no eres un diablo normal?
SOBERBIA: Ok, bueno, regresemos al “business”. Tipo de que hay que hacer algo
para que ningún
humano de esos nacos vaya a Belén.
LUCIFER: Buena idea Soberbia. Así me gusta, que tengan iniciativa. Demos inicio al
operativo que he
llamado código “Grinch” antinavidad. Estas son las estrategias: ¡Envidia! Ve y haz
que todos se critiquen
y mete cizaña para crear problemas. ¡Ira! Encárgate de que los hombres no se
toleren y se agarren a
golpes por cualquier cosa. ¡LUJURIA! Haz promociones de dos por uno y llévate
edecanes para que
todos tomen en exceso y no vayan a misa el domingo.
(Pereza comienza a cabecear y cae dormido de nuevo. Se recarga en un diablo y
después en otro).
LUJURIA: (Con euforia de fiesta) ¡Sí! Vamos a empezar a repartir “alcoholitros”
gratis en todas las ciudades. ¡Eeeeh!
LUCIFER: ¡Pereza! ¡Pereza! Tú… tú… bueno, intenta mantenerte despierto y haz
que a los chavos les dé flojera cualquier cosa, hasta pensar.
PEREZA: ¡Ay que flojera! ¿Ya para ahorita?
LUCIFER: ¡Soberbia! Habla con los de Televisa para que los de RBD hagan una
película para Diciembre y todos vayan a verla; hacemos muñecas ñoñas “fashion” y
las vendemos baratas y así nadie se acuerde
del niño Dios. Señorita DIABLIZIA, contacte a los de Julio Cepeda para una
promoción.
(DIABLIZIA anota todo eficientemente en una libreta).
LUJURIA: Mire jefecito, yo propongo a Britney Spears como modelo a seguir para
todas las niñas que hagan una un show educativo y gira por todo Belén y luego,
invitamos a Gloria Trevi para que las dos les enseñen a cantar, vestir, bailar e ir a
muchas fiestas.
SOBERBIA: ¿La Britney y la Trevi? ¡Qué naca! O sea, tipo de que ¿porqué no invitas
a alguien mas
“fashion”, alguien más “hot”? así como mi amiga Paris Hilton.
LUCIFER: ¡Soberbia! Deja de tirar crema y deja que LUJURIA termine.
LUJURIA: Yo puedo diseñar la línea de muñecas tipo “Barbie antro” y “Barbie barra
libre” para que las niñas quieran tomar, fumar, estar flacas y decir “guey”. (Grita
con euforia)
LUCIFER: ¡Excelente, esa es la actitud! A trabajar ya. Los demás busquen algo que
romper, ¡que las
ciudades estén cochinas! Creen confusión, bloqueen el tráfico con
manifestaciones… (Se dirige a su
secretaria) …mande una carta a López Obrador para eso.
SECRETARIA: ¿Quiere que mande pedir lonches para que se reúna más gente?
LUCIFER: Buena idea. Por eso te contraté, porque de éstos, no se hace uno.
¡Envidia! Tú ven conmigo, te tengo una misión especial secreta muy importante…
¡Vayan mis diablos y acaben con todo!
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¡Encuentren a esos pastores! ¡Acaben con la Navidad! (Ríe exaltado)
(Los diablos salen de escena).

ESCENA 2. Los pastores a Belén.

En un pueblo muy cerca de Belén, en el campo abierto, se encuentra un pequeño


grupo de pastores con sus familias cuidando sus animales. Ellos viven en humildes
casas y son gente de bien. Algunos se alistan a trabajar cargando una bolsa con
comida, leña, sombrero y bastón para caminar. Está amaneciendo y los pastores se
disponen a comenzar una nueva jornada de arduo trabajo. Los pastores visten
ropas sencillas de gente de campo y viajan a pie o en burro. Las mujeres de la
familia cocinan en comales sencillos y se disponen a sentarse todos en el suelo y
compartir alimentos que previamente bendecirán con una oración, ya que son muy
creyentes y respetuosos de la religión.
ESTHER: Ya vénganse a desayunar todos, ya está listo.
JOSUÉ: ¡Buenos días! ¡Mmmm, que rico huele!
MARTHA: Buenos días. ¿Cómo amanecieron?
MATEO: Pues acostado y con hambre.
MARTHA: Ay, tu siempre de tragón. Yo no sé cómo no te duele la panza.
MATEO: Pues nada más me duele de hambre.
ESTHER: Apúrense a terminar porque hay mucho trabajo que hacer.
MARTHA: Sí manita, yo al rato tengo que ir a la ciudad para comprar comida en el
mercado; ya no hay
harina para hacer pan y tengo que comprar aceite, o sea, como quien dice me voy a
ir de “shopping”.
ESTHER: Ay tú manis, te crees la muy muy, antes me hablas.
MARTHA: Pues ya sabes comadre, ¡Soy totalmente “Mercado”!
MATEO: Bueno, vamos a bendecir los alimentos porque ya hace hambre.
(Todos juntan sus manos y cierran los ojos)
JOSUÉ: Te damos gracias Señor por los alimentos que vamos a recibir y bendice las
manos que los
hicieron. Que nunca nos falte el pan en la mesa y la salud para trabajar. Amén.
(Todos empiezan a comer gustosamente cuando se dan cuenta que la comida está
muy picosa)
JOSUÉ: ¡Híjole! Oiga, le hubiera puesto más carne al chile, esto está bien picoso.
¿Andaba enojada
cuando lo hizo, o qué?
ESTHER: Ya, ya. No se quejen y apúrense para que se lleven las ovejas a pastar.
¡Ah!, y no se vayan a
quedar dormidos otra vez que ya vi que los coyotes están poniéndose bien
panzones de tanta oveja que
se les pierde.
MATEO: ¡Ni Dios lo mande, que la boca se le haga chicharrón! Ya nos quedan bien
poquitas.
MARTHA: Pues ya no se duerman.
JOSUÉ: ¡Que me parta un rayo si me duermo! ¿Vedá’ compadre?
MATEO: Es más, Diosito, que nos está viendo, que mande un ángel a peinar si nos
dormimos.
(Se escucha música celestial y todos se miran desconcertados. Entra el arcángel
Gabriel casi flotando e imponente acercándose a los pastores).
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JOSUÉ: ¡Órale! ¿Qué es eso?
ESTHER: ¡Ay nanita! ¡Un fantasma!
MATEO: ¡El chupacabras!
MARTHA: No, menso. Es… ¡la llorona! ¡Ay mis hijos!
GABRIEL: Noooo… soy un ángel.
TODOS: ¡Aaaaah!
MATEO: Si, ya sabía, nomás los estaba tanteando, ¿veda’ tú?
GABRIEL: (Gabriel habla ceremoniosamente) Amados pastorcitos creados por
Dios…
(Todos se voltean a ver entre sí desconcertados por la manera en que Gabriel
habla)
GABRIEL: Soy el Arcángel Gabriel, subdirector de las oficinas centrales del cielo y
comandante supremo de las fuerzas armadas celestiales al servicio de nuestro
señor y creador del cielo, la tierra y todo lo que es bueno.
JOSUÉ: ¿De quién?
GABRIEL: ¡De Dios! (Se le acaba el tono solemne) O sea, soy el jefe de los ángeles.
TODOS: Ahhh… (Admirados)
MATEO: El ángel “Grabiel”
GABRIEL: He venido desde el cielo por orden de Dios a traerles buenas noticias
que alegrarán sus
corazones. ¡Oh nobles pastorcitos, hijos de Dios! vengo a anunciarles que…
(Saca un micrófono de su ropa y comienza a hablar como locutor de concursos en
tono serio. Al tiempo que comienza a hablar en un tono más animado entra a
escena una guapa ángel edecán vestida de blanco con cartelones que contienen
imágenes que ella rota para ilustrar lo que se está explicando.)
GABRIEL: …han sido elegidos de entre miles de concursantes pastorcitos de todo
Belén para emprender un largo y peligroso viaje por el desierto para llegar hasta un
lugar secreto de Belén con la ayuda de nuestra estrella guía, y así ganar una
fabulosa e imponente “Camellenne” último modelo, nueva, de paquete, doble
joroba extra larga, económica y aguantadora; así como un tour por la ciudad de
Belén en su flamante Camellenne nueva. Ángel Rafael, explícales la mecánica del
concurso.
(Se escucha música de TV y Rafael habla como locutor con voz en off. Su tono de
voz es suave y sereno, aunque se emocione por la anunciación).
RAFAEL: Sí, mi querido hermano celestial. De aceptar jubilosos esta aventura,
tendrán que partir
inmediatamente a pie todos en caravana por el desierto con rumbo a la ciudad de
Belén, cargando sólo
lo que puedan llevar en sus manos. La meta es encontrar un pesebre instalado en
un establo cuya
ubicación tendrán que descubrir. Hermana Angélica, diles que es lo que verán si
encuentran el lugar
secreto.
ANGÉLICA: (Sonriendo alegre y con elegancia) Con mucho gusto. Ahí encontrarán
a un niño recién
nacido llamado Jesús junto a sus padres de nombre José y María.
RAFAEL: Exactamente mi querida Angélica; para ayudarlos a guiarse por la noche,
nuestro equipo de
producción celestial ha instalado en el cielo una brillante estrella que ustedes
seguirán hasta llegar a la
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meta. El objetivo es llegar a tiempo para ver al niño, que será llamado Jesús, justo
después de nacer y
decir el mensaje correcto, que es… diles hermana Angélica.
ANGÉLICA: La frase es… “Hola, somos los pastores de Belén y venimos a adorar al
niño Dios”.
GABRIEL: ¡Oh, eso suena muy emocionante! Pero dinos Rafael, ¿que ganarían
estos fieles pastorcitos?
RAFAEL: Claro que sí Gabriel. Si logran su meta en el tiempo adecuado, pasarán a
la historia de la
humanidad como los primeros hombres en conocer y saludar al niño Jesús que se
convertirá en el
salvador del mundo y que acabará con todo el mal que daña los corazones de los
hombres malos. Serán
famosos y durante milenios, las personas escribirán historias de ellos, pastorelas y
canciones.
MATEO: ¿Y la Camellenne apá?
RAFAEL: ¡Ah, por supuesto, y una fabulosa Camellenne para cada uno!
(Los pastores se emocionan mucho, aplauden y gritan como si estuvieran en un
concurso)
GABRIEL: Muy bien, ahora mis pastores, repasemos las palabras clave para ser
acreedores al premio. 1… 2… 3. Empecemos contigo Mateo.
MATEO: Hola, somos los niños de Dios que venimos a saludar al niño pastor de
Belén que reparte las
Camellennes.
GABRIEL: Je, je, je. No, mi querido animalito de la creación, la frase es: “Hola,
somos los pastores de
Belén y venimos a adorar al niño Dios”. Apúntenle por ahí para poder reclamar su
premio.
ESTHER: ¡Órale! Saca un papel.
JOSUÉ: Listo, señor “Grabiel”. Ya está.
(Gabriel voltea hacia el cielo respirando hondo para no desesperar y prosigue)
GABRIEL: Entonces mis queridos pastorcitos, ¿Van o no van? ¿Aceptan el reto de
convertirse en los
primeros privilegiados en conocer al niño que nos salvará del sufrimiento eterno?
TODOS: (Eufóricos) ¡Sí! (Comienzan a apoyarse unos a otros como si fueran un
equipo deportivo) ¡Hu, hu, hu, hu!
MARTHA: (Eufórica) ¡Ánimo! ¡Vamos equipoooooo! (Se calla porque la ven raro)
GABRIEL: (La edecán hace entrega a Gabriel de un contrato impreso en papel y
una pluma). Excelente. Je, je, je… están muy emocionados. Bueno pastorcitos,
ahora solo tienen que firmar aquí.
JOSUÉ: Oiga, ángel “Grabiel”, ¿qué es esto?
GABRIEL: (Minimizando el comentario) Nada, solo una formita sencilla que dice que
no nos hacemos responsables por si se pierden en el desierto, si les pica una
serpiente o alguno se descalabra en el camino; nada importante. Pero no se
preocupen, si alguno llega a caer en las garras del mal o se nos accidenta de
muerte, tienen pase directo al cielo, sólo recuerden decir las palabras correctas en
la
puerta.
(Los pastores se voltean a ver con cierta mirada nerviosa de preocupación y Gabriel
rompe la tensión de nuevo)
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GABRIEL: Bueno mis pastorcitos amados, ¡vayan!, que el cielo los bendice y
alégrense por la noticia. Que Dios Padre los proteja del mal y de todo diablo abusivo
y tentador. ¡Hasta pronto, los veré en la meta!
(El ángel Gabriel se retira flotando o volando con ligereza y gracia. La edecán
celestial se despide ondeando la mano con elegancia y una sonrisa).
JOSUÉ: Pues vámonos ya, que se nos hace tarde. Agarren chivas y una torta para el
camino.
ESTHER: Yo le voy a llevar al niño una colchita porque se pone frío en la noche.
MATEO: Yo le pongo alarma a la casa.
MARTHA: ¡Qué emoción, vámonos ya!
(Los pastores cargan sus pertenencias, algunos animales y comida para salir a prisa
de su casa. Salen del escenario)

ESCENA 3. El pastor de última hora.

(Los pastores entran a escena caminando por el desierto con cara de cansancio
pero motivados. La estrella de Belén se encuentra montada en el escenario en una
esquina superior y un querubín se encarga de sostenerla todo el tiempo).
MARTHA: ¿Por dónde es?
MATEO: ¿Dónde está la estrella de Belén?
JOSUÉ: ¡Por allá!
MATEO: Ok, vamos bien. ¡Vamos a lograrlo! No, si ya me estoy imaginando con mi
Camellenne
paseando por Belén. De perdido a dos o tres muchachas si trepo para darles la
vuelta… ¡ya me vi!
(Siguen caminando en silencio mientras Envidia, disfrazado de pastor, camina en
dirección contraria a ellos y se les acerca).
ENVIDIA: ¡Pastores! ¿Son acaso ustedes los elegidos por el ángel Gabriel para ir a
buscar al niño Dios?
(Envidia siempre sufre de reflejo de vómito cada vez que menciona el nombre del
niño Dios)
JOSUÉ: Sí. Y tú, ¿quién eres?
ENVIDIA: Que alegría encontrarlos por fin. Me llamo… eh… Envid…
MATEO: ¿David?
ENVIDIA: Eh… Sí, así como David, pero es Envid. Los he estado buscando. A mí
también se me apareció
el ángel Gabriel y me escogió a mí también para ir con ustedes a Belén y conocer al
niño Dios.
JOSUÉ: ¿Qué te pasa? ¿Te estás ahogando?
ENVIDIA: No, es que me comí unas tortas árabes y luego me subí a un columpio y
como que se me
revolvió la panza.
MATEO: Ah, oye… ¿y el ángel te mencionó que te fueran a dar algo si lo
encontrabas?
ENVIDIA: Este… pues… me dijo lo mismo que a ustedes.
MATEO: Ah, entonces ¿es una camella para cada uno? Ah, güeno, así sí.
JOSUÉ: ¡Bienvenido Envid!
ENVIDIA: Entonces… ¿me dejan ir con ustedes?
MATEO: Bueno, eso depende. A ver, dime. ¿Roncas muy fuerte, te huelen los pies
gacho o sufres de
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gases nocturnos?
ENVIDIA: ¡Híjole!, pues… (Se rasca la cabeza nerviosamente) …pues la verdad así
como apestar y hacer
ruidos, pues… sí. La neta sí un poquito.
MATEO: Ah, entonces andamos todos iguales. Bienvenido al equipo. Siéntete como
en familia.
MARTHA: ¡Uy, sí! Te vas a llevar muy bien con éstos.
JOSUÉ: Bueno señores, avanzando que ya se va a meter el sol.
(Los pastores siguen caminando presurosos, siempre siguiendo la estrella en el
cielo. Salen de escenario).

ESCENA 4. El desierto de las tentaciones.

(Los pastores entran a escena caminando, cansados, limpiándose el sudor con las
manos. Se encuentran en un tramo del camino ya muy cerca del lugar en el que se
encuentra el pesebre del niño Dios. El lugar se ve desolado y no hay nada ni nadie
cerca.)
MARTHA: Oigan, ¿no se les hace que huele a azufre? (Huele debajo de su brazo)
MATEO: Mmm, no, yo no soy, a mi me huelen los pies a queso, pero no a azufre.
ESTHER: ¡Han de ser ustedes dos que no se bañaron!
MATEO: No, no semos, no semos. Nos bañamos la semana pasada.
MARTHA: ¡Guácala!
JOSUÉ: Yo no sé cómo encontraremos el pesebre entre tantos establos que hay en
Belén.
ENVIDIA: Tienes razón compañero pastor. ¿No les dio el ángel un mapa o algo así?
Nunca vamos a poder encontrar un establo con un pesebre en el que esté naciendo
un bebé. Digo, ¿cuáles son las probabilidades?
JOSUÉ: No se preocupen hermanos pastores, hay que tener fe. Ya verán que la
estrella de Belén nos guiará.
(Los pastores siguen caminando cuando Avaricio e Ira les salen al encuentro
disfrazados de trabajadores de construcción, con chalecos naranjas y señales de
desviación. El paso está bloqueado).
AVARICIO: No pueden pasar por aquí.
ESTHER: ¿Pero cómo? ¿Qué pasa?
IRA: Este… eeh… ¡Ah! Es que estamos construyendo un camino de tierra aquí en el
desierto.
(Avaricio hace gestos por el comentario absurdo de Ira)
JOSUÉ: ¿Cómo que de tierra? Pero si aquí hay pura tierra por todos lados. ¿No le
van a poner ni siquiera piedritas?
AVARICIO: Este… sí, pero eso será en la segunda etapa del proyecto. Por lo pronto
tendrán que tomar el camino de allá en otra dirección y rodear la loma.
ESTHER: Oiga, pero se nos va a hacer tarde para un asunto muy importante al que
tenemos que llegar
puntuales a Belén; para eso estamos siguiendo a la estrella de Belén que nos sirve
de guía.
MARTHA: Si nos manda por otro camino nos vamos a perder y no vamos a llegar a
tiempo. ¿No nos
puede dar chance?
IRA: (Enojado) ¡Que parte de “NO” no entienden! No se puede.

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AVARICIO: (Calma a Ira con la palma de la mano) Entiendan que es por su
seguridad. Háganme el favor de circular por allá. Gracias. Que tengan buen día.
(Los pastores toman la desviación un poco molestos y quejándose).
ENVIDIA: Oigan, no sé que opinen ustedes, pero a mí se me hace que si nos vamos
por acá no la vamos
a hacer para llegar a tiempo a Belén. Se me hace que llegamos y ya no vamos a
encontrar a nadie, digo,
si es que primero encontramos el pesebre famoso.
(Los pastores se detienen por un momento y bajan las cosas al suelo para
descansar y pensar un poco calculando la distancia al horizonte).
JOSUÉ: Sí, Envid, tienes razón en lo que dices, pero si lo que nos dijeron es verdad,
digo, además de la
Camellenne claro, no podríamos perdernos un acontecimiento tan grande como la
venida de Dios al
mundo. Además, estamos cansados del mal que hay en el mundo. Todos abusan de
todos, uno ya no
siente seguro en las calles.
MATEO: Sí. Ya no puedes confiar ni en las autoridades que se supone nos deben
proteger. En cualquier
momento llegan y te “panchean”. Es más, si ya nos hemos salvado hasta ahorita de
que algún guardia
nos pare por cualquier mensada.
(A los pocos metros los interceptan LUJURIA y Gula disfrazados de guardias del
gobierno del rey Herodes y los abordan para inspeccionarlos).
GULA: ¡Oríllese a la orilla en nombre del Rey Herodes! A ver señores, saquen
identificaciones, pedigrí o
lo que traigan de papeles.
MARTHA: ¡Chin! ¿Para qué hablabas menso?
ESTHER: (Indignada) Oiga, pero ¿por qué nos detiene?
GULA: (Con tono desvergonzado y rascándose la panza) Pues mire, nos llegó un
reporte de un grupo de pastores que deambulaba por el desierto con actitud
sospechosa. A ver, ¿qué traen ahí?
JOSUÉ: (Confundido) ¿Sospechosa? No, ¡ha de haber un error!
LUJURIA: (Trata de disimular su ebriedad) Mire joven, nos llegó una paloma con un
mensaje de la “tomandancia” avisándonos y pues ustedes coinciden con la
descripción de los presuntos. Así que coopere con buena actitud o los trepamos a
todos a los camellos y los llevamos a declarar ante el rey.
MATEO: (Nervioso) No señor guardia, ¡no hay necesidad! Nosotros cooperamos,
¿verdad compañeros?
GULA: Ok, ok. A ver. ¿De quién son esos animales?
JOSUÉ: Son míos señor y de mi familia. Dependemos de ellos para comer.
GULA: Muéstreme las tarjetas de circulación de los animales y la licencia de
pastorear.
ESTHER: ¿Qué? ¿Cuáles? Nunca hemos tenido, ni nos la han pedido.
GULA: Órale, ¿ya oíste pareja? Quesque nunca les han pedido.
LUJURIA: Pero si viene en capítulo tercero de la sexta reforma del reglamento
segundo de
terceros, séptimo apartado, penúltimo párrafo del reglamento de tránsito para
pastores aprobado por

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el Rey Herodes a penas ayer. No señor, hay que estar en la jugada. Yo opino que los
trepemos a todos a
los camellos mi “tomandante”.
JOSUÉ: ¡Oiga, esto no es justo!
ESTHER: ¡Suéltenos, no tiene derecho!
(Los pastores reclaman con gestos de confusión, temor y enojo. Al mismo tiempo
que se crea alboroto por parte de los pastores, el resto de los diablos entran a
escena por la parte de atrás y golpean abusivamente entre todos al querubín que
sostiene la estrella de Belén y le quitan la estrella. El querubín se defiende
sorpresivamente con gas pimienta, luego con agua bendita y finalmente con golpes
de karate, pero es sometido contundentemente por los diablos y lo secuestran
tratando de hacer el menor ruido posible. Los pastores siguen distraídos por Gula y
LUJURIA que tratan de someter a Mateo quien cae en una crisis de nervios gritando
como niña).
GULA: ¡A ver! ¡Tranquilos! ¡La cosa es calmada! Todo tiene solución. Hablando se
entiende la gente.
LUJURIA: (Agitada por el forcejeo) No, mi “tomandante”, pa’ mí que sí tienen
actitud sospechosa. ¡Mire, ese de allá tiene cara como de que anda tomado!
¡Vamos a hacerle el “antichuping”!
GULA: ¡Espérate! ¡No se proyecte pareja! Yo me ocupo del asunto. Observa y
aprende. (Aclara la
garganta) Miren señores. Hay guardias buenos y guardias malos. Nosotros, somos
guardias buenos y yo,
pues lo quiero ayudar. Entonces, díganme cómo le hacemos.
JOSUÉ: Disculpe, no le entiendo. ¿Cómo le hacemos para qué?
GULA: Pues, mire señor; en este mundo nada es gratis. Si ustedes se ponen
“guapos” conmigo, pues yo
dejo pasar el incidente y todo queda en una llamada de atención.
LUJURIA: ¿“Guapos”? No, pos ni volviendo a nacer.
(Gula voltea a ver a LUJURIA con enojo y ésta última da un paso atrás en silencio).
JOSUÉ: Oiga señor, si lo que quiere es dinero, nosotros no tenemos, somos muy
pobres. Solo tenemos lo que usted ve aquí y algo de comida.
GULA: Bueno señores, pues a sacar los lonches, ¡rapidito!
ESTHER: (Indignada) Pero, ¿cómo? ¡No tenemos más para comer!
LUJURIA: ¿Y no traen nada de alcohol? ¡Órenle, cáiganse con el pomo!
JOSUÉ: No. Eso es todo.
GULA: Bueno, señores, así le hacemos entonces. (Sarcástico) Fue un placer. ¡Que
tengan buen día!
Circulen con precaución.
(Los pastores se alejan de los guardias unos cuantos pasos y se detienen a discutir
en grupo. Su semblante es de preocupación).
MATEO: ¡Méndigos guardias corruptos! Yo nunca traigo lonche y precisamente hoy
que sí traía me
“panchean”.
MARTHA: Deja tú lo corrupto, ¿no te dieron un tufo raro así como a azufre?
MATEO: ¡Ah, qué bueno! Yo pensé que era yo.
JOSUÉ: Compañeros, “concentrancia” por favor. Ya no nos queda mucho tiempo. Ya
nos han retrasado
mucho hoy. Primero que la desviación y después éstos animalitos de la creación. No
nos distraigamos de
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nuestra misión. Ya debe faltar poco para llegar al lugar que buscamos.
ESTHER: Es cierto Josué. Dentro de todo lo malo, contamos con la estrella de Belén.
No se desesperen.
Vamos a seguirla y llegaremos.
ENVIDIA: Bueno, ok, pero ¿dónde está la estrella?
MATEO: ¡Achis! Ahí estaba.
ENVIDIA: Mmm, no la veo.
MARTHA: ¡Ay, no!, desapareció
JOSUÉ: ¡Una estrella no se desaparece nada más porque sí Martha!
ENVIDIA: Bueno, pues ya no está. ¿Y ahora qué? ¿Cómo le vamos a hacer? ¿Eh? Así
nunca vamos a
llegar solos, el desierto es muy peligroso de noche. Se me hace que esto ya se
cebó, mejor nos
regresamos.
JOSUÉ: A ver, Envid… pues ¿de qué lado estás tú? ¿Por qué tan negativo?
ENVIDIA: No soy negativo, soy realista. Yo no tengo la culpa de que se hayan
robado la estrella y ahora
no puedan llegar a conocer al niño Dios ése. (Intenta no vomitar cuando menciona
el nombre).
JOSUÉ: ¿Qué? ¿Cómo que se la “robaron”?
ENVIDIA: ¿Eh? (Nervioso) ¿Robaron? No, quise decir que la bajaron. ¡No! Digo… a
ver, ¿Qué me
preguntaste?
ESTHER: ¡Tú dijiste que se la robaron!
JOSUÉ: ¡Este sabe algo y no nos quiere decir!
MARTHA: Oigan, huele a azufre bien gacho en todo el lugar.
MATEO: ¡Es cierto!
JOSUÉ: ¡Cállate los ojos! ¡Qué la lengua se te haga chicharrón!
MATEO: ¿Porqué tú?
MARTHA: Pos dicen que cuando huele a azufre es porque al diablo anda cerca.
JOSUÉ: Oigan, ¿no prefieren hablar de eso mañana en la mañanita? Ahorita como
que está muy oscuro para eso y no traigo cambio de ropa interior. (Asustado)
MATEO: ¡Tengo miedo!
MARTHA: ¿Qué?
MATEO: ¡Tengo miedo! Y qué bueno que está toda esta gente aquí porque ¡tengo
miedo!
ESTHER: Cálmate, ni siquiera estamos seguros.
MATEO: ¡No! Es que ¡tengo miedo, tengo miedo!
JOSUÉ: Pues mientras que sí es cierto o no, mejor le caminamos rapidito hasta
dónde ya no huela.
MATEO: ¡Primis!
MARTHA: ¡Segus!
(Todos se apuran a correr juntos para alejarse de ese lugar, incluyendo Envidia, que
sigue pretendiendo. Mientras tanto, entran a escena el resto de los pecados
capitales disfrazados de civiles cargando al querubín secuestrado y la estrella de
Belén. Todos chocan y se caen estrepitosamente. Hay mucha confusión. El querubín
furioso se libera y comienza a repartir patadas voladoras a diestra y siniestra. Los
pastores asustados dan pasos atrás atónitos).
AVARICIA: (Aturdido) ¡Auch! ¡Ay! ¿Qué pasó?
SOBERBIA: ¿Cómo que qué? ¡Pues nos chocaron!
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ENVIDIA: ¿Qué? ¿Quién?
SOBERBIA: (Molesta) ¡Pues un carro! Digo, ¡unos pastores nacos! ¡Qué oso!
MARTHA: ¡Uf! ¡Huele a azufre! Y bien cañón.
MATEO: (Tapándose la nariz) ¡Sí! ¡Huele un chorro!
QUERUBÍN: ¡Ahora sí, méndigos diablos montoneros! ¡Pa’ todos tengo! ¡Vénganse,
hagan fila!
JOSUÉ: ¿Diablos?
QUERUBÍN: ¡Sí, son diablos! ¿De dónde crees que viene la peste a azufre?
ENVIDIA: ¡Sí! ¡Diablos! (Amenazante) ¡Ya me cansé de esta ridícula ropa!
(Envidia se quita las ropas de pastor y deja ver su verdadera identidad. Los demás
hacen lo mismo ante las miradas atónitas de los asustados pastores. Los diablos se
ven amenazantes e imponentes ante los temblorosos pastorcitos que comienzan a
gritar horrorizados. Otros se persignan y rezan).
MATEO: ¡Ay nanita! “A mene coco, achuta mí”!
ESTHER: ¡Son diablos! (Baja la voz y voltea con los otros pastores) ¡Y bien feos!
MARTHA: Por eso se me hacía raro que no pudiera decir “Grabiel” siempre lo decía
mal.
QUERUBÍN: En el nombre de Dios… ¡Atrás! Montoneros abusivos. Dejen a estas
personas y métanse
conmigo. ¡Orale!
DIABLOS: ¡Bueno!
(Los diablos lo rodean para hacerle “bolita”, lo golpean entre todos y termina medio
inconsciente y atado en cuestión de segundos)
ESTHER: ¡Déjenlo!
MARTHA: ¡Animales!
QUERUBÍN: ¡Por eso! Pero… ¡uno por uno! ¡Ayyy!
ENVIDIA: ¡Silencio! ¡Ya los he escuchado suficiente! Ahora conocerán el poder…
¡de las sombras!
MATEO: ¡Ay no! ¡A mí me da miedo lo oscurito!
IRA: ¡Cállense! ¡Como odio a los humanos, principalmente a los cochinos pastores!
AVARICIA: No saben lo que les espera.
ESTHER: ¿Qué nos van a hacer?
MATEO: Mire señor diablo, la verdad es que todo fue idea de este, yo, pues la
verdad nada mas ando
cuidando los animales, si quiere, cómaselo a él, a mi me habla mi mamá.
LUJURIA: ¿De qué se preocupan? Si los vamos a llevar… ¡a una fiesta!
IRA: ¡Odio las fiestas!
LUJURIA: Miren, vamos a ir a un antro nuevo, se llama “Inferno” y ¡está bien chido!
A media
noche hacen un show bien padre con luces rojas y fuego. Luego ponen a unos bien
locos que hacen
como que se queman y otros vestidos de diablos les pegan con unos látigos; y todo
con música
electrónica.
ENVIDIA: ¡Uy! Pues no creo que los dejen entrar con esas fachas.
LUJURIA: No se preocupen, yo conozco al dueño del antro, se llama Lucifer y es
bien buena onda. Yo conozco ése y todos los antros del mundo, yo los puedo meter
a la zona VIP sin problema. Lucifer está ansioso por conocerlos en persona.
GULA: ¡Ah! Y la comida y bebida son “sin gas”.
MATEO: ¿Sin gas?
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GULA: (Burlándose) Sí, ¡sin gas… tar! Todo lo que quieran hasta reventar como
globo.
AVARICIA: O sea, ¡es gratis! Me encanta todo lo que no tienes que pagar.
MATEO: (Asustado) A mí la verdad no me gustan mucho los antros y luego si tomo,
pues no puedo
manejar, ya sabe cómo se pone.
MARTHA: Sí, ya ha chocado varios burros.
JOSUÉ: Miren señores, nos da pena decir que no a la invitación, pero tenemos que
ir a Belén porque allá nos esperan. Es muy importante que no lleguemos tarde.
¿Verdad tú?
ESTHER: Sí. Además, yo dejé los frijoles en la lumbre.
LUJURIA: Pues no creo que en Belén se vayan a divertir más que en el “Inferno”.
JOSUÉ: Mire señor diablo, la verdad es que un ángel se nos apareció y nos dijo que
va a nacer Dios el
Salvador del mundo en un hermoso niño al que vamos a ver en Belén.
(Los diablos tratan de no vomitar haciendo gestos de asco mientras que Lucifer
entra a paso veloz con la mirada fija en los pastores. Su enojo se puede ver en su
cara. Se detiene junto a los diablos y frente a los pastores).
LUCIFER: (Furioso) ¡Pues precisamente por eso nos los vamos a llevar derechito al
infierno!
(Los pastores gritan asustados y los diablos lo saludan como militares. Los pastores
son rodeados y arrinconados lentamente mientras Lucifer habla. Los diablos sacan
cuerdas para intentar amarrar a los pastores.)
JOSUÉ: ¡Es Lucifer!
ENVIDIA: (Despectivo) ¡Sí mugrosos! ¡Es el jefe de jefes!
MATEO: ¿A poco es el de los Tigres del Norte?
LUCIFER: (Colérico) ¡Noooo! ¡Soy Satanás, el rey de las tinieblas!
(Mateo se desmaya en brazos de los pastores)
SOBERBIA: O sea, ¿qué onda con estos nacos? Discúlpelos jefe, es que tipo de que
no se les da, ¿sabe
cómo? Tipo los bajamos del cerro, o sea, tipo de que no tienen tele, por eso no lo
conocen.
LUCIFER: ¡Bola de ignorantes! No puedo creer que su Dios los haya a escogido a
ustedes de entre todos los habitantes de la tierra para ir a recibirlo, y luego ¡en un
pesebre! ¡Qué poco elegante! Si yo viniera a este mundo a nacer entre los
hombres, ¡nacería como un rey!, lleno de lujos, no como un mendigo entre animales
y en el frío de la noche.
AVARICIA: Sí jefe, pero acuérdese de que usted nos dijo que recortáramos los
gastos por la crisis.
LUCIFER: ¡Cállate chamuco codo! No me interrumpas cuando estoy haciendo
corajes. Tú no gastarías en cal…cetines ni aunque los tuvieras agujerados! (Respira
hondo) Decía que estoy harto de que Jesús les dé más importancia a unos ovejeros
ignorantes que a mí, que soy muy poderoso.
(Lucifer desenfunda una filosa espada y la apunta hacia los pastores. Los demás
pecados capitales también desenfundan espadas)
LUCIFER: Pues si Dios los quiere tanto, vamos a ver si va por ustedes… ¡hasta el
infierno!
(Los diablos empujan a los pastores para llevárselos a la fuerza cuando el arcángel
Gabriel entra imponente a escena desenfundando una gran espada).

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GABRIEL: ¡Eso no va a ser posible Lucifer! Deja en paz a esos inocentes
pastorcitos.
LUCIFER: (Sorprendido) ¡Gabriel!
GABRIEL: En el nombre del Señor de los cielos ¡te ordeno que regreses al agujero
de donde viniste!
LUCIFER: ¿Sabes qué? ¡Ya estoy harto de tus ñoñerías! ¡Me enfermas! Somos ocho
contra uno, no creo que vayas a salir liso de ésta.
(Los diablos a toman a los pastores como rehenes y ponen las espadas en sus
cuellos).
GABRIEL: Pues no creas que venga solo. Traje conmigo al Escuadrón Celestial de
Tácticas Especiales de Asalto.
(Rafael, Miguel y Angélica entran a escena por un costado desenfundando espadas
y portando pistolas cargadas con agua bendita para ahuyentar a los siete pecados
capitales. Los diablos tiemblan al ver al grupo de poderosos ángeles armados).
GABRIEL: Déjenlos ir y nadie saldrá herido.
LUCIFER: ¡Nunca! Nosotros llegamos primero y nos los vamos a llevar. No puedan
hacer nada.
GABRIEL: No me dejan opción… ¡Intervención, ahora!
MIGUEL: ¡Escuadrón! ¡A sus posiciones! ¡A mi señal!
ANGÉLICA: ¡Listo sargento!
RAFAEL: Esperando orden.
MIGUEL: ¡Agua benditaaaaaaa!
(Los ángeles desenfundan pistolas escondidas de agua bendita y disparan
velozmente contra los pecados capitales quienes sueltan a los rehenes debido a las
quemaduras que el líquido les provoca en la piel. Los pastores corren a
resguardarse tras los ángeles y diablos se retuercen en el suelo vencidos).
ENVIDIA: ¡Nooooo!
GULA: ¡Agua bendita!
AVARICIA: ¡Quemaaaa!
(Lucifer permanece de pie inmune al agua y más enojado que nunca. Los ángeles
arrastran al querubín hacia ellos para resguardarlo).
LUCIFER: ¡Ridículos! Necesitan más que eso para vencerme. Tú, Gabriel, de aquí
no nos vamos hasta que pagues por todo lo que he tenido que aguantarte. ¡Me
tienes harto! ¡Voy a acabar contigo aunque me vaya al infierno en el intento!
GABRIEL: ¡Te venceré por hablador Lucifer!
(Entra corriendo un referee de lucha libre vestido con pantalón negro, camisa
blanca y corbata negra de moño para interponerse entre Lucifer y Gabriel y los
separa con las manos).
REFEREE: ¡A ver señores! ¡Que sea una pela limpia! A sus esquinas por favor,
vayan con sus seconds.
LUCIFER: ¿Qué?
REFEREE: Dije que ¡a sus esquinas! ¡Los dos!
(Entran asistentes de escena y acomodan velozmente un ring de luchas con
cuerdas en el medio de escenario. Todos los presentes se acomodan para
presenciar el evento del lado de su luchador preferido. Dos comentaristas entran
por un lado del escenario con traje, corbata y audífonos para narrar el encuentro
luchístico).
COMENTARISTA 1 / C1: ¡Aficionados que viven la emoción de la lucha libre! Sean
bienvenidos a este
magno evento sin precedentes en la historia humana.
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COMENTARISTA 2 / C2: Esta noche la arena de Belén se viste de gala con un
encuentro ¡de lujo! Que
digo de lujo, no puedo encontrar palabras para describir la emoción que se respira
esta noche en la que
se juega el destino de la humanidad en una batalla campal de tres caídas sin límite
de tiempo.
C1: Así es mi estimado, esta será una noche de sorpresas traída hasta ustedes
gracias a “Camellenne”
…porque hay cosas que se heredan, pero hay otras que se ganan. Ya veníamos
venir este momento en
que las fuerzas del mal se animaran a retar a los poderosos e invictos ángeles del
cielo para luchar por el
control del universo.
C2: En este momento vemos llegar las comitivas de cada bando. Por un lado,
tenemos a los pecados
capitales del lado oscuro y a pastores y ángeles del lado celestial. Está por iniciar ya
este encuentro. Los
luchadores están listos para ser presentados.
(Se escucha música de rock pesado de AC/DC y sale por un lado Lucifer furioso,
seguido de su second y LUJURIA como Edecán. Los diablos enloquecen y todos
chocan palmas con Lucifer mientras pasa caminando. Lucifer entra al cuadrilátero
levantando los brazos mientras los del lado celestial lo abuchean fuertemente.
Lucifer voltea amenazante y todos se callan asustados).
C1: Señores y señoras, Los rudos, los rudos, los rudooooos! ¡Lucifer está encendido
esta noche!
C2: ¡Sí!, Literalmente, trae el chamuco adentro.
LUCIFER: ¡Miren lo que traigo raza! Y los golpes… ¡son mi comidilla!
(Se escucha música portentosa de orquesta y cantos corales mientras entra el
ángel Miguel imponente con la cara cubierta, seguido del arcángel Gabriel como su
second y Angélica como edecán celestial. Lucifer se sorprende y muestra temor
ante Miguel por lo que comienza a protestar ante el referee y el público. Miguel
sube despacio y serio al ring. Lucifer ya no se ve amenazante).
C1: ¡Atención! ¡No lo puedo creer! Esta vez el cielo no mandó al arcángel Gabriel en
representación.
Gabriel viene atrás ¡como second! ¿Quién es el ángel misterioso?
C2: ¿Quién más? Mira la cara de Lucifer… ¡es el ángel Miguel!
C1: ¡Señores! Y esto da la vuelta. Durante miles de años el ángel Miguel ha sido el
terror de los diablos,
¡es casi invencible! ¡Vaya que la tienen complicada los diablos!
(Los pastores y Ángeles enloquecen en la tribuna. Angélica pide apoyo del público
mientras los diablos protestan enojados por el sorpresivo cambio de luchador).
REFEREE: (En voz alta) Lucharán de dos a tres caídas, sin límite de tiempo. En ésta
esquina, con uniforme negro, rey de las tinieblas y del infierno mismo; terror de los
hombres… ¡Lucifer!
REFEREE: En la otra esquina, representando al reino de Dios, el cielo y los hombres
buenos, el ángel
guerrero, el terror de los diablos, el poderoso… ¡Ángel Miguel!
(El público enloquece aplaudiendo. Una guapa edecán de la arena sube al ring con
un letrero que dice “1ra. Caída”. Los presentes enloquecen y comienzan a aplaudir,

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chiflar y gritar. Las edecanes se retiran del ring y los seconds permanecen en las
esquinas. Los dos luchadores se aproximan al referee).
REFEREE: Quiero una pelea limpia. No se permiten golpes por debajo de la cintura.
Nada de trampas o trucos. Cuando uno esté sometido o se rinda cuento hasta tres y
se gana la caída. ¿De acuerdo? ¡A
pelear!
(Se escucha la señal para empezar. La gente grita. Miguel está tranquilo y
enfocado. Lucifer se muestra ansioso y quiere atacar primero. Cada ataque de
Lucifer es contrarrestado por una llave certera de Miguel quien termina haciéndole
una llave de la que Lucifer no se puede soltar y éste, vencido, se rinde. El referee
cuenta hasta tres y levanta el brazo de Miguel).
REFEREE: ¡A sus esquinas!
(Lucifer se arrastra hasta su esquina con dificultad y su second lo levanta para
atenderlo y lavar su cara golpeada. Miguel camina ligero hasta su esquina en donde
lo felicita su equipo y todos hacen respiraciones de yoga con las manos juntas).
SECOND: ¿Qué pasó Lucifer?
LUCIFER: ¡Ay! ¡Me están partiendo la mandarina en gajos! Éste Miguel sí es bueno
para los trancazos.
SECOND: No, mi chavo, pero ni pareces diablo. ¿Dónde están todas las mañas que
te enseñé?
¡Acuérdate! Factor sorpresa, engaño, mentiras, intimidación, insultos, golpes bajos,
piquete de ojos,
calzón chino, la ley del poste, bolita, despelucamiento, botellazo, estrangulamiento,
y puedo seguir.
LUCIFER: (Jadeando) Sí, ya sé, ya sé. Si yo los inventé todos. Lo que pasa es que
me sacó de base, pero ahorita no lo echamos. Tu nada más espérate.
(Suena señal de segunda caída. Entra al ring la edecán de la arena y muestra el
cartelón de “segunda caída” y sale del ring. Los peleadores se aproximan de nuevo.
Miguel está confiado y Lucifer furioso y recuperado. Lucifer ataca agresivamente y
saca de balance a Miguel con toda clase de trucos y trampas inesperadas. Los
pecados capitales tratan de ayudarlo y distraen al referee para que no se dé cuenta
Miguel cae al suelo por un piquete de ojos y ataques de los otros diablos).
MIGUEL: ¡Ay, mis ojos! ¡No puedo ver!
(El referee levanta el brazo de Lucifer ante la protesta general del público. Mientras,
salen vendedores a ofrecer comida, máscaras, posters y suvenires entre el público).
C1: ¡Los rudos, los rudos, los ruuuuuuudos! ¿Cómo les quedó el ojo? Miguel mordió
el cuadrilátero esta
vez. ¡Los diablos sacaron la casta! ¡Y de qué forma! ¡Qué gran lucha señores!
C2: Pues no estoy de acuerdo contigo mi estimado. Ese Lucifer sí que es un cochino
y tramposo. Pobre
Miguel, ¡ahora sí que se las está viendo negras!... literalmente. ¡Atención referee!
¡Que alguien le preste
unos lentes por favor!
(Gabriel atiende a Miguel que no ve bien debido al piquete de ojos que recibió.
Pronto está listo para regresar pero sigue teniendo dificultad para enfocar la vista.
El lado celestial se ve preocupado y tenso. Suena la señal para la tercera caída. La
edecán está mostrando el cartelón de “tercera caída” cuando es sorprendida por
Lucifer atacando sin piedad a Miguel. La edecán sale del ring despavorida).
LUCIFER: ¡Vamos angelito de pastorela! ¿Es todo lo que tienes? (Le propina un
golpe) ¡Toma, por ñoño!
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C1: ¡Que golpiza señores!
C2: ¡Es una masacre! ¡Lucifer no muestra piedad!
MIGUEL: ¡Ay! ¡No veo!
GABRIEL: ¡Busca la luz en tu interior y podrás ver! ¡Concéntrate!
(El second de Miguel le da instrucciones en otro idioma y Miguel no entiende)
MIGUEL: ¿Qué? ¡Sen‐Sei! ¡No le entiendo, en español!
(Lucifer sigue aporreando a Miguel, el second de Miguel se desespera gritando en
otro idioma. El second de Lucifer también da instrucciones emocionado en un
idioma extranjero).
GABRIEL: ¡Busca la luz! ¡La luz! (voltea al cielo desesperado) ¡Dios! ¡Ilumínalo
porque está tuerto!
MIGUEL: ¡Oh! ¡Sí! ¡Ya la vi! ¡Estoy viendo la luz… ya veo, ya veo! ¡Ya te vi diablo
cochino! ¡Ahora vas a
ver!
(Miguel se recupera de su ceguera y recobra su súper fuerza. Lucifer intenta repetir
el piquete de ojos pero Miguel lo bloquea rápidamente con la palma de su mano
atravesada entre sus ojos. Lucifer mientras le tuerce la mano al revés a Lucifer
quien se inca de dolor).
LUCIFER: ¡Aaaaay! ¡Ya, ya, yaaaaa Miguel! ¡Miguelito! ¡Mamá!
(Miguel suelta a Lucifer por piedad a Lucifer quien se queda encorvado en el suelo
de dolor. El ángel se pasea por el ring levantando los brazos mostrando su poderío;
el público se emociona y recobra la esperanza al ver a Lucifer casi derrotado).
MIGUEL: ¡Lucifer! Dios muestra compasión y perdona a todos los que le hacen
daño; por eso te digo
ahora que te rindas. ¡Es tu última oportunidad! Ya no puedes hacer nada para
impedir que se cumpla la
voluntad de Dios. ¡Pastores, los libero de este demonio!
(La arena rompe en gritos y porras para Miguel. Los diablos se ven unos
desmoralizados y otros inconformes. Lucifer sigue encorvado de rodillas sin
responder. Sigilosamente, Envidia y el second de Lucifer, se las arreglan para
acercarle una silla/caja/tabla. Los demás diablos se coordinan para protestar por el
castigo que Miguel utilizó y así distraer al referee de las acciones de Lucifer. El
público y Miguel se dan cuenta de las intenciones de Lucifer y empiezan a gritar. El
referee sigue de espaldas a los luchadores).
LUCIFER: ¡Esto todavía no se acaba Miguel!
C2: ¡Atención! ¿Qué se propone Lucifer? ¡Eso es ilegal! ¡Cuidado Miguel!
C1: ¡Por fin reaccionan los diablos! ¡Dale con todo!
(Lucifer se abalanza contra Miguel cargando el objeto ilegal sobre su cabeza. Miguel
se coloca de espaldas al referee y hace un movimiento rápido para esquivar el
ataque mientras el peso del ataque cae de lleno el distraído referee quien cae al
suelo aturdido).
LUCIFER: ¿Qué? ¡No, no! ¡Yo no fui!
C2: ¡Señores y señoras! ¡No puedo creer lo que ven mis ojos! ¡Al referee no,
Lucifer! ¡Eso ha de haber
dolido!
(El referee se encuentra en el suelo semiconsciente mientras Miguel y otros se
acercan a ayudarlo. El referee se levanta con ayuda sobándose la cabeza y voltea
rápidamente a ver a Lucifer. Con visible enojo, levanta la mano de Miguel
declarándolo ganador y la arena explota en ruido, festejos y protestas por los
diablos).
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LUCIFER: ¡Noooooooo!
C1: Esta vez Lucifer sí se pasó. Te doy la razón mi estimado colega. ¡Ni modo!
C2: ¡Eso les pasa por cochinos y tramposos! Y los técnicos… ¡se llevan la victoria!
¡Esto es la locura, la
tribuna grita de emoción, qué gran pelea de titanes y qué final! ¡No apto para
cardíacos!
C1: Y así terminamos esta emisión con esta imagen de los ángeles victoriosos
salvando al mundo del mal una vez más.
C2: Recuerde, este evento fue patrocinado por “Camellene”. Porque hay cosas que
se heredan y otras
que se ganan.
C1: Hasta la próxima.
(Los pastores y ángeles festejan brevemente cuando se acuerdan de la presencia
de los diablos. Los pecados capitales, ya maltrechos y lastimados por el agua
bendita, intentan jalar al vencido y débil Lucifer para escapar).
LUCIFER: ¡Tontos ángeles ñoños! ¿Qué celebran? ¿Eh? ¿A poco creen que ya
ganaron? Todo este tiempo que los hemos estado retrasando es suficiente para
esos mugrosos pastores lleguen muy tarde al famosos pesebre. ¡Ha!
ENVIDIA: Como pueden ver, todo estaba planeado desde el principio y cayeron en
la trampa como
moscas.
IRA: ¡Yo odio las moscas!
GABRIEL: ¡Silencio, diablo cizañoso! ¡Envidia, de todos los pecados, eres el peor!
Tus mentiras solo
causan problemas. ¡Vete con los demás perdedores, ya no tienes poder sobre estos
pastores!
MATEO: (Angustiado) ¡No! ¡La Camellenne!
GABRIEL: ¡Pastores! No escuchen nada de lo que estos diablos les digan. Yo les
aseguro que aún es
tiempo de llegar al pesebre. El niño Dios está por nacer y les aseguro que José y
María se alegrarán de
verles. Si siguen ese camino llegarán en unos minutos. (Cambia su tono de voz y
voltea con los diablos) Y
ustedes… ustedes vienen con nosotros. Serán juzgados uno por uno en el cielo.
(Los diablos asustados voltean a todos lados tratando de encontrar una salida.
Rápidamente, todos los ángeles y pastores impiden la escapatoria de los diablos
rodeándolos con espadas y pistolas de agua bendita. Lucifer da pasos hacia atrás
tratando de alejarse del escuadrón).
JOSUÉ: ¡Ángel Gabriel! ¡Lucifer se quiere escapar!
ENVIDIA: ¡Vámonos Lucifer!
AVARICIA: ¡Sordo, sordo!
GABRIEL: ¡Alto ahí! ¡Escuadrón, intervención!
(El escuadrón Celestial encañona a los pecados capitales con sus pistolas de agua
bendita y los pecados capitales levantan las manos temerosos. Lucifer se adelanta
a escaparse corriendo derribando diablos).
SOBERBIA: Oigan, ya no disparen. O sea, tipo de qué ¿por qué la agresión?
IRA: ¡Odio el agua bendita!
ESTHER: ¡Aguas, se está escapando!
MATEO: ¡Sí! ¡Órenle! ¿Pos pa’ qué tienen al Escuadrón Celestial?
MIGUEL: ¿Lo alcanzo Gabriel?
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MARTHA: ¡Sí, que se lo quiebren por méndigo!
GABRIEL: No. Déjenlo que se vaya.
(Lucifer sale a prisa por un costado y sale de escena)
MATEO: Pero… ¿por qué? Si es bien canijo, mira todo lo que nos hizo. Además
entre todos si hacemos
que se le enchinen los cuernos con unos trancazos.
GABRIEL: Queridos pastorcitos, la Navidad está por llegar. La Navidad es una
época de perdón. Dios
perdona todo lo que hacemos mal. El mundo necesita de Lucifer para lograr un
balance entre el bien y el
mal. Los humanos son libres de escoger hacia qué lado irse. Además, ese Lucifer no
tiene remedio, su
corazón está lleno de odio y como dice el dicho… ‘diablo que crece torcido, jamás
sus cuernos
endereza’.
MATEO: ¡Órale! Ahora que lo dice señor “Grabiel”, no lo había visto de esa manera.
JOSUÉ: Tiene razón señor “Grabiel”. Si odiamos a Lucifer por lo que nos hizo,
seríamos igual que él.
GABRIEL: (Molesto) Gabriel, no “Grabiel”.
JOSUÉ: “Grabiel”.
GABRIEL: ¡Gabriel!
MATEO: Por eso, “Grabiel”. Gra‐biel.
MIGUEL: G‐a‐b‐r‐i‐e‐l.
MARTHA: Pos eso dijo, ¿no? (Segura de sí) ¡Grabiel!
JOSUÉ: ¿Pos cómo se dice entonces?
GABRIEL: (Desesperado se estira el cabello) “¡Grabiel!”
MATEO: ¿Ya ve? Ya pudo decirlo bien. Es “Grabiel”.
GABRIEL: ¡Noooo! ¿Ya ven? ¡Ya me confundieron!
SOBERBIA: ¡Gabriel, se dice Gabriel! O sea, ¿no pueden? ¡Oso!
GABRIEL: ¡Bueno ya! ¡Cada quien dígalo como Dios le dé a entender! A ver…
(Respira profundo)
Tranquilo, Dios dame paciencia. El punto es que ustedes pastorcitos tienen que
apurarse para llegar al
pesebre y ustedes diablos… ¿qué hacemos con ustedes? Creo que ha llegado su fin.
GULA: ¿Qué nos van a hacer?
GABRIEL: Bueno, ya que fastidiaron bastante a estos nobles pastores, serán ellos
los que decidirán su
castigo. Josué, como líder de grupo decide tú su castigo.
JOSUÉ: ¡Ya sé! Que nos acompañen todo el recorrido hasta el pesebre y que
carguen todo para que
aprendan.
(Los diablos protestan inconformes)
GABRIEL: Que así sea. ¡Escuadrón! Ustedes custodiarán a los diablos todo el
tiempo. No duden en usar sus pistolas de agua bendita si alguno se trata de
escapar.
(Entran por un costado sorpresivamente tres reyes “magos” de diferentes
nacionalidades cargando regalos para el niño Dios y se alegran de ver a los
pastores y a los ángeles)
MELCHOR: ¡Buenas noches! ¡Ángel Gabriel! ¿Qué está haciendo aquí?
GABRIEL: ¡Oh! ¡Los reyes magos, los estábamos esperando?
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ESTHER: ¿Reyes?
GASPAR: Sí, nobles pastores. Somos reyes de reinos muy lejanos dueños de
grandes tierras y palacios.
Tenemos ya muchos días y noches viajando por el desierto para conocer al niño
Dios y le traemos
regalos.
MATEO: ¡Achis! ¿Y ustedes cómo supieron?
BALTAZAR: El mismo Ángel Gabriel en persona se nos apareció hace ya semanas y
nos dio la gran noticia,
también nos habló de ustedes. Ya falta muy poco para llegar. ¡Vamos todos juntos!
GABRIEL: No se preocupen pastores, ellos no participan en la promoción de la
“Camellenne”.
PASTORES: ¡Ahhh!
MELCHOR: ¡Pues vámonos entonces!
MIGUEL: ¡Escuadrón! ¡Formación de custodia!
ANGÉLICA: ¡Listos!
RAFAEL: ¡Muévanse diablos!
GABRIEL: ¡Adelante!
(Todos salen de escena)

Escena 5. El pesebre de Belén.

(Se encuentran en escena José, María y el niño Jesús. Es de noche y la familia se


encuentra instalada en un establo con animales de granja. Hace un poco de frío.
María está cansada por el parto pero sonríe sentada al ver al bebé en el pesebre
mientras que José admira a su hijo de pie junto a su esposa).
JOSÉ: ¿Cómo te sientes María?
MARÍA: Muy cansada José, me duele todo, pero lo que más me preocupa es que no
tenemos suficiente
ropa para el bebé y está haciendo frío. No quiero que se enferme.
JOSÉ: Aguanta, solo por esta noche. Yo sé que no es el lugar que quisiéramos para
pasar la noche pero
así lo predijo el Ángel Gabriel y todo se ha cumplido.
MARÍA: Todo menos que dijo que recibiríamos visitas especiales que vendrían a ver
a Jesús.
JOSÉ: ¡Mira! Viene gente.
(Entran pastores, reyes, ángeles y diablos por un costado y se acercan al pesebre
bajando la cabeza en señal de respeto)
MARÍA: ¡Híjole, pero son un chorro y no tenemos nada que ofrecerles José!
(Los diablos se amontonan por detrás del grupo curiosos para ver al bebé. Los
pastores se abren paso entre el grupo para llegar primero; se hincan para adorar al
niño Dios).
MATEO: ¡Con permiso!
MATEO Y MARTHA: Hola. Somos los pastores de Belén y venimos a adorar al niño
Dios.
MATEO: ¡Sí! ¡Prueba superada! (celebra con Martha y los demás pastores que
lograron su meta).
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JOSÉ: Gracias por venir a todos. El ángel nos dijo que vendrían.
MELCHOR: Buenas noches somos los reyes de los reinos más grandes de los
diferentes continentes y nos ponemos a los pies del niño que salvará al mundo.
BALTAZAR: Hemos traído regalos, lo mejor de nuestras tierras.
ESTHER: Yo traje algo para el frío. ¡Oh, que bebé tan bonito!
MARTHA: ¡Ay sí! Está bien chulo. ¿Qué pachó bebé? ¿’On ‘ta a bebé? ¡Ahí ‘ta bebé!
JOSUÉ: ¡Martha! Deja a ese niño, lo vas a hacer llorar. Discúlpenla, está muy
emocionada.
ENVIDIA: ¡Cácaro! No dejan ver.
MIGUEL: ¡Atrás Envidia! ¿Qué quieres ver?
ENVIDIA: ¡Oh, pues que agresividad! ¿No puede uno ver nada más por curiosidad?
GABRIEL: Miguel, déjalos que se acerquen para ver.
MIGUEL: ¡Pero… Gabriel!
GABRIEL: Tranquilo Miguel, dales una oportunidad.
(Los diablos se acercan a ver al niño y se sorprenden al ver su belleza).
ENVIDIA: Lucifer nos dijo mentiras.
IRA: Sí, nos dijo que el niño Dios iba a ser feo y más creído que Soberbia.
SOBERBIA: O sea, que mala onda del Lucifer. Tipo de que nos dijo que el niño que
naciera para salvar al mundo iba a ser bien sangrón y que iba a nacer tipo VIP, o
sea, ¿saben cómo? ¡Nada que ver! Claro de
qué bien sencillo. ¡Oso que nos la pasamos criticándolo! O sea, yo si quiero pedir
una disculpa. O sea,
“sorry” por todo.
IRA: Ya que lo vi, no me cae tan gordo.
PEREZA: A mí me dio mucha flojera venir, pero valió la pena.
GULA: A mí Lucifer me dijo que este niño crecería rodeado de manjares de rey y
que no los compartiría
con los pobres, pero ahora veo que no es cierto.
AVARICIA: A mí generalmente no me gusta compartir mis cosas, pero realmente
me arrepiento de no
haber traído nada para regalar hoy.
ENVIDIA: Pastores, discúlpenos por todo lo que les hicimos, en especial yo. Todo el
tiempo vivimos
engañados por nuestro exjefe, el cual nos abandonó corriendo.
JOSUÉ: Como bien dijo el señor “Grabiel”. (Voltea con Gabriel) Discúlpeme, es que
no me sale decir
Gabriel. Es Navidad. La profecía de los ángeles se cumplió y todos debemos
celebrar y perdonar; así
que… ¡no hay fijón! (Le extiende la mano a Envidia y se estrechan).
LUJURIA: ¡Pido la palabra! Me da mucho gusto… que estemos todos reunidos esta
noche ya
como amigos. Yo… yo propongo… un brindis… ¡por Chuyito, el nuevo miembro de
la familia! ¡Larga vida
a Jesús! ¡Salud!
TODOS: ¡Salud!
GABRIEL: ¡Y feliz Navidad!
TODOS: ¡Feliz Navidad!
(Todos los presentes en el pesebre se felicitan con abrazos y admiran al niño Dios
en su pesebre. Se escucha música navideña de fondo)
.
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(Narrador cierra con mensaje navideño).

FIN

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