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Tizón, Jorge L.; Artigue, Jordi; Parra, Belén; Sorribe, Marta; Ferrando, Josep; Pérez,
Conxita; Pareja, Françesc; Gomá, Marta; Marzari, Belén

Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una
detección preventiva?
Clínica y Salud, vol. 19, núm. 1, 2008, pp. 27-58
Colegio Oficial de Psicólogos
España

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Clínica y Salud
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Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.° 1 - Págs. 27-58. ISSN: 1135-0806

ARTÍCULOS

Factores de riesgo para padecer


trastornos psicóticos: ¿Es posible
realizar una detección preventiva?
Psychosis risk factors: Is there a chance
for preventive identification?
JORGE L. TIZÓN1
JORDI ARTIGUE1
BELÉN PARRA3
MARTA SORRIBES4
JOSEP FERRANDO5
CONXITA PÉREZ1
FRANÇESC PAREJA2
MARTA GOMÁ6
BELÉN MARZARI2
Fecha de Recepción: 09-11-2005 Fecha de Aceptación: 26-03-2008

RESUMEN
Introducción: Revisión de los factores de riesgo para las psicosis desde la
perspectiva de la literatura internacional y desde la perspectiva de la experien-
cia clínica e investigadora del equipo.
Objetivo principal: Se presenta el diseño y las primeras pruebas de un instru-
mento de exploración y cribaje de señales de alarma y factores de riesgo de
trastornos mentales severos, y en especial trastornos psicóticos, aplicable en los
primeros años de vida por parte de los servicios de atención primaria de salud y
los equipamientos de salud mental vinculados con ellos. Se trata del LISMEN
(Listado de ítems de Salud Mental en edades preescolares y escolares).
1 Equip d’Atenció precoç al Pacient amb Psicosi (EAPPP), Institut Català de la Salut, Barcelona.
2 Unitat de Salut Mental Sant Martí-La Mina (ICS, Barcelona)
3 Universitat de Barcelona, Secció Departamental de Treball Social i Serveis Socials.
4 Unitat de Alcoholisme de Barcelona (ICS, Barcelona)
5 Institut Municipal de la Salut, Ajuntament de Barcelona.
6 Becaria de Investigación del Proyecto SASPE y el Proyecto LISMEP (ICS, Barcelona).

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Metodología: 5 muestras diferentes, tanto de edad infantil como de adul-


tos. El trabajo se centra en la muestra A del Proyecto LISMEN: Se trata de un
estudio descriptivo retrospectivo de los dossieres de los pacientes que han
desarrollado una psicosis (N=838) y se habían visitado previamente, ya durante
la infancia, en la misma Unidad de Salud Mental (N=120).
Resultados: Se utilizan los resultados de las muestras anteriormente estu-
diadas para encuadrar el tema y presentar los primeros resultados de la mues-
tra A: Estos señalan una constelación de factores de riesgo que aparecen ya
en las historias o dossiers clínicos de la infancia de los pacientes que van a
desarrollar una psicosis postpuberal.
Conclusiones: Aunque hoy poseemos un amplio acervo de conocimientos
sobre factores de riesgo de la esquizofrenia y otras psicosis, eso no implica
que podamos predecir el trastorno en base a los mismos. El LISMEN es un
intento en ese sentido.

ABSTRACT
This paper reviews risk factors associated with psychosis from both a litera-
ture perspective and the clinical and research practice. The development of a
tool for the diagnosis and screening of alarm signs and risk factors of severe
mental disorders is described along with preliminary tests. The tool is aimed
to be administered by primary health care systems and associated mental
health teams during a person’s early years. The tool is called LISMEN
–standing for “list of mental health items at pre-school and school ages”.
The list was administered to 5 different samples including children and
adults. This paper focuses on Project LISMEN sample A. It is an investigation
of medical records of patients who had developed a psychosis (N = 838). A
number of them (N = 120) had already been assisted by the same Mental
Health Unit during their childhood. Samples already assisted were used as a
benchmark for sample A preliminary results. A constellation of risk factors had
already been identified in medical records during the childhood of people who
would develop a psychosis after their adolescence.
Even though there is a broad pool of knowledge on risk factors associated
with schizophrenia and other psychoses, this does not mean that prediction of
the disorder can be made on this base. Nevertheless, LISMEN is a contribu-
tion in this direction.

PALABRAS CLAVE
Esquizofrenia, Psicosis, Detección Precoz, Prevención - Factores de riesgo,
Prevalencia.
KEY WORDS
Schizophrenia, Psychosis, Early detection, Prevention, Risk Factors, Prevalence.

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J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

1. PLANTEAMIENTO GENERAL Y dos según las muestras (Brewin,


ESTADO ACTUAL DEL Cantwell, Dalkin, Fox, Medley, Gla-
PROBLEMA zebrook 1997, Alanen, 1997, Torrey,
2002), el síndrome llamado “esqui-
1.1. Introducción zofrenia” conlleva un grave deterioro
de la personalidad, de las capacida-
Los síndromes esquizofrénicos y, des cognitivas y sociales del indivi-
en general, los trastornos psicóticos duo y de toda su vida social, afecta-
son los trastornos mentales que, ciones difícilmente recuperables una
probablemente, suponen más sufri- vez que el trastorno ha desarrollado
mientos y costos, tanto psicológi- su efecto desorganizador a través
cos (individuales y familiares) como de varios episodios o recaídas.
micro y macrosociales. Las tablas 1
y 2 muestran un resumen esquemá- Por otra parte, la vieja discusión
tico de las repercusiones psicológi- entre “episodio” y “brote” (sin rela-
cas, psicosociales y sociales de ción con la vida anterior del indivi-
tales trastornos. Es bien sabido que, duo) no es sostenible hoy en día: Se
en proporciones que pueden llegar sabe cada vez más de los síntomas
al 40 o 60 por ciento de los afecta- prodrómicos de la esquizofrenia, del

Tabla 1. El coste de la esquizofrenia (realizada a partir de Bourgeis, 1999)

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Tabla 2. El sufrimiento de la esquizofrenia

amplio período que pasa entre sus cos menores (SNM) y, desde luego,
primeras manifestaciones y el reco- la existencia de numerosas diferen-
nocimiento y primeros tratamientos cias entre el desarrollo de los niños
del trastorno: la DUP, Duration of que luego van a ser esquizofrénicos
Untreated Psychoses (McGlashan, y otros niños de control, incluso
1996; McGorry, 1996; Häfner y Der hermanos de los afectados. (Chaf-
Heiden,1997, 1998; McGorry, Yung, fin, Kelleher, Hollenberg, 1996; D’A-
Phillips, 2001). Pero es que, ade- mato y Saoud, 1996; David, Malm-
más, tanto las investigaciones berg, Brandt, Allebeck, Lewis, 1997;
retrospectivas como prospectivas Dalman, Thomas y David 2001; Lei-
cada vez aportan más datos consis- derman, 2004). Hay investigaciones
tentes tanto con las hipótesis psico- que apuntan incluso a la existencia
analíticas antiguas, que encontra- de diferencias visibles desde el pri-
ban fundamentos psicogenéticos en mer año de la vida (Leiderman,
la dinámica de las psicosis, como 2004).
con las hipótesis y modelos más
modernos, basados en los posibles El problema es que tales datos a
trastornos cognitivos, neuroevoluti- menudo se asientan en estudios
vos y del neurodesarrollo. Son datos que metodológicamente poseen
que tienen en cuenta, por ejemplo, importantes lagunas y, por otro
la existencia de síntomas neurológi- lado, son poco específicos: En reali-

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J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

dad, en la mejor de las posibilida- Tizón, Parra, Artigue, Ferrando,


des, predicen trastornos mentales Catalá Sorribes, 2006). Una comple-
en los casos detectados, y sin dife- jidad que aumenta si tenemos en
renciar demasiado si los mismos cuenta los problemas éticos y eco-
aparecerán en la propia infancia, o nómicos de ese tipo de estudios
bien en la adolescencia o en la edad (Herrera, Autonell, Spagnolo, Gis-
adulta. Por otra parte, en esta situa- pert, 1990).
ción los problemas metodológicos
son fácilmente comprensibles: a Por otra parte, como es fácil
nivel epidemiológico habría que suponer con sólo observar la lista
seguir poblaciones de 10.000 per- de indicadores y factores de riesgo
sonas o 3.000 pacientes psiquiátri- que aparecen en las tablas 3 y 4
cos para detectar nueve casos al (Herrera et al, 1990; Leiderman,
año (Leiderman, 2004, Tizón, 2004a, 2004; Tizón, 2004 a y 2004b; Arti-
b y c, Artigue,Tizón, Parra, Gomá, gue et al. 2004; Tizón et al, 2006),
Ferrando, Sorribes et al. 2004; gran parte de ellos son inespecífi-
Tabla 3. Factores de riesgo de la esquizofrenia según la perspectiva
del neurodesarrollo

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Tabla 4. Antecedentes y factores de riesgo precoces en la infancia para la


esquizofrenia posterior: El «Listado SASPE»
(Señales de Alarma y Signos Prodrómicos de la Esquizofrenia)

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J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

cos: el deseo de encontrar factores en esas edades de un mayor riesgo


específicos de prevención para este de sufrir un trastorno psicótico en la
tipo de trastornos mentales severos adolescencia y/o edad adulta si
corre el riesgo de no ser más que aquella persona, y/o familia, y/o
una mera ilusión, al menos en nues- entorno social, no recibe una con-
tros días. tención o ayuda psicosocial y de
salud mental. El desideratum con-
Ahora bien: la clínica de los equi- siste en que se encontrara un posi-
pos de atención precoz y de los ble marcador, biológico o psicoso-
equipos de salud mental de la pri- cial, que fuera accesible, sensible y
mera infancia apunta cotidianamen- específico, para predecir ese des-
te a la importancia del tratamiento arrollo posterior. Hay investigadores
precoz de los niños que presentan que trabajan con esa idea, tanto a
muchos de esos tipos de déficits nivel biológico (genética, genómica,
funcionales y relacionales. Y mues- neurotrasmisores, neuroimagen,
tra también, cada vez con mayor pruebas neurocognitivas...) como a
frecuencia, importantes resultados nivel psicológico o social (pruebas
positivos tanto de numerosas inter- cognitivas, estudios de la dinámica
venciones precoces (Meissels, familiar, estudios escolares, estu-
Shonkoff, 1990) como del trata- dios de los aportes de resiliencia
miento precoz (Delgado, Muga, To- sobre familias y niños vulnerables a
rregrosa, Garrell, Tizón, 1998; padecer el trastorno...). Ahora bien:
Mazet, Houzell, Burzstejn, 2000; hemos de reconocer que, hasta el
Manzano, 2001; Manzano, Palacio- momento no se han encontrado
Espasa, 2002; Jané-Llopis, 2004). esos marcadores delimitados y
Los resultados preventivos, como específicos. Posiblemente, el dato
era de esperar, se observan cuando proporcionado por la investigación
los tratamientos no son meramente que más se les aproxima es el apor-
farmacológicos y, cuando, además tado por los estudios de Olin y cola-
de realizar el necesario apoyo psi- boradores (Olin, Mednick, 1996,
cológico del niño, se centran en el Olin et al, 1998), que han llegado a
apoyo y contención psicosocial de determinar la gran importancia pre-
la familia y los núcleos vivencia- dictiva en este ámbito de las califi-
les naturales de desarrollo del niño caciones de los comportamientos
(Manzano, 2001; Mental Health Eu- de los niños realizadas por sus tuto-
rope – European Comisión, 2000; res y de los informes escolares
Tizón, 2001 a y 2001b; Manzano, –aunque de forma mucho más clara
Palacio-Espasa, 2007). en niños que en niñas–. En sus es-
tudios, han tenido en cuenta diver-
En consecuencia, hoy en día sos grupos diagnósticos y la sensi-
numerosos grupos de investigación bilidad, especificidad, poder predic-
están trabajando con la idea de tivo positivo y poder predictivo ne-
determinar una serie de señales de gativo de las apreciaciones de maes-
alarma y factores de riesgo en la tros que han conocido al chico al
infancia que nos pueden informar ya menos tres años.

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Por ello, alternativamente, pode- hacia el conjunto de los trastornos


mos pensar que, si bien de momen- mentales severos. Por otra parte,
to no poseemos marcadores bioló- hoy en día sería más que dudoso
gicos, psicológicos o sociales claros desde el punto de vista deontológi-
y específicos, tal vez sí podríamos co y ético detectar niños o familias
determinar la existencia de una con dichos factores de riesgo y
constelación o agrupación de seña- montar con ellos “grupos control”,
les de alarma y factores de riesgo sin intervención al menos psicoso-
que correlacionaran significativa- cial. Pero si pudiéramos determinar
mente con la aparición de un tras- una serie de ítems de los habitual-
torno psicótico en la adolescencia mente valorados en sus exploracio-
y/o edad adulta (Leiderman, 2004; nes y dossieres clínicos, conjunto
Tien, Eaton,1992; Kagan, Zentner, que proporcionara un índice de ries-
1996; Jorm, et al, 1997; Ellison, Van go valorable, suficiente (por ejem-
Os J, Murria, 1998; Isohanni et al, plo, con una sensibilidad cercana al
1998; Jones, Rantakallio, Hartikai- 25-33%), esa constelación de facto-
nen, Isohanni, Sipila, 1998; Suivi- res de riesgo podría ser sumamente
saari, Haukka, Tenskenen, Lönnq- útil para realizar revisiones conjun-
vist, 1998; Marcelis Navarro Mateu, tas de historias o poblaciones por
Murria, Selten, Van Os J, 1998; parte de los equipos de Atención
Jones, Tarrant, 2000; Konnecke, Primaria de Salud (APS) y de Salud
Hafner, Maurer, Loffler, Heiden, Mental comunitaria (SMC); o bien
2000; Nicolson, Lenane, Singara- “auto-revisiones” por parte de los
charlu , 2000). propios equipos de atención prima-
ria.
Si ello pudiera ser así, a pesar de
las insuficiencias del instrumento, Hoy ya existen instrumentos tales
poseeríamos una aproximación con como el ARBB (Guedeney, Charron,
respecto a los niños que podrían Delour, Fermanian, 2001; Guedeney,
evolucionar hacia un trastorno psi- Fermanian, 2001), el CBCL (Childre-
cótico (en la infancia, en la adoles- n’s Behaviour Checklist) (Achen-
cencia o en la edad adulta), sin bach, 1992), el RCQ de la propia
tener que realizar para ello farrago- OMS (Tizón, Ciurana, 1994; Tizón et
sos, costosos y éticamente dudo- al , 1997; Tizón et al, 2003) y otros
sos estudios poblacionales generali- muchos, para poder realizar la
zados de detección. (Herrera, et al exploración y cribado de posibles
1990). Sobre todo, porque no pare- trastornos mentales en la infancia.
ce muy probable que, en los años La perspectiva clínica nos lleva a
próximos, los equipos de atención pensar que si esos trastornos son
primaria, tanto pediátricos como de graves y no resultan tratados, lo
medicina de cabecera, puedan reali- más probable es que evolucionen
zar estudios periódicos para detec- en su mayoría hacia trastornos
tar esa vulnerabilidad a la esquizo- mentales severos en la vida adulta.
frenia y otras psicosis y ni tan Pero el problema es que difícilmente
siquiera estudios de vulnerabilidad los equipos de APS van a utilizar

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dichos cuestionarios o escalas y, mental grave en la propia infancia o


menos aun, de forma sistemática: más adelante. En especial, en la
En teoría, no parecería difícil que los “población general”, es decir, en los
utilizaran por ejemplo una vez al año niños que no están en contacto con
o con todos sus primeros consul- los dispositivos psicosociales y psi-
tantes; pero en la práctica asisten- cológicos (donde, como mucho,
cial actual ese objetivo parece hoy consulta el 10 por ciento de los ni-
inalcanzable. ños de nuestras poblaciones, cuan-
do en realidad la prevalencia de
Un equipo de expertos creado trastornos relacionales, mentales o
por la Generalitat de Catalunya ha psicopedagógicos es en ellas del
intentado completar el ampliamente 20-25 %; Tizón, 2001a, 2001b; New-
utilizado “Programa del Niño Sano” ton,1992; Cox, 1993).
con un “Protocolo de Salud Mental”
dentro de él, de forma tal que los
pediatras pudieran detectar precoz- 1.2. Antecedentes
mente vulnerabilidades o factores
de riesgo de psicopatología en la Para poder tener en cuenta en la
infancia (Amigó et al, 1999). En asistencia los datos proporcionados
pocos años, dicho protocolo ha por los estudios empíricos sobre el
mostrado, sin embargo, una serie tema, hay que recordar y partir de
de problemas de validez externa y los conceptos de factores de riesgo
pragmática: 1) A pesar de su senci- y señales de alarma. Siguiendo las
llez, está encontrando dificultades orientaciones del Programa del Niño
para su uso generalizado entre los Sano de la Generalitat de Catalunya
pediatras. 2) Como, en general, (Amigó et al, 1999), entendemos por
dada la orientación dominante en la factor de riesgo para la salud mental
pediatría española, ocurre con casi de la infancia toda característica o
cualquier tema de salud mental. 3) circunstancia del niño o niña que
Por otra parte, en realidad, el Pro- comporte una mayor posibilidad
grama del Niño Sano no es utilizado estadística de trastorno psicopato-
por los médicos de cabecera y lógico que la observada en la pobla-
enfermeras de medicina de familia, ción general. Por señal de alarma,
que sí visitan y recogen comunica- todo signo, síntoma o conjunto de
ciones y datos sobre niños, púberes manifestaciones que, si aparecen en
y adolescentes que podrían entrar determinada edad, deben de hacer
en ese protocolo de detección. pensar inmediatamente en la posibi-
lidad de un trastorno psicopatológi-
De ahí el interés y el impacto co. Es necesario tener en cuenta
potencial que podría poseer el dis- para la apreciación de dichas seña-
poner de un instrumento predictivo les elementos contextuales y am-
de utilización ágil en las consultas bientales, tales como el momento
de atención primaria, especialmente del desarrollo del niño, la intensidad
en pediatría, que nos permitiera y la duración del síntoma, la influen-
determinar el riesgo de trastorno cia desadaptadora de los trastornos

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

en los diferentes entornos (familia, podemos hacer las siguientes agru-


escuela, tiempo libre), etc. paciones:

Sobre señales de alarma y facto- 1. Factores de riesgo perinatales:


res de riesgo en la infancia empieza Complicaciones obstétricas
existir un cierto corpus bibliográfico (Nicolson, et al, 2000; Parella-
y teórico. Las revisiones suelen da, 2001; Hollie, 2001; Dalman,
coincidir en la existencia de una Thomas, David, 2001), exposi-
serie de precursores o señales de ción materna a infecciones
alarma inespecíficas (Olin y Medi- virales durante el segundo tri-
nich, 1996; Kagan, Zentner, 1996; mestre del embarazo (Ste-
Volkmar, 1996; Yung et al, 1996; phen, 2001), bajo peso al
Salokangas, 1997; Jones et al, nacer (Jones et al, 1998;
1998; Ellison et al, 1998; Yung et al, Jablesnski, 1999; McGrath,
1998; Olin et al, 1998; Jablenski, 2000), sufrimiento cerebral (Ja-
2000; Malla y Norman, 2002; Leider- blenski, 1999), infecciones en
man, 2004;Tizón, 2005; Tizón et al. el sistema nervioso central
2006). (Jablenski 1999; McGrath,
2000), prematuridad (Zabalza,
También hay que recordar que Manzano 1993; Jones et al,
existen factores que determinan una 1998; McGrath, 2000; Manza-
vulnerabilidad sobre la cual los fac- no, 2001; Manzano, 2002), uso
tores de riesgo pueden facilitar aún de incubadora (McGrath,
más las evoluciones desfavorables. 2000), mala nutrición durante
Por ejemplo, el bajo peso al nacer el embarazo (McGrath, 2000;
predispone a numerosas repercu- Dalman et al, 2001), uso de
siones físicas y mentales, que sedantes por parte de la
aumentan si se da un medio social madre durante el embarazo
de alto riesgo (Institute of Medicine, (Choquet, Facy, Laurent,
1994; United Status Department of Davidson, 1982), signos de
Health and Human Services, 1999). asfixia neonatal (Dalman et al,
Asimismo, la acumulación de facto- 2001), depresión materna
res de riesgo puede aumentar la durante el embarazo y depre-
tendencia a que aparezcan trastor- siones puerperales (Jones et
nos (Leiderman, 2004). También, al, 1998; Zabala, Manzano,
cuando se sobreañaden factores 1999; Manzano, Palacio-Espa-
genéticos y ambientales (Parellada, sa, 2002), uso de tóxicos
2001; Tizón, 2004). durante el embarazo, incluido
el hábito tabáquico (Benned-
De acuerdo con nuestra revisión sen, 1998), etc.
de la bibliografía internacional sobre
factores de riesgo y señales de alar- 2. Antecedentes familiares: uno o
ma en personas que han desarrolla- dos de los progenitores pade-
do un trastorno mental grave del cen un trastorno psicótico (Ja-
tipo esquizofrenia y otras psicosis, blenski, 1999; Hans, Marcus,

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J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

Nuechterlein, 1999; Mc Grath, integrativo (pandismaduración)


2000). (Fish, 1992), déficits neuro-cog-
nitivo (Jablenski, 2000; Paino,
3. Situación familiar: familia mo- Lemos, 2003), alteraciones en el
noparental (Jablenski, 1999), desarrollo del lenguaje (Alanen,
edad avanzada de los padres 1997; Nicolson et al, 2000) y
(Dalman et al, 2001), situación mutismo selectivo (Zabala y
familiar de bajo nivel socio- Manzano, 1993; Jané, 2001),
económico (Bennedsen, 1998; etc.
Jablenski, 1999) o déficit de
integración social (Cornblatt, 7. Alteraciones en el desarrollo
2002). de los hábitos psicosomáticos:
Bebé o niño que se despierta
4. Salud: Inapetencia y resfriados frecuentemente por la noche
frecuentes en la primera infan- (Choquet et al, 1982), “insom-
cia (Choquet et al, 1982), retra- nio tranquilo” (Zabala y Man-
so en la deambulación (Alanen, zano, 1993; Manzano y Pala-
1997), ingresos o intervenciones cio-Espasa, 2002), etc.
frecuentes (Zabala y Manzano,
1993; Manzano, 2001; Manzano 8. Relaciones con los demás:
y Palacio-Espasa, 2002). Inhibición y pasividad (Zabala
5. Alteraciones en las primeras y Manzano, 1993), “enfados
relaciones madre -(padre)– frecuentes” (Choquet, et al,
bebe, tales como la depresión 1998), baja expresividad emo-
postparto, dificultades emocio- cional (Walter, Grimes, Davis,
nales en las primeras relacio- 1993), menos de dos amigos
nes, dificultades de alimenta- en la etapa escolar (Choquet
ción precoces, hospitalizacio- et al, 1998), hábitos solitarios
nes frecuentes, separaciones (Alanen, 1997).
frecuentes, dificultades del niño
para jugar, diferencias en la lac- Por otra parte, dentro de los tra-
tancia materna entre el niño y bajos sobre prevención de la psico-
sus hermanos, etc. (Choquet et sis también existe ya un incipiente
al, 1982; Zabala y Manzano, corpus bibliográfico a propósito de
1993; Olin et al, 1998; Jables- prevención específica en la infancia,
nski, 1999; Manzano 2001). con resultados discutidos (Herz,
1985; Ellison, et al, 1998; Malla y
6. Desarrollo cognitivo: déficits de Norman, 2002; Leiderman, 2004;
atención (Obiols, Clos, Cordero, Jané-Llopis, 2004). Como antece-
1992; Zabala y Manzano, 1993; dentes próximos, hemos de citar
Cornblatt, 2002), problemas en que los autores de esta comunica-
los aprendizajes tales como ción hemos participado en la elabo-
ciertos retrasos en el aprendiza- ración del Protocolo de Salud Men-
je de la lecto-escritura (Zabala y tal del Programa del Niño Sano
Manzano, 1993), déficit neuro- (Amigó, et al, 1999) y que miembros

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Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

del equipo investigador han partici- que se recogen o deberían recoger-


pado con esos objetivos en la ges- se bien en las historias clínicas de
tación del programa de “Prevención atención primaria actuales, bien en
en Salud Mental desde la Atención el propio Programa del Niño Sano.
Primaria de Salud del Programa de
Actividades Preventivas y Promo- La situación de nuestros disposi-
ción de la Salud” (PAPPS) y la tivos sanitarios, así como la forma-
Sociedad Española de Medicina de ción e intereses de nuestros profe-
Familia y Comunitaria (Tizón et al, sionales de APS, hace difícil que
1997;Tizón, 2001; Tizón, 2001; Ti- dichos profesionales –médicos de
zón, et al, 2003). familia, pediatras y enfermeras—
puedan desarrollar tareas específi-
cas de prevención en salud mental:
2. ¿ES POSIBLE DESARROLLAR En primer lugar, porque en el primer
UN INSTRUMENTO DE y segundo año de vida resulta difícil
DETECCIÓN PRECOZ? identificar lo que pudiera ser una
“constelación o conjunto” indicador
2.1. ¿Cómo enfocar el tema? de trastorno mental grave en la vida
adulta. Las tablas del desarrollo uti-
La importancia de planteamientos lizadas habitualmente (Protocolo del
como el que vamos introduciendo Niño Sano) pueden dar informacio-
es que, con el estado actual de nes contradictorias u orientar hacia
nuestros conocimientos, parece un desarrollo “normal”. Pero, sobre
posible que, actuando sobre algún todo, el problema consiste en que
conjunto de factores de riesgo y los profesionales de APS, dado lo
señales de alarma mediante la aten- frecuente de las consultas por
ción del niño/a y sus familiares o temas psicológicos y psicosociales
allegados en un servicio o programa en sus dispositivos, ante el temor
funcional preventivo o de atención de sobredimensionar los riesgos de
precoz, se puedan prevenir algunas salud mental, y, por lo tanto, de rea-
formas de trastornos graves de la lizar una detección de “falsos positi-
salud mental en la infancia y la apa- vos” muy amplia, tienden a soslayar
rición del trastorno mental severo en el valor de múltiples hallazgos que
la vida adulta (McGrath, 2000). Por figuran tanto en el Programa del
tanto, habría que determinar previa- Niño Sano como en su “Protocolo
mente ese conjunto de factores. de Salud Mental” (Amigó et al,
Pero determinarlos no tan sólo 1999). Por ejemplo, ante un niño dia-
desde el punto de vista de su espe- gnosticado de una enfermedad
cificidad, sensibilidad y poder dis- somática grave, que se pasa sema-
criminativo, sino también de su nas o meses en el hospital y sufre
accesibilidad: Deberían ser factores tal vez decenas de exploraciones e
de riesgo o señales de alarma acce- intervenciones biomédicas, es habi-
sibles para la asistencia cotidiana en tual que no se tengan en cuenta las
los equipos asistenciales habituales repercusiones que la enfermedad,
A ser posible, deberían ser factores las separaciones y la medicalización

38 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1


J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

van a tener sobre su salud mental... Norman, 2002). Sólo que parece
hasta que aparecen las señales de que, al menos de momento, hay
alarma y ya no sólo los factores de que desterrar el sueño de “indica-
riesgo iniciales, por numerosos y dores específicos” (de esquizofrenia
acumulativos que fueren (Amigó et o de otras psicosis). En consecuen-
al, 1999; Tizón, 2001; Tizón, 2001; cia, tanto por la falta de indicadores
Tizón, et al, 2004). Ni siquiera los específicos como por la falta de
“niños raros” llegan a interconsultar- una etiología específica determina-
se con los equipos de salud mental da hoy en día, habrá que desterrar
infanto-juvenil, a pesar de lo indica- de momento también la ilusión de
da que dicha consulta puede ser poseer intervenciones preventivas
(Olin et al, 1998). en la infancia específicas para esos
factores de riesgo o vulnerabilida-
La detección tardía, ya como “se- des. Pero, como antes decíamos,
ñales de alarma”, acostumbra a ser eso no significa que no existan
un drama para la familia: para medidas inespecíficas con gran efi-
entonces, a menudo los cuadros cacia y eficiencia: apoyo psicoso-
clínicos están tan estructurados cial a las madres en riesgo durante
que hay que pronosticar graves el final del embarazo y los primeros
sufrimientos para el niño y su fami- meses de la vida del nuevo hijo,
lia durante como poco, años. En terapias psicológicas y psicosocia-
muchos casos, la detección no se les combinadas padres-hijo, recur-
realiza hasta la pubertad o adoles- sos de integración social, de apoyo
cencia; como pronto, en la segunda familiar, de alternativas pedagógi-
infancia, cuando ya se están produ- cas adaptadas, de contacto y
ciendo alteraciones severas del apoyo por parte de las redes socia-
comportamiento, fracaso escolar, les, profesionales y no-profesiona-
TDAH u otros síntomas de inestabi- les, abordaje tutelado del tiempo
lidad emocional. Por ello, la detec- libre, intervenciones precoces en
ción precoz trata de evitar esos domicilio o en otros medios para
importantísimos sufrimientos tanto esas familias en situación de riesgo
de los sujetos y sus familias, como psicosocial grave, de abusos, mal-
de los profesionales asistenciales tratos, negligencias en el cuidado o
–empujados a un desgaste inevita- trastornos en la vinculación, etc.
ble si sólo tratan casos graves y/o (Meissels y Shonkoff, 1990; Zabala
crónicos—. Desde luego, la detec- y Manzano, 1993; Mental Health
ción y prevención precoz tratan de Europe 2000; Manzano, 2001;
evitar los enormes costos económi- Tizón, 2001; Tizón, 2001; Tizón, et
cos y sociales que cada trastorno al, 2003; Jané-Llopis, 2004).
psicótico supone (tablas 1 y 2).
Sobre todo hoy, cuando ya sabe- En edades posteriores, en la
mos de las ventajas de múltiples pubertad y adolescencia, tal vez sea
formas de intervención precoz más fácil (o menos difícil) detectar
sobre esos niños y sus familias signos o síntomas prodrómicos de
(Meissels y Shonkonff, 1990; Malla y la esquizofrenia y de otras psicosis.

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 39


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Al menos hay varios equipos con primeros síntomas o dificultades,


gran capacidad investigadora traba- puede proporcionar una serie de
jando sobre el tema en el ámbito ítems que ayuden en el trabajo de
mundial. Por ejemplo, ese es el detección precoz (Häfner y Heiden,
objetivo que intenta desarrollar un 1997; Häfner et al, 1992; Vázquez-
grupo de investigadores de Colonia, Baquero et al ,1992; Vázquez-Ba-
con su cuestionario FETZ (2004), quero et al, 1995; Vázquez-Baquero
que puede ser utilizado de forma et al 1996; Maziade et al, 1996; van
polivalente en asistencia primaria, Os et al , 1997; van Os et al, 1998).
recursos pedagógicos y recursos De ahí que, para la realización de un
sociales: volvemos a recordar que la trabajo de ese tipo, fuera importante
accesibilidad de un instrumento de la colaboración de una USM estre-
cribado es básica para la eficacia chamente vinculada con la APS.
preventiva. En el mismo sentido
está trabajando hace años el equipo Teniendo en cuenta todo lo ante-
del Profesor Häfner y el estudio rior, un equipo de investigación vin-
ABC alemán, adaptando una serie culado a la Unitat de Salut Mental de
de ítems de su entrevista estructu- Sant Martí-La Mina, del Institut Cata-
rada IRAOS (que nosotros hemos lá de la Salut de Barcelona, solicitó y
traducido con el nombre de ERIE: obtuvo dos ayudas para investigar
Entrevista Retrospectiva sobre el en el campo de la Esquizofrenia: la
Inicio de la Esquizofrenia) (Häfner y primera, el proyecto SASPE (Señales
Der Heiden, 1997; Häfner et al, de Alerta y Síntomas Prodrómicos de
1998). Uno de sus objetivos consis- la Esquizofrenia), orientado a la
te en que las versiones de 15 y 17 detección de todos los pacientes
ítems de dicha entrevista (el ERIE- psicóticos que hubieran consultado
IRAOS-versión reducida) pueda en algún momento a cualquier dis-
convertirse en un instrumento de positivo de USM o de APS dentro
detección precoz en esas edades de una población geodemográfica-
claves del desarrollo de la esquizo- mente y asistencialmente bien deli-
frenia que van entre los 12 y los 19 mitada (cinco áreas básicas de
años (Häfner et al, 1992, 1998). salud de Barcelona)1. Gracias a esa
ayuda a la investigación hemos
podido detectar y depurar un censo
2.2. El proyecto LISMEN de pacientes con psicosis que se
resumen en las tablas 5 a 7. La
Como llevamos diciendo, el estu- tabla 7 muestra lo que llamamos el
dio de lo que los médicos, enferme- Estudio SASPE B, es decir, el estu-
ras, familias y el propio paciente dio de los pacientes esquizofrénicos
perciben como inicio del trastorno, y con “otras psicosis” que consulta-
así como la determinación de los ron en dichos dispositivos en los

1 El Proyecto SASPE ha contado con la ayuda a la investigación 02E/99 de la Fundació Seny, tras

evaluación de los proyectos concursantes a cargo de la Agencia para la Evaluación de la Investiga-


ción y las Tecnologías Médicas de Catalunya.

40 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1


J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

años 2001 a 2003. El intento es rea- y, en buena medida, incluido en sus


lizar una revisión de síntomas pro- trabajos por el Comité de Expertos
drómicos de un amplio número de que elaboró el “Protocolo de Salud
pacientes (estudio SASPE A) y de Mental del Programa del Niño
síntomas prodrómicos y anteceden- Sano” de Catalunya (Amigó et al,
tes en la infancia de los detectados 1999). El listado SASPE se ha utili-
ya en el siglo XXI (Estudio SASPE B) zado asimismo para confeccionar
que nos permitan orientar la preven- unos indicadores iniciales para la
ción en el futuro, en especial a partir atención preventiva y clínica reali-
de los dispositivos de Atención Pri- zada en nuestra Unidad Funcional
maria de Salud. de Atención a la Salud (mental) de
la Primera Infancia, un dispositivo
Paralelamente, a lo largo de que funciona desde 1995 como
estos últimos cinco años hemos programa preventivo reconocido
realizado un listado de los factores por Mental Health Europe (Mental
de riesgo para padecer trastornos Health Europe, 2000; Tizón et al,
psicóticos. Nos hemos basado fun- 2004).
damentalmente en 1) nuestra expe-
riencia clínica; 2) en las revisiones Pero el trabajo que queremos
bibliográficas internacionales; y 3) presentar aquí es el que se ha cen-
en los primeros hallazgos de nues- trado en el perfeccionamiento de
tros estudios empíricos (Tizón, dicho listado para convertirlo en un
2001; Tizón, 2001; Tizón, et al, instrumento de cribaje apto para ser
2004; 2006). Lo llamamos “Listado utilizado bien en entrevistas con
SASPE” (Señales de Alerta y Sín- profesionales de APS, bien en revi-
dromes Prodrómicos de la Esqui- siones de las historias clínicas reali-
zofrenia). Ese listado fue discutido zadas por dichos profesionales. Es

Tabla 5. Diagnósticos DSM-IV utilizados para el diagnóstico de «caso»


en el Proyecto SASPE

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 41


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Tabla 6. Resultados del estudio SASPE A: prevalencia en población


general y en edad de riesgo de esquizofrenia y «otras psicosis»
en la Unidad de Salud Mental de Sant Marti
(Institut Català de la Salut, Barcelona), año 2000

el Proyecto LISMEN2. A esos cues- modestamente con el término LIS-


tionarios los llamamos inicialmente MEN (Listado de Items de Salud
Listado de Items de Conducta en Mental).
Edad Pre-Escolar (LICEP) y en Edad
Escolar (LICEE) y hemos llegado a Desde el punto de vista de la
preparar 7 versiones de los mismos. organización asistencial, la identifi-
Actualmente, trabajando con la ver- cación en la primera infancia de un
sión 7.5., los designamos muy riesgo definido de patología mental

2 Financiado por la ayuda a la investigación del Proyecto LISMEN (Listado de Ítems de Salud Men-

tal en edad Preescolar y Escolar), Beca de la la Fundación Marató TV3 (Ayuda 02/ 0133), tras concur-
so y evaluación a cargo de la Agencia Nacional Española de Evaluación y Prospectiva.

42 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1


J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

grave en la edad adulta facilitaría la Investigación LISMEN


aplicación de programas preventi-
vos desde los primeros meses de Hipótesis principal: Existen una
vida y desde los niveles asistencia- serie de factores de riesgo y señales
les más cercanos a la atención pri- de alarma que nos pueden informar,
maria de salud, con el previsible ya desde la primera infancia, de una
ahorro de tiempo, costos y sufri- probabilidad significativamente
mientos que ello podría suponer. superior a la media de padecer un
Esa sería una posible ventaja de un trastorno psicótico en la adolescen-
instrumento del tipo que defende- cia y/o edad adulta —si aquella per-
mos con respecto a los programas sona y/o familia, y/o entorno social,
preventivos aplicados por servicios no recibe una contención o ayuda
especializados de salud mental, psicosocial y de salud mental pre-
tanto de la segunda línea sanitaria ventiva y adecuada (tablas 5 a 7).
como provenientes de la investiga-
ción universitaria. Además, ya Objetivo principal: Diseñar y
hemos mencionado el enorme dis- experimentar un instrumento de ex-
pendio, tanto económico como de ploración y cribado de factores de
sufrimientos personales y sociales riesgo y señales de alarma de tras-
que supone cada trastorno psicóti- tornos mentales severos y, en espe-
co una vez cristalizado (Tablas 1 y 2); cial, del trastorno esquizofrénico,
(Newton, 1992; Cabasés et al, 2003; utilizable por los profesionales o
Jané-Llopis, 2004). familiares de niños y adolescentes.

Esa es la razón por la cual cree-


mos en la gran utilidad o validez 2.4. Metodología
pragmática de diseñar un instru-
mento que pueda ser utilizado 2.4.1. Procedencia de los datos
directamente por el médico de fami-
lia, pediatra o enfermera especiali- Para realizar dicho trabajo, dada
zada cuando desee realizar una la especial vinculación de nuestras
revisión de sus casos o tenga dudas unidades con los diversos dispositi-
para discriminar la necesidad de vos de APS, vinculación que hemos
derivar o no a un niño o bebé al ser- especificado en otras publicaciones
vicio de salud mental que le corres- (Tizón 2000; Tizón, San-José, Na-
ponda. También, cuando observa dal, 2000; Tizón et al, 2004, 2006),
algunos factores de riesgo, señales contamos con datos de las siguien-
o síntomas que le es difícil valorar o tes procedencias:
sistematizar. Intentamos, sin embar-
go, que el listado pueda ser útil asi- 1. Datos de las historias clínicas
mismo para otros servicios comuni- de la unidad de salud mental,
tarios de atención a la infancia y la pediatría y medicina de familia.
primera infancia.
2. Datos de los hijos de los 838
2.3. Hipótesis y objetivos de la pacientes diagnosticados en la

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 43


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

USM de esquizofrenia u “otras 3. Datos de las historias clínicas


psicosis (delirantes o en la de la USM del casi 20 por cien-
infancia)” que no habían sido to de los hijos de esquizofréni-
baja por ningún motivo (tablas cos que ya han consultado
5 a 7) a lo largo de 20 años: 396 alguna vez en la USM Sant
hijos de pacientes diagnostica- Martí-La Mina (formada por
dos como esquizofrénicos (476) dos centros de atención a
y 521 hijos de 362 pacientes adultos, dos centros de aten-
diagnosticados como afecta- ción a menores de 18 años, un
dos de “otras psicosis”. En es- equipo de trastornos mentales
pecial, se recogieron los datos severos y una unidad funcional
de la historia clínica, sobre la de Atención a la Salud (mental)
fecundidad y fertilidad de dicha de la Primera Infancia (UFAPI)
población: número de hijos, (Tizón, 2004; Tizón et al, 2006).
edades, número de estos que
consulta en salud mental y su 4. Datos de los “hijos de pacien-
diagnóstico. tes psicóticos que no consul-

Tabla 7. Incidencia en servicio de esquizofrenia y otras psicosis (2001-2003),


según el «Registro de Casos» de la USM, fichero «Siglo XXI»

44 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1


J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

tan”: Un equipo investigador en su servicio, en atención pri-


está intentado la difícil tarea de maria y sin antecedentes en
localizar y entrevistar a ese 80 salud mental.
por ciento restante: las prime-
ras entrevistas nos dan un índi- 7. Datos procedentes de la familia
ce de psicopatología en los de esos niños: Datos obteni-
mismos, sean niños o adultos, dos de los padres a través de
del 100 por 100. un cuestionario autoaplicado
(CBCL) sobre la presencia o no
5. Datos relacionados con niños de patología emocional.
pequeños (0-4 años) que pre-
sentan un acúmulo de factores 8. Datos de todos los recién naci-
de riesgo o presencia de seña- dos durante seis meses en una
les de alarma típicas, de las barriada con gran acumulación
señaladas en Tizón (2001) (Ac- de factores de riesgo psicoso-
henbach, 1992; Tizón, 2001) o ciales: De todos ellos (N=94) se
en el protocolo de Salud Men- recogían los datos del LISMEN
tal del Programa del Niño Sano y los datos del ARBB de dos
(Amigó et al, 1999). De esos visitas del “Programa del Niño
niños se hacía un seguimiento Sano” realizadas en los prime-
en la “Unidad Funcional de ros seis meses y hacia el año
Atención a la Primera Infancia” de edad. El ARBB (Alerta sobre
y, si era necesario, se entrevis- el Retraimiento del Bebé) es
taba al profesional de referen- nuestra traducción de la escala
cia que atendía a esos niños ADBB (Alerte Dètresse Bebé)
de riesgo. Se utilizó el cuestio- (Guedeney et al, 2001; Guede-
nario LISMEN para conocer los ney y Fermanian, 2001) del
factores de riesgo acumulados Profesor Guédeney y su servi-
en un grupo de niños de entre cio en el Hospital Claude Ber-
0 y 4 años. Estos, previamen- nard de Paris.
te, habían sido designados
“caso de interconsulta en la La tabla 8 resume las característi-
UFAPI” (Unidad Funcional de cas y procedimientos de selección
Atención a la Primera Infancia), de las diversas muestras que, en
ese servicio interdisciplinar principio, hemos pensado que las
compuesto por profesionales serían mínimas y accesibles para la
de salud mental, pediatría, realización de este estudio. Las
atención precoz, educación y tablas del 9 al 11, muestran algunos
servicios sociales. de los resultados con las primeras
muestras analizadas.
6. Entrevista con el profesional de
pediatría, mediante la utiliza- En estos momentos, el proyecto
ción del LISMEN, sobre la pre- LISMEN está encarando sus tareas
sencia de factores de riesgo en finales:
una muestra de niños asistidos I. Análisis estadístico del cues-

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 45


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Tabla 8. Muestras utilizadas en el estudio LISMEN

46 Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1


J. L. Tizón, J. Artigue, B. Parra, M. Sorribes, J. Ferrando, C. Pérez, F. Pareja, M. Gomá, B. Marzari

tionario piloto para determi- cionadas.


nar la existencia de ítems
suficientemente presentes y En la aplicación en las diversas
suficientemente significativos muestras se han tenido en cuenta
en relación con el diagnósti- las variables sociales propias de la
co posterior de psicosis investigación SASPE y de su base
(esquizofrenia u “otras psico- de datos (edad, sexo, nivel socioe-
sis”). Determinación de la conómico, personas de conviven-
validez de criterio y fiabilidad cia, estudios...) para controlar posi-
del instrumento diseñado. bles factores de sesgo o confusión.
En el caso de los hijos de pacientes
II. Determinar la validez de crite- diagnosticados como esquizofréni-
rio y fiabilidad del cuestiona- cos o “psicóticos”, si no estuvieren
rio. historiados en la propia unidad, se
intenta validar su diagnóstico con
III. Comparación con un Gold- entrevistas estandartizadas o semi-
Standard como el CBCL (Chil- estandartizadas como el SCAN
dren’s Behaviour Checklist). (para los padres) y el ARBB, el
(Achenbach, 1992). El CBCL CBCL y el ERIE (IRAOS)-red para
es un instrumento de recono- los hijos.
cido prestigio internacional
adaptado a nuestro ámbito
por la Unidad de Epidemiolo- 3. RESULTADOS INICIALES
gía y de Diagnóstico en Psico- Y DISCUSIÓN
patología del Desarrollo de la
Facultad de Psicología de la Los primeros resultados significa-
Universidad Autónoma de tivos de nuestro trabajo han apare-
Barcelona. cido desde la constitución de las
muestras. En ese sentido, hemos
Nuestro cuestionario deja un realizado comunicaciones sobre los
apartado abierto para incorporar datos resultantes que aparecen
nuevas variables que el investigador resumidos en las tablas 6, 7 y 9. A
pueda determinar como predictivas nuestro entender, esos datos apun-
y que no se hayan contemplado en tan en varias direcciones, algunas
el diseño inicial. Cuando hablamos de las cuales forman parte de nues-
de historias clínicas, nos referimos tras hipótesis, pero otras resultan
en primer lugar a las propias de la inesperadas:
Unitat de Salut Mental —cabe recor-
dar que este servicio realiza una 1. Parece que los dispositivos de
atención continuada desde el primer APS son un buen medio para
año de vida hasta la edad adulta sin la detección de pacientes psi-
necesidad de cambiar de centro ni cóticos, tanto de cara a la
de historial—, pero también a histo- investigación como a la pre-
rias realizadas en la atención prima- vención, pues proporcionan
ria de las cinco áreas básicas men- datos de prevalencia e inci-

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 47


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

dencia reales, y nada alejados esquizofrenias y, en general, de los


de los hallados mediante trastornos psicóticos?. Al contrario,
encuestas poblacionales. nuestras primeras conclusiones y
trabajos nos están obligando a
2. Incluso para estos trastornos plantearnos nuevos problemas. No
graves hay que tener en cuen- queda más remedio que reafirmar-
ta el peso de los factores psi- nos en la idea de que, aunque hoy
cosociales al observar las dife- poseemos un amplio acervo de
rencias de incidencia y preva- conocimientos sobre indicadores
lencia entre barrios afectados tempranos de la esquizofrenia y
por numerosos factores de otras psicosis, eso no implica que
riesgo psicosociales y barrios podamos predecir el trastorno en
de otra condición (Tizón, 2004 base a los mismos. Como ya hemos
a y b) . dicho, salvo excepciones (McGlas-
han, 1996; Perkins et al, 2000)
3. A pesar de lo que pudiera pen- (Tizón, 2001; Leiderman, 2004), ni
sarse, los pacientes con psico- siquiera poseemos un indicador
sis poseen una fertilidad y estadístico de la especificidad y fia-
fecundidad similares (y según bilidad de dichos datos y, menos
qué grupos, mayores) que la aún, de conjuntos o agrupaciones
población general catalana de los mismos. Por ello, no es de
(tabla 9). extrañar que su validez se cuestione
con diversas razones bien funda-
4. Sin embargo, incluso en una mentadas (Jones y Tarrant, 2000).
unidad caracterizada por su
alta accesibilidad para niños y Ahora bien: si la falta de especifi-
adultos, no consultan ni el 17 cidad de los ítems pudiese inhibir al
por ciento de los hijos de clínico para instaurar tratamientos o
pacientes psicóticos. ayudas tempranas, y al planificador
para poner en marcha programas
5. A pesar de que dichos trastor- preventivos, no hemos de olvidar
nos suponen un gravísimo fac- que, tanto en uno como en otro
tor de riesgo de psicopatolo- caso, tales actividades de preven-
gía, como demuestra que ción primaria, secundaria y terciaria
cerca del de la cuarta parte de en la edad infantil son también fun-
los que sí consultan sean diag- damentalmente inespecíficas (New-
nosticados a su vez como psi- ton, 1992; Cox, 1993; Mental Health
cóticos (tabla 9) (Tizón et al, Europe, 2000; WHO-OMS, 2005).
2006). De hecho, no podemos hablar hoy
de actividades de prevención prima-
Como puede observarse, nues- ria específicas y contrastadas para
tros primeros resultados no respon- evitar en la edad adulta un trastorno
den taxativamente a nuestra pre- psicótico: las mismas medidas de
gunta inicial: ¿Es posible la detec- prevención primaria y secundaria en
ción y el tratamiento precoz de las la infancia ayudan a evitar o prevenir

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Tabla 9. Hijos de esquizofrénicos y pacientes con OO.PP.: Estudio SASPE D

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 49


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

Tabla 10. Factores de riesgo más frecuentes detectados con el LISMEN en


los antecedentes de una población (n=838) de pacientes con psicosis,
seleccionando los que ya habían consultado en la Unidad de Salud Mental
en edad infantil (n=120). Factores de riesgo que pueden afectar a cualquier
edad infanto-juvenil

otros tipos de trastornos, tanto en la tornos mentales en el futuro: la falta


propia infancia como en la edad de especificidad, tanto para la
adulta (Messels y Shonkoff, 1990; detección como de las propias
Newton, 1992; Tizón, 2002). Obsér- medidas preventivas, no elimina
vese pues que, bien mirada, esa la validez asistencial y preventiva
debilidad de nuestros indicadores de algunos de los programas (Meis-
no lo es tal en las actividades pre- sels y Shonkoff, 1990; Mental
ventivas primarias y secundarias. Health Europe, 2000). De hecho,
Una medida que mejore alguno de aunque aún no estén demasiado
dichos indicadores o un subgrupo claras las medidas específicas que
de ellos, puede ayudar a evitar que previenen trastornos concretos, hoy
esos factores de riesgo cristalicen por hoy sabemos de bastantes
en uno de entre varios posibles tras- intervenciones psicosociales que

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Tabla 11. Factores de riesgo diferenciados según la edad detectados con el


LISMEN en los antecedentes de una población (n= 838) de pacientes con
psicosis, seleccionando los pacientes que ya habían consultado en la
Unidad de Salud Mental en edad infantil (n=120)

previenen de trastornos mentales utilización, de corta extensión y


graves: trastornos psicóticos y/o cuya aplicación no requiriera un
trastornos de conducta y/o abuso entrenamiento exhaustivo, tal vez
de drogas y/o trastornos graves de ayudaría a reducir las diferencias de
personalidad... criterio clínico entre profesionales y,
en consecuencia, a realizar esas
El diseño de un instrumento de importantísimas labores preventi-
cribado para detectar factores de vas.
riesgo y señales de alarma desde
los primeros meses de vida podría No conocemos cuestionarios de
suponer una ventaja importante este tipo que se puedan aplicar
para intentar sistematizar el criterio desde el primer año de vida. La
clínico que habitualmente utilizan bibliografía nos aporta información
los pediatras, médicos de familia, sobre otros instrumentos que inician
servicios de atención precoz y servi- su aplicación alrededor de los 2
cios de salud mental infanto-juvenil. años. Además, son listados amplios
Disponer de un cuestionario de fácil de ítems que requieren ser interpre-

Clínica y Salud, 2008, vol. 19 n.º 1 51


Factores de riesgo para padecer trastornos psicóticos: ¿Es posible realizar una detección preventiva?

tados o analizados por profesiona- de pacientes esquizofrénicos y


les expertos en el cuestionario y/o pacientes diagnosticados de
en salud mental. “otras psicosis”.

Sin embargo, volvamos al tema Si se lograra desarrollar un listado


clave de la falta de especificidad de adecuado de tales ítems, de fácil
los ítems seleccionados, tanto en aplicación en la clínica cotidiana de
los estudios internacionales como APS, la posible intervención precoz
en nuestros propios trabajos. Según sobre los casos detectados parece
nuestra experiencia clínica como que aportaría claras ventajas. Desde
equipo conjunto de salud mental la atención primaria y comunitaria y,
infantil y de adultos, es problemáti- en general, desde los servicios de
co que esa dificultad intrínseca, asistencia pública, creemos que
relacionada con la validez externa habríamos de valorar especialmen-
del listado, pueda solucionarse te:
completamente desde un punto de
vista metodológico. Por ello, esta- 1. La posibilidad de disminuir el
mos intentando desarrollar tres sufrimiento familiar y social si
estrategias para la disminución de podemos establecer medidas
su impacto: y programas precoces y adap-
tados que disminuyan los nive-
1. La búsqueda de una “conste- les de conflictos y/o angustia y
lación de ítems o factores”, faciliten la evolución emocional
más de que factores, sínto- del niño.
mas, signos o conductas aisla-
dos. 2. La posibilidad de orientar
hacia ese trabajo preventivo a
2. La comparación de los ítems los profesionales, tanto de
así seleccionados con los APS como de los servicios de
hallazgos de estudios sobre salud mental.
señales de alerta y síntomas
prodrómicos de la esquizofre- 3. La posibilidad de disminuir,
nia y otros trastornos psicóti- siquiera parcialmente, los cos-
cos, tanto en la literatura inter- tos y sufrimientos sociales que
nacional, como en los otros supone cada trastorno psicóti-
estudios de investigación co, un tipo de psicopatología
puestos en marcha por el que afecta al menos al 1 por
equipo. ciento de la población de
nuestras sociedades y que
3. La interrelación y comparacio- provoca los sufrimientos indivi-
nes con los resultados del duales y sociales que sólo
Estudio D del Proyecto SASPE hemos podido resumir, y muy
(Tizón et al. 2004, 2006), cen- esquemáticamente, en las
trado en el estudio de los hijos tablas 1 y 2 de este trabajo.

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