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Una clase de hecho son los actos. Los actos se caracterizan porque son
acaecimientos que dependen de la voluntad humana. Así la caída natural
de la fruta sobre el techo del vecino por acción de la gravedad es un hecho,
pero el lanzamiento voluntario de la fruta por el propietario del fundo sobre
el techo del vecino es un acto.
Así como el acto es una especie de hecho, el acto jurídico es una especie
de hecho jurídico que implica la actividad de una persona en cuanto a la
manifestación de su voluntad y en ello se diferencia del hecho jurídico, en el
que no interviene para nada dicha voluntad. Por ej. La transmisión de la
propiedad por acto entre vivos, mediante acuerdo entre el comprador y
vendedor sobre el objeto y el precio, es un acto jurídico, porque la
modificación producida depende de la voluntad humana, pero la trasmisión
de la misma propiedad a causa de muerte, es un hecho jurídico, porque la
modificación no es producto de la voluntad humana.
Actos del tribunal; por tales se entienden todos aquellos actos emanados
de los agentes de la jurisdicción, entendiendo por tales no sólo a los jueces, sino
también a sus colaboradores. La importancia de estos actos radica en que
constituyen, normalmente, una manifestación de la función pública y se hallan
dominados por los principios que regulan la producción de actos jurídicos de
derecho público.
Actos de partes; por tales se entienden aquellos que el actor y el
demandado (y eventualmente el tercero litigante) realizan en el curso del proceso.
La multiplicidad de los actos de esta índole, obligará, más adelante, a realizar
ulteriores clasificaciones utilizando otros puntos de vista.
Actos de terceros; por tales se entienden aquellos que, sin emanar de los
agentes de la jurisdicción ni de las partes litigantes, proyectan sus efectos sobre el
proceso; así, por ejemplo, la declaración del testigo, el informe del perito, la
actividad del martillero o del agente de la fuerza pública. Estos actos, por su propia
índole, constituyen normalmente colaboraciones de particulares a la obra de los
agentes de la jurisdicción y, frecuentemente, son instituidos como deberes
públicos del individuo.
Esta clasificación que tiene por punto de vista el agente del acto, proyecta
sus consecuencias sobre la validez del mismo y sobre su responsabilidad.
Los actos de las partes tienen por fin obtener la satisfacción de las
pretensiones de éstas.
Pero por las mismas razones por las cuales no toda la actividad del tribunal
es actividad de decisión, no toda la actividad de las partes es actividad de
postulación.
Cabe, en este sentido hacer algunas distinciones indispensables.
Corresponde distinguir entre actos de obtención y actos dispositivos.
Los primeros tienden a lograr del tribunal la satisfacción de la pretensión,
los segundos, tienen por objeto crear, modificar o extinguir situaciones procesales.
Actos de Terceros
a) Actos de prueba; son, sin duda, los actos más importantes, .va que
entre ellos caben la declaración de testigos, los dictámenes de peritos, la
autorización de documentos por escribanos o funcionarios habilitados, etc.
b) Actos de decisión; en ciertas circunstancias la ley demanda a los
terceros la decisión de un punto del proceso; tal es el caso del jurado popular en
los regímenes que aún lo mantienen, del perito arbitrador o de los árbitros que
deben decidir, en materia comercial el dolo o fraude en los contratos.
e) Actos de cooperación; así ocurre cuando, por ejemplo, se requiere la
colaboración del empleador para asegurar el cumplimiento de la sentencia que
condena al pago de las pensiones alimentarias adeudadas por el empleado, o la
colaboración del martillero para la venta por remate de los bienes embargados.
Deberes Procesales:
Cargas Procesales:
-Uso del idioma legal: la regla más general relativa al modo de expresión
de los actos procesales, se refiere al uso del idioma legal que es el castellano.
La regla está contenida el Art 183 del CPC que establece: “ En la realización
de los actos procesales sólo podrá usarse el idioma legal que es el castellano” ; y en el
Art 13 del C.C según el cual: “El idioma legal es el castellano. Las oficinas públicas no
podrán usar otro en sus actos; y los libros de cuentas de los comerciantes, banqueros,
negociantes, empresarios y demás industriales, deben llevarse en el mismo idioma”.
En el Código de Procedimiento Civil son manifestaciones de esta regla, en
los actos de prueba, cuando la persona interrogada no conociere el idioma
castellano, se le nombrará un intérprete que jurará previamente traducir con
fidelidad las preguntas y las respuestas (Art 184 C.P.C) y cuando deban
examinarse documentos extendidos en idioma extranjero, deberá ordenarse su
traducción por Intérprete Público. (Art 185 C.P.C).
También cuando el poder se ha otorgado en el exterior en idioma extranjero
dispone la ley su traducción al castellano por intérprete jurado (Art. 157 C.P.C).
Caso especial lo constituye el Art 186 C.P.C el cual establece : “Cuando se
deba interrogar a un sordo, a un mudo o a un sordomudo, al sordo se le presentarán las
preguntas escritas, así como cualquier observación del Juez para que conteste
verbalmente; al mudo se le hará verbalmente la pregunta para que la conteste por escrito;
y al sordomudo se le harán las preguntas y las observaciones por escrito, para que
responda también por escrito. Lo escrito se agregará al original, además de copiarse en el
acta.
El lugar de los actos procesales “es el local u oficina destinado para oír y
despachar, en la sede del Tribunal de una circunscripción determinada”. (Guasp,
Derecho Procesal Civil. Madrid, 1956 p. 298).
Para que el acto procesal se realice, pues, dentro del ámbito espacial que le
corresponde, es necesario que concurran simultáneamente las tres
determinaciones indicadas. No es suficiente que se realice simplemente en la
circunscripción judicial que corresponda, sino que es necesario además que se
realice en la localidad o ciudad que constituye la sede del Tribunal; y finalmente no
basta que el acto se realice en un lugar cualquiera de la sede establecida en la
circunscripción, sino que es necesario además, que el acto se lleve a efecto en el
local u oficina destinado para el tribunal en aquella sede. Es esta la regla general,
contenida en el art 191 C.P.C que señala lo siguiente: “ Los jueces no podrán
despachar los asuntos de su competencia, sino en el lugar destinado para sede del
Tribunal, a no ser para los actos respecto de los cuales acuerdan previamente otra cosa
conforme a la ley, de oficio o a petición de parte”
El fundamento de esta regla se encuentra en la necesidad de asegurar a las
partes la certeza jurídica, la igualdad de tratamiento en el proceso y la publicidad
de las actuaciones, pues si los magistrados no tuviesen señalado un lugar público
destinado para oír y despachar, las garantías de igualdad y publicidad
desaparecerían para las partes, que no sabrían nunca con certeza donde acudir
para hacer valer sus derechos.
Esta regla tiene sus excepciones entre las cuales pueden mencionarse:
-Art 472 C.P.C: “El Juez, a pedimento de cualquiera de las partes o cuando lo
juzgue oportuno, acordará la inspección judicial de personas, cosas, lugares o
documentos, a objeto de verificar o esclarecer aquellos hechos que interesen para la
decisión de la causa o el contenido de documentos…”
-La toma de declaración a los testigos en el lugar a que se han de referir
sus deposiciones, o en la morada de éste, en caso de tener impedimento
justificado para comparecer al Tribunal. (Art 489 y 490 C.P.C)
-La toma de declaración a ciertos funcionarios públicos exceptuados de
comparecer en el Tribunal, tales como el Presidente de la República, los ministros,
senadores, diputados, magistrados, gobernadores, arzobispos, obispos y los
integrantes de Alto Mando Militar. (Art 495 C.P.C)
Así como los actos procesales tienen ámbito espacial de realización (lugar),
también tienen su ámbito temporal, o tiempo de los actos procesales.
La consideración del ámbito temporal de la conducta de los sujetos del
proceso, nos conduce al estudio de la trascendencia que tiene el tiempo en la
realización de los actos procesales en general (teoría de los días y horas hábiles
para la realización de los actos), y por otro lado, al estudio de las condiciones
temporales de realización de cada acto procesal en particular (teoría de los
términos o lapsos procesales).
-En cuanto al tiempo útil, se permite que por causa urgente pueda
habilitarse el día feriado o la noche, entendiéndose por causa urgente, a los
efectos de la habilitación, el riesgo manifiesto de que quede ilusoria una
providencia o de que frustre cualquier diligencia importante para acreditar algún
derecho o para la prosecución del juicio. (Art 193 C.P.C)
-En cuanto al tiempo hábil, se permite actuar fuera de dichas horas, cuando
sea necesario, habilitándose las horas indispensables con un día de anticipación o
haciéndolo saber a las partes (notificación).
Puede ocurrir que no sean suficientes las horas fijadas en la tablilla para la
realización de algún acto, para realizar una inspección judicial o interrogar a un
testigo….En estos casos, a solicitud de parte, pueden habilitarse las horas
indispensables para su conclusión, bien con un día de anticipación o ya
notificando de ello a la otra parte.
Lapsos Procesales
Leyes consultadas:
Código civil.