Vous êtes sur la page 1sur 25

SEXUALIDAD SUPERIOR

SEXUALIDAD SUPERIOR

“El cuerpo sabe perfectamente lo que debe hacer para crecer y manifestar
toda la grandeza y perfección que lleva inscrita en sus genes”.
Melquizedek 1

La naturaleza lleva sabiamente inscrita toda la información necesaria para


nuestro crecimiento y desarrollo. Pone en actividad automática aquello
que es absolutamente necesario para el mantenimiento de la especie. Para
el crecimiento y desarrollo individual requiere del consentimiento y acción
de cada persona. El mandato de la libertad así lo exige y la naturaleza
respeta la libertad del hombre y la mujer.

Vivimos en un mundo que por alguna extraña razón solo cree o se preocupa
por el desarrollo del intelecto. Todo lo demás lo deja a la deriva. Sin
embargo, nuestro desarrollo requiere de acciones específicas en los
diversos niveles.

Casi todos aceptamos que somos cuerpo, alma y espíritu. Fantaseamos al


creer que tenemos un alma y un espíritu perfectos y, por lo demás, que el
cuerpo es de alguna manera desechable. Cuánto tenemos por descubrir.
Todavía no hemos empezado a aprender. Nos conformamos con los dogmas
de la religión o de la ciencia y tenemos anulado el ansia de saber.En forma
sencilla podríamos decir que el SER HUMANO está diseñado para

                                                             
1    http://static.scribd.com/docs/247o8tial1jn8.swf?INITIAL_VIEW=width

                                                                                          ii
                                                                                 
 
 

funcionar con cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo es el templo del Alma. El


Alma es el templo del Espíritu. El Espíritu es el Principio Sustentador .

Podemos perfeccionar nuestro cuerpo. Podemos perfeccionar nuestra alma.


Podemos perfeccionar nuestro espíritu. Estamos en el planeta tierra para
perfeccionar e integrar estos tres elementos. No solamente podemos
perfeccionarlos, sino que tenemos la obligación de hacerlo. En el sabio uso
de estas opciones está marcado nuestro nivel de éxito o fracaso en nuestra
existencia.

¿Cómo podemos hacerlo?. La respuesta aparece una y otra vez grabada


en nuestra Conciencia, en las palabras de los Verdaderos Sabios, en las
letras de los Libros Sagrados. Usualmente nos las ingeniamos para no
tomarlas en cuenta, para quedarnos en “interpretaciones” cuando
deberíamos buscar el entendimiento, la comprensión, la sabiduría. Nos
gusta ser engañados, porque es más cómodo. Pero al mismo tiempo, una y
otra vez, algo dentro de nosotros clama por conseguir el camino, por
conseguir paz, por conseguir armonía, por conseguir felicidad. Si oímos ese
clamor, ese llamado de nuestro más profundo, si actuamos en forma cónsona
con nuestra verdadera necesidad entonces estaremos en el camino del
perfeccionamiento, de la elevación de nuestra condición de simplemente
humanos a Verdaderos Hombres y Mujeres.

La naturaleza mantiene el cuerpo, el alma y el espíritu en su mínimo


funcional. El que quiera desarrollar el cuerpo tiene trabajo extra por
delante. No hay deportista exitoso sin que haya trabajado
meticulosamente su cuerpo. No hay intelecto pulido sin que haya transitado
las vías del aprendizaje. No hay santo sin que haya hecho lo extra
necesario para adquirir ese nivel.

Las actividades ordinarias producen seres ordinarios. Para ir más allá de lo


ordinario hay que transitar nuevos caminos.

Existe el laboratorio de la vida. Ha sido dividido y escondido en dos


magníficos templos. Uno de los templos es el varón, el otro la hembra. El

                                                                                          ii
                                                                                 
 
 

sanctum sanctorum de cada uno de los templos son las gónadas sexuales. En
las gónadas sexuales está el laboratorio de la vida. Los dos templos unidos
activan el laboratorio y puedes descubrir sus secretos y develar sus
misterios.

Se nos ha negado, o nosotros mismos nos hemos negado, el conocimiento


necesario para utilizar sabiamente ese laboratorio. Hemos vivido de
tabúes y de dogmas pero la realidad se nos ha escapado. Ni siquiera
pensamos que haya algo necesario de saber. Nos hemos conformado con
obtener lo que libremente conseguimos. Si en algo estamos en sombras es
en lo que se refiere a sexo.

SABER, ENTENDER Y COMPRENDER

Estamos acostumbrados a utilizar estos tres términos como equivalentes.


Sin embargo, debemos darnos cuenta de que el saber viene usualmente por
la mente, el entender es fruto de la reflexión y el comprender viene de la
vivencia, de la experiencia.

El "saber" nos puede conducir, en el mejor de los casos, a estar altamente


informados y, en el peor de los casos, al fanatismo y la intolerancia. El
"entender" nos puede hacer eruditos, en el mejor de los casos, y
dogmáticos en el peor.

La “comprensión” pertenece absolutamente a otro nivel. La comprensión


solo se obtiene con la experiencia, mejor dicho, con la vivencia. Solo el
comprender nos puede dar sabiduría. Solo con el comprender podemos
tener acceso a la verdad. Solo el comprender nos puede hacer sabios.

Por eso se dice que "nadie nos puede enseñar la verdad".... lo máximo que
nos pueden enseñar es el camino para llegar a ella. La verdad solo podemos
obtenerla por la comprensión de la realidad, por la vivencia de la realidad,
por el experimentar la realidad.

El siguiente documento es una presentación no comprometida de


posibilidades en la sexualidad activa del hombre y la mujer. Va más a allá
                                                                                          iii
                                                                                 
 
 

de lo común. En forma sencilla presenta hechos que normalmente


desconocemos. ¿Eres buscador (a)? ¿Deseas embellecer tu vida?

   Este documento podría ser el inicio de un camino que debe ser recorrido
con mente abierta y corazón puro. Es una versión sencilla de posibilidades
que van más allá de lo que usualmente conocemos. De todas maneras, surge
la inevitable pregunta: ¿Será verdad?

La respuesta a esta pregunta es sencilla, pero no la que uno esperaría. En


forma directa, podríamos utilizar una frase del Cristo: “Por sus frutos los
conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?” (Mateo
7:16). Pero, mejor, analicemos un poco la vía a seguir para conseguir la
Verdad.

Recordemos lo dicho más arriba: "Nadie te puede enseñar la verdad". Con


esto pareciera que estamos en un callejón sin salida, pero no es así.
Consideremos la trilogía: saber, decidir, hacer.

Mediante la primera lectura de este documento estarás incursionando


levemente en el saber, en enfrentarte a una información que antes
desconocías. Digo levemente porque si estás incursionando en algo que te
es totalmente ajeno a lo que usualmente manejas, sería demasiado esperar
que ya lo sepas. No te dejes engañar por tu mente, ni en una ni en otra
dirección. Ponte en la posición de alerta observador.

Si antes de llegar a conclusiones apresuradas te das el tiempo para volverlo


a leer, para reflexionar, para dejarlo asentar sin juicios ni pretensiones,
entonces, tal vez estarías listo para decidir. Pero una simple decisión no
tendrá mayores consecuencias a menos que des el tercer paso: hacer. Ahí
es donde podrás confrontarte a ti mismo y confrontar las ideas o
sentimientos que se te presenten. Solo el hacer da frutos.

La verdad solo podrás lograrla con la vivencia, con el hacer. ¿Cómo podría
la mente diferenciar lo que es verdad de lo que no es, si todo lo desconoce?.
Lo que aquí apenas está delineado empezará a adquirir carácter propio solo
a través de la vivencia.
                                                                                          iv
                                                                                 
 
 

Hay que saber para decidir. Hay que decidir para hacer. Hay que hacer
para obtener la verdad.

¿Qué arriesgo si hago algo? ¿Que arriesgo si no hago nada? El camino del
hacer es un camino directo. El camino de la evolución es un camino de
miles de años con la inevitable evolución-involución, repetido una y otra vez,
sin garantía de éxito para el individuo.

Lo aquí propuesto no es un camino para encuentros fortuitos. Es el camino


a seguir por la pareja, él y ella, unidos en un compromiso de amor. Exige
lealtad y fidelidad absolutas.

La Vida de tu Cuerpo, la Vida de tu Alma y el Perfeccionamiento de tu


Espíritu dependen de tu trabajo en el Laboratorio de la Vida. Como en
forma deslumbrante lo ha dicho Melquizedek 2 : “Un Camino hacia la luz
empieza en el mismo lugar donde empieza la vida”. Y la vida empieza en el
Laboratorio de la Vida.

Francisco Belandria

franbelandria@yahoo.com

  

                                                             
2     http://static.scribd.com/docs/247o8tial1jn8.swf?INITIAL_VIEW=width 

                                                                                          v
                                                                                 
 
 

SEXUALIDAD TRANSORGÁSMICA

FRANCISCO MORENO TÉLLEZ
 
  http://www.ecovisiones.cl/taller/sexualidadtransorgasmica.htm#_ftn1 
 
 

1. COMPRENDIENDO LA SEXUALIDAD EN OCCIDENTE

En el último tiempo se ha comenzado a hablar insistentemente sobre los


métodos extraídos de las tradiciones tántricas y taoístas implicados en una
visión trascendente de la sexualidad. En el hombre y la mujer actual existe
un interés creciente por conocer y explorar más las múltiples posibilidades
de realización y crecimiento latentes en el sexo.

Para comprender a fondo lo que estas culturas milenarias nos proponen, es


conviene profundizar primero en la tradición sexual de occidente, ya que de
ella proviene nuestro origen y su conocimiento nos dará una comprensión de
nuestra cultura y nuestros valores en el presente.

La tradición sexual de occidente hunde sus raíces en la historia, desde los


griegos y el desarrollo de la razón, pasando por el cristianismo y la sociedad
medieval, hasta la época moderna y posmoderna en la que hoy vivimos. En
todas estas épocas se puede afirmar que, a diferencia de oriente, no existió
una disciplina como la sexología, que se ocupara de estudiar a fondo los
misterios y las posibilidades del sexo. 3 Lo sexual ciertamente no ha sido
considerado un aspecto de la vida digno de estudio y discusión, sino más
bien algo que se dejaba para la trastienda –o el dormitorio- ante lo que era
preferible callar.

                                                             
excepción podrían ser ciertas tradiciones esotéricas que sí habrían trabajado el sexo de
3     La

forma conciente y trascendente. 

                                                                                          1
                                                                                 
 
 

En la formación de la mentalidad occidental tomó mucha fuerza el


dualismo, que rápidamente se transformó en dicotomía entre opuestos
irreconciliables. Espíritu y alma por un lado, y la materia y el cuerpo por
otro. Debido a consideraciones religiosas, el cuerpo y la materia se
identificaron con el mal y el pecado, mientras que los aspectos relacionados
con el bien se identificaron sólo con el alma. Las tentaciones que apartaban
a un hombre del bien, por lo tanto, provenían de los placeres o deseos de la
carne, dentro de los cuales los de índole sexual eran los más peligrosos.

2. LA DICOTOMÍA SEXO-ESPÍRITU

La visión de la sexualidad occidental y del hombre en general se ancló


justamente en esta dicotomía entre cuerpo y espíritu vistos como opuestos
irreconciliables. La psicología del siglo XX heredó este dilema y lo bautizó
como el problema mente-cuerpo. Quizás la imposibilidad de resolverlo ha
radicado en la falta de un eslabón que permita vincular adecuadamente
ambos extremos. Dicho eslabón existe desde hace muchos siglos en oriente
y corresponde a lo que ellos llaman chi o prana, que equivale a “energía”. En
efecto, para dichas filosofías, tanto mente como cuerpo, se conciben como
distintas expresiones de dicha energía; extremos que más bien forman un
solo continuo, influyéndose y dependiendo mutuamente. Por esta razón los
métodos taoístas, el yoga hindú y tantas otras disciplinas de ese tipo son
esencialmente psicofísicas, haciendo un profundo hincapié en una
comprensión “energética” del individuo.

En occidente el primer científico moderno en formular un modelo


energético para comprender al ser humano fue Sigmund Freud, quien
trabajó con su idea de “libido” como energía sexual y psíquica a la vez,
vinculando así procesos biológicos con procesos psicológicos. Esto,
revolucionó profundamente la psicología y la comprensión que se tenía de la
sexualidad hasta ese momento. Por primera vez se aceptaba que la
sexualidad podía tener múltiples niveles y que su influencia en la vida
psíquica era mucho mayor de lo que se pensaba. Otro psicólogo, Wilhelm

                                                                                          2
                                                                                 
 
 

Reich, formado dentro de la misma tradición psicoanalítica, fue incluso más


allá y propuso un modelo donde la libido es una energía susceptible de ser
medida. La llamó orgón y postuló que ésta circula físicamente como energía
bioeléctrica por el organismo. Los bloqueos de este flujo natural – decía
Reich - ocasionan trastornos psicológicos. Por ese motivo desarrolló una
terapia corporal que en muchos casos puede concebirse como la visión
occidental de la digitopuntura china.

No obstante, estos esfuerzos, la incompatibilidad entre sexo y espíritu ha


permanecido. Tanto Freud como Reich pensaban que la religión es una forma
más bien represiva de la sexualidad. La religión y la vida ascética ponían
restricciones a la libre expresión de los deseos y pulsiones y ellos proponían
la catarsis como respuesta a esa represión. En el sexo eso consistía en
aprender a liberar la energía contenida por medio del orgasmo.

La pregunta es por qué la dicotomía persiste aún hoy, habiendo superado


muchos de los prejuicios antiguos. Existiendo más libertad que nunca en
muchos aspectos, incluso con nuevas terapias y tecnologías que buscan
mejorar la vida sexual y afectiva de las parejas, aún hoy la mayoría de las
personas posee serias dificultades para relacionar una vida sexual intensa
con una vida espiritual intensa. Por otra lado, el uso de alegorías sexuales
como garabatos e insultos nos dice que a un nivel inconsciente, lo sexual
sigue estando abajo en valoración, como si siguiese siendo fuente de
vergüenza y culpabilidad.

3. EL PROBLEMA DEL ORGASMO

La razón de lo anterior podría hallarse en un hecho poco observado hasta


ahora pero que se refiere justamente a la dinámica energética que se da
tanto en la práctica espiritual como en la sexual. La experiencia demuestra
que ambas difieren, ya que mientras la primera apunta a la concentración de
fuerzas y energías, la segunda a relajarlas y disiparlas. Esto es algo
evidente en la práctica para cualquier persona, ya que después de

                                                                                          3
                                                                                 
 
 

consumado el acto sexual sobreviene un estado de cansancio y sueño, donde


las fuerzas del organismo decaen naturalmente.

El orgasmo en este caso no es más que una descarga de energía, que el


cuerpo tendrá que recargar en mayor o menor tiempo. De ahí entonces
proviene el problema de la frecuencia y de la potencia, en especial en el
caso del hombre. Cuando éste es joven, la frecuencia puede ser alta sin que
el organismo se resienta demasiado. Empero al pasar los años, esta
capacidad decae y el hombre se cansa más.

Lo anterior es importante para entender la dicotomía entre cuerpo y


espíritu, porque implica que el sexo puede ser hasta cierto punto un
obstáculo para las actividades que requieren un máximo de energía y
concentración. A modo de ejemplo se puede citar a los deportistas de alto
rendimiento, que en períodos previos a las competencias se privan de tener
relaciones sexuales para conservar al máximo sus capacidades físicas y de
destreza competitiva.

La experiencia indica que a la larga la abstinencia también tiene sus


inconvenientes. Los deseos sexuales reprimidos no desaparecen, sino que
permanecen en la sombra, produciendo muchas veces estados psicológicos
negativos que pueden llegar a ser peores. Eso conlleva mucha frustración y
es la base del “odio al sexo” que algunas personas con ideales espirituales o
ascéticos profesan. En ellos es posible apreciar de la forma más nítida la
dicotomía sexo-espíritu, originada por la no conciliación de ambas
tendencias.

4. LA RESPUESTA TÁNTRICA

Si, por un lado la práctica sexual puede resultar positiva para la salud y el
equilibrio emocional del individuo, entonces debe existir algún modo de
evitar sus consecuencias negativas. En otras palabras, cómo lograr
disfrutar del sexo sin debilitarse; cómo poner el sexo al servicio de lo

                                                                                          4
                                                                                 
 
 

espiritual y trascendente, así como de otras actividades que impliquen


mejorar la salud y la vitalidad a lo largo de los años.

A diferencia de occidente donde estas preguntas rara vez se han


formulado, el tantra y el taoísmo se han ocupado de ellas de forma práctica,
generando un conjunto de técnicas referidas a las “artes de la alcoba”,
como han denominado al arte del amor sexual. Éstas se fundan en el
intercambio energético entre hombre y mujer, que representan los dos
principios yin y yang (femenino y masculino, respectivamente). Por medio del
control de la respiración y de los movimientos durante el coito, aprenden a
evitar el orgasmo convencional y de ese modo prolongar el placer más allá de
los límites que la mayoría conoce. Con ello buscan aportar más vitalidad,
salud y longevidad a sus vidas, y un enfoque trascendente para las
relaciones de pareja.

Todo esto nos parece hoy muy extraño, como si se tratara de increíbles
hazañas. Pero el aporte que pueden hacer tanto el tantra como el Tao se
halla justamente en eso. Esas “proezas de oriente” están al alcance de
cualquier occidental que tenga el suficiente valor de confrontar su propia
sexualidad y los mitos existentes respecto a ésta. Luego de todo el camino
recorrido para reivindicar el papel de lo sexual en occidente, este es un
paso más que necesario hacia un conocimiento más profundo y cabal del
sexo. A su vez es un desafío para que sexólogos y educadores sexuales
trabajen sobre ese nuevo enfoque, con la certeza que ofrece múltiples
respuestas a temas tan antiguos como la insatisfacción en las relaciones, la
pérdida de interés sexual, control de la natalidad y otros similares.

5. SEXUALIDAD TRANSORGÁMICA

La sexualidad tántrica es, lo mismo que la taoísta, una sexualidad


transorgásmica. También recibe el nombre de “alquimia sexual” pero la
elección del término “transorgásmico” obedece al hecho que a lo que
apuntan esas disciplinas es a “trascender” el orgasmo tal y como lo

                                                                                          5
                                                                                 
 
 

conocemos. Es verdad que aquí tanto el hombre como la mujer experimentan


un goce muy intenso, pero es de otra índole, un “transorgasmo”. 4

La razón de esta diferencia se debe a que para tántricos y taoístas, el


orgasmo, entendido como descarga genital, viene a significar el término
abrupto de la relación. El placer que se experimenta es intenso, pero breve;
luego sobreviene el cansancio y el sueño que es más evidente al menos en el
varón. Luego de consumado el acto sexual es común sentir una sensación de
vacío, debido a que los órganos sexuales, así como el cuerpo en general,
quedan literalmente “vacíos” de energía.

El aspecto afectivo también se ve mermado por el orgasmo explosivo,


puesto que la atracción que provocaba las más maravillosas sensaciones
afectivas en los amantes, decae abruptamente. El estar y sentirse
enamorado tiene ciertamente una base fisiológica y energética; con el
orgasmo sobreviene la pérdida de ese estado de conciencia. El amor es una
“potencia” que se nutre de nuestro nivel bioenergético. Si este nivel es alto
nos sentimos fuertes y animados, inspirados y enamorados; si es bajo es lo
contrario. Cuando sobreviene la descarga el potencial bioenergético
necesariamente decae, dejando la mayoría de las veces a los amantes con
una sensación de desconexión más o menos evidente. El afecto y el amor en
la pareja en ese sentido son esenciales, pues operan como paliativos, es
decir, ayudan a que pese a la pérdida de la energía prevalezca un
sentimiento de unión y mutua gratitud. Empero – se recalca - eso no impide
seguir considerando al orgasmo como un “término” o “corte”.

Lo anterior contrasta con la opinión común de la gente e incluso contradice


lo expresado por eminentes psicólogos y hombres de ciencia en general. El
orgasmo es hoy más que nunca valorado en nuestra cultura. Las terapias
sexuales y casi todos los libros sobre el tema tienen por fin ayudar a
                                                             
4    Entodos los libros actuales de tantra y taoísmo se habla simplemente de “orgasmo” pero
entendiéndolo no como explosión o descarga energética, sino como plenitud o estado de máximo
éxtasis durante la cópula. Para efectos de diferenciarlo se prefirió el término “transorgasmo”, y
para mostrar su cualidad de ser una experiencia que se consigue sólo cuando se es capaz de ir “más
allá” del orgasmo común. 

                                                                                          6
                                                                                 
 
 

conseguirlo. Y es que la nuestra es una “cultura de la catarsis”, donde el


ideal de máximo goce se halla en la idea de liberación, de explosión. No hay
conciencia aún de que esa idea sólo es compatible en una cultura donde las
cosas están siempre reprimidas, atascadas. Estamos tan acostumbrados a
llevar una forma de vida de stress y preocupaciones que lo único que
deseamos es poder liberarnos, aunque sea por un instante, a través de
placeres explosivos.

Es ése el sentido que psicólogos como Freud y Reich dieron a la sexualidad:


una forma de descargar energías, que permite aliviar las tensiones y
sentirnos libres. El problema es que esto ocurre a costa de quedar sin
energía. Hablando en términos termodinámicos, el orgasmo genital es
similar a una expansión irreversible, caracterizada por producirse en una
sola etapa y cuyo resultado es la liberación de mucha energía como calor. El
proceso impide aprovechar creativamente esa energía, y sólo contribuye a
incrementar la entropía o desorden del sistema. El orgasmo ciertamente
puede tener un fin terapéutico, pero más allá de eso, si se lo toma como
forma de vida, se vuelve un sin-sentido. Pensando en el orgasmo como una
expansión irreversible, un buen símil sería verlo como una explosión nuclear,
donde toda la energía se libera como una gran ola de calor alrededor. Las
fuerza de la explosión literalmente arrasa con todo, dejando al cuerpo en
estado de hipersensibilidad.

6. ÉXTASIS TRANSORGÁSMICO

Por el contrario el éxtasis transorgásmico constituye un tipo de expansión


reversible, ya que se produce lentamente en muchas y pequeñas etapas,
donde sólo una porción de la energía se libera como calor; el resto se
conserva y permite catalizar otros procesos, psicológicos por ejemplo, de
tales como gozo y expansión mística.

Siguiendo con el ejemplo de la energía atómica, el “transorgasmo” sería


ahora similar a un reactor nuclear, que va realizando muchas e infinitas
mini-reacciones que permiten provocar un placer prolongado y mucho más
                                                                                          7
                                                                                 
 
 

rico en término de sensaciones y emociones. En vez de alcanzar el clímax de


una sola vez y de forma irreversible, el hombre y la mujer pueden
experimentar muchos pequeños clímax que sumados proporcionan un
inmenso placer y dicha. Pero no se da de forma explosiva sino implosiva, es
decir, sintiendo que algo se libera por dentro, sin existir eyaculación ni
descarga energética violenta.

Así tenemos que el poder transformador del sexo es muy grande. La


energía sexual, es catalizadora de procesos vitales, afectivos y cognitivos.
Al aprovechar esta energía en nuestra vida podemos sentirnos más lúcidos e
inspirados, con más energía y vitalidad e incluso, más enamorados y atraídos
por la pareja. Ese maravilloso poder de lo sexual sobre la conciencia es la
clave para entender por qué el amor erótico es la base de comparación para
entender el sentimiento religioso o la creación artística.

Por otra parte, la evidencia médica indica que durante la excitación sexual
se secretan gran cantidad de endorfinas, hormonas y otras sustancias
benéficas para el organismo. No obstante esto depende mucho de la calidad
y duración de la experiencia. Si todo ocurre tan rápido que no se le da
tiempo al cuerpo ni a la energía para alcanzar su punto exacto, lo más
probable es que estas reacciones no se produzcan adecuadamente. Muy
distinto es lo que pasa en quienes sí aprenden a controlar la energía. Un
coito apresurado es fuente de insatisfacción y sólo produce frustración y
desencanto. Y hay que saber de qué se está hablando con “corto” y
“apresurado”. En general porque el tiempo en que la pareja permanece unida
en promedio debiera durar... ¡al menos una hora!, y no los cinco o diez
minutos a los que, con suerte, los occidentales estamos acostumbrados.

Por otra parte, prolongar la relación contribuye al logro de un tipo de


éxtasis, ya que está demostrado que cualquier movimiento rítmico
repetitivo induce, si se prolonga lo suficiente, a un estado de trance o de
conciencia alterada. Eso se puede ver incluso en el deporte, el baile o la
música. Durante la cópula, los movimientos rítmicos y la respiración
acompasada contribuyen a lograr dicho “trance amoroso”. El placer
experimentado –hay que decirlo- resulta con la práctica mil veces más

                                                                                          8
                                                                                 
 
 

grande que el de la experiencia sexual ordinaria, y tiene la virtud de


prevalecer en el tiempo. Por medio del cultivo de la sexualidad
transorgásmica, el hombre y la mujer pueden -si así lo desean- abrirse a una
nueva conciencia del mundo, similar a lo que ocurre con prácticas como la
meditación o el yoga.

7. EL REAPROVECHAMIENTO DE LA ENERGÍA SEXUAL

El acto sexual es uno de los momentos en el que se experimenta una gran


cantidad de energía, la que luego descargamos a través del orgasmo genital.
Esto se acompaña por lo general de una intensa sensación de placer,
combinada con sentimientos de amor y de afecto mutuo, lo que permite
gozar y profundizar en la relación de pareja.

Sin embargo, ciertos aspectos hacen que una relación vaya decayendo. El
uso de la energía sexual, cuando no es aprovechada para fines creativos,
produce desgaste físico y psicológico. El envejecimiento está ligado al
funcionamiento de los órganos sexuales; cuando éstos han cumplido su vida
útil reproductiva, degeneran y dejan de producir las hormonas que dan vida
al organismo.

En oriente, los maestros de las tradiciones tántrica y taoísta –que se han


preocupado de comprender a fondo los procesos de la energía sexual-
plantean que es posible, para un hombre y una mujer, trascender la
condición de ser desechables si aprovechan las posibilidades que ofrece el
sexo. Se puede “engañar” a la naturaleza –dicen- haciéndola creer que los
órganos sexuales siguen siendo útiles. La naturaleza a cambio nos mantiene
sanos y lúcidos, y podemos gozar de la sexualidad hasta edad avanzada.

La clave para lo anterior es el reaprovechamiento de la energía sexual, lo


que se logra conservando los fluidos liberados durante la relación sexual. El
semen, el más importante de ellos, concentra una gran cantidad de
nutrientes cuya pérdida al organismo le resulta costoso de reponer. El
semen es uno de los productos más refinados y en el cual se concentra la
                                                                                          9
                                                                                 
 
 

mayor cantidad de energía vital (tanto que es el portador de una nueva vida
en la reproducción). Es rico en minerales y proteínas y su composición –con
la excepción de los espermios- es similar a la del líquido céfalo-raquídeo.
Esto, invita a reflexionar sobre la estrecha relación que hay entre sexo y
cerebro. ¿Acaso la pérdida de semen incide en el debilitamiento de las
funciones del sistema nervioso central? De esto, la ciencia sabe aún muy
poco. Este tipo de preguntas rara vez son planteadas pero abren nuevas
ventanas en la comprensión de la sexualidad.

En un nivel más profundo el semen se asocia a la esencia vital del hombre.


En la mujer dicha esencia no posee un sustrato físico sino más bien de
naturaleza etérica o energética. Esto no significa que las mujeres estén en
desventaja sino que por el contrario, superan al hombre en materia sexual.
Mientras el hombre pierde energía en cada eyaculación, la mujer permanece
lúcida y activa aún después de varios orgasmos. El hombre, por tanto, en vez
de intentar someter a la mujer como ha hecho a lo largo de la historia, debe
ponerse a su altura. Esto es lo que proponen, el tantra y el taoísmo.

En India, la palabra del sánscrito que designa al semen es bindu, que en


otra acepción sirve para denominar el centro del mandala (círculo que
representa a la Divinidad entendida como un todo). De esto se desprende
que perder semen es –para los místicos tántricos- perder el centro, la
conexión con Lo Divino en uno mismo. Con justa razón al semen lo llaman
también cuerpo sutil del universo, reconociendo en él sus inherentes
cualidades espirituales (insistimos que la mujer también posee un
equivalente energético para lo mismo). 5

                                                             
5    En
el Antiguo Testamento aparece una mención que podría significar que para los israelitas el
semen también podría haber tenido un alto valor. En Levítico 15 se condenan las emisiones de
semen, incluso para aquel que “yaciere con una mujer”.

Lev 15:2 Hablad á los hijos de Israel, y decidles: Cualquier varón, cuando su simiente manare de su
carne, será inmundo.

Lev 15:19 Y cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su carne, siete días estará
apartada; y cualquiera que tocare en ella, será inmundo hasta la tarde.

                                                                                          10
                                                                                 
 
 

8. TÉCNICAS TRANSORGÁSMICAS

El tipo de sexualidad que se propone implica una condición que hemos


llamado “transorgásmica” -es decir- que permite ir más allá del orgasmo
convencional.

Éste último, al permitir la descarga de energía, se constituye en un


obstáculo a superar. Para lograrlo es necesario controlar el orgasmo por
medio de técnicas que se hacen antes, durante y después de la relación
sexual.

Una vez aprendidas, dichas técnicas otorgan un goce sublime. También


permiten prolongar el acto sexual a voluntad.

Asimismo, a través de ellas se catalizan procesos internos de éxtasis y


conexión profunda con la pareja, que se conservan por mucho tiempo
después de concluido el acto en sí.

Y, por último, constituyen un método natural de control de la natalidad sin


que esto prive a las parejas –aun siendo muy poco probable- de concebir. 6

                                                                                                                                                                                                 
Lev 15:31 Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, á fin de que no mueran por sus
inmundicias, ensuciando mi tabernáculo que está entre ellos.
Lev 15:32 Esta es la ley del que tiene flujo, y del que sale derramamiento de semen, viniendo á ser
inmundo á causa de ello;
Lev 15:33 Y de la que padece su costumbre, y acerca del que tuviere flujo, sea varón ó hembra, y
del hombre que durmiere con mujer inmunda.

) Según algunos, esto tendría que ver con el misterio de las inmaculadas concepciones: hijos de
6

un acto sexual trascendente (Aun Weor, 1991)

                                                                                          11
                                                                                 
 
 

9. ¿EN QUÉ CONSISTEN EN LA PRÁCTICA LAS


TÉCNICAS TRANSORGÁSMICAS?

Esto es algo que se desarrolla a continuación, pero antes conviene


comprender ciertos principios.

El primero de estos tiene que ver con la noción de “control”, la cual lleva a
muchos malos entendidos. Por lo general las personas –incluidos psicólogos y
sexólogos- piensan que no es bueno controlar la energía sexual durante una
relación. Esto se debe a que se confunde la idea de control con la de
represión. Desde la perspectiva transorgásmica el control se asocia con un
“conducir” la energía, haciéndola circular por el organismo. Entonces la
energía sexual para ser controlada, necesariamente debe ser puesta en
circulación.

Esto se ilustra por la alegoría de la olla a presión. Imaginemos que el


aparato genital del hombre o la mujer es similar a una olla a presión. Esto
es, que está cerrado por todas partes y en su interior se encuentra el agua
que representa a la libido o energía sexual. Cuando sobreviene la excitación,
el agua comienza a calentarse y de esta forma la energía, en un principio
líquida y fría, empieza a echar vapores que son aquellas sensaciones y
cosquilleos eléctricos que nos remecen por abajo. Al incrementar la
temperatura (excitación), aumenta también la presión al interior de la olla,

                                                                                          12
                                                                                 
 
 

de forma que llegado cierto punto, cuando la presión se hace insoportable,


la olla estalla vaciando todo su contenido y su calor. Esto quiere decir que la
descarga sexual sobreviene cuando el cuerpo –los órganos sexuales- no son
capaces de aguantar más la suma de los impulsos generados por la
excitación. El placer del orgasmo genital se halla en el alivio que se siente al
deshacer la presión, pero su efecto negativo consiste en que la energía se
pierde sin posibilidad de ser aprovechada en algo más.

Lo anterior implica así varios tipos de pérdida, primero: el agua en sí, que
en el caso del hombre es el semen (con todos sus nutrientes y minerales);
segundo y más importante: la energía al ser liberada no tiene forma de ser
reintegrada al sistema (en el hombre y en la mujer); y tercero: la olla, al
estallar se ve dañada. Esto último significa que por cada explosión
orgásmica, toda la zona genital queda en estado de hipersensibilidad, como
si se tratara de una bomba que arrasó con todo. En algunas personas se
describe un síndrome post-orgásmico 7 asociado con sensaciones de dolor,
fatiga extrema, síntomas de gripe, molestia a la luz y los ruidos, sudoración
intensa, sarpullidos, entre otros. El cuerpo destina gran cantidad de energía
para reparar los sutiles conductos de la energía que se ven dañados, tal
como si se tratara de cables fundidos por una sobrecarga eléctrica.

Siguiendo con la alegoría de la olla, podemos ahora explicar la circulación


de la energía. ¿Qué hacemos para evitar que la olla estalle? Simplemente
permitimos que tenga una válvula de salida. Si pensamos en una caldera
industrial, éstas tienen chimeneas y tuberías que permiten que los vapores
salgan y circulen. Durante el acto sexual la clave del control consiste en que
los “vapores” de la excitación circulen y se distribuyan en el cuerpo. Los
canales energéticos principales ascienden desde la zona genital, por la
columna vertebral, hacia el corazón y el cerebro, y pasando por todos los

                                                             
7
Dicho síndrome está descrito recientemente en Holanda por el doctor Marcel Wladinger
de la Haya (La Prensa Web, 2002)

                                                                                          13
                                                                                 
 
 

órganos. La técnica consiste en hacer subir la energía desde los genitales


hacia arriba y así descomprimir la zona inferior. ¿Cómo lograrlo?

10. EL CONTROL DE LA RESPIRACIÓN

El primer gran recurso dice así: control de la respiración = control de la


eyaculación (y de la energía en general). En el ejemplo de la olla, el control
del aire es fundamental: permite bombear y lograr un ritmo en la circulación
de los vapores. Teniendo un buen ritmo respiratorio podemos hacernos del
control del acto sexual, pudiendo permanecer durante horas unidos a
nuestra pareja. Al igual que en el deporte, donde respirar bien es la clave
de un buen rendimiento, en el sexo transorgásmico, la respiración lo es todo
(o gran parte).

Ahondando un poco más en la respiración, diremos que es la puerta de


entrada y salida de energía. Sus dos fases, inspiración y espiración, son
centrípeta y centrífuga respectivamente. Por la primera nos llenamos de
energía, por la segunda nos vaciamos. La respiración en el acto sexual común
y corriente se caracteriza por una primacía de la espiración por sobre la
inspiración. Esto se expresa como un jadeo, con lo cual se entiende por qué
las personas terminan por no poder contener el flujo hacia fuera de la
energía. El ritmo respiratorio también influye: el acto sexual instintivo llega
a tener entre 60 a 120 respiraciones por minuto, lo cual impide que la
energía suba y se distribuya por el cuerpo.

En el acto sexual transorgásmico, por el contrario, la respiración se torna


más lenta y pausada. Se inspira profundo llevando la energía desde los
genitales hacia atrás y hacia arriba (hasta el corazón o la cabeza). La
imagen es como si aspiráramos desde los genitales y, luego de una breve
retención arriba, soltamos el aire. Podemos imaginar que es una especie de
luz que sube desde la parte baja del abdomen y, llegada al corazón o la
cabeza, se irradia hacia fuera.

                                                                                          14
                                                                                 
 
 

Los tipos de respiración se hallan en libros de técnicas taoístas o de yoga,


y se pueden practicar primero solos y luego en pareja, para sensibilizarse al
ritmo del otro. En general se recomienda el trabajo con la respiración
abdominal o diafragmática.

11. EL CONTROL DEL MOVIMIENTO Y LA MUSCULATURA

Un segundo elemento es el control del movimiento y de la musculatura que,


al igual que la respiración, es esencial para el control de la energía. Se trata
en primer lugar de los músculos de la zona genital: los que rodean al pene y
la vagina.

Debido a que nunca nos hemos planteado estos asuntos, no tenemos


conciencia de la importancia de estos músculos. Éstos son los que permiten
aguantar la orina y el trabajo de parto en las mujeres. En el acto sexual
transorgásmico su importancia es vital porque permiten la contención de la
energía y al mismo tiempo posibilitan un tipo de placer que se experimenta
al contraerlos.

                                                                                          15
                                                                                 
 
 

Se trata del músculo pubococcígeo cuyo punto central y más importante se


halla entre el ano y los genitales. En el acto sexual se trabaja así: cuando
sentimos que estamos próximos al orgasmo inspiramos profundamente,
contrayendo este músculo con fuerza, como si bombeáramos la energía
desde abajo (como ya se explicó sobre la respiración). Esto dura unos
segundos mientras retenemos la respiración y luego aflojamos cuando el
peligro ha desaparecido. Hombres y mujeres pueden trabajar dela misma
forma.

El músculo pubococcígeo puede ser entrenado con ejercicios respiratorios


de apretar y soltar repetidas veces, inspirando y espirando cada vez. Otra
forma práctica es aprovechar cuando orinamos: en vez de soltar toda la
orina de una vez, apretamos y cortamos el chorro repetidas veces,
reteniendo el aire cada vez.

Otros músculos que ayudan a la contención y circulación de la energía son:


glúteos, el elevador del ano, músculos de piernas y abdominales. El
diafragma como músculo de la respiración también es muy importante.

Es necesario recalcar que el control muscular durante la relación recae en


que estemos relajados por un lado y, por otro, atentos a los movimientos
que se hacen. Se recomienda en un principio partir con pocos movimientos
hasta que se alcance cierta destreza. Moverse en forma apresura puede
incidir en un fracaso.

12. ESTIMULACIÓN DE ZONAS ERÓGENAS

Un tercer aspecto es la estimulación de zonas erógenas o de placer. En


general mientras más localizado esté el placer en los genitales, más difícil
es controlar la energía. Aprender a estimular otras zonas del cuerpo,
preparadas para dar y recibir energía contribuirá a un mejor control y
sensación de gozo totalizada.

                                                                                          16
                                                                                 
 
 

Previo a la penetración, debe existir un preámbulo amoroso donde, por


medio de caricias y suaves besos, los amantes puedan magnetizar y llenar de

energía las distintas zonas de su cuerpo. Esto incluye labios, senos, pezones,
cara, cuello, espalda, caderas y nalgas, entre otras. Mientras más activas
estén esas zonas más liberados estarán los genitales; por otra parte, el
éxtasis transorgásmico se asocia con una sensación total de placer que
algunos han llamado orgasmo corporal (diferente del genital).

Así, durante el acto sexual, por medio de besos y abrazos, dejamos de


pensar tanto en el placer genital y nos abrimos a la experiencia corpórea.

13. DESPUÉS DE LA PRÁCTICA

Luego que la pareja ha estado unida y decide concluir su acto de amor, se


separan suavemente. Esta última fase de “después de” debe ser observada
con cuidado, puesto que es el momento en que los órganos sexuales están
llenos de energía. El varón, dado que no eyaculó, conserva su erección
intacta. Tanto él, como la mujer deben continuar abrazados restregándose,
el uno al otro. Ambos siguen respirando y subiendo la energía desde los
genitales.

                                                                                          17
                                                                                 
 
 

Conviene también secar los fluidos que inundan la entrepierna porque eso
incide en que la energía pueda quedar afuera y dé una sensación de “quedar
abierto” o expuesto al enfriamiento. Secarse entonces es una forma de
“cerrar la puerta”.

Al mismo tiempo se debe evitar el enfriamiento violento. La explicación es


simple: la energía sexual es como el vapor; cuando los conductos se enfrían,
la energía, en lugar de subir, se condensa. El resultado es que sentimos
dolor y pensamos que practicar la sexualidad transorgásmica es dañino. Por
eso es necesario continuar circulando la energía hasta que volvamos a la
normalidad.

Finalmente hay que recalcar que al principio es normal sentir dolor o


molestias tras la práctica. Eso se debe a que el cuerpo en un principio no
está acostumbrado a trabajar de esta forma. Pensemos en la primera vez
que fuimos al gimnasio o en nuestra primera clase de danza.

14. LA ACTITUD DE LA MENTE Y DEL CORAZÓN

Esto último constituye el telón de fondo de toda la práctica


transorgásmica. Más allá de los factores técnicos lo que debe haber es una
actitud correcta y armoniosa de la mente. Este es el aspecto más difícil de
lograr y no hay muchas recetas que sirvan, salvo la propia comprensión y el
propio esfuerzo personal. Cuando una pareja comienza a autoconocerse y
profundizar su relación descubre que debe pasar por cambios en la forma
de pensar y de relacionarse consigo mismos, sus cuerpos, sus emociones.

Esto, llevado a la práctica sexual, implica que por sobre todo debe existir
una actitud de amor y de un compartir en intimidad. En las visiones místicas
se dice que durante la experiencia transorgásmica ocurre una fusión de
opuestos: el hombre se alimenta de la esencia femenina de su mujer y así se
completa; y la mujer, por su parte, absorbe la esencia masculina del hombre.

                                                                                          18
                                                                                 
 
 

A lo largo de los años van cultivando ese estado que los conduce a la
autorrealización.

Lo otro que ocurre es una transmutación: la energía sexual que sube desde
los genitales, al llegar al corazón se vuelve luz pura de amor. Para eso la
persona debe resolver sus conflictos internos o de lo contrario sentirá que
esa energía se estanca. Por tanto es esencial preocuparse de cultivar el
amor y actuar siempre en pos de un desarrollo interior.

Por último, si a ambos les interesa profundizar en la experiencia


transorgásmica, deben ser tenaces y hacer uso de la voluntad, aunque al
principio la cosecha sea pobre. En todo arte, se requiere perseverancia y
amor, y como nadie sabe mejor lo que uno necesita, es uno el que se debe
imponer la exigencia y, al mismo tiempo, la libertad de experimentar. Sólo
así se alcanzan las cumbres –o las profundidades- del éxtasis.

            FIN 
 
   

                                                                                          19
                                                                                 
 

Vous aimerez peut-être aussi