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Ejemplo de entrevista psicológica.

Caso Rossana.
La entrevistada ha pedido hora para una entrevista psicológica telefónicamente
indicando que es derivada por un colega cuyo nombre menciona. Que necesita ser vista
con toda urgencia por lo que desea su hora cuanto antes. Se le da hora de entrevista para
dos días después.

Psi. Símbolo de la psicología

La entrevistada se presenta a su primer consulta estrictamente puntual. Al abrir la puerta


para que pase al consultorio se levanta hábilmente y me tiende enseguida la mano. Se la
doy, y digo:

- Psicólogo: Hola

- Rossana: Mucho gusto de conocerle, doctor.

-P: (Le indico no verbalmente dónde habrá de sentarse, cierro la puerta y me ubico en
mi lugar de trabajo. Comienzo tomando sus datos de identificación, y me dice llamarse:
Rossana S. Antes de que yo continúe preguntando, ella me contesta:)

- R: tengo 33 años, vivo en tal calle, número tal, no tengo teléfono, salvo el de la oficina
a donde podría llamarme si es necesario, cuyo número es tal y tal.

- P: ( Como lo lo había dicho  le pregunto por su profesión que resulta ser ” empleada de
comercio”, y por su estado civil que resulta ser ” solterísima”. Voy a empezar a darle
instrucciones pero ella con una sonrisa de picardía me dice:)
-R: Mi padre se llama Jorge y tiene 74 años, mi madre se llama Mary y tiene 56 años,
tengo también un hermano, todo el  mundo puede tener un hermano, que se llama
Milton y tiene 38 años

-P: (Le doy entonces la consigna acerca de las modalidades de trabajo, la duración,
honorarios y la posibilidad de que tengamos una nueva entrevista. La muchacha
contesta con un onomatopéyico, y al verme tomar mi posición, ella también intenta
hacer lo mismo, en una forma de simetría. Le comunico que yo tomaré algunas notas y
le escucharé en su lenguaje habitual y que le haré algunas preguntas u observaciones en
caso de que éstas sean necesarias. Me contesta:)

-R: Como usted disponga doctor

-P: ( La entrevistada está vestida adecuadamente, sin ser llamativa y tiene ciertos rasgos
demostrativos, pero detrás de esa femineidad de vestimenta impresiona la complexión
recia, su peinado varonil con cabellos muy cortos y su mirada fija, dura, penetrante.
Luego que se acomodó a su conveniencia queda en silencio y muestra de inmediato
dificultades para empezar a hablar, como si estuviera eligiendo las palabras con que va a
decir o por lo menos estuviera eligiendo las palabras para expresarse. lleva dos dedos de
su mano sobre sus ojos que refriega ligeramente y luego como si hubiera tomado
bruscamente una decisión, comienza a hablar, con voz firme, segura y frases breves. Me
dice:)

-R: Estoy rodeada de ejecutivos, digo, en la fábrica donde trabajo. Todos se analizan.
Yo no me siento incómoda pero me tuve que poner a leer sobre psicología y
psicoanálisis. Entre una cosa y otra llegué a la conclusión de que es necesario analizarse

Se queda en silencio observándome atentamente, mirándome a veces el rostro y a veces


a las hijas sobre las que estoy tomando notas, y de pronto bruscamente como si volviera
a tomar una decisión continúa:

-R: Me he dado cuenta que tengo fallas de carácter. Claro que no está en mis manos
solucionarlo. Por lo tanto debo analizarme, es lo lógico, ¿ no le parece?. es por mi
trabajo ya que de lo contrario el trato con mis ejecutivos va a resultarme cada vez más
difícil.

-P: (Vuelve a quedar en silencio y nuevamente la secuencia de observaciones. Vuelve a


mirarme el rostro y comprendo que le es difícil. Vuelve a pasarse los dedos sobre los
ojos  y sigue mirándome, y pareciera que va a volver a refregarse los ojos por lo cual
decido intervenir: le apunto que de acuerdo con lo que me dice pareciera que en caso de
no existir esa razón de su trabajo no consideraría necesario analizarse).

-R: De todas maneras si no hubiera ingresado en ese grupo lo hubiera hecho en otra empresa.
Ya anteriormente he trabajado en labores similares y esta es mi manera de vivir. Hace 8 años
que estoy en este trabajo y ya anteriormente, si a usted le interesa saber, hace 6 años estuve
en otro similar. Saque la cuenta doctor. 8 y 6=14, 22. Se puede decir desde que hice el servicio
militar estoy trabajando duro.

-P: (Se ha que quedado sonriente como queriéndome señalar que ha dicho algo muy ingenioso
y que yo debo responder con alguna forma de festejo a tal ingeniosidad. Como yo permanezco
inmutable y simplemente la miro con un movimiento de ojos, pareciera que se concentrara un
instante, que recapacitara, y luego otra vez sonriente, me dice:)

-R:En fin, no sabría decirle qué hubiera pasado, en realidad tengo problemas
económicos. Usted sabe que para analizarse es necesario cierta capacidad económica.
Eso me había dificultado la idea de analizarme porque hace bastante tiempo que
pensaba hacerlo. conversando con el Dr. T., éste me dijo que no era necesario ser un
potentado económico para intentar analizarme. Me habló de la clínica y que yo poía
recurrir a ella. Aquí estoy. En realidad a través del trato diario y todas las dificultades
pero termino por darme cuenta que yo soy inmadura. Anteriormente trabajé en la
empresa de un familiar del actual dueño de la fábrica en que trabajo ahora. Ya para ese
entonces me di cuenta de que tenía grandes dificultades en el trato con las personas. Al
principio pensé que sería mejor porque no tendría que enfrentar a las personas, que el
trabajo aislada prácticamente sin trato con nadie, me aliviaría. Pero fue todo lo
contrario, me sentí cada vez más mal, me deprimía sintiendo que me hacía falta el trato
con la gente, que había perdido algo, que no sabía que era. Este hombre me enervaba. Y
sin embargo, no sabría decirle por qué. Yo soy parca pero tal vez él era más parco.

-P: (Se expresa además a través de una serie de movimientos en su silla,


recomendaciones en la forma de sentarse, y su mirada fija en el ventanal de mi
consultorio. Luego me mira otra vez duramente, penetrante y me pregunta:)

-R: ¿Qué le parece?.

-P: ( Como yo solamente anoto la pregunta que me ha hecho, ella vuelve a toser y
continúa:)

-R: El trato con la gente me es difícil porque soy muy ” chinchuda”. Siento de pronto
que me invade una especie de rabia. Si me reprimo voy sintiéndome cada vez más
cargada y esto me hace daño. A veces estallo con cierta violencia, aunque esto sucede la
menor de las veces.

-P: ( Se queda mirándome, vuelve a sonreírse, luego se ríe, y me dice y me remarca que
sus estallidos suceden muy pocas veces. Resuelvo mirarla directamente y correspondo
con una leve sonrisa y con ungesto que supongo expresaba ¿ y entonces?.

-R: Sabe doctor, esto debe ser herencia. Mi padre, que como le dije tiene 74 años, es
muy explosivo. Pero él no contiene y tampoco se arrepiente. Esta es la gran diferencia
conmigo. Yo sí me arrepiento y pido disculpas. Pero comprendo bien, como tambiñen
lo comprenderá ustde, de qu e esto no es solución pues de todos modos vuelvo a
sentirme igual en cualquier momento.

-P: (Vuelve a ponerse sonriente, su mirada dura ha desaparecido y con voz muy distinta,
suave:)

-R: Mi madre, que también  le dije que tiene 56 años, es mucho más tranquila, más que
eso, es muy infantil. Cuando suceden cosas que la descomponen, se pone triste y a veces
se pone a llorar. En cambio yo si no estallo, me siento mal físicamente, en especial del
intestino, me empiezan ruidos en las tripas y luego generalmente tengo diarrea.
-P: ( Se ha quedado mirándome dulcemente. He vuelto a mirarla con amabilidad y hago
una señal de asentimiento con la cabeza, para incitarla a que continúe).

-R: Mi relación con mis padres es buena, yo tengo bastante ascendiente sobre ellos, más ahora
que mi hermano de 39 años se casó y de fue del hogar.

-P: ( Ha vuelto a ensombrecerse su rostro y reaparece la mirada indagatoria aunque no tan


dura como en los comienzos. Resuelvo mirarla nuevamente como interesado en lo que está
diciendo. Continúa:)

-R: Con este hermano siempre me llevé mal, porque es muy infantil y le cuenta
reconocerlo. También grita. Se irrita muy fácilmente. Dése cuenta, doctor, piense él es
tan infantil y yo tan inmadura. Él es un egocéntrico, nunca tuvimos una conversación
formal, siento que odio a mi hermano.

-P: ( Su rostro ha vuelto a tomar la dureza inicial. Resuelvo intervenir) Le pregunto: Y


sus padres, ¿Cómo toman todo ésto?.

-R: La actitud de mis padres era más o menos imparcial, pero cambió fundamentalmente
cuando mi hermano se casó hace 15 años. Tal vez porque él absorbía mucho a mis
padres y cuando dejaron de tenerlo, ellos se sintieron abandonados. A pesar de que no
vive lejos de la casa de mis padres. Pero a veces pasa 15 días o un mes sin que aparezca,
ni siquiera llama por teléfono. Mi hermano es muy infantil, y mi madre también es muy
infantil. Son tal para cual.

-P: ( Pareciera como que se ha ausentado del lugar, ya que su mirada se pierde a través
de los cristales de mi ventanal como buscando algo allá lejos en el horizonte. Su silencio
no es tenso. Por lo tanto resuelvo intervenir nuevamente y le pido que agregue más
datos de lo que está relatándome).

-R: Mi padre como todos los padres, anhelaba un hijo varón perfecto. Yo sé que se
siente decepcionado al ver que su hijo solamente quiere quitarle el lugar de jefe de
familia. A veces las peleas entre los dos eran bravas, ahí sí mi madre parecía agrandarse
y se peleaba con mi padre para defender al hijo.

-P: ( Otra vez silencio, me mira atentamente, otra vez penetrantemente). Le pregunto:
¿ Cómo recuerda usted que se sentía durante esos episodios?, ¿ reaccionaba con sus
intestinos?.

-R: Tuve mi primer ataque de colitis ulcerosa a los 16 años. Estuve bastante bastante
grave, con hemorragias, pero un médico me atendió muy bien y me curé. 6 años después
tuve otras crisis pero menos graves, y tiene usted razón doctor, fue siempre por
peloteras. Hace 6 años otra vez pero con muy escasa hemorragia, pero con mucho dolor.

-P: ( Quedamos en silencio unos instantes y luego ella continúa: )

-R: Yo comprendo porque he leído sobre esto, que es producto de la represión. Si me


disgusto y no puedo descargarme siento enseguida la reacción en el intestino.
Por ejemplo esta mañana que sabía que venía a esta entrevista, tuve varias deposiciones.
Pero ahora digiero mucho mejor las cosas, o como dicen ustedes, elaboro mejor. Pero a
pesar de que entiendo las cosas no puedo evitarlas.  Mis padres no me dan el afecto que
necesito, siempre fui la niñita que buscaba cariño, pero ellos siempre se volcaron en mi
hermano. Me sentía muy sola y llegué a odiar a mi hermano desde muy jovencita.
Recuerdo un episodio a los 15 años cuando salía con un muchachito y mi hermano me
delató a mi madre por lo cual ella delante de todos, incluso de mi noviecito,
me abofeteó y me retó agriamente. Mi hermano no comprendía que yo era una chica
igual que él, como él. Desde entonces mi hermano terminó para mí. El me tiene celos,
ahora bien claro, porque yo tengo todo en mi casa, yo ayudo y él no. Mi padre y yo
ponemos el hombro para mantener el hogar.

-P: ( Se queda en silencio, su rostro se endurecce un poco y me observa atentamente).


Procedo a preguntarle: después de ese episosio ¿ pudo tener otros noviazgos?

-R: Sí, in novio que murió hace 10 años.

-P: ( Se queda callada y otra vez mira a través de los cristales del ventanal) y resuelvo
preguntarle: ¿Por qué no se casó?. (Me mira con asombro, se sonríe casi alegremente,
me dice:)

-R: Salgo hace 9 años con un hombre casado. Nos queremos mucho, pero es algo imposible.
No es correcto que él deje un hogar para formar otro hogar. No aceptaría nunca que él dejara
a su esposa para casarse conmigo.

-P: ( Luego de que me expresa ésto con relativo entusiasmo, se queda bruscamente absorta. Le
pregunto cuál es su dificultad para seguir expresándose y me contesta:).

-R: La solución sería que muriera la esposa. Pero eso no está en nuestras manos.

-P: ( Dasa la problemática planteada a esta altura de la entrevista, resuelvo indagar


directamente sobre su sexualidad. Me contesta:).

-R: Mis relaciones sexuales son muy satisfactorias con ese hombre. No siento ninguna
culpa frente a su esposa, de quién soy más o menos amiga. Es decir, más amigas son las
familias, mi familia con la familia de la esposa de ese señor.

-P: ( Como entra en un gesto de duda, y murmura algunas palabras incomprensibles,


mezclada con algunos onomatopéyicos, resuelvo seguir preguntándole). ¿qué haría si se
embarazara?.

-R: Decididamente no dejaría seguir adelante un embarazo. Usted comprende los


prejuicios, eso es imposible. pero estoy segura de que sería una buena madre porque por
ejemplo la hija de mi hermano me quiere a mí mucho más que a su propia madre. La
chiquita siempre trata de estar conmigo y llora si la madre la viene a buscar para
separarla de mí. Tal vez por eso quiero tanto a ese hombre con el cual “salgo”. El es
muy cariñoso con sus hijos. A veces me parece que él fuera la madre y el padre de sus
hijos. La madre se ocupa poco y siempre está acicalándose o en reuniones con amigas.

-P: ( Le comunico que ha llegado el fin de la entrevista, y le recomiendo el inicio de un


tratamiento. Me contesta:)
-R: Tengo muchas esperanzas, doctor.

-P: ( La despedida se produce adecuadamente con una sonrisa y muchas gracias, pero en
el momento de trasponer la puerta se vuelve, mira y exhala un suspiro, finalmente
continúa la marcha para retirarse).

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