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Introducción
Esta energía que sentimos, en la que fluimos y por la que nos adentramos,
es la misma que sustenta a todo el universo, al espíritu de la Conciencia. Al
recibir la energía, al dárnosla, en esa receptividad generosa, sincronizamos
con el ritmo natural que es causa y efecto de toda existencia.
Mikao Usui
Estos consejos o principios nos fueron legados por Mikao Usui con el fin
de enriquecer nuestro desarrollo personal. Son los llamados ‘cinco
principios Reiki’:
Nivel 1
Para empezar a canalizar con el Reiki tan sólo hemos de ser iniciados por
un maestro, quien activará nuestra capacidad canalizadora, esencial e
implícita en nosotros, de la energía universal, al tiempo que equilibrará
nuestros chakras con el fin de que podamos dar reiki de una forma más
fluida. Una vez que somos iniciados es de suma importancia empezar a
usar Reiki para nosotros, es decir, hacer el llamado ‘autotratamiento de
los 21 días’, así seremos, nuestro cuerpo, el instrumento de trabajo a la vez
que nos beneficiaremos de un tratamiento energético que abre paso a una
experiencia nueva e íntima con el Reiki. El Nivel 1 es llamado el ‘nivel
físico’, ya que la manera de canalizar la energía es con nuestras manos y en
contacto físico con la zona que queremos tratar. Usar Reiki es tan sensillo
como poner las manos en el lugar donde deseamos nutrirlo de energía. No
tenemos que hacer nada, la energía –inteligentemente- lleva a cabo
todo el proceso. Es frecuente, después o durante la iniciación, sentir un
calor inusual en las manos, agradable y extraño. Ello se debe a la apertura
de los chakras y de los canales de energía de las manos, lo que sentimos es
la sensación de la energía, como calor, alrededor de nuestras manos. Este
calor es beneficioso por sí mismo y es indicador de que la energía está
actuando. No obstante, no sentirlo no quiere decir que no está actuando la
energía, que percibamos o no ciertas cosas no quiere decir que éstas no
estén teniendo lugar. A medida que avanzamos en el Reiki nuestra
sensibilidad y capacidad perceptiva aumenta, estando más receptivos a este
tipo de cosas, muy sutiles e intuitivas.
A menudo surgen preguntas como ¿qué tengo que sentir?, ¿qué tiene
ocurrir?, etc. No tiene que ocurrir nada especial ni en concreto, incluso
puede que no sintamos nada. Cada persona lo vivirá a su modo y según el
momento, un día puede estar más receptivo y otro menos. Lo que tenemos
que tener claro es que todo ello son sensaciones y percepciones que para
nada indican exactamente la calidad de una sesión de Reiki. Sólo con poner
las manos la energía ya está pasando a nosotros o la persona receptora.
Reiki siempre funciona. Podemos tener esa confianza y relajarnos durante
la sesión, solamente entregarnos al proceso de sanación, que está teniendo
lugar, independientemente de si lo notemos más o menos. A veces la
sanación es muy sutil e interna y ni siquiera nos damos cuenta de aspectos
que sanan de nosotros muy arraigamos en el subconciente y sólo con el
paso del tiempo y con cierta perspectiva vemos los profundos cambios
positivos que han tenido lugar en nosotros; en otros casos la sanación
puede ser más evidente, pueden tenerse sensaciones muy intensas, incluso
lloros, risas, temblores, procesos de catarsis, etc. En cada persona la
vivencia será la suya propia y es aconsejable dejarse llevar, tener confianza,
pues la energía siempre actuará para nuestro mayor bien en todo momento,
sin excepción alguna. Reiki es una preciosa oportunidad para contactar
con nosotros -con nuestro interior- y entablar una íntima y dedicada
relación con el ser que somos.
¿Cómo se canaliza?
No hay nada más sencillo como la canalización de Reiki. Todos los seres
somos canales naturales, luego no es algo artificial que se fabrique en una
iniciación de Reiki, sino que a través de ella únicamente recordamos
espiritualmente nuestra capacidad canalizadora. Se puede canalizar tanto a
distancia como a través del contacto físico. En el primer nivel de Reiki,
como dijimos, se canaliza a través de las manos, y en los siguientes niveles,
se aprende a canalizar a distancia. Canalizar es permitir que la energía
universal (rei) pase a través nuestro y sea dirigida bien a nosotros
mismos o a otros (ki). Por medio de las manos la energía sale hacia el foco
donde estas tengan el contacto, bien a una zona del cuerpo, una flor, una
piedra, un gato, etc. Como todo es energía, todo puede beneficiarse y
nutrirse de la energía universal. Por ello decimos que el terapeuta Reiki
es un canal de la energía, no es su propia energía la que envía, sino que es
la energía universal, pura y total, la que pasa a través del terapeuta. En un
curso de Reiki, el gran objetivo, por tanto, es poner en movimiento, abrir o
reactivar, ese canal intrínseco en nosotros, como si dijéramos: un músculo
que nunca antes habíamos usado.
-La práctica del terapeuta. Al igual que cualquier deporte, técnica o arte, la
práctica constante y regular fomentará un canal más abierto.
-Diferentes momentos del día. Cada persona tiene momentos más
receptivos o menos abiertos a la energía según su propio carácter
energético individual (biotipo).
-Ánimo. Un estado de ánimo triste o depresivo se caracteriza por un cuerpo
energético ciertamente bloqueado, lo que influye en el canal.
-Estado interior sosegado/meditativo. Este factor será especialmente
positivo.
-Etc.
Sesiones y tratamientos
En todos los casos hemos de diferenciar entre lo que sería una sesión de
Reiki o un tratamiento*, y éste último puede ser básico o completo.
*Cabe apuntar que estos tratamientos descritos son para realizar a otras
personas. Para nosotros mismos la práctica del Reiki puede ser mucho más
libre y menos sistemática. Siendo aconsejable darse una sesión de 10 a 60
minutos todos los días, o al menos dos o tres días a la semana. El Reiki es
un camino de desarrollo personal y espiritual, por lo que su práctica
periódica y duradera será de gran ayuda, compañía y autoconocimiento a
lo largo de nuestra vida.
Los chakras
Los chakras están interconectados y en algunos casos comparten las mismas funciones en
grados diversos llegando incluso a no ser identificables o concretadas en un solo chakra
solamente. Tómese el cuadro anterior de forma orientativa sin olvidar la idea central de que
todos ellos forman un conjunto integral e integrado, un organismo complejo funcionando como
un todo inseparable. Este cuadro nos sirve a la hora de conocer qué estamos tratando cuando
aplicamos Reiki en los diferentes chakras.
Sesiones de Reiki
-Un entorno agradable. Una luz tenue, una vela, incienso, música
relajante… todo ello ayuda a crear una atmósfera propicia y de bienestar.
-Higiene y cuidados. Lavar nuestras manos con agua templada y jabón. Se
aconseja que la persona que canalice Reiki no tenga joyas o metales en la
muñeca o dedos, tanto para no interferir en la transmisión de energía como
por higiene. Si hacemos Reiki a otra persona hemos de cuidar y disponer de
los utensilios de trabajo adecuados: camilla, sábanas o rollos de papel de la
camilla, almohada, mantas, pañuelos, etc.
-Cortesía. Ofrecer un vaso de agua tanto al empezar la sesión como al
terminar, es un gesto de cortesía al tiempo que el agua es un potente
purificador vibracional. Al final de las sesiones la persona suele sentir frío
en ocasiones, debemos ofrecer una manta y, siendo normal que también la
persona quede muy relajada, incluso en estado de somnolencia, sugerirle
que se quede unos minutos tumbada, algo que también favorece el retorno
de la persona a su estado ordinario de vigilia y normalidad.
-La posición de las manos. Se aconseja que todos los dedos estén juntos,
excepto el pulgar pues tiende a quedarse separado. Lo fundamental es que
las manos estén relajadas, que sea una posición cómoda, quedando las
manos ligeramente ovaladas, pero siempre tocando el cuerpo, pues, como
ya sabemos, en el primer nivel de Reiki la transmisión de la energía
requiere del contacto físico. Al cambiar de posición es de suma
importancia, con el fin de mantener el flujo de la energía y hacer un cambio
brusco en el proceso de la sesión, mover primero una mano hacia la
siguiente posición y luego la otra, para así no el contacto con el cuerpo.
-Tiempo de las sesiones. Es orientativo. Se recomienda que haya una
asignación de un tiempo proporcional entre todas las posiciones. Hay dos
excepciones: 1ª. Que estemos más tiempo en una zona concreta pues
conocemos que ahí reside exactamente el foco de un dolor, trastorno,
enfermedad… 2ª. Que por sentirlo así, sintamos que hemos de estar más
tiempo en esa zona.
1ª posición: chakras 7º y 1º
2ª posición: chakras 6º y 2º
3ª posición: chakras 5º y 3º
4ª posición: chakra 4º
Este tipo de sesiones dan total libertad al canalizador. Quiere decir que no
hay que seguir un protocolo sistemático de posiciones, sino dejarnos llevar
hacia donde las manos y nuestra intuición nos dirijan. Tampoco es
importante el tiempo y podremos estar el tiempo que deseemos o sintamos
en la zona que tratemos. La sesión puede estar compuesta de tan sólo una
posición todo el tiempo que se quiera, o de diez o más posiciones. Como
decimos, la libertad es completa para el practicante Reiki.
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MAESTRO JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ SÁNCHEZ
BLOG: www.lasletrasdelaire.blogspot.com