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LA MASACRE EN LAS BANANERAS

Hablar de la masacre en las bananeras es recordar a Jorge Eliécer Gaitán Ayala, uno de
los políticos del siglo pasado, cuya vida y existencia marcó un hito imborrable en la
historia de Colombia.

El debate que hizo Gaitán en la Cámara de Representantes después de ocurridos los


hechos luctuosos que con valor e hidalguía destapó y puso en conocimiento de sus
colegas representantes, las barras que lo escucharon y admiradas lo aplaudieron,
cambió el rumbo del gobierno de la hegemonía conservadora, representada en ese
momento por el presidente Miguel Abadía Méndez, y pasó Colombia ha ser gobernada
por el partido liberal, ideología que impulsaba y representaba el caudillo del pueblo
Jorge Eliécer Gaitán.

La United Fruit Company, era una empresa Norteamérica que había venido al país para
establecerse en el Departamento del Magdalena, obviamente con el permiso y
acatando la legislación colombiana en materia de comercio. Era una empresa próspera
y aparentemente cumplía las leyes colombianas.

Para realizar el debate el representante a la cámara Jorge Eliécer Gaitán y el


representante Gabriel Turbay, viajaron a la zona bananera e investigaron los hechos
acaecidos, conversando con los habitantes de la región, autoridades civiles y militares
y recopilaron abundante y valiosa información contenida en documentos fidedignos e
innumerables testimonios de personas que sufrieron el rigor de la persecución o
fueron espectadores impotentes ante semejante masacre perpetrada por algunos
elementos del ejército de Colombia, obedeciendo las órdenes del General Cortés
Vargas que a mala hora fue nombrado como jefe Civil y Militar de ese Departamento a
raíz del estallido de la Huelga de los trabajadores de esta compañía fructífera
norteamericana (especialmente productora de banano).

A través del debate lo que hizo Gaitán fue correr el telón para que se vieran los hechos
tal como ocurrieron y no como los pintaba el Gobierno del presidente de la República
Miguel Abadía Méndez, donde presentaba a los trabajadores huelguistas como
alteradores del orden público y delincuentes peligrosos a los cuales había que eliminar,
y a los militares como cumplidores de su deber dentro de La ley y la constitución
nacional.

El debate de Gaitán en la Cámara demostró que los trabajadores por estar reclamando
sus derechos y mejoras salariales y de seguridad social ante la United Fruit Company,
fueron encarcelados y posteriormente fusilados por orden del desalmado general
cortés Vargas y los oficiales y soldados que ciegamente cumplieron sus órdenes.

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Los hombres, como lo prueba Gaitán en su debate, fueron encarcelados y los que
pudieron huir tuvieron que hacerlo al monte para salvar sus vidas, dejando a sus
esposas e hijos desamparados, con el agravante que las mujeres para sostener los hijos
tuvieron que trabajar de una manera muy precaria por cuanto no existían fuentes de
empleo.

En la medida que creció la represión a la huelga de los trabajadores y sus familias, los
militares apoyados económicamente por la compañía norteamericana, empezaron a
profundizar en los desafueros, incendiando las casas de los trabajadores y de paso
robando sus bienes y dinero hallado en sus habitaciones. Algunas damas fueron
irrespetadas por estos militares borrachos que habían perdido la noción del respecto y
la dignidad humana.

El discurso documentado de Gaitán, también demostró que el Jefe Civil y Militar,


General Cortés Vargas, se había puesto al servicio de la Compañía gringa, y recibía
pagos por la United Fruit, con el fin de que reprimiera a los trabajadores, incluso
asesinándolos como en efecto ordenó hacerlo a sus oficiales y soldados que
embrutecidos y en medio de la borrachera robaron los bienes de las víctimas e incluso
violaron a algunas mujeres.

El jefe civil y militar general Cortés Vargas, desconoció las leyes y normas establecidas
para esa sección del país y procedió a destituir a autoridades civiles y militares que no
cumplieron sus órdenes arbitrarias y abusivas y muy lesivas de los derechos humanos
de las víctimas. Algunas personas que ocupaban cargos públicos de importancia se
vieron en la necesidad de huir ya que corrían el peligro de ir a la cárcel o caer
asesinados por estos militares desalmados.

Como lo demostró el Representante a la Cámara, Jorge Eliécer Gaitán, el Jefe Civil y


militar general Cortés Vargas, estableció nuevos impuestos, además de los que ya
existían por Ley, y empezó a cobrar a los trabajadores presos un impuesto que ellos no
pagaron por no tener los recursos disponibles para hacerlo. Quienes si los pagaron
fueron algunas personas que al ir a la cárcel por no someterse a las órdenes fuera de la
ley y la constitución del malvado militar, que hasta cierto punto fue apoyado por el
presidente conservador Miguel Abadía Méndez, y por consiguiente, por algunos
políticos de la región del Magdalena que aparentemente representaban al pueblo en
el Congreso de la República de Colombia.

En la medida que avanzaba el debate en el recinto de la Cámara de Representantes y


que Gaitán mediante testimonios demostraba que los dineros que ingresaban al fisco
no eran utilizados para el destino que debía dársele de acuerdo a las necesidades de la

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Ciudad de Santa Marta y sus municipios, sino que iban a parar a los bolsillos del Jefe
Civil y militar General Cortés Vargas, oficiales y soldados y algunos funcionarios
corruptos, tanto conservadores como liberales que acataban y consentían los
desafueros de estos militares que estaban deshonrando el uniforme y en cierta
manera traicionado a su patria, puesto que se habían puesto al servicio de una
multinacional extranjera que explotaba inmisericordemente a los trabajadores
colombianos. Y tenía como consigna siniestra que si persistían en la huelga, fueran
asesinados, porque lo que importaba no eran los intereses de los nacionales sino los
cuantiosos intereses de la compañía norteamericana;

Los representantes de la mayoría conservadora, abandonaron el recinto y algunos


liberales también lo hicieron, buscando que el debate no prosiguiera, pues cada vez
que el expositor presentaba las denuncias, estas eran más graves y contundentes
contra el jefe civil y militar, los políticos corruptos y el mismo gobierno que
cohonestaba estos procedimientos que desconocían las Leyes laborales, la
Constitución Política y violaba la soberanía nacional por parte de la United Fruit
Company.

Las denuncias de Gaitán en calidad de representante a la Cámara, sirvieron finalmente


para tumbar a este Gobierno conservador corrupto, que no defendió los derechos de
sus trabajadores colombianos y exigió a la compañía Norteamericana el cumplimiento
de la Ley laboral y la Constitución política, sino que permitió esa horrenda masacre que
tiñó de sangre el panorama laboral de Colombia y enseñó al pueblo trabajador que
debe tener cuidado con los gobiernos y jefes civiles y militares que desconociendo la
Ley laboral y la constitución política, permiten que las compañías multinacionales
extranjeras abusen y exploten a nuestros trabajadores nacionales, por ponerse al lado
de los intereses de estas.

Autor: LUIS ESNORALDO CASTELLANOS GARCÍA

Julian Castellanos Peña 20102074102

Bogotá, D.C., febrero 12 de 2011

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