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Pero seis años después encontramos que estos países se siguen enfrentando
básicamente con las mismas dificultades, encarando las mis mas opciones y
disyuntivas y siguen tomando las mismas decisiones difíciles. ¿Acaso tiene
solución esta crisis? ¿Las nuevas soluciones no requieren acaso una actitud
internacional más abierta y cooperativa, para facilitar el proceso de ajuste,
disminuir los trastornos económicos, las carencias sociales e inestabilidad política
de los países deudores y asegurar que se avance hacia la meta de largo plazo
que es el desarrollo? Estas y otras interrogantes son las que enfrenta la
comunidad internacional en lo que concierne a la deuda, la cual se mantendrá
como la principal preocupación de América Latina y dentro de ella, lógicamente,
Venezuela, en lo que resta de decenio. Un estudio realizado por el SELA revela
que desde el estallido de la crisis de 1982 hasta 1987, la región transfirió al
exterior cerca de 150.000 millones de dólares, equivalentes al 40,7% de la riqueza
anual generada por las sociedades latinoamericanas y caribeñas. Y aún así el
monto de la deuda global aumentó. Otro estudio reciente elaborado por el Fondo
de las Naciones Unidas para la protección de la Infancia (UNICEF) denominado
Ajuste con Rostro Humano afirma que debe haber un margen de flexibilidad que
permita proteger a los grupos vulnerables, al tiempo que se promociona el
crecimiento. Igualmente señala que el enfoque monetarista es ineficaz desde el
punto de vista económico y genera altos costos sociales. El objetivo de este
artículo apunta hacia dos aspectos muy concretos. En primer lugar, se realiza una
definición de la deuda pública, deuda interna y externa, naturaleza y clasificación
de la deuda, además un análisis sobre la evolución de la deuda pública
venezolana para el período 1979-88 y 2001 -2010, a la luz de la información
estadística publicada por los organismos oficiales. En segundo lugar, se trata de
explorar algunas ideas sobre la estrategia global que debería aplicar el país en
relación a este problema. Finalmente, se extraen algunas conclusiones.
Uno de los aspectos que ofrece mayor importancia por sus repercusiones
económicas, es el de conocer la nacionalidad del prestatario y en este sentido es
necesario distinguir entre deuda interna y externa. La primera es suscrita por
nacionales y todos sus efectos quedan circunscritos al ámbito de la economía
interna; la deuda externa por el contrario, es suscrita por extranjeros y ello tiene
importantes novedades en cuanto a sus aspectos económicos, tanto para la
economía nacional como para la de aquellos que suscriben la deuda. En este
sentido la deuda externa posibilita los fondos necesarios sin menoscabo del
ahorro nacional. Estas ventajas que ofrece a corto plazo la deuda externa tienen
su contrapartida en el momento de la amortización de la deuda, cuando será
necesario captar los recursos en el país sin que esos recursos produzcan una
compensación en otros ciudadanos internos.
DEUDA FLOTANTE.
Llámese así a la parte de la deuda pública contraída a muy corto plazo mediante
bonos y letras del tesoro, y que se va renovando continuamente. La deuda flotante
está en general en manos de los bancos e inversionistas nacionales o extranjeros.
Los compromisos contraídos a corto plazo presionan a los gobiernos a emitir
nuevos títulos, generando así un círculo de endeudamiento que, cuando no
existen ingresos de la misma magnitud, lleva normalmente a la emisión de
moneda inorgánica y, por ende, a la inflación.
Para financiar sus actividades, el sector público puede utilizar esencialmente tres
medios:
La deuda pública puede afectar de una manera más o menos directa, a variables
económicas de las que depende básicamente el funcionamiento real de la
economía, tales como la oferta monetaria, el tipo de interés, el ahorro y sus forma
de canalización, bien sea nacional o extranjero, e interna municipal etc. la deuda
pública es la obligación que tiene el estado por los préstamos totales acumulados
que ha recibido o, por los que es responsable expresándose a través del valor
monetario total de lo bonos y obligaciones que se encuentran en manos del
público.
2001-2004
En 2001, el crecimiento del Producto interno bruto o PIB fue del 3,4%. Un aumento
significativo de los precios internacionales del petróleo permitió recuperar la
economía de una fuerte recesión sufrida durante el año 1999. Sin embargo, un
sector no petrolero relativamente débil, una alta fuga de capitales y una caída
temporal en los precios del petróleo evitaron que la recuperación fuera mayor.
Año 2005
Comparación del PIB per cápita nominal de Venezuela, Chile y Colombia, durante
el siglo XX, basado en World Population, GDP and Per Capita GDP, 1-2003 AD.
Año 2006
Según el informe Anual del Banco Central de Venezuela durante 2006, el PIB
venezolano tuvo un incremento del 10,3%.22 Ese año el sector no petrolero de la
economía tuvo un incremento anual de 11,4%. Las actividades no petroleras con
mayor crecimiento fueron: instituciones financieras y de seguros (37%),
construcción (29,5%), comunicaciones (23,5%), comercio y servicios de
reparación (18,6%) y servicios comunitarios, sociales y personales (14,8%). La
actividad manufacturera por su parte registró un aumento de 10% y las reservas
internacionales alcanzaron la cifra récord de 37.299 millones de dólares23
Año 2007
Año 2008
En este año el crecimiento del P.I.B fue de 4.8%, la caída de los precios del
petróleo están afectando el gasto público, principal impulso del reciente
crecimiento económico del país.3 Según cifras oficiales, la inflación acumulada
anual fue de 30.9%, la más alta en la región por segunda vez consecutiva. 3 El 94%
de las exportaciones venezolanas fueron de petróleo y productos relacionados con
esta industria.3
Año 2009-2010
En el 2010, Venezuela registró la mayor inflación anual de la región por quinto año
consecutivo.2
Finalmente, el PIB cayó 1.9%; dentro del contexto regional, Venezuela queda
detrás del resto de Latinoamérica y el Caribe, que experimentó en promedio un
crecimiento de 6%.2 43
Luego de la crisis de 2008, Venezuela sería la única nación
petrolera y una de las dos naciones americanas aún en recesión en 2010. La otra
nación es Haití, que a inicios de año experimentó un devastador terremoto.43
El segundo subperíodo se refiere a los años 1994, 1995 y 1996, durante los
cuales el saldo de la deuda interna creció en 318%, destacando en este período
las importantes colocaciones de Letras del Tesoro, Bonos del Tesoro, Bonos de
Fogade, Bonos DPN y el significativo incremento de las obligaciones de la
República con el BCV. El Endeudamiento interno observado en este sub período
se asocia, en buena medida, con los impactos de la crisis del sistema financiero
iniciada en 1994, la cual requirió emitir deuda pública para recapitalizar a Fogada
y cancelar los intereses de los depósitos migrados hacia los bancos estatizados,
entre otras acciones con impacto fiscal.
El canje de la deuda interna por deuda externa puede tener efectos adversos
potenciales sobre la balanza de pagos, ya que el servicio de la nueva deuda
externa crearía presiones adicionales sobre las reservas internacionales y sobre
el tipo de cambio. Asimismo, el incremento de los coeficientes deuda externa PIB,
deuda externa, exportaciones totales podría crear expectativas adversas sobre la
capacidad de pago de dicha deuda.
Otra alternativa que se ha abierto para aliviar el peso de la deuda interna en las
finanzas públicas, es la instrumentación de los rescates anticipados de títulos
públicos a través del Fondo de Rescate de Deuda Pública, cuya creación esta
pendiente de aprobación legislativa. Estas operaciones de rescate deberán
enmarcarse dentro de la programación monetaria del BCV, para evitar que las
mismas generen una expansión de circulación monetaria, superior a la prevista en
dicha programación que pueda, por lo tanto crear presiones inflacionarias o
introducir inestabilidad al mercado cambiario
A través del aporte fiscal la actividad petrolera genera ingresos al país que
posteriormente son utilizados por el gobierno que de alguna manera ayudan a que
este cumpla con sus fines presupuestarios. La magnitud de la dependencia del
sector petrolero es tal que el presupuesto de la nación (Presupuestos de Gastos)
se orienta en base a la cotización de los precios del crudo en los mercados
petroleros internacionales.
Los ingresos fiscales en términos del PIB se elevaron de 20.1% en 1996 a 24.5%
en 1997, lo que representa la recaudación histórica más alta desde el año 1991,
cuando se registro un alza de precios en el mercado internacional de los
hidrocarburos. El aumento de los ingresos del gobierno central en dicho año elevó
la relación a 26.9% del PIB.
7. LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA EXTERNA:
BIBLIOGRAFIA