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EL PODER DE AYUDAR A OTROS

Había entonces en Jope


una discípula llamada
Tabita,  que traducido
quiere decir,  Dorcas. 
Esta abundaba en buenas
obras y en limosnas que
hacía. Y aconteció que en
aquellos días enfermó y
murió.  Después de
lavada,  la pusieron en
una sala. (HC 9:36-37)
Dispongamos nuestro corazón, Dios nos está llamando
para ayudar al necesitado, nos llama para hacer buenas
obras, nos llama a la caridad con el que necesita.
Pasos a seguir para conocer la recompensa de
ayudar a otros

1- Es importante la ubicación espiritual de cada uno.


a. Dorca vivía en Jope que significa “Belleza” y no
amargura, depresión ni tristeza

2- Ser discípulo y no espectador de la iglesia


3- Hacia buenas obras, tenia caridad, lo cual la convertía
en una mujer rica de las bendiciones de Dios

Debemos entender que mientras ayudamos a las personas


necesitadas, Dios nos ayudará a nosotros bendiciendo la obra
de nuestras manos, vamos a ver claramente la prosperidad de
El en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestro negocio y
seremos personas ricas en bendición.
Sucede ahora algo raro
con ella: a pesar de vivir en
belleza, de ser discípula y
de ayudar a los
necesitados, ella se
enferma y muere.

Estas situaciones muchas


veces nos desaniman y
nos llevan a pensar en
dejarlo todo, abandonar
proyectos y ya no hacer
nada más.
A Tabita, el ser discípula le dio la oportunidad de contar
con alguien que se preocupara por ella. Cuando nos
comprometemos con Dios, el va a enviar personas que
puedan pelear por uno, que nos cuiden y ayuden en
nuestro caminar.
Increíblemente la traducción del nombre Tabita al griego es
“visión clara”. Con su muerte esa visión se había oscurecido,
se había apagado y se había terminado con el deseo de seguir
haciendo buenas obras y obras de caridad. Pedro sabía que no
podía perder a una discípula de ese calibre.
Llegando al lugar donde se
encontraba, le fue
necesario sacar a los
alborotadores que ocupan
su tiempo nada mas en
llorar y lamentarse por el
que hace algo. Pedro sabía
que las buenas obras de
Tabita no se habían
quedado olvidadas por
Dios. El Señor conoce
nuestro corazón y hace
memoria de todas nuestras
ofrendas y de las buenas
obras que hagamos.
Dispongamos nuestro corazón, Dios nos está llamando
para ayudar al necesitado, nos llama para hacer buenas
obras, nos llama a la caridad con el que necesita.

AUN UN VASO DE AGUA NO SE QUEDA


SIN SU RECOMPENSA

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