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DE LETRAS
Nadie sabe quién es El Ladrón De Letras. Nadie conoce sus motivos para realizar sus hurtos
contra el abecedario. Todos los esfuerzos de la policía han fallado en atrapar al criminal literario.
Solo se conoce el modus operandi del bandido de las vocales y consonantes, el cual consiste en
dejar sin ninguna letra al texto atacado y poner un letrerito en la escena del crimen que dice: “Aquí El
En su debut de asalto, El Ladrón De Letras secuestró a la letra “A”, tanto minúscula como
mayúscula, de todos los escritos, imprentas y máquinas de escribir del mundo entero.
Incluso, el astuto bandido robó a tan distinguido carácter de la tinta de las plumas y pinceles de
los escribientes, los cuáles por más que trataron de garabatearlo, no lo pudieron dejar plasmado en
Se buscó a esta vocal por tierra, mar y aire. Se volcaron boca abajo todas las bibliotecas y
librerías donde solía ser avistada. Se emitieron comunicados por televisión y radio, hasta se ofreció una
recompensa a quién diera informes del carácter siniestrado, pero ya nadie volvió jamás a hallarlo.
con el objetivo de no incluir en sus papeles a tan imprescindible signo del abecedario. Sin embargo, no
bastó su heroico esfuerzo y de todos modos tan imprescindible vocal continuó faltando.
Pero las fechorías de El Ladrón De Letras aún no habían terminado. Lejos de ello, a este primer
asalto le siguieron una serie de robos de letras aún más osados. En estos, se sustraían de los textos tanto
a los caracteres acentuados como a los no acentuados, dejando solo las tildes de los acentos en el lugar
Todo se desplomó.
Un joven poeta, enamorado de las letras, harto de los ataques contra su alfabeto amado, puso
una bomba mortal en una máquina de escribir a tal manera que cuando alguien intentase robar una
letra, esta explotase de inmediato, pero ¡bum!, la bomba estalló sola, sin privar de la vida a tan
horrendo secuestrador.
Sin embargo, si la situación ya era mala, estaba punto de ponerse muchísimo peor.
El Ladrón de Letras pasó a la segunda etapa de su perverso plan: hurtar palabras completas de
Sin la primera letra del lenguaje y el resto de vocales, además de las consonantes, ya era difícil
“¿Quién es El Ladrón De Letras?”, se preguntaba la humanidad entera, “¿Para que ocupará tan
singular criminal a las letras robadas?”, “¿Pensará pedir rescate por ellas?”.
Hubo quién dijo que El Ladrón De Letras tenía presas a estas en un enorme libro, encerrándolas
a ellas dentro de las páginas como si fueran celdas, mientras estaban luchaban con ahínco por liberarse
de su prisión.
Otros, decían que El Ladrón De Letras usaba las letras hurtadas para escribir un cuento infinito,
pero este terminó siendo tan largo que, finalmente, se vio obligado a robarle las letras también a ese
investigadores se mostraron incapaces de poder atrapar a tan astuto mercenario. Ni siquiera tenían idea
de los métodos usados por este criminal para llevar a cabo sus vergonzosos actos.
La gente salió a las calles a exigir justicia, hicieron manifestaciones y huelgas para exigir al
gobierno acabar con esta injusticia, pero sus demandas no fueron cumplidas, al parecer, solo quedaba
La última y tercera parte del plan de El Ladrón de Letras fue la más atroz.
Fue el fin.