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Construyendo la lealtad empresarial

Elaborado por: Maria Virginia Flores Ortiz


E-mail: vicky.floresortiz@gmail.com

Uno de los valores más apreciados en las empresas es la lealtad y al mismo


tiempo uno de los reclamos más habituales es esa falta de lealtad del
empleado hacia la misma. Y los reclamos sobre lealtad están impregnados de
dolor, o de coraje, de una sensación de que la falta ha sido muy grave.

Nos deja una sensación de que el empleado faltó a una promesa, a una
promesa tan obvia que no es explicita, a una promesa que tiene que ver con la
pertenencia a un grupo, de algo que va mas allá de un contrato de trabajo. Y
cuando indagamos que tipo de promesa es, nos encontramos expresiones
ligadas a la identidad de la persona, a su honra.

Y cuando nos damos cuenta con quién no fue leal, encontramos personas,
grupos, y entre las personas, usualmente es una expresión que usan más los
jefes que los subordinados, podemos entenderlo en la medida que los jefes
simbolizan la empresa y defienden la identidad, la honra. Con base a lo
anterior, podemos reconstituir la promesa, una primera versión nos indica:
1. No hablar mal de mí, de la empresa en la cual trabajo
2. No hacer nada que me, nos, pueda perjudicar.
.
Surge una posible contradicción entre la lealtad hacia la persona y hacia la
empresa, puedo hablar mal, o perjudicar a una persona siendo leal a la
organización cuando se muestra un mal procedimiento, o puedo ser desleal
hablando mal de ella, para ser leal con un empleado que ha sido castigado.

La lealtad se refiere al cuidado de la identidad del empleado o de la empresa, y


para compatibilizar la lealtad hacia el trabajador y hacia empresa, agregamos
no decir nada negativo sino platicarlo primero con la persona afectada. Es
decir, que la lealtad sea un compromiso de no hablar en términos que puedan
dañar la identidad de un integrante del equipo, sin haberlo platicado
previamente con él o ella.

Decirlo al interesado primero, es una forma de ser leal a la empresa dando la


oportunidad de confirmar o cambiar nuestros juicios, y esta interpretación
permite una acción adicional, cuando escuchamos que se habla negativamente
de una persona del equipo, preguntarle a la persona que lo hace, si ya lo habló
directamente con el interesado.

Al cuidar la identidad de las personas, el cuidar la identidad de los jefes es una


parte importante de la lealtad hacia el equipo, hacia la organización. Los jefes,
nos guste o no son la cara visible de la organización y perjudicar su identidad,
perjudica a la organización. Una forma de ser leal a los jefes, es mostrándoles
aspectos que a nuestro juicio perjudican nuestro accionar.

Para que exista lealtad hacia la empresa, es importante preguntarse por la


identidad que se quiere construir como equipo. Usualmente cuando se
construye como equipo, es la de un equipo ganador, capaz de hacer las cosas
con excelencia, con cero errores, con innovación, con calidez, al servicio de
nuestros clientes y de los demás.

Desde ahí, podemos ser leales exigiendo cumplimiento, ya que en la medida


que no se cumple, se perjudica nuestra identidad, la persona que incumple no
es leal con nosotros. Exigir esto requiere coraje, el coraje de poner estos temas
sobre la mesa.

“Se puede construir la lealtad empresarial, la queremos y resulta de gran


utilidad.”

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