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Actitup Y PENSAMIENTO SOBRE LA FAUNA SitvesTRE EN COLOMBIA Fernando Nassar-Montoya legal life and to provide technical and humanitarian management of ‘animal, Breves antecedentes de las actitudes colombianas hacia el medio ambiente ‘Colombia se encuentra dividida en cinco regiones geogréficas (Ama- zonia, andina, atléntica, Llanos Orientals y pacifica), gracias a lo cual goza no sélo de una gran variedad de climas, sino también de ecosistemas; por tanto, el asentamiento y la evolucién sociocultural han variado regionalmente, pese a que la poblacién parte sobre todo de tres fuentes culturales: indigena, blanca y negra (Fals Borda, 1979). La relacién hom- bre - animal en Colombia difiere, entonces, de acuerdo con la regién geo- 28 Acmy Panna some Fans Sone Cac eréfica, races culturales, ubicacién entre los mticleos urbano o rural y es- ‘rato socioeconémico, entre otros aspectos. En términos simples, sin embargo, podria decirse que la actitud ac- tual sobre la fauna silvestre en Colombia parte de dos fuentes, denomina- das indigena y colonizadora (negros y blancos). La primera tiene rafces propias en el territorio colombiano y se caracteriza por el uso racional de la fauna y el respeto hacia ésta, més si se considera que los animales hacen. parte de las creencias y culturas de los pueblos. La segunda es el resultado de un proceso de continua migracién regional y nacional motivado por la necesidad de expandir la frontera agricola y presionado por factores socia- les (Fals Borda, 1979), cuyos valores siguen mAs un affn de apropiacién y extraccién que un asentamiento cultural respaldado por posiciones politi- cas y econémicas como la reforma agraria (Carrizosa-Umafia, 1992). Por ejemplo, segtin cifras del Igac (1983), el 88,3% de los habitantes de la Amazonia es resultado de procesos de reasentamiento de la poblacién andina. El modelo de colonizacién depredadora era frecuente, al tiempo que se observaba que la titulacién de tierras se daba a quien demostraba que habia tumbado todo para hacer potreros o cultivos. El impulso del gobier- no colombiano a la colonizacién, a costa del deterioro ambiental por razo- nes sociales, ocurti6 incluso en zonas de gran importancia, como la ‘Amazonia y el Pacifico durante el periodo 1860-1870, cuando ya se habia reconocido a estas regiones como reservas naturales (Correa, 1990). Ast las cosas, podria afirmarse entonces que para las culturas indigenas colom- bbianas los animales son algo inherente a su ambiente, mientras que el sector tecnificado los ha visto como algo'desconocido, e incluso como un enemigo de sus intereses, mostrando con frecuencia desarraigo y falta de respeto, constituyéndose de tal manera en una poblacién depredadora. Por esto no es extrafio que la actual lombiana de preservacién de los recursos naturales considere el reconocimiento de territorios aborige- nes como una altemativa de conservacién, a pesar de que en algunos estu- dios se discuta la sustentabilidad de las poblaciones indigenas debido al cambio de sus costumbres yal tipo de asentamiento (Campos, 1987; Bedoya, 1997). Esta alienacién cultural hace que tradicfonalmente la educacién co- Jombiana no siga patrones en los que se transmita y busque el conocimien- to y respeto por el ambiente propio, sino que mis bien se concentre en NasaMtonon #29 ‘argumentos extemnos (Angel-Maya, 1990), produciendo asf un desconoci- ‘iento del medio que genera desinterés o miedo. Los nifos diferencian un le6n afticano, un tigre de Bengala 0 un elefante, pero no especies igual de espectaculares, como la danta, el manatf, el oso andino o el tanto, podria considerarse normal que histéricamente se haya tenido poca reocupacién por la fauna silvestre en Colombia y que sélo hasta hace ‘Pocos afios las voces de algunos sectores interesados en su conservacién y proteccién hayan empezado a oftse. Por otra parte, se puede decir que el pafs no ha sido ajeno a los movi- rientos ambientales mundiales que han surgido en las éltimas décadas. Los ejemplos evidentes de deterioro ambiental han hecho que se comien- ce a mirar con simpata la necesidad de conservar el medio ambiente, tomando fuerza entonces los modelos de desarrollo sostenible (Guhl, 1990). La fauna y la flora se ven como recursos naturales que deben explotarse de ‘manera racional, de acuerdo con la estrategia de desarrollo planteada por el gobierno. Igualmente, se ha empezado a mirar con respeto la posicién tradicional indigena referente al medio ambiente, que hasta ahora se ha- bia visto con desdén. Pensamiento actual del colombiano sobre la fauna En razén de esta riqueza cultural que se ha desarrollado en el pafs, definr la actitud del colombiano hacia la fauna como una posicién tinica serfa imposible. El pensamiento actual es el resultado légico de la evolu- cién cultural mencionada. En los sectores colombianos ris desarrollados y tecnificados puede observarse una influencia externa importante por la percepcién que se tiene sobre este aspecto, principalmente en los paises del primer mundo, lo cual podria deberse al incremento en las comunicaciones, que ha per- mitido obtener informacin répidamente de los movimientos mundiales interesados en defender el medio ambiente. En este sentido es in notar cémo los programas difundidos por la televisién afectan la percep- cién actual del ciudadano colombiano urbano sobre la fauna silvestre y los recursos naturales en general La manera como las actitudes hacia la fauna silvestre en Colombia pueden motivar o desmotivar la caza, tific y tenencia de animales como a

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