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07/03/2011

Ámbito Financiero
Por: Matías Kulfas
Debe profundizarse la reindustrialización
Ortodoxos vs. heterodoxos
Un nuevo capítulo se brinda hoy a los lectores del debate económico acerca de la polít
ica industrial oficial. Todo comenzó con un artículo de los economistas de la Fundac
ión FIEL acerca de la evolución del sector, que motivó una rápida respuesta de la minist
ra de Producción, Débora Giorgi. Vino luego la réplica de FIEL a la que se sumó José Luis
Espert. Hoy los «heterodoxos» salen de nuevo a defender el accionar oficial de la ma
no de Matías Kulfas. Resulta interesante ver las diferentes posturas que existen,
más aún cuando el Gobierno está profundizando medidas de protección económica, trabando el
ingreso de importaciones. Seguramente, habrá contraataque ortodoxo en las próximas
jornadas.
El desempeño de la industria argentina durante los últimos 35 años muestra dos fases c
laramente diferenciadas. Entre el último golpe militar y el final de la convertibi
lidad se caracterizó por su estancamiento productivo y la destrucción sistemática y pe
rsistente de empleo. La producción industrial creció en algunos sectores y se contra
jo en otros, de lo cual resultó -en promedio- un nivel similar con tendencia decli
nante a lo largo del período (la tasa de crecimiento anual fue de -0,5% entre 1976
y 1983; -3,7% entre 1984 y 1990 y 0,1% entre 1991 y 2001). Pero incluso en los
años en que se produjeron alzas en la producción, aun así el empleo continuó cayendo (en
los 90 se contrajo a razón del 1,9% al año). La segunda etapa, que se inició en 2003,
muestra, por primera vez en tres décadas, alzas significativas en la producción (9,
4% anual), en forma concomitante con un crecimiento del empleo (5,9% anual). Obv
iar este cambio de tendencia tan claro y significativo es un grave error analítico
de los economistas de FIEL.
La evolución de la productividad sectorial es también un aspecto relevante sobre el
cual los economistas de FIEL confunden los tantos. Existen, grosso modo, dos man
eras de elevar la productividad industrial. La primera es introduciendo mejoras
en la tecnología y los métodos de producción. La segunda consiste en «hacer desaparecer» l
os establecimientos fabriles menos productivos. Lo que ocurrió en el período iniciad
o en 2003 se relaciona con la primera tendencia: nuevas inversiones, ampliación de
la capacidad instalada, recuperación de sectores que agonizaban en los 90 y creac
ión de más de 13 mil nuevas fábricas. En el período anterior predominó la otra tendencia:
cierre de establecimientos y brutal achicamiento del empleo con reconversión de mu
chas firmas industriales en meras importadoras o ensambladoras. Aluar o Siderca,
por citar un par de ejemplos, son empresas muy productivas (gracias a las polític
as industriales implementadas en las décadas del 60 y el 70, entre otras cosas). S
i «desapareciera» el resto de las 59.998 firmas industriales tendríamos la productivid
ad más alta del mundo. Esta suerte de eutanasia manufacturera, que resulta de una
política con un claro sesgo antiproductivo, es lo que parece reivindicar la gente
de FIEL en su último artículo.
La preocupación de FIEL por los supuestos perjuicios al consumidor que ocasionaría l
a política industrial es otro argumento maniqueo: no hay peor perjuicio para el co
nsumidor que carecer de ingresos ante la pérdida de su empleo. Criticar medidas de
apoyo al sector industrial por supuestos impactos negativos sobre los consumido
res desconoce la efectividad que tienen dichas políticas, tal como lo muestra la e
xperiencia internacional en diferentes etapas históricas. Por otra parte, la Argen
tina tiene hoy niveles de apertura que difícilmente la lleven a ser catalogada com
o un país de alto proteccionismo industrial. En todo caso, de lo que se trata es d
e discutir una inserción internacional no ingenua, tal como lo hacen muchos de nue
stros socios comerciales.
En los últimos tiempos hemos escuchado hablar de viento de cola y de que en realid
ad el desempeño latinoamericano ha sido tan bueno o mejor que el nuestro. El último
informe de la CEPAL sobre inserción internacional de América Latina evidencia una cl
ara tendencia a la primarización de las exportaciones. Uno de los pocos países de la
región que incrementó la participación de las exportaciones industriales a lo largo d
e la década que acaba de terminar ha sido la Argentina. Por su parte, Brasil, Urug
uay, Paraguay, Perú, Colombia, Chile y México deben su impulso exportador centralmen
te a las materias primas, y experimentaron claras caídas en la participación de sus
exportaciones industriales.
Llama la atención la prédica de FIEL a favor de medidas que ya han mostrado su inefe
ctividad. Desde aquel documento del año 1984 proponiendo las bases de la reforma d
el Estado y una nueva política económica que finalmente fue implementada durante el
Gobierno de Carlos Menem, pasando por su participación en dicho Gobierno hasta el
abrupto final de la dupla López Murphy-Artana en el Ministerio de Economía a comienz
os de 2001, intentando implementar las medidas pendientes del recetario de FIEL
(liquidar el fondo del tabaco, la gratuidad universitaria, los subsidios al gas
patagónico, entre otros), no deja de resultar un tanto tragicómico verlos observar l
a realidad con la inocencia de un niño que dejó un tendal y actúa como si no hubiera t
enido nada que ver.
(*) Director del Banco Nación y presidente de AEDA.

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