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Esteban Crespo

Julio Pazos
Apreciación del Arte
24 de septiembre de 2009

LA CULTURA INCA
Los habitantes ancestrales andinos nunca llegaron a desarrollar escritura. Conrad y
Demarest (1992) ya nos lo advierten: «todos los relatos documentales de la historia [inca o
andina] anterior a la conquista se redactaron durante la época colonial española.» Esto hace que
el estudio de aquellas sociedades sea un oficio movedizo y quizás algo más fascinante, porque
los textos son doblemente crípticos: hablan de una sociedad antigua desde perspectivas
parcializadas.
En todo caso, si diríamos que la cultura inca fue andina, conquistadora, fugaz y heredera
de tradiciones y formas sociales vigentes durante siglos, estaríamos acordando con todos los
cronistas, en la línea de varios estudiosos modernos y congruentes con el imaginario común.
En esta investigación se dibujarán brevemente las líneas básicas de cada tema propuesto
por el profesor, y se tendrá como objetivo el entendimiento más profundo de esta sociedad
antigua.

1. Sistema político-administrativo
Ya desde el período pre-imperial, la unidad fundamental de la sociedad inca era el
ayllu: grupo numeroso de parientes que comparten un antepasado común (Conrad, 1992). Era
endogámico en su conjunto, pero mantenía prohibiciones de matrimonio en ciertas relaciones
consanguíneas y funcionaba desde los principios de reciprocidad andinos. Entre las exigencias
estaba que la tierra del ayllu sea cultivada por todos, que se ayuden en la construcción de casas,
que se utilice lo necesario para cada uno y que los miembros presten horas de trabajo,
administradas por el jefe. Es, entonces, una unidad auto-suficiente y auto-regulada.
Estas unidades se desarrollaron hasta un punto en el que fue necesario un dirigente. Los
primeros seguramente fueron los sinchis, jefes guerreros cuyo poder y prestigio provenían de
sus proezas personales. Eran elegidos por la comunidad y se organizaban en niveles de
importancia, según sea sinchi de un ayllu o de una coalición de ayllus.

1
Este tipo de organización hizo posible que se dé el imperio. La tradición de sinchis, de
espíritu intrépido y caudillista, logró reunir un conocimiento al mismo tiempo político y militar,
que probó ser de grandísima utilidad al momento de maniobrar para las conquistas.
El sistema imperial se desarrolló desde ese punto (cr. 1400), y los incas llegaron a creer
que su estado se hallaba bajo la protección de un ser divino llamado Inti, del que descendían
sus gobernantes. Esto beneficiaba mucho a los gobernantes incas porque, además de la
importancia política y militar sinchi, adquirían un papel divino.
De cada Inca se trazaron líneas dinásticas hereditarias (nobleza), o panacas1, encargadas,
junto con otros individuos relacionados históricamente al Cuzco, del importante oficio de
mantener las huacas2 de un ceque3 y de rendir culto a su mallqui4. Por eso desempeñaban, al
mismo tiempo, un trabajo de administración política, geográfica y religiosa.
Estas unidades administrativas se agrupaban
geográficamente como el mismo Cuzco: en dos sayas5 y 1

en cuatro suyos o suyus6. Hanansay (hacia arriba, o alto),


comprendía a Antisuyu (2, entre el SE y el NE) y a 2
Chinchaysuyu (1, entre el NE y NO), mientras que 3

Urinsaya, o hacia abajo, agrupaba a Collasuyu (4, entre el 4

SE y SO) y Cuntisuyu (3, NE y SO). Las partes no eran


iguales: Chinchaysuyu y Collasuyu territorialmente eran
más grandes y de más importancia que los otros dos. Por
eso el imperio se llamó Tawantinsuyu o “cuatro partes” y se cree que esta división fue
empezada por Pachacútec Inca, idea ya parte de la cosmovisión andina.
El orden social se dividía en clases sociales marcadas: realeza (Inca, su mujer la Coya y su
heredero el Auqui), nobleza (miembros de panacas, y personas destacadas por sus servicios) y
el “ayllu” en sentido restringido (Hatun Runa o pueblo, mitimaes7, yanaconas8 y esclavos). Era

1
Los cronistas españoles dan cuenta de 11 panacas.
2
En el sentido más general, todo aquello a lo que se le rinde culto. Más
específicamente, un santuario.
3
Grupo de huacas registrada conceptualmente en un quipo
4
Momia de un antepasado familiar al que se le rinde culto de carácter panandino. Los
chimúes mantuvieron la misma práctica. (Conrad, 1992)
5
La palabra saya expresa una marca de posición.
6
Suyu, en cambio, expresa una marca de dirección.
7
Grupos trasladados para colonizar nuevas regiones enseñando a los pueblos nuevas
costumbres o para pacificar las conquistas.
8
Servidores del Inca y del Imperio.
2
controlado por un sistema demográfico (el imperio tenía entre 16 a 18 millones de habitantes),
según el número de familias de la población.
De esta forma, la sociedad inca estaba ordenada por un sistema político, de administración
pública y de religiosidad.

2. Géneros literarios
Dentro de la sociedad inca, la dicotomía entre lo oficial y religioso con lo popular y
común, se expresó por supuesto también en la literatura, a manera de poesía, en dos vertientes
principales. La una cantaba a los triunfos imperiales, a la historia del Imperio y al Inca, y estaba
a cargo de los amautas9. La otra, cantada por los haravicus10, hablaba principalmente del
carácter amoroso y humano del inca. Representaban sus versos acompañados de gente y, a
menudo, con música y danza; en general, toda la poesía inca tuvo una relación intrínseca e
indivisible con ambas artes.
Los géneros haravicus más conocidos son el Jaillí, himno sagrado para las tareas
agrícolas, los dioses, y el heroísmo; el Arawí, versos de carácter romántico, a veces
melancólica; el Wawakí Strutus, diálogo poético entre hombre y mujer; y la Qhashwa, canción
de danza y alegría. (Paniagua, 1983).

3. ¿Por qué se consideraba al Inca como divinidad?


El desarrollo de la divinidad del Inca y la configuración del dios supremo, a veces llamado
Inti, se dio paralela y sincrónicamente. Fue una respuesta a la adaptación de la cultura inca a un
sistema que comenzaba a ser imperial desde Pachacútec (finales del s. XIV). El componente
ideológico Conrad (1992) lo refiere en los siguientes términos: “la creación de un patrono
nacional y antepasado dinástico celestial por medio de la manipulación del alto panteón.” (p.
138). Antes de esta adaptación, el “jefe supremo” no era más que un sinchi de grandes
proporciones, lo que hace pensar que este desarrollo ideológico respondía también al interés de
la clase gobernante y a una manipulación religiosa a su favor. Sin embargo, también representó
una forma de cohesión, histórica (mitos), política y social para todo el imperio naciente. Es
importante también tomar en cuenta la naturaleza de este dios global del firmamento. No era
precisamente lo que todos los cronistas percibieron: varios dioses análogos al panteón politeísta

9
Los sabios del incario, poseedores de conocimientos amplios sobre astronomía,
historia, arte y política.
10
Significa “inventor de poesía”.
3
clásico, sino más bien un grupo de aspectos solares ya que Inti representaba la
conceptualización de un subconjunto específico del cielo, el sol, como patrono nacional del
estado inca. Este grupo podía desdoblarse a su vez en subcomplejos, entre los que
predominaban tres: Apu Inti (“el Sol Señor), Churi Inti o Punchao (“el Sol Niño” o
“Amanecer”), e Inti Guaqui (“Hermano Sol”). Los dos primeros expresaban el conocimiento
astronómico, porque se relacionan respectivamente con los solsticios de verano e invierno.
Guaqui, en cambio, se desplega de éstos en un papel sociopolítico concreto de padre fundador
de la dinastía inca y centro del culto oficial a los antepasados. (Conrad, 1992).
La creencia, entonces simplificada, es del Inca como descendiente de una línea dinástica
proveniente del Inti Guaqui. El Inca se convertiría entonces en un hijo del dios global del cielo,
un enviado con derechos divinos (Hanan) en el mundo Chaupi.

4. Productos alimenticios
Es cosa evidente que los incas se hayan alimentado principalmente productos andinos. Se
estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre ellas, papas, camotes,
maíz, ajíes, algodón, tomate, maní, oca y quinua. Desarrollaron técnicas de mejoramiento de
especies, y descubrieron la que la influencia de la temperatura del suelo es mayor que la del
aire sobre las plantas, como lo atestigua el laboratorio de Moray.

La ganadería, en cambio, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa fauna andina.
Utilizaron llamas como bestias de carga y alpacas como fuente de alimentos y vestimenta. La
vicuña fue también muy apreciada. Se crió también el cuy, hasta hoy uno de los principales
potajes de la gastronomía andina.
Manejaban un sistema que algunos llamas “archipiélagos verticales”, que consisten en
regiones agrícolas repartidas en diferentes pisos térmicos, para así ampliar el espectro de
productos de siembra.
Además, considerando los sistemas de caminos y el comercio en los mercados, a veces
llamados tianguez, aseguraba una provisión de productos variados, provenientes de todo el
imperio.
Ciertos cronistas hablan de un líquido mordiente, presente en casi todos los alimentos,
hecho con base en semillas picantes y pimientos picantes: nuestro querido ají. La sal era el otro
condimento de rigor, ya que dentro del Imperio se encontraban dos grandes salares, aún hoy
vigentes.
4
Sus tradiciones siguen, imperceptiblemente, vivas en nosotros, gente distinta.

BIBLIOGRAFÍA

CONRAD, Geoffrey y Arthur Demarest, Religión e Imerio. Alianza Editorial, trad. Esther
Benítez. Madrid: 1988. Cap. 3.
LUMBRERAS, Luis Guillermo, ed., Historia de América Andina. Universidad Andina Simón
Bolívar, Libresa. Quito: 1999. Cap. IX.

PANIAGUA, Jorge Eduardo, Antología de poesía indígena precolombina. Politécnico


colombiano, Bogotá: 1983. Pág. 51.

CASTRO, Alfredo Lozano, Cusco – Qosqo: Modelo simbólico de la cosmología andina.


CONAIE – COMPLADEIN / FAD – PUCE / FEPP / CIUDAD, Banco de Crédito
del Perú. Madrid: 1994.

“Imperio Inca”. es.wikipedia.org. Internet. Acceso: 20 septiembre 2009.

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