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Departamento de Castellano:

Lengua y Literatura

La Biblia y su repercusión literaria


1. Límites literarios de la Biblia y su paralelismo con las
literaturas del Antiguo Oriente
Si nos atenemos a la terminología más usual, no podemos aplicar a la Biblia
el concepto de libro, ya que libro, en el sentido moderno, es la obra escrita por un
autor de una determinada época y en unas circunstancias sociales concretas. Si
embargo, en los escritos de la literatura bíblica se agrupan antiguas tradiciones que
tuvieron que atravesar muchas vicisitudes hasta convertirse en libro y recibir su
forma actual. Por eso, no se puede hablar sobre uno u otro autor, sino sobre el
director o compilador de la obra.
En cuanto a la forma y a los estilos literarios en la Biblia aparecen casi los
mismos utilizados por la literatura popular del Antiguo Oriente. Los relatos del
Génesis, y especialmente la idea de la creación y la narración del diluvio, los
encontramos de forma análoga en las literaturas egipcia y babilónica.
En los últimos años se han publicado fragmentos mesopotámicos que aluden
a la división del género humano y a la variedad de lenguas con estructura análoga a
la del Génesis.
De las descripciones históricas y crónicas de Reyes tenemos noticias en la
literatura egipcia y de manera especial en la mesopotámica. También en
Mesopotamia los himnos constituyen una forma literaria particularmente conocida.
En la Biblia, y concretamente en los Salmos, se encontró este género en las
composiciones en honor al Templo, al Rey y a la Sabiduría, en las endechas y
alabanzas públicas y privadas y en las que tratan del reino de Dios, contenidas en
diversas obras mesopotámicas de cuya existencia hay constancia en el segundo
milenio antes de Cristo.
Esta comunidad temática entre la Biblia y las literaturas del Antiguo Oriente
la encontramos asimismo en las máximas sapienciales de los Proverbios, en el
problema del justo paciente, tema central de Job, y en el Cantar de los Cantares.
En igual sentido, consta la existencia de endechas mesopotámicas acerca de
la destrucción de la Ciudad Santa, con la descripción de diferentes castigos
similares a los recogidos en las Lamentaciones.

2. Características generales de los géneros y de los


procedimientos literarios de la Biblia
Hay estudios que han clasificado los libros de la Biblia según el orden de
categorías de la literatura popular, es decir: mito, 'aggadah (literatura homilética),
saga leyenda, anécdota y novela. Aunque los límites fluctúan, es una división
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básicamente racional y acorde con las narraciones de la Biblia.


En la literatura bíblica el mito se manifiesta a través de dos vertientes:
a) Narraciones divinas concernientes al hombre en las que se emplea la
revelación y la palabra de Dios.
b) Fragmentos conservados en la literatura poética, en los que se
describe la lucha de Dios contra Leviatán.
La 'aggadah, al describir un acto humano que depende de un hecho concreto,
narra un fenómeno maravilloso que pudiera suceder en cualquier tiempo y en
cualquier lugar (por ejemplo, los cuervos que traen pan a Elías).
La saga refiere con fantasía una determinada ficción o un fenómeno que se
basa en un suceso geográfico-histórico concreto (vida de héroes y caudillos:
Moisés, Josué, Samuel, etc.).
La leyenda explica, generalmente, ciertos fenómenos sucedidos en los
lugares santos (sueño de Jacob).
La anécdota describe actos de heroísmo sucedidos en la realidad: proezas de
Sansón, hazaña de los guerreros de David.
La novela, en contraste con las anteriores formas literarias que llevan
implícito un hecho maravilloso, describe sucesos de la vida diaria, envueltos en una
cadena de acontecimientos y de fenómenos utópicos. La historia de José precedente
a su infortunio es el prototipo novelesco.
En cuanto a los procedimientos literarios utilizados en los libros bíblicos,
podernos señalar los siguientes en líneas generales:
1) Los recursos de la predicación oral que son clásicos en la literatura
sapiencial y profética hebrea. Destacan los recursos mnemotécnicos:
ritmo de las sentencias, refranes, agrupaciones numéricas, enseñanzas
dialogadas.
2) Las genealogías, procedimiento muy usado por los antiguos
orientales. Se trata de un elemento histórico, pero a veces presenta
caracteres evidentes de artificio, como la tabla de las naciones del
Génesis o la genealogía de Cristo de los Evangelios de San Mateo y
San Lucas. Incluso en ocasiones salta a la vista la intención de reducir
artificiosamente el esquema genealógico a un determinado número: el
10 en las listas de Patriarcas del Génesis.
3) El empleo simbólico de los números, que es una técnica literaria muy
extendida en el antiguo Oriente: el 7 (idea de abundancia), el 12
(número perfecto), etc.

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4) El paralelismo. Se trata de un procedimiento originariamente poético


pero que, debido al carácter parasintáctico de las lenguas semitas,
invade también el campo de la prosa.
5) Procedimiento concéntrico. Está emparentado con el anterior y ha
sido muy usado por los autores bíblicos. Consiste en repetir diversas
ideas en varios ciclos consecutivos, de manera que aquellas se vayan
enriqueciendo y concretando cada vez más. Se ha estudiado a
propósito del prólogo al Evangelio de San Juan.
6) Procedimiento imitativo. Los autores bíblicos se influyen unos a
otros. Va desde una semejanza espontánea a una imitación concreta.
Aparece frecuentemente en el Nuevo Testamento con respecto del
Antiguo Testamento.
7) En la predicación de Cristo hay una serie de diversos procedimientos
didácticos, que enumeramos a continuación entre los que destacan los
subrayados: discursos apologéticos, invectivas, enseñanzas
parabólicas, discursos de simple exposición doctrinal, explicaciones o
argumentaciones exegéticas, predicciones escatológicas,
controversias, disposiciones legislativas.

3. Influencia de la Biblia en la literatura española


La Biblia ha sido el libro más leído e imitado de todos los tiempos y, en
nuestra literatura, como en las del resto de Europa, numerosos han sido los autores
y obras que ejemplifican esta influencia a lo largo de la historia.
Comenzando por la Edad Media, este influjo se percibe en los primeros autos
o representaciones teatrales que narraban el Nacimiento o Pasión de Cristo.
Destaca, sobre todo, el fragmento conservado del Auto de los Reyes Magos. Con
tema del Antiguo Testamento podemos citar el Nisteri d’Adam i Eva.
No hay que olvidar tampoco que la Biblia es la principal fuente de la Grande
e General Estoria de Alfonso X el Sabio.
Por otra parte, también el Poema de Fernán González, del mester de clerecía,
es deudor del libro sagrado.
Tanto los temas de Navidad, como los de la Pasión, reaparecen en el teatro
del siglo XV, y más concretamente en las obras dramáticas de Gómez Manrique,
Juan del Encina y Lucas Fernández.
Otros autores del XV, Micer Francisco Imperial y el Marqués de Santillana,
están influidos por el Libro de Job y los libros sapienciales.
La Celestina, de Francisco de Rojas, recibió también la herencia de la Biblia.

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En la colección de obras dramáticas que se encuentran en el Códice de Autos


Viejos del siglo XVI aparecen temas extraídos tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento.
En el Renacimiento hay tres autores religiosos en los que la influencia bíblica
es especialmente significativa. Nos referimos a Fray Luis de León, Santa Teresa de
Jesús y San Juan de la Cruz.
Para Fray Luis de León, la Biblia es un constante punto de partida, no sólo
para las traducciones que de ella hizo, sino también para sus obras originales.
Señalemos la traducción del Cantar de los Cantares inspirada en los
proverbios; y su mejor obra: De los nombres de Cristo.
En cuanto a San Juan de la Cruz, su Cántico espiritual, una de las cumbres
de la lírica universal, es una versión del Cantar de los Cantares.
Ya en el siglo XVII, no es extraño que la prolífica pluma de Lope de Vega
nos haya dejado obras inspiradas en hechos y personajes del Antiguo Testamento,
como por ejemplo Job o Ester.
Por otra parte, varias obras de Tirso de Molina y los Autos Sacramentales de
Calderón de la Barca tienen como base una inspiración bíblica.
Como hemos visto, son las épocas marcadas por un mayor sentimiento
religioso, aquellas en las que la inspiración bíblica en la literatura se manifiesta con
mayor intensidad, pero no por ello debemos pensar que a partir del Barroco la
huella de esta influencia haya desparecido.
Incluso en autores tan poco propicios a la inspiración religiosa como
Espronceda, encontramos que su elegía A la Patria traduce literalmente a veces las
Lamentaciones de Jeremías además de imitar bastante su ritmo métrico.
Por poner un ejemplo de nuestros días, un autor como Antonio Machado trata
el tema del cainismo en su extenso poema La tierra de Alvargonzález.
Y no olvidemos, por último, que en la métrica de los autores del 27 aparece
el influjo del versículo bíblico.

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