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La Caída del Tahuantinsuyo

Causas de la caída del Tahuantinsuyo :


1 ) Superioridad tecnológica

Hubo diversos recursos que marcaron la superioridad tecnológica de los


conquistadores españoles sobre la resistencia inca. Las armas son los
artefactos en los que más evidente es esta diferencia tecnológica. La ventaja
que otorgaban las armas de fuego a los españoles; frente a los arcos y
flechas, las macanas, las lanzas y las cachiporras de los incas; fue
considerable.

Sin embargo los animales fueron también herramientas fundaméntales como


elementos de intimidación utilizados por los españoles contra los incas. Los
caballos fueron determinantes, no sólo como herramienta de intimidación, si
no también como medio que facilitó y dinamizó la movilización de los
conquistadores. Los perros de los conquistadores causaron, asimismo, pavor
entre los indígenas por su ferocidad que, habiendo sido exacerbada para la
guerra de reconquista española.

2) Enfermedades y epidemias

Las epidemias y enfermedades que llegaron a América con los


conquistadores europeos debilitaron y diezmaron la población nativa de todo
el continente. Sin embargo el caso del Perú fue particular. Enfermedades
como la viruela y la influenza llegaron antes que los conquistadores a los
territorios del Tahuantinsuyo. Por esta razón, cuando los primeros españoles
llegaron a Tumbes, las enfermedades y epidemias ya tenían varios años
ocasionando muertes y debilitando la salud de la población del imperio.
Incluso se cree que el Inca Huayna Cápac y el Auqui elegido para su sucesión
perecieron víctimas de la viruela, casi 10 años antes que la expedición de
Pizarro llegara a la zona de Tumbes.

Dichas enfermedades, sin embargo, no atacaron a toda la población del


imperio por igual. El clima determinó cuáles poblaciones serían las más
afectadas, y cuáles las más protegidas.. Por otra parte, el frío y la altura de los
andes protegieron a los pobladores de la sierra, con excepción de los que
habitaban los valles del centro y del sur (el valle del Mantaro y el de
Urubamba), cuyo clima excepcionalmente templado y cálido favoreció la
propagación de las ya mencionadas enfermedades.

3)Pugnas dentro del Tahuantinsuyo

La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo coincidió con la lucha interna


que Huáscar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Cápac, sostenían por el
control del imperio incaico. Esta lucha que por mucho tiempo fue descrita
como una guerra fratricida que demostraba la decadencia del imperio, al
parecer no fue sino la repetición de las guerras rituales tras la muerte de un
inca. La sucesión no existía dentro del Tahuantinsuyo, la elección del Inca se
realizaba entre los jóvenes más aptos y que mejores condiciones reunían para
el mando. Una vez elegido a los posibles candidatos, debían ellos contar con
el apoyo de las panacas cuzqueñas, es decir los grupos familiares
descendientes de los antiguos incas. En el caso de la guerra entre Huáscar y
Atahualpa se puede observar dicho patrón. Tras un rito de iniciación,
Atahualpa se le identifica como el inca Hanan y a partir de ese momento las
crónicas solo hablan de las batallas ganadas por dicho inca. Huáscar está
destinado a perder y a ceder a favor del inca de Tumipampa.
Rebelión de
Manco Inca ,
invade el
Cusco

Ejecución del inca


Atahualpa el 26 de julio.
Fue condenado a al
garrote .
Fue acusado de
poligamia y de idolatría

Los españoles
llegaron al
Tahuantinsuyo en
abril .
El 16 de noviembre
capturaron al inca
Atahualpa

Tercera expedición
de Pizarro zarpó de
Panamá. Estaba
compuesta por 180
hombres y disponía
de 37 caballos .
C a íd a d e l f
T a h u a n tin s u y o

sus

C a u sa s o
f a c to r e s

f u e ro n
S u p e r io r id a d E n fe r m e d a d e s y P u g n a s d e n tro
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T a h u a n tin s u y o

p o b la c io n d e l lu c h a d e H u a s c
A r m a s d e f u eL g o o s a n i m a l e s
im p e r io in c a ic o A ta h u a lp a

C a b a l l o s P e r r o s V i r u e l a I n fl u e n c i a
Desarrollo :

Guerra entre Huáscar y Atahualpa

El conflicto surgido entre Huáscar y Atahualpa marca la decadencia del imperio


de los incas. Al término de esto el monarca triunfante, Atahualpa, no disfrutaría
mucho de su victoria pues ya los españoles pisaban territorios del
Tahuantinsuyo y, posteriormente, llevarían a efecto el procesamiento del
soberano iniciando con ello la conquista y dominación española en nuestro
suelo.

La sucesión del trono

El legítimo heredero, designado por Huayna


Cápac, era su hijo el príncipe Ninan Kuyuchi, quien
murió casi al mismo tiempo que su padre, victima
de una extraña peste que asoló la región
ecuatoriana (probablemente fue la viruela traída
por los españoles y que se propagó desde
Panamá). Pero como aún en vida, Huayna Cápac
había designado a Huáscar como segundo sucesor
al trono imperial, entonces este se ciñó la
Mascapaicha que le acreditaba como gobernante
del Tahuantinsuyo al que, también, aspiraba su
hermano bastardo Atahualpa, que habiendo nacido en el Cusco había asinilido
a la nueva nobleza de Quito y que, de esta forma, veía postergadas sus
ambiciones.

La guerra

Encolerizado, a su vez, Huáscar porque su hermano no había acompañado los


restos de su padre, de Quito al Cusco, y porque tampoco había acudido a
rendirle homenaje de sumisión y pleitesía, castigó con la muerte a la embajada
que Atahualpa le había enviado para presentarle sus excusas por su
inasistencia al Cusco. Pensó, de esta manera, Huáscar, hacer sentír su
autoridad. No lo consiguió ya que esta acción del gobernante cusqueño
provocó la sublevación de Atahualpa, desencadenandose la guerra civil.

En el curso de los acontecimientos, Huáscar consiguió exitos iniciales. El


general Atoc, enviado por él, logró derrotar a la huestes de Atahualpa en la
batalla de Tumi-Pampa. Atahualpa fue hecho prisionero pero logró escaparse.
Reorganizó su ejercito y cerca al Cusco derrotó al ejercito de Huáscar en la
batalla de Quepay-Pampa. El ejercito triunfante de Atahualpa se volcó sobre la
ciudad imperial, la que fue saqueada y destruida completamente. Huáscar fue
hecho prisionero y obligado a presenciar esta destrucción. Se buscaba no dejar
vestigios de lo que había sido la ciudad del Cusco, así como de su arrogante
nobleza imperial.

En esta forma se precipitaba la ruina del Tahuantinsuyo. El poderío imperial


estaba debilitado. Atahualpa, luego de la victoria de sus generales retornó
hacia el norte, deteniéndose en Cajamarca. En estas circunstancias hacían su
aparición los españoles en las costas de Tumbes. Más tarde, Atahualpa fue
hecho prisionero por los españoles y, desde allí, mandaría matar a su hermano
Huáscar que aún se encontraba en prisión. A su vez, él fue ajusticiado el 26 de
julio de 1533

Marca
Marcalala
decadencia
decadenciadeldel
imperio inca
imperio inca

Facilitó
Facilitólala Guerra
Guerraentre
entre Fue
Fueuna
unaguerra
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incas

Fue
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Huáscar
Tercer Viaje de Pizarro :

En el tercer viaje, Pizarro


encontró el pueblo de Tumbes
quemado y destruido por el
ataque del curaca de la Puná.
Los hispanos tardaron en la
costa ocupados en fundar el
pueblo de San Miguel de
Tangarará y en hacer
averiguaciones sobre esa tierra.
Ahí fue que se enteraron de la
guerra fratricida, situación que
podía serles útil para la invasión.

Según el cronista Mena, Atahualpa envió a un capitán suyo disfrazado de


hombre humilde para espiar a los cristianos. Este personaje propuso luego
atacar al ejército español en un desfiladero pero el Inca se lo impidió porque
quería que subiesen hasta Cajamarca.

Lenta y prudentemente avanzaban los españoles y en un reconocimiento del


campo, Hernando de Soto llegó con cuarenta hombres al lugar de Caxas donde
hallaron un pueblo destruido por la guerra pero con los depósitos llenos y un
Aclla Huasi o Casa de Escogidas. Los soldados quisieron repartirse a las
mujeres pero Pizarro tenía prohibido cualquier desmán o pillaje que pudiera
irritar a los naturales.

Estando en Caxas llegó un mensajero de Atahualpa que preocupó al curaca del


lugar, pero de Soto lo tranquilizó. El enviado traía unos patos degollados
rellenos de paja con el mensaje de que lo mismo les sucedería a los cristianos.
El emisario de Atahualpa se reunió con Pizarro y el gobernador, como buen
diplomático, se mostró muy complacido con las noticias del Inca y le remitió de
regalo dos copas de vidrio y una rica camisa. Además, ofreció su ayuda para
combatir cualquier enemigo del soberano.

Durante varios días continuó Pizarro su camino hacia la sierra hasta que
llegaron ante el real de Atahualpa, quien les mandó regalos de carne asada,
maíz y chicha. Un curaca amigo les recomendó no probar bocado por temor a
que fuesen víveres envenenados.

Al atardecer entraron sigilosamente en Cajamarca, temerosos de algún


encuentro armado. Hernando de Soto y Hernando Pizarro solicitaron del
gobernador el permiso para dirigirse al real de Atahualpa y verlo de cerca. El
Inca estaba sentado en una tiana o asiento bajo a la entrada de una casa
rodeado de sus principales y de sus mujeres. Soto se acercó caracoleando su
cabalgadura tan cerca del soberano que su borla se movió con el resoplido del
caballo sin que el Inca hiciese el menor gesto de sorpresa o de temor.
Hernando Pizarro que se había atrasado, apareció con un intérprete en el anca
de su caballo. El Inca les ofreció de beber y les prometió ir personalmente a la
ciudad al día siguiente.

Los españoles pasaron la noche en constante guardia temiendo un ataque


sorpresivo pero nada les molestó. Al día siguiente los mensajeros iban y venían
sin que el Inca se diera prisa alguna. Recién al atardecer y ante las repetidas
insistencias de Pizarro, Atahualpa se decidió a entrar al pueblo.

Cajamarca y la captura del inca

Cerca de Cajamarca, la expedición se detuvo


durante unas semanas y acordó encontrarse
con el inca en dicha ciudad. El 16 de
noviembre de 1532, los españoles esperaron
ocultos a Atahualpa. Cuando este y sus
hombres llegaron, apareció fray Vicente de Valverde con un breviario en la
mano para «requerir» a Atahualpa a que se sometiese a Dios y al rey de
España. El requerimiento era un documento en el cual se informaba a los
nativos que los españoles venían en nombre de un poderoso rey y del Papa
para incorporar sus tierras a los dominios de ese rey, y para darles la fe
católica. Si los indígenas no aceptaban, entonces quedaba validada
automáticamente la llamada «guerra justa», por la cual los españoles tenían
derecho a combatir y obligar a la población a someterse al rey y a la Iglesia. El
inca no entendió lo que Valverde dijo, y arrojó la Biblia al suelo.

En ese momento, los españoles salieron de sus escondites y capturaron al


inca. Durante más de seis meses, Atahualpa permaneció preso por Pizarro. En
ese lapso, los
españoles exploraron
parte del territorio y
obtuvieron del inca la
promesa de un rescate
que consistiría en
grandes cantidades de
oro y plata que se
repartirían entre todos
los que participaron de
la captura, luego de
separar la quinta parte
para la Corona. A pesar
de ello, a la postre,
Atahualpa fue
ejecutado.

La conquista y el botín

Los menos de 200 españoles que participaron en la captura de Atahualpa se


repartieron un botín de más de 6.000 kilogramos de oro y más de 11.000 de
plata. El reparto de este botín se efectuó considerando las diferencias sociales
entre los conquistadores: cada hombre a caballo recibió 40 kilogramos de oro y
80 de plata, mientras que cada soldado de a pie recibió la mitad de uno de a
caballo. Entre los hombres de a pie, los dueños de perros recibieron un poco
más que los simples infantes.

Decisiones Antecedentes Consecuencias

Acordó Ocultarse y
encontrarse atraparlo
con en el inca desprevenido
en Cajamarca
Estrategias de
Francisco
Pizarro
Leerle el El inca arrojó al
requerimiento suelo el
al inca requerimiento
Atahualpa
Usar armas de Pánico entre
fuego los indígenas

La muerte de
Atahualpa

En prisión, Atahualpa ofreció a cambio


de su liberación llenar dos habitaciones
de plata y una de oro "hasta donde
alcanzara su mano", los españoles
aceptaron y de inmediato se mandó la
orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro
y plata hacia Cajamarca.

Después de cumplir su parte los españoles lo sentenciaron a muerte por


idolatría, fratricidio, poligamia, incesto y lo acusaron de ocultar un tesoro.

Se le concedieron las dos últimas opciones: ser bautizado como cristiano y


luego ahorcado o ser quemado vivo. Al escoger la primera opción fue bautizado
con el nombre cristiano de Francisco. Se cree que Francisco Pizarro lloró su
muerte.(Pedro Pizarro narra en su crónica: "yo vi llorar al Marqués").

Fue ejecutado el 26 de julio de 1533. La noticia de su muerte originó una gran


anarquía, muchas etnias incas se sublevaron e intentaron recuperar su
independencia.

Fue enterrado en la iglesia de Cajamarca pero unos días después su cadáver


desapareció misteriosamente; probablemente sus súbditos lo profanaron para
momificarlo y ocultarlo.

Tras su muerte, muchos incas partidarios de Huáscar (como Manco Inca) se


unieron a los españoles para derrotar a Chalcuchimac, Quisquis y los demás
partidarios de Atahualpa.

Ofreció
Ofrecióa acambio
cambio
dedesusuliberación
liberación
dos habitaciones
dos habitaciones
llenas
llenasdedeoro
oro

Fue
Fuesentenciado Fue
sentenciado Fueacusado
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preservar su poligamia,
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1533
El camino al Cusco

La muerte de Atahualpa dejo acéfalo el imperio .Entonces Pizarro, temeroso de


que se produjera un caos general, eligió a otro hijo de Huayna Cápac, Túpac
Huallpa o Toparpa, como inca .Pizarro emprendió el viaje al Cusco con él, pero
en el trayecto, Tupac Huallpa murió misteriosamente.
Durante su viaje al Cusco, las huestes españolas fueron atacadas
constantemente por Quisquis y Calcuchímac, dos generales leales a
Atahualpa , pero no pudieron impedir que avanzaran . Cerca de su destino ,
Pizarro recibió la visita de Manco Inca , otro hijo de Huayna Cápac , quien le
ofreció ayuda para enfrentar a los generales quiteños . Esto les permitió a los
españoles imponerse finalmente a las tropas leales a Atahualpa .
Con los esfuerzos indígenas , Pizarro continuó su marcha victoriosa al Cusco .
Antes de llegar , nombró como nuevo soberano a Manco Inca , e ingresó junto
a él a la capital imperial sin ninguna resistencia .

Los Incas después de la conquista

Tras la muerte de Atahualpa en


Cajamarca los indígenas andinos se
mantuvieron incomprensiblemente
dóciles. Hubo que esperar el
atrincheramiento de Manco Inca para
que la historia presenciase la primera
revuelta inca. En un principio Manco
había sido un importante aliado de
Pizarro en la captura de Atahualpa, su
medio hermano, luchando en su contra
al sumarse al bando de los españoles;
fue entonces nombrado emperador de
los Incas ante la venia de Pizarro.

Entre 1533 y 1536 asumió tibiamente


sus funciones aunque ningún miembro
de la nobleza indígena profiriese el
respeto que antaño tenían por el
soberano. Manco, hijo de Huayna
Cápac se vio envuelto en las riñas entre
Pizarro y Almagro, y se le acusó de
sublevar a los indios.

Fue entonces apresado, primero en su palacio y luego en Sacsahuamán. Fue


humillado por los guardias, quienes lo escupían y orinaban, y quienes además
habían violado a sus mujeres en su presencia. Lleno de odio, planeó su fuga
prometiendo oro, con bastante éxito puesto que logró refugiarse en el valle del
Yucay.

Allí alzó a los indios, en su mayoría campesinos, y reunió un ejército que


fuentes españolas aseguran era de cuarenta mil hombres. Se dirigió al Cuzco
con todos ellos, a enfrentar a doscientos españoles; ya los habían visto sobre
las laderas de las montañas aproximándose, pero Manco, fiel a las costumbres
guerreras de su pueblo, esperó por la luna llena para iniciar el ataque. No
dudaron en quemar todas las casas de Cuzco cazando a los españoles, a
quienes trataron de acorralar en la plaza central.

Desesperados, los españoles, que contaban con caballos y arcabuces,


lograron apoderarse de la fortaleza de Sacsaihuamán. Allí se atrincheraron y
resistieron los embates indígenas. Manco Cápac, que ya sabía que los caballos
eran la principal fortaleza de los españoles, se había preparado de antemano
armando con boleadoras a sus guerreros; los indígenas llegaron a capturar
algunos caballos, y se dice que Manco montó uno de ellos lanza en mano. Pero
quizás fue la táctica usada por el Inca rebelde la que causó su derrota; en vez
de darles la estocada final a los españoles, sitió la fortaleza.

Manco Inca hostigó a los españoles durante cuarenta años; restauró la


soberanía del Inca, aunque con menos fastuosidad. Desde su reducto estaba
enterado del acontecer de los españoles en Cuzco, pues enviaba
constantemente fieles espías a investigar o incluso a adquirir armamento,
probablemente intercambiado con comerciantes; destruía las cosechas de los
propios indios del Cuzco con la esperanza de matar a los españoles de
hambre; interceptaba los correos rompiendo los lazos de comunicación de la
gente de Pizarro con Lima; Pizarro tuvo entonces que fundar Ayacucho, entre
las dos ciudades, para no perder la comunicación.

Consecuencias de la conquista del Tahuantinsuyo

La victoria de la invasión española sobre el imperio incaico en el siglo XVI


permitió la instauración en Sudamérica de uno de los regímenes coloniales
más feroces, de saqueo de metales preciosos de la región y de exterminio de la
población nativa.
A primera vista parece inexplicable cómo el puñado de hombres que llegó a la
región andina peruana en 1532 pudo imponerse al imperio incaico. La invasión
hispánica tuvo en su favor varios factores: entre ellos, la superioridad del
armamento, de la pólvora y el hierro, así como de la caballería, que ejercieron
además un fuerte impacto sicológico.

El arte de la intriga sutil operó con eficacia también, usando los recursos de la
política renacentista. De esta manera se aprovecharon rivalidades internas y se
obtuvieron los aliados locales para apoyar la intrusión foránea.

El Tahuantinsuyo se hallaba inmerso en una guerra intestina, en la que se


enfrentaban Huáscar y Atahualpa, dos candidatos a la sucesión del inca
Huayna Cápac, y que dividió a sus mejores fuerzas en dos bloques
contrapuestos, que a la hora decisiva no pudieron configurar un frente unido.

Asimismo, las interpretaciones del oráculo inca previas a la invasión hicieron


que se confundiera a los españoles con dioses que volvían del mar para
plasmar un nuevo ciclo histórico. Esto motivó el tratamiento inmejorable dado a
la llegada, hasta que se descubrió tardíamente su naturaleza.

Por último, la epidemia de sarampión desencadenada entonces, causó


innumerables muertes entre los nativos, que carecían de defensa orgánica para
una enfermedad desconocida para ellos. Así se instauró un régimen de
opresión y de explotación despiadada que se prolongó por casi tres siglos.

Confusión de los A la superioridad de


españoles con dioses los españoles sobre
por parte de los los indígenas
indígenas
Instauración en Consecuencias deMuertes
la a causa de
Sudamérica de los caída del
Se debió la llegada de los
regimenes coloniales Tahuantinsuyo españoles a
Produjo una Hubo mas
mas feroces. Sudamérica
Biografía de Atahualpa

Atahualpa fue hijo de Huayna Cápac y Tocto


Coca, que fue nieta del Inca Pachacútec, por lo
tanto integrante de la poderosa panaca Hatun
Ayllu. Nació en el Cusco, pero desde niño residió
en Tumibamba y Quito acompañando a su padre en las campañas del norte.
Siendo joven mostró valentía , inteligencia y carisma, por lo que se convirtió en
uno de los hijos predilectos del Sapan Inca; muy querido, además, por la
nobleza norteña y los principales generales de la región.
Cuando murieron Huayna Cápac y su sucesor Ninan Coyuchi, en 1528, el
Willac Umu, gran sacerdote del Sol, entregó la mascaypacha roja a Huáscar,
considerando que era hijo de coya o mujer principal. Atahualpa aceptó tal
decisión y sólo le pidió al nuevo Inca ser designado como Incap Rantin, es
decir su representante en Tumibamba.
Se sabe que había sectores de la nobleza muy descontentos por el
nombramiento de Huáscar considerando que no tenía méritos suficientes y
temiendo sus planes reformistas que perjudicarían los privilegios tradicionales
de las panacas (ayllus reales). En 1529 el Inca descubrió la conspiración de su
hermano Cusi Atauchi a quien dio cruel muerte junto a muchos nobles
acusados de secundarlo. Los orejones ejecutados eran prestigiosos miembros
de la saya Hanan Cusco, bando que se distanció del Inca y siguió conspirando,
promoviendo una rebelión que derrocara a Huáscar. Huáscar buscando afirmar
su poder y eliminar a sus potenciales rivales, exigió la presencia de todos sus
hermanos paternos en el Cusco con el pretexto de la llegada de la mallqui
(momia) de Huayna Cápac a la capital imperial. Los orejones, mitimaes,
curacas y generales de Tumibamba y Quito aconsejaron a Atahualpa no asistir
pues su vida corría peligro en el Cusco. Entonces Atahualpa envío dos
delegaciones justificando su ausencia y jurando obediencia al Inca, sin
embargo éste asesinó a unos y torturó a otros, acusándolos de ser parte de
una rebelión que se preparaba en el norte del imperio.
La nobleza incaica de Quito y Tumibamba convenció a Atahualpa que la única
salida era la guerra total contra Huáscar. Se preparó un gran ejército dirigido
por los yana- generales Quisquis, Calcuchímac y Rumiñahui, y se realizó una
gran ceremonia para colocarle una mascaypacha roja reconociéndolo como
nuevo soberano del Tahuantinsuyo. La guerra estaba declarada y traería
funestas consecuencias para el Imperio de los Incas.
Después de algunas derrotas iniciales, los ejercitos atahualpistas comenzaron
su incontenible avance rumbo al Cusco, dirigidos por Quisquis y Calcuchímac.
La batalla decisiva se realizó en el paraje de Chontascaxas (Apurímac, Perú)
donde los quiteños lograron tomar prisionero al Sapan Inca. Las tropas
vencedoras entraron al Cusco y dieron cruel muerte a muchos familiares de
Huáscar, principalmente a los miembros de la panaca Cápac Ayllu
(descendientes de Túpac Yupanqui) a la que pertenecía el Inca derrotado. Éste
fue torturado y obligado a presenciar los horrendos crímenes para luego ser
llevado semidesnudo rumbo a Cajamarca, para comparecer ante su medio
hermano Atahualpa.
Atahualpa, desde sus aposentos en la llaqta de Cajamarca, celebraba los
contundentes triunfos de sus tropas en el sur. Considerándose invencible,
aquellos días de noviembre de 1532, permitió que unos extranjeros barbudos,
que llegaron por las costas de Tumbes, ingresaran a la sierra norte y se
entrevistaran con él: eran los españoles. En los Baños de Pultumarca, fue el
primer encuentro entre hispanos y el nuevo Inca. Hernando Pizarro convenció a
Atahualpa para asistir a una comida y entrevista con su hermano Francisco
Pizarro, prometiendo devolver los bienes que habían tomado sin autorización.
El 16 de noviembre de 1532 el Inca asistió a la plaza de Cajamarca
acompañado por un impresionante cortejo de 8 mil personas, pero sólo con 200
guerreros con porras y sogas para matar a los barbudos que insolentemente se
hacían pasar por enviados del dios Wiracocha y partidarios de Huáscar. Al
atardecer de aquel día, en la plaza, el sacerdote español Vicente Valverde le
exigió al Inca su conversión a la religión católica y sus sometimiento a la
autoridad del Rey de España. Atahualpa rechazó aquel "requerimiento" por lo
que las fuerzas invasoras atacaron sorpresivamente con armas de fuego,
caballos y espadas. Ocurrió una horrenda masacre que ocasionó al menos
4000 muertos, en medio de la cual el Inca fue secuestrado y llevado al
Amaruhuasi, donde soportaría un cautiverio de ocho meses.
Al conocer la avidez de los extranjeros por los metales preciosos, el Inca
ofreció un fabuloso rescate de un cuarto lleno de oro y dos de plata, por su vida
y libertad. Muchas llaqtas(ciudades), templos y palacios del Tahuantinsuyo
fueron dilapidados para cumplir con el acuerdo; sin embargo los españoles se
repartieron el botín y prepararon la muerte del Inca. Las instigaciones de Diego
de Almagro, el indio Felipillo y el cura Vicente Valverde consiguieron la
sentencia de muerte para el Inca. Los cargos contra él no consideraron los
usos y costumbres andinos; en realidad fueron pretextos para eliminarlo
rápidamente.
Fue el 26 de julio de 1533, en la Plaza de Cajamarca, cuando el Inca fue
preparado para la hoguera. Antes de consumarse la condena, Atahualpa
aceptó bautizarse para que le cambien la pena y no convertirse en cenizas,
pues esto le imposibilitaba convertirse en mallqui, y significaba morir
definitivamente. El frayle Valverde lo bautizó en el acto con el nombre de
Francisco, en honor a su padrino, el jefe de los invasores. Luego de la
ceremonia el Inca fue estrangulado y su cuerpo enterrado en la capilla de
Cajamarca. Los españoles reconocieron como nuevo soberano a un joven
noble huascarista llamado Túpac Huallpa, para avanzar junto a él rumbo a la
capital del rico Tahuantinsuyo, el Cusco.

Biografía de Francisco Pizarro


Francisco Pizarro nació en Trujillo de Extremadura, España, hijo del Capitán
Gonzalo Pizarro y Dora Francisca Gonzáles. Acerca de la fecha exacta de su
nacimiento sus biógrafos no se ponen de acuerdo. El historiador Federico
Acedo, señala como fecha de su ilustre conciudadano el 16 de marzo de 1468,
basándose en archivos parroquiales de Trujillo, España. Sobre su infancia se
tiene poca información, el biógrafo más discreto, Quintana, menciona que
Pizarro fue abandonado a las puertas de una iglesia de Trujillo, sustentándose
en los primeros instantes de su vida con la leche de una puerca , por no
hallarse quien le diese de mamar..., hasta que su padre lo recogió y lo
reconoció como hijo, aunque no le dio educación ni le enseñó a leer, sino que
le asignó la tarea de guardar las piaras de cerdos que poseía.

A la edad de 36 años ya gozaba de la fama de soldado valeroso y


experimentado, corría el año de 1504 cuando Pizarro pasó a indias (según el
texto Real de Cédula de 1529) y era dueño del real favor y se ocupaba en
alistar las naves que lo conducirían al país de los Incas, y que luego le darían
fama y gloria.

En 1522 se conocía vagamente en Panamá la existencia, hacia el sur, de un


poderoso imperio, rico en yacimientos de oro y plata, cuyos monarcas
llamábanse Incas, por lo cual se inicia una serie de buscadores del imperio.

Finalmente después de muchos incidentes, Pedrarias, gobernador de Panamá,


les dio la oportunidad a Pizarro, Almagro y Luque para que intentasen el
descubrimiento del Perú, en correspondencia de ciertos servicios recibidos en
tiempos pasados. Efectuó su salida con rumbo al sur, el 14 de noviembre de
1524, al mando de 80 soldados y 4 caballos.

El hambre y al miseria se apoderó de la empresa cuando se encontraban en la


isla del Gallo, a donde Pizarro creyó conveniente llevar a su tropa, lejos de los
nativos, obligando a muchos soldados a volver a Panamá. Francisco Pizarro
que deseaba seguir tuvo una inspiración: con la punta de la espada trazó sobre
la arena de la playa una raya a mitad del camino y se dirigió a sus soldados,
señalando al dirección a Panamá les dijo que encontrarían pan amargo, luego,
señalando a la isla, dijo encontrarían hambre y miseria hoy, y riqueza y fama
mañana; es así que Pizarro se dirigió al sur, seguro por los trece de la fama,
dando inicio a la conquista del imperio incaico.

Para 1532 Pizarro hacía su entrada a Cajamarca, tomando prisionero al


monarca inca, Atahualpa. Posteriormente dio orden de ejecutarlo, consolidando
así su conquista.
Teniendo presente sus informes recibidos acerca de la bondad de las tierras,
abundancia de aguas, proximidad del mar y demás circunstancias que
favorecían al valle del Rímac, dispuso Pizarro fundar la ciudad de los Reyes,
ciudad capital, el 18 de enero de 1535.

Las disputas entre las tierras y tesoros del imperio incaico acrecentaron le
diferencias entre Pizarro y almagro, comenzando así las guerras entre estos
dos conquistadores. Muerto almagro, Pizarro se adueñó de las 900 leguas de
tierra desde Ecuador a Chile, conociendo, además, las primeras satisfacciones
y las primeras horas de reposo de su ya larga y fatigada existencia.

Los vencidos de las Salinas conspiraban contra su vida, siendo continuas


aquellas advertencias que sus amigos de toda la confianza le hacían,
aconsejándole que no saliera a misa el domingo y que fingiera estar
indispuesto.

Amaneció el domingo 26 de junio de 1541, los almagristas atraviesan toda la


plaza con las espadas desnudas, dispuestos a matar a Pizarro. Matando a los
amigos y sirvientes del conquistador, entran a palacio. Este se defiende
valientemente y mata a uno de sus enemigos. Fue una lucha que enfrentó a
Pizarro, de 70 años, y sus cuatro acompañantes con 19 soldados enemigos.

Pizarro peleó hasta que una gran herida en la garganta le hizo caer al suelo.
Pidió confesión e hizo con el dedo y con su sangre una cruz en la tierra, la besó
y expiró, mientras su cadáver quedaba abandonado en un charco de sangre.
Sus restos descansan en la bóveda de la iglesia Catedral de la ciudad de Lima.

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