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UN AYER MUY DE HOY

En plena crisis de valores y ética en la televisión que nos gobierna, parecen


útiles las reflexiones que desprende este nueva película para ver que lo que
vivimos actualmente en el medio rey, la televisión, no es más que el
detonante a un problema que se ha venido arrastrando desde que este
invento empezó a mandar dictatorialmente sobre el ocio del individuo. Este
problema, es así, debido a la importancia y a la repercusión de la televisión
en todos nosotros, por ello, la película despertó en mi foro interno una serie
de cuestiones como ¿La presión al qué dirán de ti puede ser tan fuerte como
para llegar a querer acabar con tu vida? ¿En los medios prima el encender la
mecha de la opinión pública o el de alimentar a una sociedad pasiva? ¿Sirve
para algo decir la verdad cuándo sabes que lo único que puedes conseguir
es salir perjudicado?

Nuevamente valores y televisión. ¿Por qué parece que ha de primar más la


ética en televisión que en cualquier otro medio?...

"Buenas noches, y buena suerte" es una de esas películas de vital


importancia, desde mi punto de vista, para la reflexión del periodista. La
obra por tanto no es el reflejo de unos medios anacrónicos, sino que puede
ser considerada como una utopía del periodismo contemporáneo, una
lección del ejercicio de informar, donde considero que han de primar unos
valores que han de priorizar ante todo, y más allá de cualquier oscuro
interés personal o de terceros, la libertad de expresión.

Por todo ello veo la película relevante para nosotros, ya que, se encarga de
hacernos ver que todo no todo es tan idílico, y que se refleja especialmente
bien en el prólogo en el cual Murrow expone las miserias del periodismo,
aludiendo al deterioro de la televisión como medio informativo, y del
sometimiento a la publicidad y a la preeminencia del espectáculo y el
entretenimiento. Algo actual, ¿no?

Cabe reseñar, la gran actuación del célebre presentador, interpretado por


Strathairn. También, el realismo del entorno visual en el que se desarrolla la
acción hace que el espectador se ubique de mejor manera a medida que
avanza y se desarrolla la obra. Otro punto a destacar, por lo extraño que me
resultó, es el de dotar a la obra con el blanco y negro propios del cine
clásico, supongo que con un afán del director de buscar la sobriedad, la
frialdad y la elegancia de aquellas obras.

Clooney, combina, de manera interesante la ficción con el material original,


construyendo una historia que en ningún momento parece exagerada y
logrando traspasar de alguna manera la pantalla. Una obra en la que la
rectitud con la que se transmite su mensaje hace que se comprenda
fácilmente por el espectador, sin ningún tipo de subtrama, ni de ningún otro
elemento que pueda confundir al receptor del verdadero mensaje.

Una argumento de ayer, que sigue siendo muy actual hoy.


FERNANDO SOSA BARRADO

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