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Reflexiones acerca del éxito del libro de Rhonda Byrne, y análisis-crítico desde
el punto de vista transpersonal de Ken Wilber.
Es traducción libre al español (las bastardillas son del traductor) del post
de Stuart Davis en: http://www.stuartdavis.com/blog/secret-
spirituality-narcissism-0
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El Secreto. Es lo último. Tanto el libro como la película han acumulado el
entusiasmo de millones. Todos, empezando por Oprah Winfrey están elogiando
el impacto espiritual de Rhonda Byrne.
Que lo que pensamos, lo que sentimos, actuaría como una señal magnética,
atrayendo su correlato en el Universo.
(Por cierto, ¿eres la víctima de una violación? Supongo que tú creaste esa
realidad con tus pensamientos. ¿Fue un miembro de tu familia muerto en Irak?
Supuse que crearías esa experiencia para tí mismo para que aprendieras. Wow.
Qué pasa eres un sádico? – se pregunta Steve)
Exactamente el por qué una entidad QUE LO ES TODO necesita algo más no
queda nada claro, el por qué un Ser Divino que es todo poder necesita invocar a
otro poder es desconcertante, pero… para fundamentar este engaño cósmico, El
Secreto hipnóticamente repite "El Universo" y "Tus pensamientos, tus
sentimientos" hasta que los dos son trenzados dentro de un fantasma que coloca
a tu Ego justamente en el Centro de la Realidad, en control de todo lo que exista
o deje de existir.
¿Qué quieres hacer con tu Poder Divino? ¿Liberar a todos los seres que sufren?
¿Despertar a todos los hermanos y hermanas del Sueño de Maya? ¿Disolver la
fuente del sufrimiento? No. Lo que quieres son autos…y novias, y novios, y una
nueva bicicleta roja, y una gran casa nueva.
Permítanme hacer una pausa para confesar algo. Antes de que piensen que me
estoy presentando a mí mismo como un fundamentalista espiritual que piensa
que el materialismo es malo y la "espiritualidad" es buena, déjenme poner las
cosas en claro.
¿Yo, Stuart Davis? AMO al dinero. AMO al sexo. Quiero una casa nueva. Me
haré de una lustrosa bicicleta roja. Quiero ser rico, poderoso, y exitoso. Y no me
disculpo por nada de eso. Pienso que el ego es bueno, creo que sus juegos son
legítimos y debemos asumirlos. ¿Y saben algo más? Yo quiero que ustedes sean
ricos. Que sean exitosos, poderosos, y que todos los deseos en el circo de su
imaginación se hagan realidad. Mientras no hagamos daño a nadie, yo digo que
sigamos. Soy el primero en ponerme al frente y gritar "¡EL EGO NO ES MALO!
¡EL EGO NO ES MALO! ¡HA HECHO UN PACTO CON LA ESPIRITUALIDAD,
ES UN PACTO BURDO, PERO HA HECHO UN PACTO! ¡DEJEN AL EGO SER
LO QUE ES!"
De hecho, el ego (el pequeño yo, la conciencia) es literalmente uno de los más
asombrosos milagros ocurridos en el Universo. Sin bromas. Celebrémoslo. Es
tiempo de que terminemos la guerra espiritual contra el ego, incluyámoslo como
otra faceta de la Belleza en nuestro Ser. ¿Por qué deberíamos dejar algo afuera?
El yo conciencia cuenta. El ego importa.
El Secreto está vendiendo métodos que supuestamente colman los deseos, los
sueños.
Bueno, aquí está lo chocante de El Secreto: Hay muchos niveles de yo, pero sólo
uno que PIENSA, y ese es el Ego. Pensar, sentir, pensar, sentir, estos son los dos
ejes a los que El Secreto se adhiere, y tristemente pensamientos y sentimientos
(aún cuando son importantes y válidos) provienen de una dimensión
extremadamente superficial del yo. Debido a esto, El Secreto, tristemente nos
enreda aún más en el sufrimiento en lugar de liberarnos de él.
El Secreto nos da una cura que empeora la enfermedad. Su cura para el deseo es
manejar el deseo.
El ego -el sujeto- es una frontera. Se identifica a sí mismo por lo que está dentro
o fuera de él. Lo que sea que esté fuera del sujeto es un objeto. El pequeño yo es
un agregado dinámico de cualidades y preferencias, se localiza a sí mismo a cada
momento a través de estas distinciones sujeto/objeto (yo soy esto, yo no soy
esto, me gusta esto/no me gusta esto, quiero esto/no quiero esto, esto es yo/esto
no es yo). El pequeño yo depende enteramente de fronteras.
La buena noticia: Puedes tener tu pastel y también comértelo. No tienes por qué
desconocer a tu pequeño yo para ser tu Gran Yo. Tú tienes un Ego. Tú eres el
Universo. Pero no confundas los dos, y no permitas que alguien más los
confunda para tí.
De nuevo, para ser claros: “Yo, Stuart Davis, quiero ser rico”. Quiero estar
cómodo. Quiero montones de zapatos Prada. Y tanto como quiero saciar mis
deseos, lo quiero para todo mundo. Eso no está mal. No hay necesidad de pedir
perdón por ello, y ésto no es hipérbole.
Pero llamemos al pan, pan. Funciono con mi ego, pero no me atrevo a decir que
el Universo se reinventa a sí mismo momento a momento para complacerme
con cualquier minucia de mi insaciable personalidad. Hay un yo, y hay un Yo.
Voy al psicoterapeuta para ocuparme de uno, y voy al “Centro de Todos los
Lugares” para ouparme del otro.
El Gran Yo, que incluye a Stuart pero que no se define por él, estaba aquí antes
de que Stuart naciera, y estará aquí después de que muera. El Gran Yo es el fin
del sufrimiento, y opera a través de agentes discretos como un medio para
Despertar a la Realidad tal como es.
El Secreto corona al Ego como Dios (Tú creas la Realidad, ¿no es asombroso?
TUS PENSAMIENTOS son INFINITAMENTE influyentes), y entonces hace dos
desastrosas conclusiones:
No solamente hay varios niveles de pequeños yoes (el ego es uno de ellos), sino
diferentes esferas, o dimensiones. El Secreto no sólo está vendiendo una
superficial dimensión del yo, sino que sólo reconoce un aspecto de él.
Este es otro de los defectos de El Secreto… toma un reino, una perspectiva (el
Interior de un Individuo) y proclama que ese crea a los otros. Wow.
Promete una mejor HISTORIA. Y eso es, de hecho, una altitud de espiritualidad.
Pero es la más baja, y al inflarla puede terminar haciendo que las personas
terminen estancadas por un tiempo más largo en el ciclo del sufrimiento. Esto
debido a que el yo es adicto a su propia HISTORIA.
El Misterio, para mí, incluye los cuatro cuadrantes (interior, exterior, individual,
colectivo)) y no privilegia a ninguno de ellos sobre los demás. Los toma juntos
como tetra-emergiendo. Los incluye todos como inextricablemente entretejidos
en diferentes formas. El Misterio incluye la altitud en cualquier dominio, y los
valora a cada uno de ellos pero también entiende sus diferencias. El Misterio
incluye toda metodología, toda ontología o Modo de Conocimiento, y al hacerlo
entiende lo que hacen y lo que no pueden hacer.
Ahora, esto es lo que siento que sería una aproximación saludable. Usar la
correcta herramienta para la tarea correcta.
Tal vez lo peor de todo, hasta que no seamos verdaderamente libres -libres de la
Fuente de Sufrimiento, libres del deseo, apego, del asalto de nuestras falsas
identidades y todas sus Historias- hasta que seamos así de LIBRES, no
podremos realmente ayudar a otros a que sean LIBRES.
Y eso, mis amigos, es la clave.
Stuart Davis