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COLESTASIS INTRAHEPATICA DEL EMBARAZO

La colestasis intrahepática del embarazo también ha sido denominada ictericia recurrente del
embarazo, hepatosis colestásica o ictericia gravídica. Dicha enfermedad ocurre en mujeres sanas
durante el embarazo y se suele resolver después del parto sin ninguna secuela hepática. Esta
hepatopatía gravídica suele ocurrir en el segundo o tercer trimestre. Es un síndrome caracterizado
clínicamente por la presencia de prurito, ictericia o ambos sin otra disfunción hepática importante.

EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO

Es una condición rara: 1 en 10000 embarazos. Recurre en un 10 al 45% de los siguientes


embarazos. Más frecuente en: Escandinavos y Chilenos, Madres mayores de 35 años, Multigesta,
APP de colestasis , Uso de anticonceptivos orales previos.

PATOGENIA Y CAUSA

No se ha objetivado una causa de la colestasis intrahepática del embarazo.

♦ Factores genéticos: Entre los datos que apoyan los posibles factores genéticos, hay estudios que
parecen apoyar una herencia mendeliana dominante. En mujeres con antecedentes familiares de
colestasis, es más frecuente.

♦ Factores hormonales: El hecho de haber tenido una colestasis secundaria al consumo de


anticonceptivos con el aumento de riesgo de presentar colestasis durante el embarazo, así como
precipitar el prurito en mujeres con tratamiento de estrógenos. Parece que la enfermedad
intrahepática colestásica es probablemente resultado de disposición genética a un aumento de
sensibilidad a estrógenos y progesterona y una alteración en la membrana de los conductos
biliares, hepatocitos y sistemas de transporte canalicular ( uno de los mecanismos propuestos ha
sido la alteración de la actividad de la trifosfatasa sodio-potasio adenosina en las membranas del
hepatocito; aumento de la captación de colesterol por los hepatocitos que origina una disminución
en la fluidez a través de la membrana y aumento en la producción de metabolitos colestásicos). El
resultado de todo ello son elevaciones en los niveles maternos de ácidos biliares, retenciones
anormales de los mismos, que pueden resultar tóxicos para el feto.

MANIFESTACIONES CLINICAS

 Prurito: Es el síntoma principal, intermitente, de leve a severo. Puede afectar a cualquier


parte del cuerpo pero suele ser más severo en palmas y plantas. Tiende a ser
particularmente más grave de noche, puede causar trastornos emocionales significativos,
insomnio, anorexia y malestar general. Su resolución sucede aproximadamente dos días
después del parto pero alguna vez se prolonga dos semanas.

 Ictericia: Aparece el 25% de los casos, suele hacerlo dos semanas después de la aparición
del prurito. Se inicia de forma brusca y alcanza un nivel estable hasta el final del embarazo.
Antes de presentarse las pacientes suelen referir coluria, porque el aumento de bilirrubina
que produce la ictericia se realiza a expensas de BR directa. Las heces suelen ser de color
normal y a veces pueden ser hipocòlicas, puesto que es una ictericia colèstasica sin
evidencia de obstrucción mecánica.

 Esteatorrea: por ausencia de sales biliares en el tracto gastrointestinal para su reabsorción.

 Nausea, vómito y malestar abdominal, rara vez se presentan.

 Mayor incidencia de litiasis biliar y de hemorragia posparto (la malabsorciòn de


vitamina k puede contribuir con ésta, con prolongación de tiempos de coagulación.)

DIAGNOSTICO

Anamnesis:

Antecedentes familiares: Antecedentes de preeclampsia, intolerancia a los anticonceptivos orales,


colelitiasis, etc.

Antecedentes Personales: Síntomas y momento en el que aparecen según edad gestacional.


Embarazos anteriores, si en ellos se presentó idéntica sintomatología, paridad. Síntomas
relacionados con la ingesta de anticonceptivos orales, o la ingesta de otros medicamentos.
Antecedentes de enfermedades con hepatitis, viajes recientes, contactos con personas con
enfermedades similares.

Exploración Física

Ictericia y lesiones por rascado. No se pueden palpar hepatomegalia, ni esplenomegalia, ni estigmas


cutáneos de hepatopatía crónica.

Prueba Funcionales

La bioquímica hepática muestra un patrón colestasico típico:

• Aumento de bilirrubina (menos de 5mg/ dl) a expensas de la bilirrubina directa.


• Aumento de fosfatasa alcalina al doble, lo cual es congruente con el incremento normal que
ocurre en el embarazo.

• Aumento de sales biliares, entre 30 y 100 veces y las cifras postprandiales de ácido cólico,
entre 10 y 70 veces. El incremento de ácidos biliares en suero pueden representar el primero
y único signo de colestasis intrahèpatica del embarazo en mujeres con prurito, pero sin
alteración de otras pruebas de funcionamiento hepático

• Aumento de transaminasas (suelen ser menores de 250 u/l)

• GGT normal o mínimamente aumentada.

• El colesterol, triglicéridos y fosfolípidos suelen estar más aumentados que en embarazo


normal.

• La coagulación suele ser normal pudiéndose alterar en un momento dado el tiempo de


protrombina, sobre todo en mujer con ictericia.

• Se realiza una serología para descartar una hepatitis vírica.

Ecografía

• Se debe realizar para descartar que una obstrucción biliar extrahepàtica esté produciendo el
patrón colestasico.

Biopsia Hepática

• Suele mostrar datos de colestasis con tinción centrolobulillar sin células inflamatorias y
proliferación de células mesenquimatosas, sin necrosis hepatocelular, o mínima (depósitos
de bilis); aunque no suele ser necesaria para el diagnóstico.

Pronóstico Materno y Fetal

Pronóstico Materno: es benigno, lo más frecuente es que el prurito se resuelva después del parto, y
aunque es raro se puede prolongar. En algunos casos se han descrito aumento de infecciones
urinarias y de hemorragias posparto, se pensó que podía deberse a deficiencia de vitamina k
provocada por la malabsorción de grasas, pero no se ha comprobado claramente que contribuya a la
hemorragia posparto. No obstante está indicada su administración profiláctica. Tras el parto las
pruebas hepáticas se normalizan. Existe posibilidad de recurrencia en siguientes embarazos de in 60
70%.

Pronostico fetal: se ha relacionado con prematuridad, muertes perinatales, sufrimiento fetal, LA


meconial (pudiera ser debido al efecto de los ácidos biliares sobre la vena umbilical, produciendo
constricción)

TRATAMIENTO

Las estrategias del tratamiento se han enfocado principalmente hacia el alivio sintomático de la
madre es recomendable efectuar controles semanales en los que se interrogará dirigidamente a la
paciente para evaluar los siguientes aspectos: presencia de contractilidad uterina aumentada,
percepción de movimientos fetales, aparición de coluria e ictericia y evolución del prurito

Rara vez la CIE requerirá hospitalización. Esta se reserva para casos de prurito invalidante en que el
tratamiento hospitalario pudiera resultar más eficaz o cuando hay asociación con otra patología que
requiera manejo intrahospitalario

Vigilancia fetal: Las recomendaciones para la vigilancia de la aparición de signos de sufrimiento


fetal no están protocolizadas, anteriormente se recomendaba finalizar la gestación en cuanto el feto
estuviera maduro, en la semana 34 aproximadamente, habiendo comprobado el estado maduro del
feto mediante amniocentesis de maduración. Incluso se buscaba la existencia de meconio en la
misma. Actualmente se ha visto que mediante vigilancia fetal con eco-doppler semanal y
monitorización fetal periódica es suficiente, y no es necesario finalizar la gestación si las pruebas de
valoración fetal son normales.

Reposo. Se deben realizar controles analíticos semanales a la paciente, para valorar el perfil
hepático, ver su evolución con el tratamiento, si mejora o empeora. Las recomendaciones generales
para el alivio sintomático de la madre, irían encaminadas a aliviar el prurito, puesto que es el
síntoma principal y por el que consultan las gestantes:

Manejo del prurito se hará con: sedación en casos graves, medidas físicas y tratamiento
farmacológico:

Ácido ursodesoxicolico, como primera elección: Aumenta el flujo biliar. Mejora el prurito y las
alteraciones bioquímicas. Buena tolerancia. Protege al feto de los efectos adversos de la
enfermedad. Dosis de 10-15 mg/Kg/día (1 g/día)
Antihistamínicos: Uso controvertido por efectos en la gestación Hidroxicina 20-25 mg/dia en casos
severos. Colestiramina 8-16 g/día, puede empeorar malabsorción. Dexametasona oral por un lapso
de tres días en casos severos

Criterios de interrupción del embarazo

La interrupción del embarazo por causa materna sólo se justifica, en forma excepcional, en casos de
prurito invalidante, una vez asegurada la madurez pulmonar fetal.

Existe controversia respecto a la interrupción profiláctica del embarazo por causas fetales. Sin
embargo, nuestra recomendación actual es interrumpir los embarazos que cursan con CIE anictérica
a las 38 semanas de gestación, y los embarazos con CIE ictérica una vez cumplida las 36 semanas
con madurez pulmonar fetal comprobada. Esta conducta pretende evitar las eventuales muertes
fetales súbitas descritas en las últimas semanas del embarazo.

Otro factor a considerar para interrumpir el embarazo a las 36 semanas, con feto maduro, es el
antecedente de mortinatos previos por CIE o la presencia actual de meconio en el líquido amniótico.

Ante la existencia de patologías asociadas a la CIE, se decidirá el momento de la interrupción


dependiendo de la gravedad del cuadro coexistente.

Vía de interrupción del embarazo

La inducción ocitócica es el método de elección para la interrupción del embarazo. Esta se hará con
monitorización electrónica de la frecuencia cardíaca fetal en forma continua. La operación cesárea
se reserva para los casos en que la vía vaginal está contraindicada o la inducción ocitócica haya
fracasado. Interrupción electiva antes de las 38 semanas debe ser con madurez pulmonar fetal
comprobada.

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