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Para hablar de mí abuelo se necesitan más de cien años de vida, Maximiliano Carreño Carreño: hijo,

esposo, padre, abuelo y bisabuelo, naciste un 19 de marzo día de San José en 1919 y te fuiste un 25 de
Marzo de 2011.

Abuelo o mejor dicho como yo te decía: PapaSeñor, Gracias a Dios y a ti tuve la fortuna de ser tu primer
nieto y en estos momentos ocupar el puesto del nieto mayor, dejaste una gran generación compuesta
de 9 hijos, 33 nietos , 27 bisnietos y Dios mediante prontamente tu primer tataranieto.

Comprendo plenamente que el sufrimiento y el dolor curan el alma, y estoy completamente seguro de
que en estos momentos estas disfrutando del paraíso y del gozo celestial, junto con mi mama señora
Leonor, porque gracias a esta enfermedad prolongada tu alma quedó limpia y purificada de todo pecado
o error a través de la misericordia de Dios.

Nos diste un gran ejemplo de fortaleza y a pesar de tus quebrantos de salud, siempre tuviste una sonrisa
a nuestras visitas semanales, en especial a mi me contagiaban tus historias y anécdotas y de que forma
tu lucidez mental perduro hasta el final de tu existencia, tuviste siempre una mente despierta y alerta,
me contabas las noticias y acontecimientos que tu leías, veías o escuchabas muchas veces antes de que
yo me enterara.

Recuerdo que cuando estuve niño siempre esperaba las vacaciones de mitad o fin de año, para pasarlas
con ustedes en la cuadra del tapón de la victoria como se le llamaba y se le llama aún a este sitio y
siempre nos recibías con mucha humildad porque no se contaban en esos años con mucho y se vivía
mas bien de lo poco, ahí aprendí que el orgullo, la prepotencia y la arrogancia no valen nada y que entre
mas bienes, títulos, estudios, diplomas y dinero tengamos mas humildes debemos ser, porque como
dice Jesús: de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma y de que le sirve pensar en
el mañana No vale más la vida o el alma, que los alimentos, el cuerpo y el vestido, donde este vuestro
tesoro ahí estará vuestro corazón.

También aprendí de ti y de mi abuela a Ser devoto me acuerdo que siempre nos invitabas a las
eucaristías en la capilla del Cristo Resucitado, en las tardes de domingo, de Semana Santa, las de
Navidad y fin de año, nunca podrías perderte la misa de 24 ni mucho menos la del 31 en la noche y eso
me sirvió mucho para mi vida.

Alguna ves me dijiste que sin carne también se podía vivir y eso lo he logrado comprender cabalmente al
cambiar poco a poco mi forma de vida.
Te gustaban mucho los animales y los programas de Naturalia y hasta hace poco Animal Planet, tanto
que nos hacías reír cuando te llevábamos a mi perrito Pincher llamado Scott y tú lo cogías y le llamabas
Tyson. Tal vez por eso te fuiste el mismo día en que murió Gloria Valencia de Castaño (Q.E.P.D).

Otra de tus anécdotas es que cada vez que cumplías años tu le dabas la vuelta a los números cuando
cumpliste noventa decías soy un niño de 9 añitos, cuando cumpliste 91, ya tenias 19 y creo que hace
poco que cumpliste 92 pensaste también en los 29 y era tantas las ganas de vivir que le dijiste a mi tía
Martha que querías vivir cinco años mas, pero bueno así es la vida y no depende de nosotros sino de
nuestro creador.
Para mi esto no es una despedida es solo un hasta luego, algún día todos nos encontráremos en la
eternidad, el alma se libera del cuerpo, como el hombre se libera de sus vestiduras viejas y desgastadas.
El cuerpo es pasajero pero el alma es eterna y joven, o como decía San Pablo cuando mas envejece mi
cuerpo mas rejuvenece mi alma.

Siempre confiaste en el sagrado Corazón de Jesús y me decías el es el único que puede y así es.

Papa señor, Maximiliano Te encomiendo a la misericordia divina, bendigo tu luz y pido a los santos, que
ya dejaron este plano, te conduzcan por senderos de claridad y de paz. Que la paz de Dios envuelva tu
alma y que su amor te llene de felicidad. Te enviamos nuestro amor y pedimos tu rápida ascensión hacia
el Padre. Que así sea. Amén.

Te queremos mucho y por siempre te recordaremos…

Mauricio

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