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Niños colombianos empiezan a

beber a los 10 años


El tiempo – Octubre 3 de 2010

Foto: Néstor Gómez / EL TIEMPO

El país ocupa el primer lugar en consumo temprano de


alcohol en Suramérica.

Pese a haber generado normas suficientes para controlar el


problema, estas no se cumplen.
Esta es una de las principales conclusiones del foro 'El
papel de la sociedad y el Estado en la protección de niños
y adolescentes frente al consumo de alcohol', organizado
por Red PaPaz y la Universidad del Rosario. A él asistieron
representantes de Bienestar Familiar, de los sectores de
salud y educación, de las licoreras y los comerciantes,
entre otros.
De acuerdo con datos presentados por el investigador
Augusto Pérez, director de la Corporación Nuevos Rumbos,
los niños están empezando a tomar a los 10 años y las
niñas, a los 11 años; ese promedio de edad, valga decirlo,
tiende a bajar en ciudades como Bogotá, Medellín y Tunja.
El estudio, hecho hace dos años entre cerca de 10.000
escolares de las principales ciudades, indica que el
consumo se inicia hacia el primero de bachillerato y a partir
de ahí muestra una tendencia creciente.

Mal ejemplo en casa


Si bien la Ley 124 de 1994 prohíbe el expendio de bebidas
embriagantes a menores de edad, el 87 por ciento de los
adolescentes aseguran haber adquirido trago sin ningún
problema en tiendas, el 54 por ciento en supermercados y
el 55,6 por ciento en las cigarrerías. Un número importante
de encuestados dijo haber tenido acceso a él en su propia
casa.
"Los papás y los adultos son los principales patrocinadores
del consumo de trago en niños y adolescentes", asegura
Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red PaPaz. Tanto
así que el 42 por ciento bebe en compañía de algún
familiar. En Medellín y en Tunja toman con los papás.
Lo grave es que la Ley de Infancia y Adolescencia (2006)
exige que los niños sean protegidos del consumo de
bebidas alcohólicas. "Si la norma es incumplida por los
propios padres de familia, ¿qué se puede esperar de otros
sectores? Eso explica el hecho de que los adultos
dedicados al negocio de la rumba vean en los menores de
edad un mercado lucrativo", advierte Piñeros.
Durante el foro se habló, incluso, de las nuevas estrategias
puestas en marcha por bares y tabernas para atraer a
estos clientes.
Uno de los medios más usados son las invitaciones a
rumbas, a través de las redes sociales. Estos jóvenes
llegan a estos locales seguros de que no les pedirán
documentos.
Los administradores de bares y tabernas también ofrecen
comisiones a menores de edad, por cada cliente nuevo que
lleven a sus locales.
"La Ley 124 determina, además, que todo menor que sea
sorprendido consumiendo bebidas embriagantes asista con
sus padres y acudientes a cursos sobre prevención de
alcoholismo a Bienestar Familiar o a la entidad que haga
sus veces. Pese a que la ley se expidió hace 16 años, esto
nunca se ha cumplido", asegura Piñeros.
Augusto Pérez, uno de los investigadores más reconocidos
del continente en el tema, afirma que un país como
Colombia, donde nueve de cada diez adolescentes
aseguran haber tomado alcohol en algún momento de sus
vidas, "requiere la toma de medidas de choque para
controlar el problema".
Los efectos del licor en el cerebro
El alcohol es una sustancia psicoactiva cuyo uso
crónico afecta el sistema nervioso. Entre más
temprano se inicie su consumo más se afecta la
capacidad de aprendizaje de los jóvenes.
En ellos también:
Disminuyen la memoria y los procesos de
atención.
Deteriora progresivamente el pensamiento en
sus áreas de juicio, razonamiento, análisis y
síntesis.
La posibilidad de convertirse en adictos del
alcohol y de otras sustancias es más alta en
estas edades.
Genera deterioro en sus relaciones sociales, bajo
rendimiento académico, alteraciones
emocionales y problemas familiares.
No cumplen las normas
Cursos de prevención, también para padres
Ley 124 de 1994, que prohíbe el expendio de trago a
menores de edad y señala que los menores que sean
sorprendidos consumiendo trago, acudan con sus padres a
cursos sobre prevención del alcoholismo al ICBF.
Ley 232 de 1995: prohíbe el consumo de bebidas
alcohólicas en las tiendas.
Código Nacional de Policía: prohíbe el consumo de alcohol
en la vía pública.
Circular 124 de 1996: el único documento de identificación
de los mayores de 18 años es la cédula de ciudadanía,
pero algunos bares aceptan contraseñas

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