Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
RESUMEN. Antes del siglo XVI, la palabra «go- ABSTRACT. Before the sixteenth century, the
bernar», afirma Foucault, nunca aludió al go- term «to govern», says Foucault, never has
bierno de un Estado, de un territorio o una es- refered to goverment of a State, a territory,
tructura política. La palabra «gobernar» or a political structure. The term «to govern»
siempre estuvo referida al gobierno de la gen- always has been refered to goverment of
te, de los individuos, de las colectividades. La people, persons or collectivities. The rela-
relación que entablaba el rey o Dios o jefe tion that God, king or leader founded with
con su pueblo era del mismo tipo que la enta- his people was in the same way as shepherd
blada por el pastor con su rebaño. De acuerdo founded with his flock. In keeping with
con Foucault, ni en la cultura griega ni en la Foucault, neither in Greek culture nor in
romana podemos encontrar este tipo de rela- Latin culture we can find this relation. It
ción, dado que ésta sería propia del oriente would be proper of pre-Christian and Chris-
precristiano y cristiano. Sin embargo, en este tian Orient. Howsoever, in this paper we
trabajo intentaremos mostrar que es posible show that is possible to trace this relation in
rastrear dicha relación tanto en Homero como Homer, Plato and Vergil.
en Platón y en Virgilio.
Palabras clave: Ilíada, Agamenón, Eneida, Key words: Iliad, Agamemnon, Aeneid,
Eneas, Platón, el tejedor. Aeneas, Plato, weaver.
tal entre Dios y los hombres, y el rey participa está al servicio del rebaño, lo que implica
en cierto modo de esa estructura pastoral de la que el poder pastoral en sí mismo es
relación» 5. siempre un bien. Por último, Foucault
destaca que el poder pastoral es un poder
El tema del pastorado, desarrollado e individualizador, y lo es en el siguiente
intensificado por los hebreos, tiene la sentido. El pastor dirige a todo el rebaño,
particularidad, advierte Foucault, de que pero lo hace bien sólo cuando ninguna de
la relación pastor-rebaño es fundamental- las ovejas se le escapa. El pastor hace
mente religiosa. Antes de presentar los todo por el conjunto del rebaño, pero
rasgos fundamentales del pastorado, Fou- también lo hace por cada una de sus ove-
cault se encarga de remarcar que la idea jas: omnes et singulatim.
de un dios o varios dioses conduciendo a Resumiendo, el poder pastoral es un
los hombres, como un pastor o un mayo- poder ejercido sobre una multiplicidad y
ral harían con su rebaño, no es algo que no sobre un territorio; es un poder que
se encuentre entre los griegos. Éstos po- guía hacia una meta, sirviendo de inter-
dían atribuir una cierta intimidad de los mediario en el camino hacia ella; es un
dioses con la ciudad, pero de ninguna poder, en definitiva, finalista, y un poder
manera con las características formula- que se refiere a todos y a cada uno a la
das. El dios griego fundaba la ciudad, in- vez y no a la unidad superior formada por
dicaba su emplazamiento, construía las el todo 7.
murallas, garantizando su solidez, daba
un nombre al poblado y trasmitía sus III. Platón, la gran excepción
consejos mediante el oráculo, pero no
conducía a los hombres de la ciudad Foucault se ve obligado a alterar la rutina
como un pastor a sus corderos. de su clase del 15 de febrero de 1978 para
Pues bien, examinemos las caracte- responder a ciertas objeciones que ha re-
rísticas que a juicio de Foucault presenta cibido en relación a sus dichos acerca de
el pastorado. En primer lugar, el poder la ausencia, tanto en la cultura griega
del pastor no es un poder que se ejerza como en la romana, de una relación del
sobre un territorio, sino sobre su rebaño, tipo pastor-rebaño.
específicamente sobre un rebaño en mo- El comienzo de su respuesta sorpren-
vimiento. En otras palabras, el poder del de un tanto, pues señala su reconocimien-
pastor se ejerce sobre una multitud en to de que la idea de la relación pastor-re-
movimiento: «El Dios griego se presenta, baño para dar cuenta de la relación sobe-
antes bien, sobre las murallas para defen- rano o dirigente político con sus súbditos
der la ciudad. El Dios hebreo aparece efectivamente está presente en los grie-
precisamente cuando se abandona la ciu- gos. Sin embargo, Foucault va a dividir
dad, a la salida de las murallas, y se co- su respuesta en tres grupos de fuentes
mienza a seguir el camino a través de las principales, que en realidad se encarga-
praderas» 6. En segundo lugar, el poder rán de cuestionar dicha tesis. El primer
pastoral es un poder benévolo. Su fun- grupo de ellas hace referencia al vocabu-
ción es hacer el bien; y hacer el bien sig- lario homérico. De acuerdo a Foucault, la
nifica obtener la salvación de su rebaño. Ilíada y la Odisea presentan una serie de
El poder pastoral es fundamentalmente referencias donde se designan al rey
un poder de «cuidados»: cuida el rebaño, como pastor de los pueblos, el poimen
cuida los individuos, vela porque las ove- laôn, una suerte de apelativo ritual con el
jas no sufran, va a buscar a las extravia- que se solía denominar, por ejemplo, a
das, cura a las heridas. En suma, el pastor Agamenón. Pero lo cierto es que este
apelativo sería en efecto sólo de carácter quien sostiene que el tema del pastor era
ritual. La literatura indoeuropea, en espe- casi un lugar común entre los griegos, en
cial la literatura asiria, dan prueba de absoluto patrimonio exclusivo de los pi-
ello, sostiene Foucault 8. tagóricos. Lamentablemente, según Fou-
El segundo grupo de textos hace re- cault, Delatte no respalda esta tesis con
ferencia explícita a la tradición pitagóri- ninguna referencia específica 11. Por
ca. En el seudo Arquitas se encuentran ejemplo, el Index isokrateon, consultado
alusiones al pastor en determinados te- por Foucault, arroja como resultado la no
mas. Por ejemplo, la etimología tradicio- existencia de referencia alguna a las pala-
nalmente admitida por los pitagóricos re- bras poimen y nomeus. Si bien en el Ae-
fiere nomos, la ley, de nomeus, el pastor. ropagitico Isócrates describe los deberes
Así encontramos, afirma Foucault, que el del magistrado de manera muy similar a
pastor es quien hace la ley, dado que se la metáfora del pastor, ésta no aparece.
encarga de distribuir el alimento, dirigir Otro tanto sucedería con Demóstenes 12.
el rebaño, indicar la buena dirección; es Ahora bien, la gran excepción a esa
el que también decide la manera en que aparente ausencia es, ni más ni menos,
las ovejas deben acoplarse a fin de obte- Platón. Éste presenta en una serie de tex-
ner una buena progenie, etc. De allí surgi- tos al buen magistrado, al magistrado
ría el apelativo de Zeus como Nomios, ideal, como un pastor. Básicamente tales
debido a que se trata de un dios pastor, un referencias se encuentran en Critias, Re-
dios que otorga a sus ovejas el alimento pública, Leyes y en especial en Político.
que éstas necesitan 9. Por otro lado, y Foucault va a bordar en primer lugar los
siempre dentro de la literatura pitagórica, tres primeros textos mencionados, dejan-
se encuentra la idea de que el elemento do Político para un análisis exhaustivo
principal del magistrado no es tanto su ulterior.
poder, su fuerza, su capacidad de deci- En primer lugar, Foucault sostiene
sión, sino más bien su capacidad para que la metáfora del pastor presente en los
amar a sus administrados, a los hombres textos platónicos alude al poder pleno
sometidos a él, y a no ser egoísta. El ma- y bienaventurado de los dioses sobre la
gistrado entendido como un philanthro- humanidad en los primeros días de su
pos, aquél que hace la ley no para él sino existencia y antes de que la desdicha mo-
para sus administrados. Ahora bien, Fou- dificara esa condición. Por aquellos tiem-
cault sostiene que esta tradición del ma- pos, los dioses eran los mayorales de la
gistrado entendido como un pastor, si humanidad: alimentaban, guiaban, sumi-
bien se ha conservado durante la Anti- nistraban principios generales de conducta
güedad, al ser de carácter pitagórico la y velaban por la felicidad y bienestar de
convierte en poco menos que una tradi- los hombres. En segundo lugar, los textos
ción marginal 10. Para sostener esto, Fou- platónicos también hacen referencia al
cault recurre a una tercera serie de textos magistrado como pastor, pero esta vez en
en la que se destaca el alemán Gruppe, los tiempos duros, los tiempos actuales, es
quien en su edición de los fragmentos de decir, cuando la humanidad deja de estar
Arquitas afirma que la metáfora del pas- presidida por los dioses. Sin embargo, ad-
tor no se halla en los griegos, salvo por vierte Foucault, ese magistrado nunca es
influencia oriental, y más precisamente el fundador de la ciudad ni quien le ha
hebrea, y cuyos elementos fueron refleja- dado sus leyes fundamentales. Tan sólo se
dos por los pitagóricos. En contrapartida, trata de un magistrado subordinado, cum-
Foucault presenta la tesis de Delatte, pliendo una función adyuvante, como ve-
mos en Político 281d-e. Por último, Fou- bres? Evidentemente es ser un pastor, Por
cault se aboca al libro I de la República. tanto, en primera instancia, el político es
Allí encontramos que si bien Trasímaco el pastor de los hombres, el pastor de ese
da por sentado que el buen magistrado es tropel de seres vivos que constituyen la
el verdadero pastor, pone en duda que éste población de una ciudad 14.
tenga en vista esencial y exclusivamente Ahora bien, de inmediato surge una
el bien de su rebaño. Para Trasímaco, el objeción en relación al método utilizado:
pastor se esfuerza sólo en la medida en ¿qué significa oponer de ese modo todos
que puede beneficiarse de su propio reba- los animales, cualquiera sean, a los hom-
ño, ya sea en el momento del sacrificio o bres? No es posible poner a todos los ani-
en el de la venta. La respuesta que recibe males de un lado y a los hombres del otro.
es que ése no es el buen pastor ni el verda- Es menester realizar divisiones exhausti-
dero pastor: es sólo su caricatura. Sea vas de una y otra parte. Pero esas divisio-
como fuere, Foucault sostiene que el pasa- nes se pierden en subdivisiones, y éstas
je comentado hace referencia, si no a un en otras, y no se llega a nada:
lugar común entre los griegos (como que-
rría Delatte), sí al menos a un tema muy «cuando, en esta afirmación, se toma como
familiar para Sócrates, Platón y el círculo invariante “magistrado=pastor” —sostiene
Foucault— y se varía el objeto al cual se refie-
platónico, que es el tema pitagórico. En re la relación, se pueden hacer todas las clasi-
efecto, según Foucault, en el libro I de la ficaciones que uno quiera de los animales po-
República aflora el tema pitagórico del sibles: acuáticos, no acuáticos, pedestres, no
magistrado pastor, de la política como pedestres, con patas hendidas, sin patas hendi-
pastorado 13. Y es justamente en Político das, etc., hacer una tipología de los animales
donde Foucault va a encontrar los argu- y, pese a ello, no dar un paso adelante en la
mentos que a su juicio rebatirían cualquier cuestión fundamental, a saber: ¿qué es el arte
intento por demostrar que Platón defiende de prescribir?» 15
la idea del político como pastor de un re- En consecuencia, Platón considera
baño. conveniente plantearse en qué consiste
A grandes rasgos, el desarrollo que ser pastor. Ser pastor quiere decir, en pri-
hace Foucault de Político es el siguiente. mer lugar, ser el único encargado del re-
La obra comienza con la pregunta qué es baño. El pastor debe realizar una gran
un hombre político. El arte que caracteri- cantidad de cosas: asegurar la alimenta-
za al político es el arte de prescribir, el ción del rebaño, atender a las ovejas más
arte de mandar; quién manda: el rey. Hay jóvenes, curar a las que están enfermas o
dos formas de prescribir: se pueden pres- lastimadas, etc. En este punto de la discu-
cribir las órdenes que uno da y se pueden sión, surgen determinados rivales del
prescribir las impartidas por otro. Evi- rey-pastor. El agricultor que alimenta a
dentemente, el primer caso es el que co- los hombre y el panadero que hace el pan,
rresponde al político. Las órdenes pueden por ejemplo, también son pastores del la
prescribirse sobre cosas inanimadas o so- humanidad; del mismo modo en que los
bre seres vivos. El político prescribe ór- son un médico que atiende a los enfer-
denes a seres vivos. A su vez, puede pres- mos, o el maestro de gimnasia o el peda-
cribir a individuos singulares o bien a gogo, etc. Para recuperar, entonces, la
animales que viven en grupo. El político esencia del pastor —continúa Fou-
prescribe para seres vivos que viven en cault—, Platón recurre a un mito. En él,
grupo. Luego, ¿qué es dar órdenes a un se cuenta que el mundo gira sobre sí mis-
grupo de seres vivos, animales u hom- mo. En un primer momento, en el sentido
1978 para responder a ciertas objeciones a ros». Los dioses griegos efectivamente
la idea de que una relación del tipo pas- fundan una ciudad, indican su emplaza-
tor-rebaño no está presente ni en los grie- miento, construyen la muralla, transmi-
gos ni en los romanos. Lamentablemente, ten sus consejos mediante los oráculos,
las objeciones no nos han llegado; pero las pero también acompañan y guían al reba-
ño fuera de la ciudad, hacia una meta de-
respuestas, o los minutos destinados a res-
terminada. La sensación que nos queda
ponder, nos permitirán ensayar algunas. de la caracterización de Foucault sobre
Para comenzar, me gustaría abordar los dioses griegos es la de unos dioses
la Ilíada a fin de realizar algunas breves «regionales»; dioses encerrados en la ciu-
comparaciones con los dichos de Fou- dad que fundan y en la que son venera-
cault. Dijimos que para él unas de las ca- dos. Volviendo a la Ilíada, tal vez el caso
racterísticas del poder del pastor era que más claro contra aquello sea el de la diosa
no se ejercía sobre un territorio sino más Atenea. Si bien los aqueos creían que una
bien sobre un «rebaño en movimiento»; estatua de la diosa en poder de los troya-
paralelamente, que se trataba también de nos era lo que hacia a éstos inexpugna-
un poder finalista, un poder que guía ha- bles —y de hecho, según parece, así su-
cia una meta y que sirve de intermediario cedía—, Apolodoro nos cuenta que fue la
hacia ésta. Pues bien, considero que la misma Atenea la que inspiró a Prilis, hijo
Ilíada presenta una serie de pasajes don- de Hermes, la sugestión de que se podía
de esto último sucede. Tomemos, por entrar a Troya por medio de un caballo de
ejemplo, los momentos previos a la parti- madera 23. Estratagema que además con-
da del ejército griego. En la primera reu- taría con la falsa historia que Sinón les
nión en Áulide, Agamenón se apresta a contaría a los troyanos, a fin de inducir a
realizar sacrificios a Zeus y a Apolo; una éstos a que ingresaran finalmente el caba-
vez finalizados, se produce un portento llo en la ciudad. Y Virgilio, confirmando
que es analizado por Calcante como una el favor de Atenea sobre los griegos,
señal de Zeus de que Troya iba a ser to- pone en boca de Sinón:
mada, aunque antes debían pasar nueve
años. El portento se refuerza con un re- «La esperanza de Grecia para el triun-
lámpago lanzado por Zeus a manera de fo/estribó siempre en el favor de Palas/Pero
aliento para las tropas aqueas 21. Lo que dos criminales, el Tridida/y Ulises, concerta-
me interesa subrayar de este pasaje es el dos para el robo/del sacro Paladion, matan al
hecho de que un Dios, Zeus en este caso, guardia/del alcázar, y, dueños de la efi-
gie/osan tocar las virginales ínfulas/con san-
claramente hace las veces de «pastor» guinarias manos. Desde entonces, /perdiéndo-
que guía a una «rebaño en movimiento», se como agua de menguante/la esperanza y
en esta ocasión, hacia Troya. Agamenón los bríos de los Griegos:/la diosa estaba aira-
hará las veces de pastor subalterno del re- da» 24.
baño, por quien se verá obligado a sacri-
ficar a su propia hija, Ifigenia 22. El adje- Y la diosa «estaba airada» porque
tivo poimen laôn podrá ser un apelativo una de las cualidades de los dioses grie-
ritual, como Foucault asevera, pero la gos era su carácter pasional. Lo que quie-
función del jefe de los aqueos y del dios ro decir con ello es que justamente es ese
del Olimpo me parece que trazan líneas carácter pasional el que Foucault parece
muy similares a las que encontramos al pasar por alto en su caracterización de los
caracterizar el poder pastoral. Por otra dioses griegos. Es el carácter pasional el
parte, se pone en cuestión la idea de que que nos hace descreer de un dios «intra-
los dioses griegos sean dioses «intramu- muros», de unos dioses no-finalistas en
sus acciones, de unos dioses que no guían dencia de su empresa y le garantizan que lle-
a sus rebaños en movimiento, llevados gará a buen puerto [...] la llegada de Eneas a
justamente por ese carácter pasional que Italia significa el cumplimiento de la voluntad
los hace inestables en cuanto a los desti- del Hado y forma parte del plan divino traza-
do para Roma y su historia» 27.
natarios de sus favoritismos, como vimos
en el ejemplo de Atenea. Tal vez la carac- Me parece que las consideraciones
terización que Foucault realiza de aque- de Carlos Fernández Corte ayudan a tra-
llos dioses griegos se ajuste más bien a lo zar un paralelo cuya primera parte ya he-
que antes dijimos: divinidades menores mos visto: Zeus, Agamenón y los aqueos,
que sólo era reconocidas en ciertas regio- por un lado, y ahora Júpiter-Apolo, Eneas
nes, como Pan en Arcadia, y no sin cierta y su pueblo, por el otro. El dios (Zeus/Jú-
resistencia, en este caso, por cierto 25; di- piter-Apolo) es el pastor, el rey (Agame-
vinidades que tenían un radio de influen- nón/Eneas) el pastor subalterno y el pue-
cia menor; divinidades, en definitiva, blo (los aqueos/los troyanos) el rebaño.
«regionales»; muy dispar, en efecto, a la Asimismo, vemos nuevamente que va-
suerte de los principales dioses del Olim- rios dioses, Júpiter y Apolo principal-
po. mente, acompañan a su «rebaño en movi-
En lo que respecta al mundo romano, miento», al tiempo que ejercen un poder
me gustaría examinar otra vez un texto finalista: velan por la llegada y conquista
que Foucault no menciona: la Eneida. de Roma por parte de los troyanos venci-
Escrita en el s. I a.C., la obra representa el dos por los griegos
monumental intento de Virgilio por darle
«... “Reacios Dardanios, la región prime-
a Roma un origen heroico y mitológico, ra/que vuestra raza vio brotar aguarda, /ubé-
mediante la combinación de mitología e rrima y feliz, vuestro retorno:/id a buscar a
historia. Inevitables han resultado siem- vuestra antigua madre. /Allí dilatará el solar
pre las comparaciones de los eruditos con de Eneas/su señorío por el orbe entero/él y en
la Ilíada y la Odisea. Particularmente, me pos de él, los hijos de sus hijos/y cuantos naz-
interesa mencionar algunas consideracio- can de su noble alcurnia»/Así habla Febo, y
nes que Carlos Fernández Corte realiza bulliciosa estalla/la alegría común. Inquieren
de Eneas en comparación con Ulises. Del todos/cuál será la ciudad que el dios anuncia/y
primero, sostiene: a que manda volver al pueblo errante...”» 28.
expresión. Pues eso es no ser capaz de distin- ca es la que dirige. En otras palabras, el
guir que una cosa es lo que es la causa de las Estado o la cuidad se organizan en reba-
cosas y otra aquello sin lo cual la causa no ños, pero se los dirige a la manera de un
podría nunca ser causa» 40.
tejedor, es decir, una función que, como
Tanto en Timeo 46c-d, como en File- el mismo Platón afirma, es más general,
bo 27a, la idea es similar: la «concausa» más abarcadora que la del pastor. Recor-
es algo diferente de la «causa», sin lo demos que Platón reconoce que la prime-
cual ésta no puede actuar. Cuando Platón ra caracterización del político como pas-
traslada estas nociones al ámbito político, tor del rebaño humano, a la que le asigna
lo hace del siguiente modo. Así como el la función de «crianza», es algo que les
arte de tejer tiene artes auxiliares —como compete a los otros pastores: agricultor,
por ejemplo, la que produce lanzaderas, o panadero, médico, etc. La segunda defi-
bien el cardador—, en el ámbito político nición, en tanto, intenta darle al político
sucede otro tanto. Las artes que en la pri- una idea más general de «crianza»: la de
mera parte competían con el pastor por la «cuidado» 43.
primacía en al ámbito político, ofician A todo esto, me interesó destacar el
ahora como ciencias auxiliares, como punto anterior en virtud de que se en-
«concausas» o, como Foucault sostiene,
cuentran grandes semejanzas entre la de-
funciones adyuvantes: «a todas aquellas
finición de tejedor y la de pastor que aho-
artes que fabrican algún instrumento, pe-
queño o grande, referido a la ciudad, se ra quisiera examinar. En pocas palabras,
las tendrá por concausas: sin ellas jamás Platón sostiene que sensatez y valentía
podrá existir ni ciudad ni política; sin son partes de la virtud 44. De allí que la
embargo, a ninguna de ellas las conside- tarea del político consistirá en tejer, com-
ramos jamás función del arte real» 41. Me binando trama y urdimbre, los caracteres
interesa subrayar este punto: si bien Fou- sensatos con los valientes 45. Para llevar
cault está en lo cierto al relegar la función adelante tal empresa, el político deberá
del pastor a una tarea coadyuvante o con- valerse del juego, la educación, la con-
causa, vemos que sin embargo la tarea certación de matrimonios; y en ciertos
real del político no podría llevarse a cabo casos deberá apelar a castigos o al mismo
sin ella. Platón parece ir aún más lejos: exilio, cuando no a la muerte, para con
aquellos de mala naturaleza 46. Ahora
«Quien haya considerado el conjunto de bien, comparemos esta tarea del político
las ciencias de las que hablamos debe reco- con la definición que da Platón del pastor
nocer que ninguna de ellas se ha revelado al comienzo del diálogo:
como política. Porque la ciencia que es ver-
daderamente real no debe actuar por sí mis- «él [el pastor] es criador de su rebaño, él quien
ma, sino gobernar a las que tienen la capaci- apacienta los bueyes, él su médico; él es, por
dad de actuar, ya que ella, en lo que toca a la así decirlo, quien concierta los matrimonios,
oportunidad o inoportunidad, conoce el pun- y para el nacimiento de las crías y el parto de
to de partida y la puesta en marcha de los más sus madres, es el único entendido en el arte
del alumbramiento. Además, sin duda alguna,
importantes asuntos de la ciudad, mientras en lo tocante a los juegos y la música —en la
que las demás deben hacer los que les ha sido medida en que las crías tienen por su natura-
impuesto» 42. leza parte en ellos—, no hay mejor que él
para confrontarlas y amansarlas con ensal-
Esto es, las ciencias auxiliares, las mos, ejecutando con instrumentos o sólo con
concausas, las funciones coadyuvantes, su boca, la mejor música que conviene a su
son las que actúan, en tanto que la políti- rebaño» 47.
NOTAS
1 Foucault, M., Seguridad, territorio, población. 25 Cfr. Graves, R., op. cit., I, pp. 122-5.
Curso en el Collège de France (1977-1978), trad. de 26 Cfr. Fernández Corte, C. (editor), Eneida de
Horacio Pons, México, FCE, 2006, p. 136. Virgilio, Barcelona, Altaza, 1994. Introducción, p. 54.
2 Foucault, op. cit., pp. 148-149. 27 Cfr. Fernández Corte, C. (editor), op. cit., p. 77.
3 Foucault, op. cit., p. 150. 28 Cfr. Eneida, III, 94-101.
4 Foucault, op. cit., p. 151.
29 Cfr. Lisi, F. (traductor), Critias de Platón. En
5 Foucault, op. cit., p. 152.
6 Foucault, op. cit., p. 154.
Diálogos VI, Madrid, Gredos, 2000, Introducción
7 Foucault, op. cit., p. 158.
pp. 262-264.
30 Critias 109c-d. La bastardilla es nuestra.
8 Foucault, op. cit., p. 162.
31 Cfr. Lisi, F., op. cit., p. 263.
9 Foucault, op. cit., p. 163.
32 Cfr. Lisi, F., op. cit., pp. 263-264.
10 Foucault, op. cit., p. 164.
11 Foucault, op. cit., pp. 164-5. 33 Cfr. Critias, 119c-d.
12 Foucault, op. cit., pp. 165-6. 34 Cfr. Lisi, F., op. cit., p. 259.
13 Foucault, op. cit., pp. 166-8. 35 Político 272b. La bastardilla es nuestra (sigo la
14 Foucault, op. cit., pp. 168-170. traducción de Santa Cruz. M. I., Madrid, Gredos,
15 Foucault, op. cit., pp. 170-1. 2000).
16 Foucault, op. cit., p. 173. 36 Foucault, op. cit., p. 167.
17 Foucault, op. cit., p. 174. 37 Santa Cruz, M. I. (traductora), Político de Pla-
18 Foucault, op. cit., p. 175.
tón, en Diálogos V, Madrid, Gredos, 2000.
19 Foucault, op. cit., p. 176. 38 Cfr. Hemos resumido y comentado Fedón,
20 Foucault, op. cit., p. 192.
97d-98c.
21 Ilíada, II, 303-53 (sigo la traducción de Crespo
39 Cfr. Fedón, 98c-d (sigo la traducción de García
Güemes, E., Madrid, Planeta, 2000). Gual, C., Madrid, Gredos, 1992).
22 Cfr. Eurípides, Ifigenia en Áulide.
40 Cfr. Fedón, 99a-b. La bastardilla es nuestra.
23 Cfr. Apolodoro, Epítome v. 14, en Graves, R.,
41 Cfr. Político 287c-d. La bastardilla es nuestra.
Los mitos griegos II, Buenos Aires, Alianza, 1993, 42 Cfr. Político 305c-d. La bastardilla es nuestra.
pp. 413-427.
43 Cfr. Político 276c-e.
24 Eneida, II, vv. 162-170, la bastardilla es nuestra.
44 Cfr. Político 306b.
La traducción que cito corresponde a la que Aurelio
45 Cfr. Político 311b-c.
Espinosa Pólit (Eneida. Edición de Fernández Corte,
C., Barcelona, Altaya, 1993) vertió en endecasílabos. 46 Cfr. Político 308e-311c
Sin embargo, la numeración de los versos que refiero 47 Cfr. Político 268a-b. La bastadilla es nuestra.