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La prosa en la Edad Media.

El origen de la prosa en lengua romance se produce después del


verso. Las muestras más tempranas datan de fines del s. XII (escasas)
y en los primeros años del XIII. La verdadera explosión del género se
produce en la segunda mitad del s. XIII (1252-1284), durante el
reinado de Alfonso X, “el Sabio”.
El paso del latín al romance es un proceso lento en el que poco a poco
el romance va ganando terreno al latín en la fijación por escrito de
diversos géneros. En primer lugar nos encontramos con la escritura
en romance de documentos históricos y jurídicos (al principio textos
breves) en la que la estructura narrativa es casi nula, sólo hay una
mera enumeración de hechos. Este proceso continúa y empiezan a
escribirse en romance textos religiosos, científicos y, poco a poco,
literarios.
Fue durante el reinado de Alfonso X, cuando el castellano se eleva al
rango de lengua oficial y de cultura. La lengua empieza a coger una
mayor madurez y cierto estilo literario. Durante el reinado de Sancho
IV, ese avance cultural que se había ocasionado durante el reinado de
su padre, se detiene en parte, no tiene continuidad, pero ya se había
creado un clima y por ello la prosa castellana sigue su desarrollo.

Traducciones de textos:
Hay que aludir en este período a la traducción de textos orientales,
especialmente árabes, que se lleva a cabo en diversos focos
castellanos y que traducen primero al latín y luego al castellano.
España, desde el s. X, se convierte en un eslabón fundamental entre
la cultura árabe y la cristiana.

El monasterio de Ripoll, en Gerona, fue uno de los primeros en


empezar a traducir (s. X). Pero sobretodo va a destacar la ciudad de
Toledo como un foco importantísimo en la traducción de textos
árabes. En Toledo se va creando lo que se ha llamado “la escuela de
traductores”, que fue un grupo de intelectuales que en esa ciudad se
dedicaban a la traducción. Esta escuela fue muy famosa en toda
Europa, de hecho muchos intelectuales europeos vinieron a España
para formar parte de esta escuela.

Toledo se reconquista en 1085 y se crea una situación muy peculiar


porque conviven en la ciudad una amplia población árabe, judía y
cristiana. Los cristianos se encontraron con importantes bibliotecas y
por ello allí se tradujeron textos de autores muy importantes para el
origen de la cultura occidental como, por ejemplo, Aristóteles, que
fueron conocidos a través de las traducciones árabes que pasaron al
latín y después al romance.

Está documentado que en las traducciones intervenían dos personas:

- Un árabe o un judío que traducía del árabe al romance.


- Un cristiano: que traducía del romance al latín.

Esto nos dice que en los siglos X, XI y XII se utilizaba el romance


como lengua intermedia entre dos lenguas de cultura.
Desgraciadamente no nos han quedado ninguno de esos textos
romances porque no se les daba ninguna importancia (hasta los
últimos años del s. XIII), era un simple borrador entre las dos lenguas.

Prosa anterior a Alfonso X, “el Sabio”:

Hay muy pocos textos anteriores a Alfonso X y los que hay son de
escaso o ningún interés literario. Se suele afirmar que el texto más
antiguo escrito en lengua romance son “Las crónicas navarras”, que
es una narración histórica con muy poco interés narrativo o literario,
de fines del s. XII.
Otro texto que se suele citar en los orígenes de la prosa medieval
castellana es el libro titulado “La fazienda de Ultramar”. Se ha
especulado sobre su datación y se cree que es del primer tercio del
XIII. Es un texto religioso, una traducción parcial del antiguo
testamento acompañada de descripciones geográficas.

En este contexto hay que citar también textos doctrinales y didácticos


que empiezan a aparecer en el s. XIII y en ocasiones en castellano,
como el género de los debates, manuales para confesores y las
llamadas colecciones de sentencias o catecismos político-doctrinales.
Estamos hablando de un tipo de textos que se empiezan a escribir en
lengua romance y que desde un punto de vista literario tienen poco
interés.

Dentro del género de debates (tipo de obras de carácter didáctico,


muchas veces religioso o moral, en las que hay una discusión entre
dos personajes, un contraste entre dos puntos de vista distintos), se
encuentra “Disputa entre un cristiano y un judío”. No tiene fecha pero
parece que es de la primera mitad del XIII. El manuscrito está
incompleto y es una discusión entre un cristiano y un judío y en el
que cada uno de ellos alaba las virtudes de su religión. El autor podría
ser un judío renegado. La obra no tiene un carácter teológico
profundo, sino que lo trata desde un punto de vista muy simple,
recurriendo a los tópicos medievales.

En este contexto también hay que citar la presencia de los manuales


de confesor y que debían de ser textos que se escribían para el uso
de los religiosos y en donde se daban recomendaciones de poco
interés literario. A este grupo pertenece el texto “Los diez
mandamientos”, fechado en el primer tercio del s. XIII.
También se escribían otro tipo de textos, las colecciones de
sentencias, que eran colecciones de frases morales o filosóficas que
en parte se escribían como apoyo para los sermones religiosos o para
ilustrar a los oradores. Eran dichos, frases célebres que encerraban
una carga moral o religiosa. Este tipo de sentencias parece que se
orientaban más para la formación del gobernante, príncipe o rey. Y de
hecho existen una serie de textos de fechas muy tempranas y
escritos en romance, pertenecientes al género espejo de príncipes.
Entre éstas podemos citar “El libro de los buenos proverbios”, “El
libro de los cien capítulos” y “El libro de los doce sabios”. Éste último
es el más peculiar, porque el resto son traducciones o versiones de
fuentes orientales y en este caso se cree que es una creación original
de un autor cristiano y que debió ser un consejero, confesor u hombre
de confianza de Fernando III.

Los exempla:

En este contexto de los inicios de la prosa medieval castellana


destacan las colecciones de exempla, que son colecciones de cuentos
que continúan una tradición de la cultura oriental, como el
“Sendebar”. Tienen mayor interés que los anteriores porque nos
encontramos con un mayor desarrollo narrativo. La mayor parte son
versiones orientales con una intención moral o didáctica. A este tema
se ha dedicado, entre otros, Mª Jesús Lacarra y lo trató en el libro
“Cuentística medieval en España: los orígenes”.

Estas novelas serán asimiladas por autores cultos como Don Juan
Manuel. Muchos de esos exempla se hicieron muy populares en la
tradición literaria medieval europea y fueron utilizados y reutilizados
por muchos autores.

Mª Jesús Lacarra ha estudiado las diferentes formas en que nos


encontramos los cuentos. Y describe tres técnicas distintas:

- Novela-marco: Tipo de relato en la que la historia principal se ve


interrumpida por la inserción de relatos contados por los personajes
de la narración inicial. Es frecuente encontrar un maestro y un
discípulo en el que el maestro intenta enseñar al discípulo con los
exempla. El “Sendebar” está dentro de esta técnica.

- Caja-china: Tipo de relato en el que un personaje de una historia


insertada en otra cuenta a su vez otra historia. Dentro de esta técnica
encontramos “Calila e Dimna”.

- El ensartado: Serie de relatos independientes unidos entre sí por un


personaje común. Ese protagonista se sitúa de formas diversas. El
narrador de los cuentos adopta diferentes puntos de vista en relación
al cuento que está cantando; en unos casos nos dice que lo ha visto,
que lo ha leído, que lo ha vivido o que se lo han contado.

De qué hablan los exempla:


Transmiten una moral práctica para ayudar en las relaciones
humanas. Por ejemplo se habla mucho de la amistad, la cual aparece
como uno de los bienes espirituales mayores que tiene el hombre. La
fidelidad de un amigo, los consejos para tomar precauciones bajo un
falso amigo, etc. Otro tema que aparece es el de la mujer, que
aparece con un tono misógino, muy negativo y se la retrata como un
ser dotado para engañar y pecar. El rey es otro de los temas más
utilizados. Aparece dotado de sabiduría, justicia y mesura. También
aparece la predestinación: a las personas les pasan las cosas por el
destino, el cual está predicho de antemano. De ahí que se hable de la
astrología.

En general, la enseñanza de estos cuentos es esencialmente práctica,


que aconseja el uso de la prudencia y la sabiduría. Esa moral se supo
acomodar a otras culturas y de ahí su gran difusión. El valor supremo
que se le da al conocimiento es muy interesante, consideran el
conocimiento como el mayor tesoro que puede tener el ser humano.

Las dos obras más conocidas de este género son “Calila e Dimna” y
“Sendebar”.

“Calila e Dimna”:
Es de origen judío, traducida al persa y de ahí al árabe. Después pasó
a otras muchas lenguas como al hebreo, latín o castellano.
La versión castellana de esta obra está datada en el año 1251. Es una
colección de cuentos que consta de 15 exempla, los cuales son
independientes pero unos sirven de marco a otros.
El título se debe a que uno de los cuentos que aparece en la colección
se llama así. Es el número tres y es el más largo de todos. Se trata de
una fábula protagonizada por dos lobos hermanos en el que uno de
ellos calumnia al consejero del rey león, que es un buey. Y a partir de
ahí empiezan los problemas.
La enseñanza que transmite esta obra es que trata de educar al
hombre para que sepa relacionarse. En algunos cuentos se pueden
encontrar enseñanzas para el príncipe y el buen rey.

“Sendebar”:

Es de origen indio, traducido al persa y al árabe y de ahí al resto de


lenguas. Existen problemas con su datación, se cree que la versión
castellana es del año 1253 y la traducción se hizo en la corte de
Alfonso X, “el Sabio”. No siempre se le ha dado el mismo título.
También se la ha llamado “Libro de los engaños y los asayamientos
de las mujeres”.
Está compuesto de 23 cuentos relacionados con la técnica novela-
marco. Hay un rey que tiene muchas mujeres y una de ellas calumnia
al hijo de éste, le acusa de haber intentado volarla y el rey le condena
a muerte. El hijo no puede defenderse porque un horóscopo le
anunció terribles sucesos si hablaba en siete días. Así siete sabios le
defienden y cada uno cuenta una historia. Cuando se termina el plazo
de los siete días el príncipe se defiende.

Papel del rey Alfonso X, “el Sabio”, en la prosa:

El rey tiene un papel muy destacado. Es una figura controvertida. La


mayor parte de las obras que se le atribuyen son “falsas”, en ellas
tiene un papel reducido o relativo, pero durante su reinado (1252-
1284) va a ser un gran promotor de la prosa, traduciendo fuentes
latinas al castellano.
Cumplió con dos papeles en su vida: como político y como erudito.
Fue un hombre descuidado de las cuestiones prácticas, se le suele
llamar el rey de las tres religiones ya que en su reinado convivían las
religión cristiana, judía y musulmana.
Hizo del castellano la lengua oficial frente al latín. Y durante su
reinado son frecuentes los textos en prosa romance. En un primer
momento van a ser documentos legales, después científicos y,
posteriormente, textos literarios.

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