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RECEPTORES Y EFECTORES
Los seres vivos tienen la propiedad de adaptarse minuto a minuto tanto a los cambios
ambientales como a sus propios cambios corporales, lo que en definitiva, determina su
posterior capacidad de sobrevivencia. Todo ser vivo al ser estimulado es capaz de generar
respuestas que le significan su adaptación al cambio. Los encargados de recibir dichos
estímulos son los receptores y los encargados de generar tales respuestas adaptativas son
los efectores.
Los receptores corresponden a células nerviosas modificadas, terminaciones nerviosas, o bien
células conectadas con estas últimas. Su función es transducir formas ambientales de
energía (lumínica, mecánica, térmica, etc) en impulsos nerviosos (energía electroquímica).
1. RECEPTORES
Excitabilidad.
a) Son cambios locales de permeabilidad de las membranas del receptor, análogas a los
potenciales postsinápticos excitatorios (PPSE) de la sinapsis entre neuronas.
b) No responden a la ley del todo o nada. Al aumentar la intensidad del estímulo aumenta
la intensidad del potencial generador hasta alcanzar un máximo (punto de saturación).
Por otra parte, la frecuencia de los potenciales de acción resultantes aumenta al
aumentar la intensidad del potencial generador.
Especificidad.
Adaptabilidad.
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2. LAS SENSACIONES
¿Es dulce el azúcar?, ¿Es roja la sangre?, ¿Es fría la nieve? Para responder estas preguntas
debemos hacernos cargo de la siguiente afirmación. Si bien son los estímulos los que al
actuar sobre los receptores desencadenan en ellos impulsos nerviosos que viajan al SNC, la
sensación que de allí resulta, es un fenómeno subjetivo que depende del funcionamiento de
nuestro propio SNC y que es independiente del estímulo en sí. Es decir, el azúcar no es dulce
ni la sangre es roja, sólo que la percibimos como dulce y roja, respectivamente, para cuando
dichos estímulos sean procesados por nuestra corteza sensitiva cerebral.
a) Sensación del tacto, presión, frío, calor y dolor. En la corteza somestésica del lóbulo
parietal.
d) Sensación del olfato: De elaboración difusa en varias áreas cerebrales subcorticales (en
el sistema límbico) cada una de ellas asociadas con diferentes aspectos del proceso de la
olfación. Es decir, la olfación no tiene representación alguna en la corteza cerebral.
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3. SENTIDO Y RECEPTOR
• Visión
Con un solo ojo nuestra capacidad para percibir la profundidad está muy disminuida, y
requerimos información adicional, tal como saber que los tamaños relativos de los objetos
disminuyen con la distancia, para poder desenvolvernos en esta condición. Los rayos de luz
llegan a ambos ojos y el sistema visual funde las imágenes dejando una sola.
El sentido de la visión es bastante distinto a los otros sentidos especiales, y se deberán
revisar algunos conceptos que se refieren a la energía específica que activa este sistema.
• La Luz
La principal estructura del ojo humano es el globo ocular, órgano aproximadamente esférico
alojado en una cavidad ósea, la órbita, y protegida por los párpados. En la parte superior y
externa de cada órbita se ubica una glándula lacrimal, la que secreta permanentemente
lágrimas que limpian y lubrican la superficie del globo ocular y que además contienen una
enzima bactericida, la lisozima. Generalmente las lágrimas se evaporan o son drenadas hacia
las fosas nasales por dos pequeños conductos lacrimales.
Para alcanzar el fondo del globo ocular, la luz debe atravesar una serie de estructuras cuyo
orden desde afuera hacia adentro es: córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo hasta
llegar a la retina.
Toda la información visual se recoge en la retina, la que constituye una porción del sistema
nervioso central desplazada hacia la periferia.
Histológicamente, en el globo ocular se pueden describir tres capas concéntricas que desde
el exterior al interior son: la esclerocórnea, la coroides y la retina (Figura 2).
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Figura 2. Esquema de un corte medio horizontal del ojo.
1) Esclerocórnea: está constituida por la esclerótica (parte blanca del globo ocular) y la
córnea (parte anterior), la cual es más convexa y transparente, que permite la entrada de
la luz y ayuda a concentrar los rayos luminosos que penetran al ojo. En su cara anterior, el
globo ocular está recubierto por una membrana delgada transparente, la conjuntiva
ocular, que también reviste la cara interna de los párpados. La conjuntiva no cubre la
pupila.
A partir de la coroides se forma el cuerpo ciliar, que se relaciona a su vez con otras cuatro
estructuras:
b) El iris, que es una especie de disco cuya pigmentación confiere el color de los ojos. El
iris deja al centro un orificio llamado pupila, a través del cual penetra la luz. Su diámetro
variable determina la cantidad de luz que ingresa a las cámaras mas internas del globo
ocular. En el reflejo pupilar intervienen los músculos radiales del iris (dilatación) y los
músculos circulares del iris (constricción).
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c) Los ligamentos suspensorios del cristalino, que sostienen el cristalino tensándolo
periféricamente, de acuerdo a la presión interna del globo ocular (el cristalino es de
naturaleza elástica, por lo que cede a la tracción "estirándose" y aplanándose).
3) Retina: es una membrana epitelial originada a partir del tubo neural (ectoderma), y
básicamente está constituida por tres capas celulares sucesivas que se disponen en sentido
horizontal de exterior a interior (células receptoras, células bipolares, células ganglionares)
como se muestra en la figura 3.
Figura 3. Esquema que muestra las capas de la retina. Solamente se han ilustrado los receptores
visuales y las neuronas de conducción directa.
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Las neuronas receptoras son fundamentalmente de dos tipos: bastones y conos.
• Los bastones son muy sensibles a la luz, son responsables de la visión más difusa y de la
visión en la oscuridad. También participan en la visión lateral ya que su ubicación es
preferentemente periférica en la retina. Contienen un pigmento llamado rodopsina, que
consta de una parte proteica (escotopsina) unida a un derivado de la vitamina A, el
retinaldehído o retinal.
• Los conos son menos sensibles a la luz que los bastones y son responsables de la visión
diurna, y de la percepción de los detalles y colores. Su ubicación es preferentemente
central en la retina, zona denominada fóvea. Su pigmento fotosensible se denomina
iodopsina y existe en tres variedades distintas, que originan a su vez tres tipos de conos
(que son sensibles a tres tipos distintos de luz: azul, roja y verde). La fina discriminación
de colores en el humano se debe a la disposición y gran sensibilidad de cada tipo de conos.
La porción de retinaldehído es la misma que aquella encontrada en los bastoncitos.
4) El Cristalino.
El cristalino varía su forma, expandiéndose o contrayéndose para ver una imagen correcta,
puede ser desfavorable cuando existen patologías que se oponen a la visión normal y que
serán consideradas posteriormente.
La capa de las células receptoras es un mosaico de cerca de 160 millones de unidades, por lo
cual la imagen del mundo exterior se construye por porciones. Al ser estimulada por la luz,
cada célula fotorreceptora produce una respuesta eléctrica proporcional a la intensidad de la
luz recibida. Este potencial es transmitido a las neuronas bipolares de la capa adyacente,
que a su vez lo hacen llegar a las neuronas ganglionares de la tercera capa. Los potenciales
pueden también desplazarse lateralmente por medio de interneuronas, de modo que cada
neurona ganglionar está conectada a un número importante de fotorreceptores. Las
conexiones son más abundantes en la región periférica del ojo (es decir, más alejadas de la
fóvea).
La salida del sistema se produce por los axones de las células ganglionares, que convergen
en el nervio óptico. La información es transportada por el nervio óptico hasta los cuerpos
cuadrigéminos anteriores (que intervienen principalmente en la orientación de los ojos, la
cabeza y el cuerpo de modo de mantener la imagen de un objeto detectado en el campo
visual periférico en la retina central) y los cuerpos geniculados laterales del tálamo
(estructura de enlace que transmite los mensajes visuales a las regiones de la corteza
cerebral ubicadas en los polos occipitales de los hemisferios cerebrales).
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3.1. MECANISMO DE ACOMODACIÓN OCULAR
En la visión lejana (objetos ubicados a más de seis metros de distancia del ojo) los rayos
luminosos que provienen de un punto en el espacio, son considerados paralelos al ingresar al
globo ocular y convergen formando un punto en la retina debido a la refracción convergente
que experimentan al pasar por la córnea y el cristalino (lentes convexos). En estas
circunstancias, los músculos ciliares permanecen totalmente relajados, determinando que el
cristalino tenga un máximo aplanamiento y con ello su menor poder de convergencia,
adecuado para hacer converger los rayos paralelos exactamente sobre la retina formándose
la imagen.
En la visión cercana (objetos a menos de seis metros) los rayos luminosos llegan al ojo en
forma divergente por lo que el cristalino debe aumentar su poder de convergencia (aumentar
su diámetro central) con el fin de proyectar la imagen sobre la retina y no detrás de ella.
El proceso de enfocar el ojo para la visión a diferentes distancias se denomina acomodación
ocular y se debe a cambios del diámetro central del cristalino. En el hombre y demás
mamíferos, esta acomodación depende de la elasticidad del cristalino y el mecanismo
correspondiente reside principalmente en el músculo ciliar. Los músculos ciliares son parte
del cuerpo ciliar, estructura en forma de anillo que lleva numerosas prolongaciones - los
procesos ciliares - donde se insertan los ligamentos suspensorios (zónula).
Si se mira un objeto distante, los músculos ciliares se relajan, permitiendo que la presión
intraocular desplace el cuerpo ciliar hacia atrás y provoque el estiramiento del ligamento
suspensorio. Como resultado, el cristalino se aplana y queda en condiciones apropiadas para
la “visión lejana” (Figura 4).
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3.2. VÍA VISUAL
Los dos nervios ópticos (derecho e izquierdo) se dirigen hacia el encéfalo, cruzando por
delante de la silla turca y formando el quiasma óptico. De allí, en forma de cintilla óptica se
dirigen al tálamo, desde donde cursan hacia la corteza cerebral occipital.
Las fibras visuales provenientes de la fóvea, no viajan junto al resto de las fibras visuales
incluidas en el fascículo geniculocalcaríno. Una lesión de este fascículo no afecta a las fibras
provenientes de la fóvea (Figura 5).
Retina nasal
o interna
Retina temporal
o externa
Figura 5. Vías Visuales. Las lesiones de las vías marcadas con líneas e identificadas con letras
causan los defectos del campo visual que se muestran en los diagramas de la derecha.
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La vía visual está cruzada de modo relativamente complicado. Cada ojo tiene un campo
visual que puede ser dividido en mitades en el plano vertical. Por la curvatura del globo
ocular, las hemirretinas temporales (es decir que quedan orientadas hacia los lóbulos
temporales) ven las porciones internas (campos visuales nasales), mientras las hemirretinas
nasales (que quedan hacia adentro) ven los campos visuales temporales (es más fácil
recordarlo como "dentro mira afuera", "afuera mira dentro"). Las fibras de la retina temporal
no se cruzan en el quiasma óptico, pero si lo hacen las fibras de la retina nasal. Esto trae
como consecuencia que distintas alteraciones en la vía visual conducirán a distintas
reducciones de los campos visuales. En la figura 6 está esquematizada la vía visual y la
consecuencia de la disección en distintos puntos de la vía.
A continuación se detallan brevemente las principales patologías del ojo humano (Figura 6).
Miopía: en el ojo miope, el globo ocular está alargado de modo que los rayos luminosos
paralelos convergen formando un punto por delante de la retina (sobre la línea de puntos,
que representa la posición de la retina en el ojo normal) y dan lugar, por lo tanto, a una
imagen borrosa sobre la retina. Este defecto se corrige colocando una lente cóncava
delante del ojo, que hace divergir los rayos de tal manera que el cristalino puede enfocarlos
sobre la retina.
Astigmatismo: En el ojo astigmático, los rayos luminosos que pasan por una parte del
ojo convergen sobre la retina, mientras que los que pasan por otra zona, no lo hacen,
debido a la curvatura desigual del cristalino o de la córnea. Una lente cilíndrica corrige
este defecto, pues desvía solamente los rayos que pasan por ciertas partes del ojo.
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Glaucoma: Aumento de la presión intraocular por exceso de humor acuoso.
Cataratas: Opacidad del cristalino lo suficientemente densa como para disminuir la visión.
Las cataratas son la principal causa de ceguera a nivel mundial. Cuatro de cada diez
personas mayores de 60 años tienen catarata. Son curables con un procedimiento sencillo y
seguro. Las cataratas son una consecuencia inevitable del envejecimiento y normalmente no
pueden ser prevenidas. Las causas menos comunes de catarata son traumas, medicinas u
otras enfermedades del ojo y herencia.
4. EFECTORES
Los efectores son tejidos u órganos que producen una respuesta adaptativa frente a los
cambios del ambiente externo o interno (las mas conocidas son contracción y secreción) en
respuesta a las señales nerviosas (potenciales de acción) o mensajeros químicos (hormonas).
El estudio de los efectores es motivo de una discusión más detallada en los capítulos
específicos (por ejemplo, el corazón es el efector del sistema cardiovascular, influido por el
sistema neurovegetativo; las glándulas endocrinas que vierten sus secreciones por el influjo
nervioso o por la acción de otra hormona, etc.). En esta sección sólo consideraremos el tejido
muscular desde un punto de vista muy general, ya que hay tres tipos de músculos (estriado
esquelético, efector del sistema motor; estriado cardíaco, efector del sistema cardiovascular y
músculo liso, en general efector del sistema neurovegetativo).
• asociado a glándulas
Liso : • en visceras
vísceras
• en vasos sanguíneos
Inervación autónoma
(involuntaria)
Músculo
Cardiaco
Cardíaco
Estriado
Inervación somatomotora
Esquelético (voluntaria)
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Figura Nº 8. Estructura del músculo estríado
• Músculo Esquelético
a) Estructura
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Los límites del sarcómero se denominan líneas Z y distan 25.000 Å una de otra. Viene
luego de una línea Z, una banda I de 4.500 Å de largo y en la porción central una banda
A de 16.000 Å otra banda I y luego la línea Z. Hacia la mitad de la banda A aparece un
espacio menos denso, la zona H (Figura Nº 2).
En la banda I hay un sistema de filamentos que corren en paralelo, constituidos por las proteínas
actina, tropomiosina y troponinas (que son tres: tipos I, T y C). Estos son llamados filamentos
delgados (Figura 9).
En la banda A hay filamentos delgados que cursan entre los filamentos gruesos. Los filamentos
gruesos están constituidos por una proteína llamada miosina. Esta molécula posee dos gruesas
proyecciones cortas ("cabezas" de miosina) que emergen a intervalos de los filamentos gruesos.
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La zona H sólo presenta filamentos gruesos y no filamentos delgados (Figura 10 )
Las moléculas de actina del filamento delgado son globulares, y están unidas formando una
especie de collar de perlas doble. La zona que queda hacia el interior del doble collar se llama
hendidura. La actina puede unirse a las cabezas de miosina, y esta unión no tiene lugar en reposo
porque los sitios de unión en la actina están "tapados" por la tropomiosina, que tiene una
estructura fibrilar (figura 11A). Cada molécula de tropomiosina puede tapar los sitios de unión de
siete moléculas de actina. Cada siete monómeros de actina está dispuesto el trímero (tres
unidades) de troponina. La subunidad T está unida a la tropomiosina, la subunidad I a la actina, y
la subunidad C a ambas. En esta condición se dice que el filamento delgado está "off" (Figura
11B). A B
Figura 11. Activación del filamento de actina para recibir las cabezas de la miosina, por la presencia de calcio.
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En condiciones de reposo la concentración del ion calcio en el citoplasma de la
célula muscular (sarcoplasma) es muy baja. Sin embargo, en el interior del
retículo sarcoplásmico (retículo endoplásmico muscular) el calcio se encuentra
almacenado en alta concentración.
Para iniciar la contracción muscular, los canales de calcio presentes en la membrana del
retículo sarcoplásmico se abren, permitiendo que este calcio pase al sarcoplasma y se una a
la subunidad C de la troponina (Figura Nº 5 B). La unión provoca un cambio de conformación
de la troponina C, que saca a la tropomiosina llevándola hacia la hendidura y descubriendo los
sitios de unión entre la actina y la miosina (filamento delgado "on". La cabeza de la miosina
que se había asociado e hidrolizado a una molécula de ATP, aún mantenía los productos ADP
y Pi unidos, al asociarse a la actina libera estos productos, lo que genera un "tirón" de la
miosina sobre la actina. Los filamentos delgados son llevados hacia el centro del sarcómero,
por lo cual el sarcómero se acorta y se genera tensión activa. Si no siguen otros potenciales
de acción, el calcio es bombeado de vuelta hacia sus reservorios, la troponina C recupera su
conformación de reposo, la tropomiosina vuelve a cubrir el sitio de unión de actina con
miosina. Esta última se "recarga" con ATP y el músculo se relaja (Figura 12).
La energía es suministrada por la hidrólisis del ATP. El proceso de hidrólisis del ATP por la
ATPasa de la miosina es acelerada por la unión de la cabeza de la miosina a la actina.
1. La cabeza de la miosina sola, puede hidrolizar al ATP a ADP + Pi, pero no puede liberar los
productos de esta hidrólisis. Así, la hidrólisis del ATP por la cabeza de la miosina es
estequeométrica más que catalítica.
2. La cabeza de la miosina, que contiene ADP y Pi, puede girar libremente describiendo
ángulos para localizar a la actina y unirse a ella, formando un ángulo de 90º con el eje de la
fibra.
3. Esta interacción promueve la liberación del ADP y Pi del complejo entre actina y miosina.
Debido a que la conformación de menor energía para el enlace actino-miosina es de 45º, la
miosina cambia su ángulo desde 90º hasta cerca de 45º tirando a la actina hacia el centro
del sarcómero.
4. Una nueva molécula de ATP se une al complejo entre miosina y actina. El complejo miosina-
ATP tiene escasa afinidad por la actina y así, la cabeza de la miosina-ATP es liberada
de la actina.
5. La relajación es la última etapa, un proceso que depende claramente de la unión del ATP al
complejo actina-miosina. El ATP es hidrolizado nuevamente por la cabeza de la miosina,
pero sin liberación de ADP + Pi, para continuar el ciclo.
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De forma clara el ATP separa la cabeza de miosina del filamento delgado y le da la
energía a la contracción.
Figura 13. Deslizamiento de la actina sobre la miosina durante la contracción, de modo que las lineas Z se
acercan más entre sí.
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Recordemos que la concentración sarcoplásmica de ion calcio es muy baja en reposo (del orden
de 10-8 M). Cuando cada potencial de acción invade el terminal axonal, provoca la liberación de
cerca de 300 vesículas ricas en acetilcolina del terminal. Cada vesícula contiene cerca de 10.000
moléculas de este neurotransmisor.
La acetilcolina liberada difunde por el espacio sináptico. Cerca de un tercio de ella es hidrolizada
por la acetilcolinesterasa neural antes de alcanzar los receptores musculares. Cada pareja de
moléculas de acetilcolina que alcanza un receptor provoca la entrada de cerca de 50.000 iones
sodio, por lo que el terminal se despolariza. Los potenciales de acción musculares se propagan
por el sarcolema y penetran al interior del músculo por el sistema tubular transversal, llamado
sistema T y provocan, por un mecanismo aún no del todo claro, la liberación del calcio contenido
en las cisternas terminales (Figura 14).
En el corazón el proceso es muy parecido, excepto que el potencial no se genera por la activación
de las motoneuronas, sino por la acción de las células marcapaso. Otra característica muy
importante del músculo cardíaco es que posee un período refractario muy largo y por esta razón
no se tetaniza (es decir, no entra en contracción mantenida, lo que impediría la circulación de la
sangre). En el músculo estríado, los filamentos delgados están insertos en la línea Z, mientras en
el músculo liso están en los llamados cuerpos densos, que se encuentran en general adosados a la
membrana celular. No existe aquí la fina estructuración del sarcómero, donde cada filamento
grueso está rodeado por seis filamentos delgados en una configuración hexagonal. De este modo,
la contracción del músculo liso es en todas las direcciones del espacio y no en forma lineal como
ocurre en el músculo estríado. Por otra parte, no están presentes en el músculo liso las proteínas
reguladoras (troponinas, tropomiosina) y es más abundante la actina que la miosina, lo que
asemeja mucho la contracción del músculo liso a los movimientos citoesqueléticos, también
dependientes de actina.Un resumen de los eventos más relevantes de la contracción muscular se
aprecia en el esquema siguiente (Figura 15).
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Los impulsos nerviosos
llegan al terminalaxonal
Se libera ACh
Se despolariza el sarcolema
Se despolariza el sistema T
El retículo sarcoplásmico
libera calcio
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PREGUNTAS
A) A
B) B6
C) C
D) D
E) E
I) se ubican en la fóvea
II) participan de la visión lateral.
III) poseen un alto umbral de excitación
A) Sólo I
B) Sólo II
C) Sólo III
D) Sólo I y II
E) I, II y III
A) actina.
B) miosina.
C) troponina.
D) tropomiosina.
E) complejo actina-miosina.
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6. La presbicia es una patología provocada por
A) Sólo I
B) Sólo II
C) Sólo III
D) Sólo II y III
E) I, II y III
A) Sólo I
B) Sólo II
C) Sólo III
D) Sólo I y II
E) Sólo II y III
10. El diagrama representa un sarcómero de una fibra muscular. Al respecto, ¿cuál(es) de las
partes señaladas con números romanos se acorta(n) durante la contracción muscular?
A) Sólo I
B) Sólo II
C) Sólo I y II
D) Sólo I y III
E) I, II y III
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