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Alejandro Korn

Filosofía Occidental
Filosofía del siglo XX

Korn ca. 1920


Nombre Alejandro Korn
Nacimiento 3 de mayo de 1860
San Vicente, Buenos Aires, Argentina
Fallecimiento 9 de octubre de 1936 (76 años)
La Plata, Argentina
Escuela/Tradición Antipositivismo
Reforma Universitaria
Intereses
Axiología, libertad, historia de la filosofía argentina
principales
Ideas notables libertad creadora, filosofía latinoamericana, el valor
como respuesta ideal al disvalor real
Influencias Kant, Hegel

Alejandro Korn (n. en San Vicente, Buenos Aires, el 3 de mayo de 1860; m. en La


Plata, el 9 de octubre de 1936) fue un médico, psiquiatra, filósofo, reformista y político
argentino. Dirigió durante dieciocho años la colonia psiquiátrica ubicada en Melchor
Romero (provincia de Buenos Aires) que lleva su nombre. Fue el primer funcionario
universitario en América Latina en ser elegido con el voto estudiantil. Está considerado
como el iniciador del pensamiento filosófico en la Argentina.[1] [2] Ha sido considerado
como uno de "los cinco sabios" de la ciudad de La Plata, junto a Florentino Ameghino,
Juan Vucetich, Almafuerte y Carlos Spegazzini.

Tabla de contenidos
• 1 Biografía
o 1.1 Infancia, juventud y familia
o 1.2 El médico
o 1.3 El masón
o 1.4 El político
o 1.5 El universitario y reformista
o 1.6 Deportista y dirigente deportivo
o 1.7 El filósofo
o 1.8 Los cinco sabios del faro cultural
• 2 Obra
o 2.1 La libertad creadora (1920)
o 2.2 Axiología (1930)
• 3 Memoria
• 4 Publicaciones
• 5 Dominio público
• 6 Referencias
• 7 Bibliografía
• 8 Textos de Alejandro Korn

• 9 Enlaces externos

Biografía
Infancia, juventud y familia

El joven Korn, cerca de 1890.

Alejandro Korn era hijo de Carlos Adolfo Korn, un médico y militar alemán prusiano,
de ideas liberales que se negó a participar en la represión de una huelga de trabajadores
textiles durante las revoluciones sociales de 1848. Condenado a muerte, huyó a caballo
a Suiza, donde estudió medicina, conoció a su futura esposa, María Verena Meyer, y
tomó la decisión de migrar a la Argentina, donde se casó una vez instalado. Se radicó en
San Vicente (Buenos Aires), donde se desempeñó como médico y juez de paz. Fue
promotor de la construcción del primer molino harinero y de la extensión de las vías del
ferrocarril hasta la ciudad. Se destacó por su trabajo solidario en la lucha contra las
epidemias de cólera, motivo por el cual fue condecorado por el presidente Domingo F.
Sarmiento.[3] A su muerte en 1905 la comunidad de San Vicente le rindió homenaje.[4]

Alejandro Korn fue el primero de ocho hermanos. Su único hermano varón, Mauricio,
sería, como él, un médico destacado. En sus años juveniles se destacó por sus
inquietudes culturales y deportivas. En 1877 se estableció en Buenos Aires para realizar
primero sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires y luego los
universitarios, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Una vez recibido conoció y se casó con María Villafañe, radicándose primero en el
interior de la provincia y finalmente en La Plata. Tuvieron siete hijos, de los cuales solo
cuatro sobrevivieron la niñez. Uno de ellos, Alejandro Korn Villafañe, se destacaría en
la Reforma Universitaria así como en el pensamiento católico y como pedagogo con la
creación de la novedosa Escuela de La Plata. Su otro hijo varón, Guillermo Korn fue un
dirigente estudiantil reformista de izquierda, periodista, dirigente del Partido Socialista
y diputado nacional por el mismo, dramaturgo y fundador del Teatro del Pueblo en La
Plata.[5]

El médico

Busto de Alejandro Korn en el Monumento a los Cinco Sabios, de Máximo Maldonado.

Se graduó de médico en 1882, con una tesis sobre Locura y crimen. Ejerció su profesión
en las pequeñas localidades de Navarro y Ranchos, donde se radicó.

En 1888 fue designado médico de policía. En 1897 fue designado director del entonces
Hospital Provincial de Melchor Romero, una verdadera colonia-hospital de 80 hectáreas
(que él ampliaría a 180 ha), diseñado por su compañero de logia y genial diseñador de
La Plata, Pedro Benoit y ubicado a 10 kilómetros de la ciudad de La Plata.[5] [6]
Inaugurado como hospital general en 1884, se especializó luego en el tratamiento de
enfermedades mentales. Se trata del primer hospital en su género de Argentina y
probablemente de América Latina. Korn realizó un elogiado trabajo como director del
Melchor Romero hasta 1916, año en que renunciaría para dedicarse exclusivamente a la
filosofía.[7] A partir de 1900 también se desempeñaría allí su hermano Mauricio Korn.

En 1910 fundó la Sociedad Médica de La Plata, desempeñándose luego como su


presidente.[8]

El masón

Alejandro Korn ingresó a la masonería argentina el 15 de junio de 1881, con 21 años, en


la logia Germania Nº 19, la misma en la que participaba su padre, un antiguo e
influyente masón a su vez, que había ingresado a la masonería en su Alemania natal, y
que se radicó en Argentina, con apoyo de sus hermanos masones de ese país.[3]
A los 23 años Alejandro fue nombrado Venerable Maestro de su logia. Posteriormente
Korn integró la logia La Plata Nº 80, a la que también pertenecían influyentes platenses
como Carlos Spegazzini y Pedro Benoit.[3]

El político

Dr. Alejandro Korn.

Integró la Unión Cívica Radical desde su fundación en 1891 y en la Revolución de 1893


fue designado por la Junta Revolucionaria como Intendente de La Plata, cargo en el que
permaneció pocos días hasta la derrota de la misma. En 1894 fue elegido diputado
provincial por la UCR, renunciando a su banca en 1897 fue como señal de
disconformidad al revelarse una serie de actos de corrupción en el Banco Hipotecario en
el que estaban involucrados varios radicales de su conocimiento.[3]

En 1917 fue elegido concejal de La Plata por la UCR y postulado como candidato a
diputado nacional en 1918. Pero ese mismo año se desafilió de la UCR y adhirió a las
ideas socialistas, escribiendo Socialismo ético e Incipit Vita Nova:

La nueva filosofía ha de libertarnos de la pesadilla del automatismo mecánico y ha de


devolvernos la dignidad de nuestra personalidad libre consciente, libre y dueña de su
destino... Si queremos un mundo mejor, lo crearemos... El mismo socialismo ya, más
que el socorrido teorema de Marx, invoca la solidaridad, es decir, un sentimiento ético.
[9]

En 1931 se afilió al Partido Socialista (Argentina). En 1934 dio una serie de elogiadas
conferencias en la Casa del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires sobre "Jean Jaurés",
"Hegel y Marx" y el "Antimarx", que fueron publicadas en la Revista Socialista de
febrero de 1935.

En 1934, fue elegido convencional constituyente para reformar Constitución de la


Provincia de Buenos Aires, pero renunció a su cargo en protesta al fraude realizado por
el gobierno en esos comicios, junto con Alfredo Palacios y Guillermo Korn, su hijo.

El universitario y reformista
Presidencia de la Universidad Nacional de La Plata. Alejandro Korn se destacó por su
magisterio y la gestión reformista de las universidades de La Plata y Buenos Aires.

La acción universitaria de Alejandro Korn estuvo relacionada con su actuación docente


y como alto funcionario en las universidades de La Plata y Buenos Aires, así como con
su vinculación con el movimiento estudiantil reformista, en el que sus dos hijos fueron
destacados dirigentes, aunque en agrupaciones distintas.

En 1903 ingresó como consejero y vicerrector de la Universidad de La Plata, cuando


ésta era aún provincial y Dardo Rocha era el rector. A partir de entonces fue el profesor
titular de la Cátedra de Historia de la Filosofía. A su iniciativa se debió la creación de la
Escuela de Obstetricia. En 1919, en plena agitación, el movimiento estudiantil lo llevó a
hacerse cargo de la Universidad junto a Carlos Spegazzini y Edelmiro Calvo.[10]

En 1906 ingresó como docente a la Universidad de Buenos Aires (UBA),


desempeñándose como profesor interino de la cátedra de Historia de la Filosofía en la
facultad de Filosofía y Letras. En 1912 fue elegido consejero de la facultad,
desempeñándose en la función hasta 1918. Ese año, en el marco del movimiento de
Reforma Universitaria comenzado en Córdoba, fue elegido por los estudiantes como
primer decano reformista de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, hasta
1921.[8]

En 1918, Korn fue uno de los "maestros" (junto a José Ingenieros, Alfredo Palacios,
José Vasconcelos) tomados como referentes por las organizaciones estudiantiles que
impulsaron la Reforma Universitaria en toda América Latina. A diferencia de lo que
sucedió en Córdoba, en donde el movimiento reformista fue básicamente
antiescolástico, en La Plata, donde el clericalismo casi no existía, el reformismo se
desarrolló como una reacción contra el positivismo. Esta reacción antipositivista fue
liderada por Alejandro Korn.[11] Entre 1919 y 1922 publicó varios artículos sobre el
impacto de la Reforma Universitaria en la renovación cultural de América Latina.[3]

Su obra más destacada, La libertad creadora fue originalmente escrita a pedido del
Centro de Estudiantes de Derecho de Buenos Aires, para ser publicada en su revista
Verbum, con el fin de dar fundamento a la actividad transformadora en que se hallaba
embarcada la juventud reformista, bajo los conceptos que inspiraban su visión de un
socialismo ético.[5] El ex presidente de Guatemala Juan José Arévalo, alumno suyo en la
Universidad de La Plata, lo definió como "el maestro por antonomasía".[5]

La diputada Silvia Augsburger ha sostenido que Korn fue el ideólogo principal de la


Reforma Universitaria en la introducción de nuevos planes de estudios y métodos de
enseñanza modernos, que lo llevaron a agitados debates públicos.[10] Adelantándose a
conceptos pedagógicos que serían universalmente aceptados a partir de la segunda
mitad del siglo XX, Korn puso el acento en la necesidad de hacer del estudiante, tomado
como sujeto activo y creador, el centro de todo el proceso pedagógico. En La Reforma
Universitaria (1919) sostuvo en ese sentido:

La Reforma es un proceso dinámico, su propósito es crear un nuevo espíritu


universitario, devolver a la Universidad, consciente de su misión y de su dignidad, el
prestigio perdido. Al efecto, es imprescindible la intervención de los estudiantes en el
gobierno de la Universidad. Ellos y solamente ellos representan el ímpetu propulsor, la
acción eficiente, capaz de conmover la inercia y de evitar el estancamiento. Sin ellos
nada se ha hecho ni nada se habría hecho. La forma en que han de intervenir, es
cuestión secundaria; lo importante es que constituyan un poder del cual en adelante no
se pueda prescindir... Hemos anunciado el advenimiento de una intensa cultura ética y
estética, genuinamente argentina, ennoblecida por el anhelo de la justicia social y
destinada a superar, sin desmedro para la ciencia, la época intelectualista y utilitaria.
Complace ver a la juventud, aunque sea por distintos rumbos, buscar la luz de nuevos
ideales. Una cátedra libre rodeada por estudiantes libres, dueños y responsables de sus
actos, ha de contribuir mejor a formar el carácter nacional que la tutela verbosa de
quienes jamás dieron un ejemplo de entereza.

Deportista y dirigente deportivo

Korn practicó activamente y difundió el deporte en Argentina, cuando el mismo aún no


se había convertido en una actividad de adhesión masiva. Se destacó especialmente en
esgrima.

En 1891, en el marco de la crisis económica, política y social que tuvo su epicentro en


1890, fue elegido presidente del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata,
desempeñándose hasta 1894. Su principal obra, junto a otros dirigentes, fue obtener la
habilitación de la manzana ubicada en las calles 1 y 47 para construir el primer campo
de deportes del club.[3]

El filósofo
Alejandro Korn en su casa de La Plata, en la avenida 60, en la década del 30.

Alejandro Korn ha sido considerado junto a José Ingenieros como el fundador del
pensamiento estrictamente filosófico en la Argentina, y parte del grupo fundacional de
la filosofía latinoamericana, junto a Enrique José Varona en Cuba, José Vasconcelos y
Antonio Caso en México, Alejandro Deustúa en Perú, Carlos Vaz Ferreira en Uruguay,
Raimundo Farías Brito en Brasil y Enrique Molina en Chile.[12]

El pensamiento de Alejandro Korn impulsó una profunda renovación de la filosofía


latinoamericana en el marco del movimiento democratizador continental de la Reforma
Universitaria y en momentos en que en la Argentina se producían fuertes
confrontaciones para superar la denominada "república oligárquica" basada en el fraude
electoral y el voto cantado, e instalar un sistema democrático que tuviera como eje el
respeto a la voluntad popular. Su público lector estuvo integrado mayoritariamente por
jóvenes estudiantes reformistas y activistas políticos y sociales de centro izquierda.[13]
Sus reflexiones se orientaron principalmente al estudio de los valores y de la libertad,
destacándose entre sus obras La libertad creadora (1922) y Axiología (1930).

La base de la filosofía de Korn es el ataque frontal al positivismo y al realismo ingenuo,


es decir los presupuestos y conclusiones generalmente espontáneos que se dan por
evidentes en cada época y que están arraigados en todos los sistemas filosóficos,
muchas veces como elementos sobreentendidos del análisis racional.

Korn concibe la filosofía como un pensar íntimamente relacionado con el momento y la


cultura concreta en la que se vive, una reflexión derivada de una praxis ligada a los
problemas y a la voluntad de los individuos y las comunidades democráticas concretas.
[14]

Los cinco sabios del faro cultural

Monumento a los Cinco Sabios, del escultor Máximo Maldonado, ubicado frente al
Museo de La Plata. En el centro, el busto de Alejandro Korn.

La ciudad de La Plata fue concebida desde su origen en 1882 como un centro de


excelencia cultural abierto al mundo y especialmente a América Latina. Desde su
notable diseño urbanístico hasta su universidad y el famoso museo de Ciencias
Naturales que depende de ella, pasando por sus teatros históricos y su extensa
comunidad de estudiantes, profesores e investigadores procedentes de las más diversas
regiones y países, La Plata se configuró como un polo educativo y científico,
denominado muchas veces como uno de los «faros culturales de América».[15]
Korn integró el nucleo duro de ese faro cultural, junto a otros cuatro platenses
conocidos como «los cinco sabios»: el poeta Almafuerte, el paleontólogo y antropólogo
Florentino Ameghino, el filósofo Alejandro Korn, el biólogo Carlos Luis Spegazzini y
el criminólogo Juan Vucetich.

Los cinco sabios, tuvieron casi la misma edad: los más "viejos", Ameghino y
Almafuerte, eran del '54; el más joven, precisamente Korn, era del '60. Korn fue
también el último de los cinco en morir, en 1936; el primero fue Ameghino en 1911.

Obra
La libertad creadora (1920)

Alejandro Korn en su residencia dentro de la Colonia Neurosiquiátrica de Melchor


Romero.

La libertad creadora es un trabajo publicado por primera vez en 1920, por la revista
Verbum del Centro de Estudiantes de Derecho de la UBA, en pleno proceso de la
Reforma Universitaria iniciada en 1918 en Córdoba y extendida luego a toda América
Latina, para generalizar el tipo específico de universidad latinoamericana fundada en la
autonomía con participación estudiantil en su gobierno y libertad de cátedra. Korn
desempeñó un papel decisivo en la Reforma Universitaria, como protagonista (fue el
primer decano elegido por los estudiantes) y como ideólogo del movimiento. En ese
sentido La libertad creadora es una profunda reflexión filosófica sobre la libertad con el
fin de promover el máximo protagonismo del hombre y la mujer comunes, del «sujeto
libre», en términos de Korn, en la transformación voluntaria del mundo.

Dice Eugenio Pucciarelli en el prólogo al libro que para Korn "la libertad se
experimenta como liberación, como emancipación de la servidumbre, como superación
del obstáculo, como triunfo sobre la resistencia". Y el propio Korn sostiene que "se
desplomaría... nuestra libertad si no se apoyara en la resistencia que se le opone".[16]

Pensar a partir de la dinámica de las antinomias es una característica del pensamiento de


Alejandro Korn. Con el mismo método de aproximación Korn sostiene que la justicia
no existe como tal, que lo que existe es la injusticia y la constante lucha contra ella por
alcanzar el ideal de justicia.

Para comprender la dinámica de la libertad Alejandro Korn parte de la comprensión del


yo y del sujeto como entidades activas, dotadas de iniciativa propia:
El sujeto no se mantiene frente al mundo en actitud contemplativa; no es en manera
alguna un espectador desinteresado. La conciencia es el teatro de los conflictos y
armonías entre el sujeto que siente, juzga y quiere y el objeto que se amolda o resiste.[17]

Korn le da prioridad al concepto de "actualidad" sobre el concepto de "realidad". La


realidad, definida a partir de la idea de "cosa", tiende a configurar un campo estático y
pasivo, en tanto que la actualidad, definida a partir de la idea de "acto" lleva a
conformar procesos dinámicos, en constante cambio e influidos por las decisiones
humanas. Sobre esta base Korn esboza una crítica al lenguaje cuando dice:

Un tratado de filosofía, para ser lógico, debiera escribirse con verbos sin emplear un
solo sustantivo.[18] No empleamos un verbo sin referirlo a un sustantivo o a un
pronombre que haga sus veces. Esta modalidad del idioma, sugerida por la estabilidad
relativa de las cosas, deriva del realismo ingenuo y nos induce al error.[19]

Korn se aproxima a la noción de libertad creadora a través de la antinomia entre el


mundo objetivo y el mundo subjetivo. El mundo objetivo, dice, obedece a normas
necesarias, a leyes, mientras que el mundo subjetivo carece de leyes, es libre.

En la tercera antinomia de Kant se enuncia, en términos escuetos, el problema filosófico


por excelencia: la afirmación conjunta de la necesidad y de la libertad.[20]

De este conflicto entre la libertad y la necesidad emerge un proceso permanente de


desarrollo de la ciencia y la técnica para obtener poder sobre el mundo objetivo, y de
autodominio ético del mundo subjetivo, para someter la necesidad a la libertad y
alcanzar así el pleno desarrollo de las propia libertad, vinculando dinámicamente poder
y querer (deseo).

La libertad así comprendida, como acción, transformación y toma de posición ética por
parte del sujeto autónomo, es denominada por Alejandro Korn libertad creadora.

Axiología (1930)

Axiología es una de las obras principales escritas por Alejandro Korn, complemento de
La libertad creadora. Publicada en 1930, año que en la Argentina se inició el ciclo de
golpes de estado que derrocarían a los gobiernos electos hasta 1983, la obra se
concentra sobre una de las preocupaciones centrales de Korn, la voluntad humana y las
formas en que ésta se manifiesta.

Llamaremos valoración a la reacción de la voluntad humana ante un hecho. Lo quiero o


no lo quiero, dice.[21]

Para Korn, el hombre es, ante todo, un «sujeto valorante» y por lo tanto «la filosofía es
teoría de los valores o sea axiología».[22]

El eje de Axiología es un análisis sistemático de los valores humanos, tal como se


presentan en la vida real, que Korn sintetiza en un cuadro:
CUADRO DE LOS VALORES[23]

Ejemplo de
Conceptos Finalidades Valores
Valoraciones sistematización
fundamentales ideales históricos
filosófica

I.
Util-nocivo Bienestar Técnica Utilitarismo
Económicas

Agradable-
II. Instintivas Dicha Placer Hedonismo
desagradable

III. Eróticas Amable-odioso Amor Familia Misticismo

IV. Vitales Selecto-vulgar Poder Disciplina Pragmatismo

Sistemas
V. Sociales Lícito-vedado Justicia Derecho
sociológicos

VI.
Santo-profano Santidad Culto Escolástica
Religiosas

VII. Éticas Bueno-malo Bien Moral Estoicismo

VIII. Lógicas Cierto-falso Verdad Saber Racionalismo

IX. Estéticas Bello-feo Belleza Arte Intuicionismo

Korn encuentra nueve áreas de valoración humanas, definidas según el tipo


circunstancias que producen las reacciones de las personas: económicas, instintivas,
eróticas, vitales, sociales, religiosas, éticas, lógicas y estéticas.

Cada una de estas nueve áreas de valoración está caracterizada por tener una secuencia
valorativa específica: una dualidad valorativa central, una finalidad, una realización
histórica concreta y sistemas filosóficos que justifican o promueven el valor positivo.

Por ejemplo, el área económica: allí la dualidad valorativa central es "útil" o "nocivo";
la finalidad ideal (que nunca puede alcanzarse) es el "bienestar" y su concreción
histórica (siempre perfectible) es la "técnica" (en el presente debiera agregarse la
"tecnología"); como sistema filosófico que promovió el valor de la utilidad, Korn
menciona al utilitarismo.

Luego del análisis detallado de cada una de las áreas de valoración, Korn concluye que
todos los intentos de establecer un sistema jerárquico de valores a partir de la
preeminencia de unos sobre otros, han fracasado. Lo mismo ha sucedido con los
esfuerzos de hallar valores universales y permanentes. En gran medida Korn anticipa
aquí puntos de vista característicos de las nuevas subjetividades aparecidas en la
segunda mitad del siglo XX.[24] Para el filósofo platense:

La valoración eficaz reside en nuestro fuero interno y más allá de la voluntad consciente
no hay juez alguno... La valoración representa en última instancia la decisión de la
personalidad autónoma.[25]

Korn descarta la posibilidad de encontrar un valor supremo pero sí encuentra una


racionalidad común a todos ellos: «la negación de la actualidad en cuanto nos
constriñe».[26] Korn encuentra una dinámica entre una realidad presente que se presenta
como un límite para el hombre y es por lo tanto valorada negativamente («el mundo es
malo»),[27] y su contracara, la actitud humana destinada a "liberarse" de esa restricción
en el futuro, mediante un "ideal" valorado positivamente.

Si definimos el proceso cultural como un esfuerzo destinado a realizar fines ideales,


sería más exacto decir que es el esfuerzo para librarnos de males empíricos.[28]

Producida esa actitud de rechazo del mundo real, común a todos los valores, vuelve a
aparecer la dualidad, abriéndose dos grandes actitudes valorativas: el pesimismo y el
optimismo.

Ante la vida o nos resignamos o nos rebelamos, la rehuímos a la afrontamos, nos


refugiamos en el claustro o descendemos resueltos a la arena. De ahí dos tipos humanos
opuestos.[29]

Como se ha visto, Korn reconoce que ambas actitudes valorativas, la pesimista y la


optimista, tienen como fin la liberación del hombre de una realidad valorada
negativamente. En este rechazo de la realidad, tal como le ese dada, en la rebeldía
humana, Korn encuentra la esencia misma de la humanidad del hombre:

Al aparecer el hombre, sólo una diferencia anatómica lo separaría de los demás


animales... En torno vislumbraría la hostilidad del medio. Pero este animal erecto, en
lugar de amoldarse pasivo a las modalidades del ambiente... En lugar de someterse se
subleva; en vez de adaptarse concibe la empresa titánica de sojuzgar el ambiente a su
querer. El hombre es el animal rebelde. Es así como se aleja de la animalidad.[30]

Pero en tanto la primera responde con la inacción, la segunda responde actuando, re-
accionando sobre esa misma realidad negativa transformándola en el sentido del valor
positivo formulado como ideal. A esta reacción voluntaria guiada por un valor positivo,
la llama «libertad creadora».
Korn cierra su trabajo llamando la atención sobre el papel que tiene cada sistema
filosofico en la respuesta que los hombres dan a las restricciones que le impone la
actualidad.

Cada filosofía distinta es la expresión de una valoración distinta... Toda filosofía


sistematiza en un alegato la voluntad que la inspira.[31]

Alejandro Korn en los años 30.

Al rechazar la existencia de "una filosofía universal", y ligar cada sistema filosófico a


una determinada voluntad colectiva, Korn expresa su concepto militante de la filosofía,
al servicio de una determinada comunidad social. Esta posición del filósofo es la que lo
llevó a comprometerse con los estudiantes latinoamericanos en la Reforma Universitaria
y proveer reflexiones filosóficas para fortalecerla, así como sostener la necesidad de un
pensamiento filosófico propio de las naciones latinoamericanas, que les permitiera
realizar su voluntad.

Si nuestro pueblo, el pueblo argentino, posee una voluntad propia, si tiene conciencia de
los valores que afirma... ¿Cuál es pues nuestra voluntad? La respuesta no podemos
importarla ni solicitarla a título de préstamo. Sin duda, con espíritu abierto, nos hemos
de nutrir en la más alta cultura filosófica; pero el pensamiento universal, al pasar por
nuestra mente, revistirá su forma específica. Se pondrá al servicio de nuestros valores.
Si no fuera así, seríamos un conglomerado cualquiera, no una nación.[32]

Memoria
Llevan su nombre:

• La ciudad en que nació, llamada anteriormente "Empalme San Vicente", lleva su


nombre desde 1964.[33]
• El Hospital Neuropsiquiátrico de Melchor Romero, que dirigió entre 1898 y
1916, lleva el nombre de "Alejandro Korn" desde 1954.
• La Universidad Popular Alejandro Korn (UPAK), fundada el año de su muerte
(1936) y activa desde entonces.[34]
• Una sala de la Biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata.
• Una cátedra libre en la Universidad Nacional de La Plata, creada en 1997 con el
fin de difundir sus ideas y analizar las novedades en materia de arte, ciencia y
filosofía.[35]
• Una agrupación estudiantil reformista de la Universidad Nacional de Rosario
lleva su nombre.[36]

En la ciudad de La Plata, frente al Museo de Ciencias Naturales, se encuentra el


Monumento a los Cinco Sabios platenses (Almafuerte, Florentino Ameghino, Alejandro
Korn, Carlos Spegazzini y Juan Vucetich), obra del escultor Máximo Maldonado.

Publicaciones Socialismo ético, (1918)


• Inscript vita nova (1918)
• La Reforma Universitaria (1919)
• La libertad creadora (1920)
• Esquema gnoseológico (1924)
• El concepto de ciencia (1926)
• Axiología (1930),
• Apuntes filosóficos (1935)
• Influencias filosóficas en la evolución nacional (1936)
• Filósofos y sistemas (1936)
• Ensayos críticos (1936)
• Obras completas (1949)
• Juan Pérez (1963)
• Estudios de filosofía contemporánea (1963)

Dominio público
La obra de Alejandro Korn se encuentra en el dominio público y por lo tanto puede ser
libremente editada y citada. El artículo 5 de la Ley 11.723 de propiedad intelectual
establece que la propiedad intelectual se extiende por un plazo de 70 años, a contar
desde el 1 de enero del año siguiente de su muerte. Dicho plazo se cumplió el 1 de enero
de 2007.

Referencias
1. ↑ "Con Alejandro Korn se supera el positivismo y, por lo tanto, con él empieza
una preocupación más directa y reflexiva por los problemas de la filosofía".
Farré, Luis (1958). "Alejandro Korn y la filosofía de la libertad (1860-1936)", en
Cincuenta años de filosofía en Argentina, Buenos Aires: Peuser, pp. 101-133
2. ↑ "Si Ingenieros representa una etapa de transición (en el pensamiento nacional),
Korn es el iniciador del actual movimiento filosófico argentino (José Babini)".
Argirópolis. Korn, Alejandro. Argirópolis. Consultado el 2 de enero de 2007.
3. ↑ a b c d e f Sebastianelli, Eduardo M.. Alejandro Korn. Su entorno masónico.
Ciudad de La Plata. Consultado el 2 de enero de 2007.
4. ↑ Vida de Alejandro Korn, Hospital Dr. Alejandro Korn
5. ↑ a b c d UPAK. Alejandro Korn y su entorno. La libertad creadora, Universidad
Popular Alejandro Korn (UPAK). Consultado el 3 de enero de 2007.
6. ↑ Secretaría de Prensa. Festejos por el aniversario del Hospital de Melchor
Romero. Provincia de Buenos Aires, Secretaría de Prensa, 28 de abril de 2005.
Consultado el 2 de enero de 2007.
7. ↑ Córsico, Rubén (1960): «La actividad psiquíatrica de Alejandro Korn», en
Revista de la Universidad Nacional de La Plata, vol. mayo-agosto de 1960.
8. ↑ a b Cortés Rocca, Paola. Relics & selves: background. Alejandro Korn.
Birkbeck, University of London. Consultado el 3 de enero de 2007.
9. ↑ Korn, Alejandro (1918). Incipit Vita Nova, en La libertad creadora, Buenos
Aires: Claridad [1963], p. 41-47
10. ↑ a b Augsburger, Silvia. Proyecto de Resolución. Publicación de las obras
completas de Alejandro Korn en el 70º aniversario de su fallecimiento. Cámara
de Diputados de la Nación. Consultado el 3 de enero de 2007.
11. ↑ Corbiere, Emilio (2005): «Un hombre de la Reforma Universitaria: Alejandro
Korn», en Argenpress, vol. Prefiles.
12. ↑ Romero, Francisco (1952), Sobre la filosofía en América, Buenos Aires:
Raigal.
13. ↑ Sus obras principales fueron publicadas por la editorial Claridad de Buenos
Aires, fundada y dirigida por "Antonio Zamora junto a un grupo de escritores,
periodistas y militantes políticos, dentro de una gama amplia de tendencias de
izquierda". Publicaba además la "Revista Claridad (1926-1941), órgano del
pensamiento Socialista argentino y americano". Ferreira de Cassone, Florencia
(2002). "Roberto Arlt y Claridad", en Revista de Literaturas Modernas, marzo,
Nº 32, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.[Cons.
2-ene-2008]
14. ↑ Ramaglia, Dante (2002): «Filosofía y praxis emancipatoria: una perspectiva
para evaluar el proyecto intelectual de Alejandro Korn», en Biblioteca Juan
Filloy, Universidad Nacional de Río Cuarto, vol. V Encuentro del Corredor de
las Ideas, Nº Ponencias de la Comisión A.
15. ↑ Galland, Gustavo. La honra de ser político. El Día, La Plata, 15 de febrero de
2000. Consultado el 3 de enero de 2007.
16. ↑ Korn, Alejandro (1920). La libertad creadora. Claridad: Buenos Aires, pag.
70
17. ↑ Korn, Alejandro (1920). La libertad creadora. Claridad: Buenos Aires, pag.
57
18. ↑ Korn, Alejandro (1920). La libertad creadora. Claridad: Buenos Aires, pag.
68
19. ↑ Korn, Alejandro (1920). La libertad creadora. Claridad: Buenos Aires, pag.
96
20. ↑ Korn, Alejandro (1920). La libertad creadora. Claridad: Buenos Aires, pag.
72
21. ↑ "Axiología", en La libertad creadora, Claridad, 1963, pag. 148.
22. ↑ "Axiología", pag. 148.
23. ↑ Axiología (1930)
24. ↑ Savater, Fernando: «Haz lo que quieras», en Ética para Amador. Buenos
Aires: Ariel, pag. 51-67, 1991. ISBN 950-742-156-4
Hard, Michael; Negri, Antonio: «Ataque contra el régimen disciplinario», en
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